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1941: la provocación de Ayotzinapa

Fuentes: Rebelión

El período abierto a fines de los años 30 y principios de la década de los 40, estaba definido por el ascenso vertiginoso de la reacción tanto en México como en el mundo. En nuestro país, la derechización se expresaba sobre todo en la nominación por el Partido de la Revolución Mexicana de Manuel Ávila […]

El período abierto a fines de los años 30 y principios de la década de los 40, estaba definido por el ascenso vertiginoso de la reacción tanto en México como en el mundo. En nuestro país, la derechización se expresaba sobre todo en la nominación por el Partido de la Revolución Mexicana de Manuel Ávila Camacho a costa del general Francisco J. Múgica, la gran agitación creada por el almazanismo en la capital de la República y en otras partes, el fortalecimiento de las organizaciones reaccionarias y la terminación de las reformas estructurales. En el planeta, dicho proceso quedaba reflejado en la derrota de la República Española, en los triunfos de las potencias fascistas y militaristas en Europa y Asia en los dos primeros años de la II Guerra Mundial, y en la consolidación de la burocracia stalinista en la Unión Soviética. Ese entorno dificultaba el desarrollo del movimiento obrero y campesino nacional.

Casi para terminar el mes de abril de 1941, el estudiantado de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, estalló un movimiento de huelga en contra del director, Carlos Pérez Guerrero, conocido elemento anticomunista ya desenmascarado en Michoacán por represivo y déspota. El 1º de Mayo, al aprovechar la intensa campaña anticomunista iniciada hacía meses, sin base alguna la derecha acusó a los estudiantes normalistas de haber quemado una bandera nacional e izado la rojinegra.

El pretexto estaba dado. A partir de ese momento, se desencadenó a lo largo del territorio patrio una inmensa jornada propagandística del anticomunismo. El Frente Revolucionario de Maestros de México sostuvo que no sólo en Ayotzinapa, sino también en Tenería, México, se había quemado un lábaro patrio. Senadores, diputados, líderes sindicales y otros jefes políticos la emprendieron contra el Partido Comunista Mexicano y el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de la República Mexicana.

La Prensa publicó el 7 de mayo el editorial «Ultrajes a la bandera hoy, traiciones mañana».

El FRMM lanzó una circular extraurgente en la que levantaba como plataforma: «1. Se llevarán a cabo los paros pidiendo que sean eliminados de la SEP los elementos comunistas: doctor Jesús Díaz Barriga, Aurelio (sic) Esquivel Casas, Luis Álvarez Barret, Ignacio Márquez, Germán Parra, Herlindo Elenes Almada, Guillermo Ibarra y doctor Alfonso Millán.

«2. Porque sean eliminados de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado los comunistas Cándido Jaramillo, Ochoa Rentería y Mariano Franco». (1) 

Extensión de la provocación

EL GOBERNADOR DE Guerrero, Carlos F. Carranco Cardoso, realizó un acto de desagravio a la bandera en Ayotzinapa.

Entraron en acción los campeones del anticomunismo. Enrique Carrola Antuna expresó el 9 de mayo: «…públicamente declaro que desde hoy pondré todo mi empeño y entusiasmo para lograr la liquidación de esos elementos agitadores». (2)

En otros sindicatos federales, también aumentaba la histeria anticomunista.

Luis Sánchez Pontón, secretario de Educación Pública, deshizo la provocación derechista y se dirigió a Manuel Ávila Camacho con las palabras siguientes: «Me permito poner superior conocimiento de usted que, continuando investigaciones sobre incidente ocurrido Escuela Normal Rural Ayotzinapa, compareció hoy esta secretaría inspector general Ramón García Ruiz, ratificando informe escrito enviado de Chilpancingo fecha siete, y aclarando de modo preciso que pabellón nacional no fue quemado ni sufrió ultraje como se informó al principio por prensa». (3)

Mas la verdad de los hechos no avanzaba con facilidad. La delegación sindical de la Rama de la Enseñanza Superior Campesina en la Escuela Normal Rural de Tenería desmintió categóricamente que se hubiera quemado la bandera nacional y que, por el contrario, se le rendía a ésta el culto que se merecía. (4)

La Comunidad Estudiantil Rojinegra de Tenería también desmintió el multicitado infundio.

Inicio de la represión

La Secretaría de Educación Pública ordenó el cambio de maestros y estudiantes de Ayotzinapa en desacuerdo con la política internacional del gobierno. Se entregaron datos a la Procuraduría General de la República para la consignación, y C. F. Carranco Cardoso y Manuel Ávila Camacho se reunieron para tratar lo relativo a la escuela normal rural guerrerense.

Por conducto de su secretario particular, J. Jesús González Gallo, el presidente envió el 13 una carta a César Martino, del Banco Nacional de Crédito Agrícola, en la que ordenaba el desalojo de empleados de «ideología exótica», además de que eran cesados Roberto Garduño, Ignacio Estrada Rodríguez e Hipólito Cárdenas. (5)

Con base en la realidad, el STERM negó que la bandera hubiera sido quemada, mientras el senador Gilberto Flores Muñoz censuró a Luis Sánchez Pontón por no aceptar la calumnia tantas veces mencionada.

El 14, la SEP anunció el cese de siete maestros de izquierda de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, en tanto que Roberto Barrios hacía declaraciones furibundamente anticomunistas.

Acompañado de individuos del FRMM, Carrola Antuna exigió el 15 de mayo expulsar de las oficinas públicas a los comunistas y especialmente a aquellos que tenían a su cargo preparar al ciudadano de mañana. (6)

El mismo día, Luis Sánchez Pontón manifestó: «…la nueva escuela mexicana, tal como la comprende el gobierno que preside el señor general Ávila Camacho, es una institución exenta de toda doctrina y de toda tendencia que no sean las que constituyen la raíz misma de nuestra nacionalidad y los más caros ideales perseguidos por nuestro pueblo a través de sus cruentas luchas por la libertad. El propio régimen actual, en las palabras serenas y juiciosas del Primer Magistrado, ha expuesto su programa educativo y ha solicitado la más amplia cooperación de la sociedad y del magisterio en particular, para llevar a cabo, habiendo hecho un cordial llamamiento, que ahora creemos oportuno reiterar, para que toda lucha entre grupos sindicales encuentre su término natural en la unificación que se logre por medios absolutamente democráticos». (7)

La campaña reaccionaria crecía cada vez más. Emilia Balmori, sedicente secretaria general del magisterio del Distrito Federal, en un telegrama a MAC afirmaba: «…Comité Ejecutivo Sección IX STERM protesta enérgicamente actitud sabotaje licenciado Sánchez Pontón al no dejar realizar mitin 17 de los corrientes, patios Secretaría Educación, contra elementos Partido Comunista ultrajaron bandera nacional». (8)

Se cernió el cierre de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa y hubo otros amagos de medidas antiprogresistas. En ese marco, el Sindicato Nacional Autónomo de Trabajadores de Educación publicó un mensaje a los educadores en que calumniaba a Vázquez Vela y a Sánchez Pontón. (9)

La Acción Revolucionaria Mexicanista, organización fascista más conocida como los dorados, envió el 19 de mayo a MAC un mensaje en el que sostenía: «El país entero aplaudió sin reservas las órdenes dictadas por usted contra los traidores que ultrajaron nuestra gloriosa bandera tricolor en Ayotzinapa.

«Sin embargo, la labor disolvente de las células comunistas ha seguido sin descanso su obra destructora, y los mismos elementos que tuvieron la osadía de insultar nuestra gloriosa bandera tricolor, en Ayotzinapa, Guerrero, se mofaron descaradamente de las patrióticas disposiciones de usted, izando en su lugar la bandera rojinegra». (10)

En otro mensaje derechista a MAC, el Partido Regional Potosino pedía el 20 la reforma del Artículo 3º constitucional, la disolución del PC y la renovación de los empleados de la SEP. (11)

En el maremágnum de golpes a la izquierda, se anunció en la prensa nacional la renuncia al PCM de Manuel y Rafael Herrera Ángeles, Miguel Castellanos y Delfino E. Sierra, quienes acusaban a la dirección del partido de sectarismo.

La Prensa festejó en su editorial: «Los últimos líderes de importancia que permanecían fieles al PC, y que tenían influencia y preponderancia en el seno del STERM, renunciaron de un modo irrevocable al grupo que regenta Stalin, desde Moscú, asestando un golpe de muerte al decadente organismo que tanto daño ha causado al país». (12)

El 21, fueron encarcelados por consigna gubernamental ocho estudiantes comunistas de Ayotzinapa: Miguel Alonso, Estanislao Córdova, Daniel Ramos, Efrén Hernández, Modesto Álvarez, Rafael Añorve, Pablo Añorve y Ezequiel Pérez.

Al otro día, el mismo diario en su editorial, «Los ultrajes comunistas», se refería a los normalistas como «miserables renegados de Ayotzinapa», con la exhortación de «darles a los salvajes la sanción única que merecen, devolviendo violencia por violencia y golpe por golpe». (13)

Auge de la campaña anticomunista

En junio, la campaña fascistoide alcanzó nuevos niveles, con especial virulencia en la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado.

A principios de ese mes, tuvo lugar el XVI Consejo Nacional Ordinario de la Confederación de Trabajadores de México, en el cual se abordó la cuestión de las provocaciones del FRMM. Hermenegildo Peña denunció a este organismo como un instrumento de la reacción. (14)

Por su parte, Vidal Díaz Muñoz decía que la Confederación Nacional Campesina pugnaba por apoyar al FRMM, el cual no era más que una organización blanca que tendía a destruir al STERM. (15)

Quien esto escribe, apuntaba en otro texto: «En 1941 la crisis del STERM adquirió rasgos de disgregación. La reacción organizó la provocación de mayo en Ayotzinapa, Guerrero, acusando a los estudiantes normalistas –y principalmente a los comunistas– de haber quemado una bandera nacional. En otros centros aumentaba la histeria anticomunista. Manuel y Rafael Herrera Ángeles, Miguel Castellanos y Delfino E. Sierra renunciaron al PCM. En la FSTSE se impuso la dirección anticomunista de Ignacio Villanueva. Los partidos y grupos profascistas demandaban la disolución del Partido Comunista, consigna levantada con fuerza desde 1939.

«En el plano internacional las cosas empeoraban. La Alemania nazi invadió en junio de 1941 a la URSS, Japón agredió a Estados Unidos en diciembre del mismo año y las fuerzas de la contrarrevolución crecían en Europa, Asia y otros lugares.

«Como clara muestra de los vientos que soplaban, Luis Sánchez Pontón fue obligado a renunciar como secretario de Educación Pública, siendo sustituido por Octavio Véjar Vázquez, conocido representante del anticomunismo cerril, profascista. El magisterio fue víctima de una política que se proponía arrancar de raíz todas sus conquistas sindicales». (16)

El historiador Luis Medina, escribía en una de sus obras: «…El 30 de septiembre [de 1941], el senador Gilberto Flores Muñoz, luego de insinuar que 24 de las 35 secciones del STERM estaban dominadas por los comunistas, pidió al Senado que investigara a fondo la actividad de estos últimos…» (17)

Liberación de los presos

Apuntaba un estudioso de la historia guerrerense: «Una vez que los presos se encontraron en la cárcel de Acapulco, la persona que se encargó de la alimentación y de vigilar que los trataran como detenidos políticos fue doña María de la O… Fue ella quien, en conjunto con los alumnos y maestros, consiguió que en el mes de octubre del mismo año [1941], quedaran en libertad y se condenara la calumnia referente a que nuestra bandera hubiera sido ultrajada y quemada». (18)

La provocación de Ayotzinapa fue la primera acción anticomunista de proyección nacional que se produjo durante el sexenio de Ávila Camacho, aunque el primer gran cambio de derecha fue el arribo de Fidel Velázquez a la Secretaría General de la CTM, después vendrían la derrota de la izquierda en la FSTSE, la era de terror en la SEP con Octavio Véjar Vázquez y el desarrollo del sinarquismo como fuerza de masas en el occidente de México. Los cambios positivos serían favorecidos por el debilitamiento y la derrota militar de Alemania y Japón, el fortalecimiento de la URSS y la creación del bloque oriental, así como del extraordinario desarrollo del movimiento obrero y comunista en Europa, Asia y América Latina.

Notas

 (1) La Prensa, 8- V -41, p. 8.

 (2) Gerardo Peláez Ramos, El sindicalismo magisterial 1935-1943, México, SNTE, 1994, p. 145.

 (3) Hipólito Cárdenas, El caso Ayotzinapa o la gran calumnia, México, T. G. de México, 1965, p. 220.

 (4) La Prensa, 12-V-41, pp. 9 y 18.

 (5) G. Peláez Ramos, El sindicalismo…, p. 146.

 (6) La Prensa, 16- V -41, p. 22.

 (7) Revista Nacional de Educación, a. I, núm. 2, mayo de 1941, p. 163.

 (8) La Prensa, 18-V-41, p. 20.

 (9) El Hombre Libre, 19-V-41, p. 3.

 (10) El Hombre Libre, 23-V-41, p. 1.

 (11) Firmaban Valentín Saldaña D. y Fernando Muñoz. (El Hombre Libre, 28-V-41, p. 2).

 (12) La Prensa, 21-V-41, p. 10.

 (13) La Prensa, 22-V-41, p. 12.

 (14) El movimiento obrero mexicano y el Art. 3º constitucional. Debates del XVI Consejo Nacional de la CTM, México, s. e., 1941, p. 22.

 (15) Ibíd., p. 33.

(16) Gerardo Peláez Ramos, «El magisterio y la CTM. 1936-1941», en Consideraciones, 2ª ed., STUNAM-SINTCB, enero de 1990, p. 4. Publicado en los portales de Internet de Rebelión, Apia Virtual, La Haine, Movimiento de Bases Magisteriales (Jalisco) y otros.

(17) Medina, Luis, «Del cardenismo al avilacamachismo», en Historia de la Revolución mexicana. Periodo 1940-1952, t. 18, México, El Colmex, 1978, p. 367.

(18) Alejandro Martínez Carbajal, Doña María de la O, Acapulco, Com. Ed. Mpal., 1995, pp. 50-51.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.