M.H.: Te quiero preguntar, siempre con esa claridad y certeza con la que nos has informado ¿a dónde estamos parados?
R.S.: Estamos en medio de un pico, un ascenso importantísimo de la pandemia, “la segunda ola”, como se la llama, aunque hubo otras olitas en medio, de menor cuantía pero cada una deja miles de enfermos y centenares de fallecidos.
Fíjate si tomamos el número de fallecidos acumulados, ya hemos superado los 65.000 largamente. Una cantidad importante, son dos ciudades como Alta Gracia, por ejemplo. En medio de esa subida, donde hay una especulación de acuerdo al humor de los que informan, a los gobernantes me refiero, algunos más optimistas necesitan decir que está bajando y otros lo ven como que se estabiliza. La cuestión es que estamos en un pico muy alto. Por ejemplo, hay un estudio sobre las camas de terapia intensiva de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, no estudiaron el 100% de las camas, sino que hicieron un muestreo de 3.500 aproximadamente, camas de terapia intensiva de todo el país, sin distinción, público y privado. Es una muestra bastante representativa, porque la totalidad de las camas de terapia intensiva son cerca de 6.000, por lo tanto, es una muestra del 50% del total, muy significativa pero no el total.
Lo que se encontró en ese estudio, es que el 60% de las camas de terapia intensiva ocupadas, eran por pacientes portadores de Covid en sus distintos estados de gravedad. O sea que había un 40% que eran otras patologías que son las que normalmente nutren las terapias intensivas, infecciones súper agudas, pacientes en muy mal estado que requieren de cuidados intensivos con patologías no generadas por la pandemia. Eso es brutal, ya con eso tenés una idea de que más de la mitad, es producto de la pandemia.
El otro punto es que esos contagiados, infectados de covid internados en terapia intensiva, el 80% requerían asistencia mecánica respiratoria, es decir, respiradores en distintos grados, total o parcial. Con esto estoy diciendo que la gravedad se puede medir por una cantidad de camas de terapia intensiva ocupadas con enfermos muy graves y, para comparar, el día que más internados en terapia intensiva hubo en la primera ola, fue en octubre, hubo 5.100, el 3 de mayo pasado, hubo 5.300 internados en terapia intensiva, un 5% más que en el máximo pico de internados de la primera ola.
Esto quiere decir que estamos en un estado de mucha intensidad de la pandemia en este momento y que supera los internados graves. Otra característica comparativa es que muchos de los internados en terapia intensiva, que es claramente superior a la primera ola, es que hay muchos más jóvenes que en la primera ola.
Eso también habla de dos cosas, primero, que la vacunación de los viejos, como yo, ya está aliviando la presión de la pandemia y, por otro lado, que los jóvenes son susceptibles a estados graves. Todavía no hay informes sobre las incidencias de las variantes que se están produciendo, las mutaciones que se están produciendo en el virus, la Manaos, por ejemplo. Lo que sí se sabe es que son de más contagiosidad y además más universales, atacan no solamente predominantemente a las personas mayores, sino que atacan a las personas jóvenes.
Estas variantes van a seguir produciéndose, porque los virus mutan naturalmente, entonces algunas cepas se pueden volver resistentes a las vacunas, en ese caso tendríamos un gran problema. Hasta ahora no se detectó ninguna, hablando con rigor científico, no con noticias periodísticas que dicen una u otra cosa.
M.H.: Cuando me dieron la primera dosis de la vacuna, yo le consulté a la enfermera por las contraindicaciones, me respondió que ninguna y me repreguntó por qué se lo consultaba. Yo respondí por lo que se comenta. Me dijo que no mire más televisión. Sólo para ver programas cómicos.
R.S.: Bastante sensata.
M.H.: Las medidas que ha tomado el gobierno nacional ¿son las adecuadas?
R.S.: El gobierno viene tomando medidas con retraso y no son las más adecuadas. Con retraso porque, recordarás perfectamente que un mes atrás el gobierno nacional impulsaba el retorno a las clases presenciales. También Larreta. Yo escuché al ministro Trotta unas horas antes de que hable Alberto Fernández opinando a favor del retorno a las clases. Era la posición oficial del gobierno. A último momento hubo un cambio, unas horas después apareció la orientación de suspender por 15 días las clases presenciales. Con eso ya tenemos que ver que el gobierno va con retraso, porque todos los indicadores epidemiológicos, que ahora salieron a relucir, la cantidad de contagiados por 100.000 habitantes en los últimos 15 días, es más de 150/200.
Indicadores epidemiológicos que son pequeñas variaciones se usan en todo el mundo, y que recomienda la Sociedad Argentina de Pediatría. Todos esos indicadores daban que no había que iniciar las clases presenciales. No obstante, se iba a las clases presenciales, después a último momento el gobierno nacional dio un paso atrás y quedó esta disputa metida dentro de la campaña electoral. Hay dos posiciones y cada uno de los grupos políticos importantes optó por una, eso ya es un tema de campaña electoral, no un tema epidemiológico.
M.H.: Estas hablando obviamente de la posición del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, posición más allá del tema educativo, muy arriesgada políticamente porque el sistema de salud de la Ciudad está al límite. Hoy escuché al jefe de terapia intensiva del Hospital Otamendi señalando que están al límite o sobrepasados inclusive del límite y esta situación le puede explotar en cualquier momento. Incluso este hombre hablaba de que podíamos vivir en las próximas semanas en Buenos Aires, escenas como las que se vivieron en Brasil, en los cementerios y hospitales. Me llamó poderosamente la atención porque es jefe de terapia intensiva de un hospital privado, que trabaja para Swiss Medical, y fue muy contundente en este tema. Habló más de media hora señalando que él está viviendo otra película de la que cuentan Quirós y Larreta. Y llegó a afirmar que mienten.
Si la situación explota en la Ciudad, al margen de la polémica entre clases presenciales o no, que aparte te aclaro, no va nadie a la escuela, estuve haciendo una recorrida por el barrio. Vi un cartel, en la escuela de mi nieto, que no voy a nombrar porque no quiero perjudicarlos, diciendo que no están de acuerdo con el tratamiento que se le está dando a la situación, que los niños que vayan van a tener clases con protocolos y los que no van a tener asistencia virtual.
R.S.: En muchos lugares es así. Yo vivo frente a una escuela y los chicos que entran los contás con los dedos de una mano.
M.H.: Hay escuelas secundarias cerradas. Incluso la escuela de San Juan y Av. La Plata con carteles de los chicos diciendo “Seño te quiero mucho pero no voy a venir para cuidarte y cuidarnos”. Y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presionando alos docentes y a los padres.
Pero volviendo al tema, el estado de situación de CABA donde se han triplicado los casos en relación a la primera ola.
R.S.: Así es. Ese es el problema. Primero tenemos que tomar como unidad al AMBA, hay distintos cálculos, pero se dice que hay dos millones de personas que viven en el Conurbano y vienen a trabajar a CABA y viceversa. Hay un flujo imposible de deslindar entre ambas jurisdicciones políticas. Es una unidad. Dentro de esa unidad hay desigualdades, porque hay lugares con mejor infraestructura y otros con peor. Desde mi postura médica he venido preconizando que debería haber una sola autoridad médica para la CABA y el Conurbano y una sola autoridad médica con un solo sistema de salud para todo el país.
No es una novedad pero la pandemia lo hace agudo, no pueden tener criterios distintos. Se hace notar esto porque los déficits que hay en el Conurbano, y también en CABA, se presentan las debilidades del gobierno nacional, porque no son solo las clases presenciales el tema, hay cosas que se podrían haber hecho y no se hicieron, que se podrían hacer ahora y no se hacen, por ejemplo, la centralización de todo el sistema de salud. No puede ser que una persona dependa de su capacidad de pago para ir a una terapia intensiva de mayor o menor calidad, tiene que estar toda centralizada y con libre acceso, sin distinción de obra social.
M.H.: Esa situación ha sido superada por la realidad, hay un montón de obras sociales que no tienen capacidad y están derivando a hospitales públicos.
R.S.: O hacemos un solo sistema o el sistema público termina subsidiando al privado. Fijate que en el Hospital Muñiz estaban acondicionando dos salas para dárselas a dos prepagas conocidas que no voy a nombrar. Esto no puede suceder ¿por qué los afiliados a una prepaga van a recibir mejor atención que quienes no pueden pagar una?
M.H.: Al margen de la pandemia, yo soy afiliado al Hospital Británico, hace dos meses que reclamo mi medicación que tiene la obligación de entregarme. Si no resuelven este problema la única vía que me queda es presentar un recurso de amparo. Estoy reclamando mi medicación de crónicos en el Hospital Británico y no me la envían.
R.S.: Supongo que te habrán devuelto tu cuota durante todos estos meses.
M.H.: Para nada, aumentaron, y como me retrasé en el pago me mandaron un aviso advirtiéndome que si me demoraba tres meses en el pago, me daban de baja de la obra social.
R.S.: Te iban a cortar los servicios.
M.H.: Aparte que aumentan mes a mes.
R.S.: Y ahí hay una contradicción, te cortaron los servicios antes de echarte, porque cortaron la provisión de medicación.
M.H.: Estaba al día en ese momento, aparte me puse al día después, pero hace dos meses que no recibo mi medicación. Hoy pedí el cambio de farmacia o en su defecto que me autoricen ir a buscar los medicamentos a su farmacia porque además no se puede entrar al hospital. O finalmente presentaré un recurso de amparo en la justicia porque no me están proveyendo mi medicación crónica.
R.S.: Es un derecho constitucional.
M.H.: Veinte mil pesos por mes pago.
R.S.: Y no sólo te recorta la prestación que requerís, sino que además si no hay lugar no te internan directamente. Ese es el gran problema, hay que ampliar el sistema y unificar pero no para que el Estado subvencione al privado, porque el privado no deja de cobrar las cuotas. Lo que hay que hacer es generar un único sistema en el que se atienda a todos por igual, como se hace en otros países.
En Irlanda en el primer mes, cuando la epidemia se había desatado, el Estado se hizo cargo de todas las camas privadas y públicas y repartía las camas de acuerdo a la necesidad no a la capacidad de pago y de todos los laboratorios bioquímicos para permitir el funcionamiento, que toda la gente tuviera atención. Esas son las medidas que no toman el gobierno nacional y tampoco el gobierno de la Ciudad.