La rebeldía es la vida: la sumisión es la muerte
Ricardo Flores Magón
A poco menos de dos años antes de su fallecimiento, el revolucionario anarquista Ricardo Flores Magón escribió una carta fechada el 6 de diciembre de 1920, a Nicolás T. Bernal, desde la Penitenciaría Federal de los Estados Unidos, Leavenworth, Kansas, donde terminarían sus días el 21 de noviembre de 1922 (hace 100 años). En la misiva, el líder magonista expresaba que: “No sobreviviré a mi cautiverio, pues ya estoy viejo; pero cuando muera, mis amigos quizá inscriban en mi tumba: Aquí yace un soñador, y mis enemigos: Aquí yace un loco. Pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: Aquí yace un cobarde y traidor a sus ideas”.
La congruencia ideológica y de acción política que lo caracterizó, se atestigua tanto en sus escritos como en los movimientos sociales que acompañó junto a sus hermanos, siendo uno de los intelectuales más reconocidos del proceso revolucionario de México, aunque aún hoy, sectores reaccionarios, liberales e incluso autonombrados “revolucionarios”, lo desdeñen. Sus ideas anarquistas y del socialismo libertario lo llevaron no sólo a denunciar la necesidad del establecimiento de la democracia en el país y el fin de la dictadura de Porfirio Díaz, sino que su accionar se dirigía a superar las contradicciones propias del sistema capitalista que ya emergía con mayor claridad y, por ello, consideraba que la democracia burguesa no sería la salida verdadera para alcanzar satisfacer las necesidades del proletariado y de los sectores populares, algo que hoy sigue vigente, pues esas contradicciones sistémicas se muestran más abiertas y agresivas. Fue fundador del Partido Liberal Mexicano (PLM) en 1906, representado este hecho, un peldaño más en su evolución ideológica que partió del liberalismo social al anarquismo.
En uno de sus artículos publicados en 1915 en el periódico Regeneración -que fundó (1900) y dirigió junto a sus hermanos-, escribió explicando algunos aspectos de su ideología política: “El anarquismo no es un sistema de libertinaje, sino uno que, basado en la Ciencia, nos enseña que todos los seres humanos somos iguales, y por lo mismo, nadie tiene derecho de hacer que los demás le obedezcan, ni nadie tiene la obligación de obedecer, y esto no es libertinaje, esto es: justicia”. Para líneas más adelante afirmar que: “Entonces ¿a quién quiere dignificar el anarquismo, sino a los caídos? La anarquía quiere la igualdad, y ¿quiénes se benefician con la igualdad, si no son los caídos?”.
Fue en el periódico El Demócrata donde comenzó a publicar, en esas páginas denunció diversas injusticias y levantó la voz por los oprimidos, tal y como haría en Regeneración, viviendo en ambas experiencias la represión del régimen porfirista, que se manifestaba desde la censura hasta el encarcelamiento, experimentando el encierro político en diversas ocasiones.
Por la represión y persecución porfirista Ricardo Flores Magón se exilió en los Estados Unidos, donde pretendía encontrar las condiciones necesarias para extender su labor revolucionaria, pero, al igual que en México, se le persiguió y encarceló, siendo la última vez en 1918, tras adherirse a un manifiesto anarquista que llamaba a superar las condiciones de guerra y opresión que en esos años acontecían en el mundo. El Gobierno estadunidense lo condenó a 20 años de prisión en Leavenworth, Kansas, donde moriría sin renunciar a sus ideales emancipadores a favor de la humanidad.
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