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Claudia Sheinbaum y su reto

Fuentes: Rebelión

Daniel Cosío Villegas, en “El estilo personal de gobernar”, nos dice de un gobernante que, el temperamento es una particularidad con la que se nace y, el carácter se forja a lo largo de su vida. Ha terminado el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y será el pueblo y la historia, como en el caso de sus antecesores quien lo juzgue.

La etapa de una nueva presidencia de México, la de Claudia Sheinbaum Pardo, con un origen ideológico puro de centro izquierda ha iniciado, que durará un sexenio algo así como 72 meses, 2190 días. Bajo la protesta de guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y desempeñar patrióticamente el cargo, en el caso de ella, de Presidenta, 120 millones de mexicanas y mexicanos, abrigan una nueva oportunidad de seguir mejorando sus niveles de vida, presente y futuro con estabilidad en general, pero además, sacudirse la violencia que si se dice no general en el país, sí palpable en diversas manifestaciones y grados múltiples, por zonas, por épocas, momentos o circunstancias.

Independientemente de las acciones estratégicas que tenga programadas la Presidenta Sheinbaum para su gobierno, los artículos 25 y 26 constitucionales le imponen al Estado Mexicano, mantener y salvaguardar la rectoría del desarrollo nacional, garantizando que ésta sea integral y sustentable fortaleciendo con ello, la soberanía nacional y su régimen democrático, mediante la competitividad, el crecimiento económico y una mejor distribución del ingreso y de la riqueza, con pleno ejercicio de libertad y dignidad de los individuos. Lo anterior, también de la mano con la organización de un sistema de planeación democrática del desarrollo–Plan Nacional de Desarrollo- que imprima solidez, dinamismo, competitividad, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y la democratización política, social y cultural de la nación. En síntesis, la constitución le impone al Estado, una planeación democrática y deliberativa en bien de todo el pueblo mexicano y estratos sociales constitucionalmente reconocidos y protegidos por los artículos 1 y 133 entre otros constitucionales.

No podemos pasar por alto que, los días previos a su toma de protesta de Claudia Sheinbaum y los posteriores, el poder legislativo a iniciativa del ejecutivo saliente, aprobó reformas constitucionales donde destacan, la reforma judicial federal, la trasferencia de la Guardia Nacional a las fuerzas castrenses, reformas en materia de justicia social para los pueblos originarios y, otras más programadas, donde por el bien de México esperamos debates de altura y no soberbia verbal legislativa en la reglamentación de las mismas.

Lo anterior debe ser tomado en cuenta por los actores políticos legislativos y de partidos, que en nada abona a esta nueva etapa política de la Republica, que se privilegien los dimes, diretes, descalificativos y ofensas, sobre lo que sí requiere la nació; diálogo y concertación –que no concertacesion- sobre todo en un tema por demás preocupante para todos, la sensación de inseguridad pública e impunidad, que muchas veces termina en desapariciones, homicidios, violencia, todo ello, que no permite el estricto cumplimiento del objetivo que se trate, tanto en la acciones estratégicas de la nueva Presidenta, como de las que conformen el Plan Nacional de Desarrollo y los compromisos adquiridos internacionalmente dado nuestros tratados comerciales, financieros, progresividad y de convencionalidad surgidos como ya lo hemos manifestado entre otros de los artículos 1 y 133 constitucionales. La presidenta Claudia deberá como se espera cumplir la constitución y cumplirle a su convicción democrática y ética.

Platón nos dice que, la política es una ciencia de un conductor de mando directo sobre… hombres… y que la función del político, en este caso de Claudia la política, es ver por la polis…y que los buenos gobiernos en este caso surgidos democráticamente no dependen solo de ello, sino más bien, de la aplicación del arte de la política, lo que yo llamo, el arte de los muchos. Hoy México tiene un nuevo gobierno y debemos por ello, albergar nuevas estrategias de trabajo conjunto, reconciliación nacional en todos los sentidos, respeto a la Constitución y el Estado de Derecho. Nos lo merecemos. Abordaremos temas de este corte, más adelante.

Rafael Marín Marín es Secretario General del Frente Nacional Jurídico en Defensa de la Constitución A.C.

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