Categórico dice a todo México, “quiero ser Presidente en 2024, me he estado preparando para ello desde hace 40 años y las condiciones están dadas”. Antes y después de la Presentación de su libro, se le nota contento, en paz, conocedor de temas centrales nacionales.
Forjado en las elites del poder mexicano, Marcelo Ebrard ha vivido 4 Mexicos, 1.- el de la transición aterciopelada de 2000 cuando el PRI perdió la presidencia de la Republica después de 70 años de poder ininterrumpidos con tres fusiones internas, Partido Nacional Revolucionario 1928-1938; Partido de la Revolución Mexicana 1938-1946; Partido Revolucionario Institucional 1946-1977-2000; 2.- alternancia hacia el Partido Acción Nacional, PAN 2000-2012; 3.- regreso del PRI seis años con Enrique Peña Nieto y; MORENA con Andrés Manuel López Obrador en 2018 a la fecha.
La política en México tiene sus variables, pero muchas veces o la mayoría de las veces son los ismos actores políticos en diferentes etapas de su vida, por eso la mayoría son conocidos entre sí. Es una clase política que poco se recicla en lo individual, aunque muchos de ellos saben dejar antañas formas de hacer política para acoplarse a los nuevos tiempos que el país requiere. Es el Caso de Ebrard. Busca convencer de que su mayor aspiración o meta es que el país alcance su máximo potencial, reduzca la pobreza nacional que aún campea y no la niega, para tener una sociedad de bienestar y prosperidad compartida. Algo así como un Estado Benefactor, que no asistencialista.
De cara a las elecciones presidenciales de 2024 publica su libro “El Camino de México”, aunque el de la propia elección es escabroso y aún difícil de recorrer, pero en las presentaciones que hace de dicho libro, con un lenguaje simple y llano para los mexicanos, acerca a su campaña más adeptos, aunque la elección de MORENA para sacar a su candidato presidencial será por ENCUESTA, sin definirse aún los detalles de la misma o, al menos, la población no lo sabe a ciencia cierta.
Despliega en sus ratos libres porque sigue siendo canciller de México, un acercamiento directo con grupos de todo tipo, empresariales, deportivos, culturales, jóvenes, mujeres, campesinos, obreros, pescadores, intelectuales, jóvenes y clase media, esa que dice debe ser rescatada, porque le da cohesión al país y, permite un fortalecimiento y unidad de todos los mexicanos. Poco habla de programas asistencialistas y más lo hace de generación de políticas públicas con perspectiva de derechos humanos, género y respeto al interés superior del menor, por eso no es mentira que en el exterior lo ven como un aspirante bien posicionado cuya imagen causa simpatía y adeptos.
Como nunca un Secretario de Relaciones Exteriores, había tenido tanta aceptación en el concierto de las naciones, porque es considerado si no un estadista aún, uno próximo a serlo y que debe demostrarlo aún más para que no haya duda de que debe ser primero, candidato presidencial de MORENA y luego ganar la elección a la oposición, PRI, PAN, PRD, que se ve desdibujada ante pugnas internas que los alejan de una candidatura unida y fuerte, ya que a estas alturas, la oposición no tiene un nombre de mujer u hombre como fuerte aspirante a dar la batalla; estrategia, falta de vocación política, negociación o resignación.
La lectura de su libro se hace necesaria para entender un poco lo que busca para México, pero no lo es todo, porque últimamente su papel de canciller y hombre de estado, lo hace uno de los favoritos para ser inquilino de palacio nacional, aunque reiteramos, falta mucho y todo puede pasar, en la forma de cómo se hace política en México, en uno aún bronco y grandes diferencias deudas sociales. Lo cierto es que estamos a un año de la elección presidencial y los candidatos que el Presidente llama “corcholatas”, tendrán que decidir seguir siéndolo o convertirse en estadistas, que es lo que requiere el país.
Rafael Marín Marín es Secretario General del Frente Jurídico Nacional en Defensa de la Constitución y el Estado de Derecho.
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