Jaime León | 

Los doce días de guerra con Israel han dejado a la República Islámica de Irán tocada pero no hundida, y sin signos de gran inestabilidad en el sistema instaurado por Jomeini en 1979. Los bombardeos diarios han dejado víctimas y daños, pero no está claro que hayan acabado con su programa nuclear.

A pesar de la exigencia de Trump de una «rendición incondicional» por parte de Irán y de sus demás fanfarronadas, Israel no ha logrado ninguno de sus objetivos —ni poner fin al programa nuclear iraní, ni desmantelar su arsenal de misiles, ni mucho menos derrocar al régimen, proyectos que parecen hoy más lejanos que nunca—, y ha sufrido un nivel de destrucción sin precedentes. Teherán no renuncia al enriquecimiento de uranio y probablemente se retirará del Tratado de No Proliferación (TNP).

Olga Rodríguez | 

La guerra ilegal de Israel y EEUU contra Irán preparó el terreno para la Cumbre de la OTAN, en un momento en el que la Alianza actúa como uno de los mayores grupos de presión en favor de los intereses de fabricantes de armas

BRICS (I)

Sevim Dagdelen | 

La autora argumenta que el ataque de Israel contra Irán representa el segundo frente en la estrategia global de guerra en tres frentes de Washington, en la que Alemania lidera la guerra por intermediación de Ucrania contra Rusia para que Estados Unidos pueda atacar a China.

Quizás sea adelantarse dos o tres jugadas, pero es muy difícil que, de incrementarse los ataques de los Estados Unidos a Irán, la nación persa pueda sobrevivir tal como la conocemos. De no suceder algún milagro, un verdadero milagro, aunque como sabemos el Gobierno chino no es muy dado a las supercherías, por lo que seguramente no sucederá.

David Hearst | 
Índice Global de la Tortura 2025 elaborado por la OMCT

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