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Entrevista a Natalia Castrogiovanni de la asociación de profesionales del Servicio social de CABA

«En los barrios populares necesitan romper la cuarentena si quieren alimentarse diariamente»

Fuentes: Rebelión

M.H.: El gremio que nuclea a los trabajadores sociales de la Ciudad realizó un balance sobre el estado de la salud pública y las medidas llevadas adelante ante la pandemia por el Covid 19. Me gustaría conocer cuáles son los puntos centrales de ese balance.

N.C.: Para nosotras como gremio de trabajadoras sociales de CABA es muy importante poder transmitir este diagnóstico que venimos haciendo que lamentablemente al día de la fecha tiene poco eco en las autoridades del gobierno de la Ciudad en oír algunos conflictos, algunas dificultades de enorme relevancia para la atención del Covid y que podrían tener algún tipo de resolución si se escuchase a las organizaciones de trabajadores.

Básicamente venimos registrando a lo largo de los últimos meses dos cuestiones fundamentales que hacen que tengamos un alarma vinculada a cómo hoy se están desarrollando las condiciones de vida de la población que intentamos proteger en el marco de esta pandemia.

Hay dos cuestiones fundamentales, primero la atención del Covid hoy y segundo en todas las cuestiones que no tienen que ver estrechamente con el Covid pero sí con la población en general y que hoy están siendo francamente desatendidas y que van a tomar una relevancia enorme si no se empieza a reconfigurar a qué apunta hoy el sistema de salud de forma exclusiva.

Empezando por el Covid, les trabajadores sociales nos desempeñamos fundamentalmente en todos los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires, en las villas, barrios populares, asentamientos, allí están los centros de salud donde nos desempeñamos, los hospitales, las guardias. Así que tenemos un estrecho vínculo con lo que es la atención del Covid hoy y en el contexto de población que atraviesa históricamente una situación de pobreza estructural.

En ese sentido el diagnóstico que venimos haciendo refleja cuál es la atención que se viene dando en estos barrios que tomaron muchísima visibilidad pública lamentablemente a partir de la muerte de Ramona en la Villa 31 como muchos otros referentes populares.

En las Villas, no en todas, pero en muchas de ellas, está inserto el Plan Detectar. Lo mismo que las UFU que son las Unidades Febriles de Urgencia para la detección y diagnóstico de Covid. Lamentablemente lo que observamos en esos espacios es que las horas de espera para la población son muy largas, la entrega de los resultados es sumamente tardía. La espera se da en contextos de hacinamiento o a la intemperie. No se respeta la confidencialidad de la población una vez que se devuelven los resultados. No hay condiciones para un encuadre y una confidencialidad. Luego de eso, las personas que atraviesan a veces hasta 20 horas de espera para los resultados, en el caso que sean positivos se producen traslados en los que se llaman “coronabus”. Esos traslados también son muy tardíos, se producen muchas horas de espera y además en muchas ocasiones separaciones familiares, con personas que quedan internadas en distintos lugares cuando debieran garantizarse las internaciones conjuntas familiares. Pero además de eso la falta de comunicación entre las personas que quedan internadas y sus familias.

Es muy probable que muchas veces las personas de los barrios populares no accedan a su diagnóstico con un celular en mano, con carga con posibilidad de comunicarse con el resto de su familia, así que también asistimos a familias que desconocen la vía, el lugar y la situación en la que se encuentran sus familiares.

A esto se suma una cuestión fundamental que para poder cumplimentar con las condiciones de aislamiento, las personas tienen que contar con los recursos para satisfacer sus necesidades básicas. En ese sentido el gobierno de la Ciudad hasta el día de la fecha no ha podido, no ha querido, no ha tomado la decisión política de brindar realmente una asistencia material, básica, en cuánto a alimentación, elementos de higiene personal y desinfección para las familias, para que puedan efectivamente cumplir con las condiciones de aislamiento.

En ese sentido la ruptura de la cuarentena es obligada, las personas se encuentran en la necesidad de romper la cuarentena si quieren alimentarse diariamente. La distribución de alimentos y elementos de higiene a través del Instituto de la Vivienda de la Ciudad es absolutamente insuficiente y las personas han quedado a la merced de cobrar también tardía y escasamente el IFE.

Pero el gobierno de la Ciudad no ha puesto recursos propios sistemáticos y estructurales para atender estas necesidades de la población. Así que de alguna manera este punto uno en cuanto a la atención del Covid a nosotras nos da cuenta de un gran contexto de violencia institucional y estructural del gobierno de la Ciudad para con esta población y que las respuestas que hemos ido elaborando y que favorablemente se han ido produciendo procesos beneficiosos para la salud de la población de atención través de las redes informales, todos aquellos dispositivos a través de los que les trabajadores hemos podido hacer de los dispositivos de atención, del control, de la atención de esos procesos, de poder poner nuestro conocimiento y nuestra tarea al servicio de la atención de la población pero que quedan, de alguna manera, con los límites que establece una política pública estructuralmente insuficiente. A la par nos chocamos permanentemente con las enormes dificultades que tiene esta gestión para incorporar a las organizaciones de trabajadores, a las redes y organizaciones barriales en los comités de crisis.

Para empezar, nosotras consideramos que estamos ante una emergencia de la atención del Covid en la Ciudad de Buenos Aires en lo que respecta a una población con la que tenemos permanentemente interlocución, que es quienes se encuentran en situación de pobreza, en los barrios populares, que se encuentran atravesando fuertes necesidades, que son la población con la que trabaja el Trabajo social.

El segundo punto es toda la atención que no tiene que ver estrictamente con el Covid. En este contexto la violencia machista, las situaciones de abuso, abuso policial, abuso institucional, las personas que tienen muchísimos otros tipos de padecimientos, que necesitan asistencia habitacional, que necesitan asistencia terapéutica en domicilio, y podría seguir, se encuentran profundamente desamparados.

Y eso tiene que ver también con las decisiones y falta de oídos del gobierno de la Ciudad para poder realizar, primero las articulaciones interministeriales correspondientes, es decir, que todos nuestros compañeres estatales cuenten con los recursos y las posibilidades garantizadas para poder realizar procesos de trabajo que tengan que ver con que hoy a pesar de que la alarma y la urgencia está puesta en la atención del Covid, hay necesidades que son urgentes y vitales que también requieren ser puestas en el territorio para que podamos seguir trabajando asistiendo a familias que tienen enormes necesidades.

Pero además creemos que esto se está dando en un contexto de fuerte desprotección de les trabajadores. Tenemos una gran cantidad de trabajadores contagiados de Covid y trabajadores que han fallecido a causa de esta enfermedad y en ese marco, aún así tenemos que decir que la protección de les trabajadores es insuficiente, que no están garantizados los elementos de protección personal, que las licencias para los grupos de riesgo no están garantizadas y tampoco para les cuidadores de niñes y adolescentes que están a cargo de les trabajadores.

Así que en todo lo que no es atención estrechamente de Covid, en todo lo que es la atención de otros ministerios, la falta de presupuestos. Es al revés, hace poco tiempo en la Legislatura pasó una Ley de emergencia económica que lejos de poner al servicio mayor cantidad de presupuesto para poder dar respuesta a una enorme cantidad de población que hoy ve su reproducción cotidiana en grave peligro, se ha pasado una Ley de emergencia económica que ha recortado los salarios, ha escalonado el pago de los aguinaldos, ha atacado directamente y una vez más a la política pública.

El diagnóstico que nosotras transmitimos tiene que ver con esto, con la necesidad de poner una voz pública y que nos ayuden y reproduzcamos de forma conjunta que esto es un diagnóstico que provoca muchísima alarma. Que se puede dar respuesta a estas necesidades, que se necesita voluntad política y que se necesita escucha. Venimos hace muchas semanas pidiendo reuniones con los funcionarios del gobierno de la Ciudad que hasta hoy no nos han respondido.

Les trabajadores hacemos funcionar el sistema de salud con escasísimos recursos

M.H.: Y en relación a los trabajadores de la salud de la Ciudad de Buenos Aires ¿qué balance hacen ustedes a 120 días?

N.C.: Como trabajadoras sociales en el sistema de salud, pero además con el resto de nuestres compañeres de todas las profesiones dentro del sistema de salud, creemos que justamente lo que ha pasado en este balance es lo que intentaba transmitir que ponemos al servicio nuestra creatividad, nuestro hacer a pulmón a pesar de la escasez de las políticas públicas.

Se viene dando respuesta a esta pandemia y a esta situación inédita de emergencia y urgencia permanente porque les trabajadores de la salud históricamente hacemos funcionar el sistema de salud con escasísimos recursos, con presupuesto y salario a la baja de años y años. Así que creo que se está brindando una buena atención y se está dando una buena respuesta en la medida en que la política pública le pone un límite a eso. Y que verdaderamente, justamente porque nos organizamos en asambleas barriales, en asambleas hospitalarias, en nuestros sindicatos, en espacios intersindicales, nos organizamos infinitamente para poder romper ese techo que impone la política pública y poder expresar que para solucionar los problemas estructurales. Por más voluntad que pongamos, si no aparecen recursos materiales de asistencia alimentaria, de higiene y de protección personal no se puede con la mera voluntad de les trabajadores interrumpir la transmisión del Covid.

Por supuesto que sí podemos hacer funcionar todo aquello que en los protocolos funciona al revés, verdaderamente muchas de las estructuras que hoy funcionan lo hacen porque les trabajadores imprimimos una dinámica particular, hacemos un diagnóstico de situación en cada barrio y en cada lugar y ponemos al servicio de esa población los recursos existentes pero eso tiene un límite que es el presupuesto de la política pública y la necesidad de que se reconozcan como problemáticas, muchísimas otras cosas que no son reconocidas hoy.

M.H.: Quería destacar dos aspectos que ustedes señalan en este balance, a los que justamente hacíamos referencia la semana pasada. Un gobierno que realiza propuestas para las cámaras de TV y esta recurrente actitud del ministro de Salud de la Ciudad y el Jefe de Gobierno que insisten en que los elementos de protección personal para los trabajadores de la salud están garantizados. Inclusive la semana pasada analizaba junto al Dr. Reynaldo Saccone este tema que el Jefe de Gobierno señalaba muy livianamente que se habían realizado testeos a todos los trabajadores de la salud de la Ciudad de Buenos Aires. Incluso cuando un periodista le pregunta por las resoluciones judiciales a las que no da cumplimiento el gobierno de la Ciudad, que son varias, el Ministro de Salud dice que están cumpliendo, garantizando todo lo que requiere la protección personal, etc. Paralelamente tenemos denuncias varias, podría citar entre ellas la situación del hospital Durand, un hospital colapsado por la pandemia y quisiera conocer cuál es la realidad de esta situación. Porque en el balance que hacen insisten en este tema, de que se garanticen testeos periódicos al personal de salud para evitar el contagio entre trabajadores. ¿Están hechos los testeos como dice el jefe de Gobierno de la Ciudad a 46.000 trabajadores de la salud?

N.C.: Son dos cuestiones, una vinculada los elementos de seguridad personal y otra al testeo. Sobre los elementos de protección personal, surgieron tardíamente como provisión estable en los hospitales, eso con enormes repudios desde las organizaciones de trabajadores y los trabajadores en general para que se responda a estas necesidades. Pero aún hoy, los elementos de protección personal no son ni de la suficiente calidad ni de la suficiente cantidad. Un ejemplo clarísimo e indiscutible en cuanto a los elementos de protección fue la provisión de máscaras. Las máscaras que estregó el gobierno de la Ciudad fue una protección de acetato para la cara con una vincha que se ataba con banditas elásticas a la protección de la cara. Aquello implica, cuando uno se ata con gomitas algo a la cara eso esté pegado directamente a la cara, que el tope que encuentra ese acetato sea la nariz, lo que dificulta la posibilidad de respirar, más aún con barbijo, la posibilidad de asistir verbalmente, estar en un puesto laboral con algo pegado a la cara, sumado a que las banditas y las vinchas se rompieron para casi todos los trabajadores a los pocos días de uso.

Si observan a les trabajadores de la salud en general van a ver que tenemos máscaras que son de mejor calidad porque o bien se las han comprado les trabajadores de sus propios bolsillos, o bien muchos sindicatos, incluido el nuestro ha realizado compras colectivas para proveer de máscaras de calidad a les trabajadores. Entonces la razón por la cual todes aparecemos en cámaras o circulando por el hospital con máscaras que no están rotas, que no se nos caen es porque las hemos comprado o porque nos las hemos garantizado a través de las organizaciones sindicales. Eso en principio.

En segundo lugar hay una cuestión más difícil de contrarrestar a través de las organizaciones que es la provisión de barbijos que está imposibilitada para la compra privada y sí lo puede hacer el Estado para la provisión de les trabajadores. Los barbijos están en los hospitales pero no se cumplimenta la cantidad de barbijos por día, por ejemplo, muchísimas guardias donde nos desempeñamos las trabajadoras sociales en los equipos de salud mental, no cuentan con la provisión de 6 barbijos diarios que sería la cumplimentación de barbijos cada 4 horas. La vida útil del barbijo para quienes realizan guardias hospitalarias durante 24 horas. Eso por el lado de los elementos de protección personal. Hay muchos más. Decimos que son insuficientes porque han entregado de escasa calidad que no se han podido utilizar y se han tenido que resolver de otra manera, o bien porque no se proveen en la cantidad suficiente.

Y la cuestión de los testeos. Ha sido una demanda que se ha solicitado de manera sistemática por todas las formas de organización que nos hemos dado, los testeos aparecieron hace 3 semanas atrás, en la mayoría de los hospitales, no en todos, y en bastantes centros de salud, tampoco en todos. Aun así, luego de empezados los testeos, por información que nos han provisto los propios compañeres que los realizan han tenido que retirar una partida enorme de esos testeos porque se han comprado test de baja calidad con poca comprobación de su efectividad y se han producido una enorme cantidad de falsos positivos. Eso ha generado que cientos de trabajadores hayan tenido que pasar por un testeo rápido positivo, luego un hisopado, aislamiento y espera, para luego dar negativo. Alegremente, pero esa situación se ha repetido muchísimas veces y ha generado que las personas pasen por un muy mal momento solo por la mala calidad de los test.

Han aparecido los testeos rápidos en las últimas semanas, que al dar positivo se comprueba el diagnóstico en caso de ser activo en los hisopados pero que lamentablemente han generado este proceso y se han tenido que retirar una enorme partida de test que se estaban utilizando. Así que como siempre todo está a medio camino.