La agencia continuará recolectando los metadatos de las llamadas telefónicas, pero solo podrá acceder a éstos mediante el permiso de una corte secreta.
El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, anunció una serie de medidas para limitar los programas de espionaje masivo realizados por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), los que fueron revelados por el ex analista de la agencia, Edward Snowden.
Lamentablemente esto no significa que la agencia de espionaje dejará de recolectar información de forma masiva, de hecho lo seguirá haciendo, peroahora deberán obtener el permiso de un tribunal secreto antes de acceder a la información de los metadatos de todas las llamadas telefónicas realizadas en ese país.
Para eso he ordenado que comience una transición para que se termine el programa de recolección de metadatos de la Sección 215 de la Patriot Act tal como la conocemos, y establecer un mecanismo que mantenga las funciones que necesitamos sin que el gobiero sea quien almacene esta información.
Obama desea reformar el programa de recolección de los metadatos (que para el poder judicial es legal), por lo que esperará hasta que sea analizado para re autorizar su funcionamiento por parte de la corte secreta bajo la ley FISA el próximo 28 de marzo.
Por lo pronto el presidente de los EE. UU. afirmó que desea que esta información no esté en manos del gobierno, sino que en un consorcio de terceros aún por determinar, por lo que le ordenó a un grupo de asesores que en 60 días le entreguen la alternativa ideal.
La transición del programa de recolección de metadatos se hará en dos pasos: «A partir de ahora, solo vigilaremos las llamadas que están asociadas en dos grados con una organización terorrista en vez de tres (anteriormente, si «el amigo de un amigo de un amigo» era terrorista, te podían espiar)», afirmó Obama. «Y solo podrán acceder a la base de datos en caso de una emergencia real o una orden judicial«.
Una curiosidad que detectó la administración de Obama a la hora de fiscalizar a la NSA es que la agencia casi nunca ha hecho en su historia un análisis de costo-beneficio bajo el escenario en que se revelen públicamente sus programas de espionaje (como la situación que ocurrió recientemente con Angela Merkel), por lo que ahora será obligatorio analizar esa situación buscando así un mínimo de autocontrol por parte de la agencia.
Respecto a la vigilancia a líderes de otros países (como Dilma Rousseff), los asesores de Obama dejaron entrever que decidieron terminar con decenas de programas de espionaje tanto en planificación como actualmente en funcionamiento. Obama afirmó que «a más a que hayan motivos suficientes» los Estados Unidos no espiarán a líderes «amigos y aliados«, sin especificar que países caen en cada categoría, o que si esto incluye a los asesores cercanos a los líderes de otros países.
Presidential Policy Directive PPD-28
Link: The New York Times