Contra todo pronóstico, el partido Movimiento al Socialismo (MAS) ganó las elecciones del 18 de octubre en Bolivia con el 55,1% de los votos. Mejor incluso de lo que hizo Evo Morales en 2005 con un apoyo del 53,75%. Esto le otorga al presidente electo del MAS, Lucho Arce, uno de los mandatos más importantes en la historia de Bolivia y es, en parte, un importante respaldo a las políticas del MAS y sus 14 años en el poder.
La elección tuvo lugar un año después de que un golpe derrocara al ex presidente del MAS, Evo Morales, e instalara en el poder a la senadora de derecha Jeanine Áñez. Bajo Áñez y su notorio ministro de gobierno Arturo Murillo, el gobierno reprimió a los disidentes y activistas antigolpistas, matando a decenas e hiriendo a cientos de personas en masacres en Sacaba y Senkata, Bolivia, el pasado noviembre. Persiguieron políticamente a figuras, aliados y activistas de izquierda del MAS durante un año tumultuoso previo a las recientes elecciones.
La victoria del MAS es un rechazo al gobierno golpista y racista. Áñez derribó al MAS, pero el partido y su diversa base de partidarios se levantaron y ganaron.
Los movimientos que defendieron la democracia durante este último año llevaron a Bolivia a este momento histórico. Durante semanas en agosto, las protestas masivas por el bloqueo de carreteras organizadas por grupos campesinos, indígenas y trabajadores aliados del MAS presionaron con éxito a las autoridades para que celebraran elecciones después de meses de demoras.
Tras su contundente victoria en las urnas, el MAS entrará en el gobierno el próximo mes, planteando muchas preguntas cruciales.
¿Cuánto cambiará la dirección del partido? La crisis del año pasado generó una diversidad de nuevos líderes que se elevan en las filas del partido. Por ejemplo, los jóvenes líderes cocaleros del MAS, Andrónico Rodríguez y Leonardo Loza, acaban de ser elegidos senadores en Cochabamba.
¿Cómo abordará el MAS las críticas de la izquierda? El vicepresidente electo David Choquehuanca es considerado en gran medida un representante de la izquierda más crítica del partido MAS, que está orientado más directamente por las organizaciones sindicales, campesinas e indígenas. Esta es una señal de que la dirección del MAS puede fortalecer su relación con sus bases y democratizar aún más los vínculos del partido con los movimientos sociales.
¿Cuál será el papel de Evo Morales? Tras la victoria electoral, el presidente electo Arce dijo que Morales no tendrá un papel en el nuevo gobierno, pero que es bienvenido a regresar a Bolivia desde Argentina, donde se refugió luego del golpe del año pasado.
¿Aceptará la derecha la derrota política en el gobierno y en las calles? El candidato presidencial Carlos Mesa, Áñez y la Organización de Estados Americanos aceptaron notablemente la victoria del MAS. Sin embargo, el derechista Comité Cívico pro Santa Cruz, el golpista Fernando Camacho y otros grupos anti-MAS han rechazado la victoria del MAS. Considerando las acciones de los grupos paramilitares racistas en el país durante el año pasado, es probable que sigan fomentando el malestar en Bolivia.
Estas son las principales cuestiones que orientarán los próximos meses. El hecho de que se aborden con el MAS en el poder marca la diferencia.
El MAS se ha adaptado y superado desafíos increíbles este año. Ahora tendrán que navegar por la desastrosa pandemia, el creciente fascismo en el país y la caída económica. Tienen el mandato histórico de realizar este trabajo en nombre de todos los bolivianos, no solo de la oligarquía y los racistas que acaban de ser derrotados en las urnas.
Dr. Benjamin Dangl enseña periodismo y comunicación en el Departamento de Desarrollo Comunitario y Economía Aplicada de la Universidad de Vermont. Ha trabajado como periodista en toda América Latina y realizó investigaciones en Bolivia a principios de este año. Ha escrito tres libros sobre Bolivia, el más reciente “La rebelión quinientos años: movimientos indígenas y la descolonización de la historia en Bolivia” (AK Press, 2019).