Hemos los mexicanos tenido en este 2024, procesos electorales en nueve gubernaturas incluida la Ciudad de México, la renovación de la Cámara de Senadores y de la Cámara de Diputados y por supuesto, la Presidencia de la República. Si bien es cierto no se renovaron todas las gubernaturas del país porque son procesos dispares en todo el territorio nacional, salieron a votar de 90 millones de mexicanos, casi 50 millones, lo que es interesante, no por 40 millones que no votaron que finalmente fue su decisión, derecho y prerrogativa, que, en la tradición mexicana, significa que quien no vota “no puede exigir ni demandar en contra o a favor” de las decisiones que tome el gobierno como tal.
Pero ese no es el quid del asunto, sino el hecho de que quienes decidimos votar por una elección de nuestra preferencia -que no significa generar polémica por los que no votaron, ni tampoco dejar de respetar la decisión de sufragio por cualquier opción política o alianza por lo que sí lo hicieron- tenemos una enorme oportunidad, derecho y bono democrático, que en el país debemos potencializar, utilizar y convertirlo en cumplimiento de políticas públicas estatales, que nos otorguen a todos los mexicanos entre otros, seguridad pública, salud, educación, vivienda, empleo, desarrollo sustentable, seguridad social, políticas incluyentes, justicia social, política migratoria DDHH, polos de desarrollo y en síntesis, generar una convivencia jurídicamente civilizada en todo el país, con pleno respeto al Estado de Derecho y los Derechos Humanos, en su progresivo y convencional escenario que se viven en el derecho comparado y del mundo del cual somos parte en términos de los artículos 1 y 133 constitucionales entre otros.
El partido Morena ha obtenido la mayoría de los estados, congreso junto con aliados y la Presidencia de la República, siendo ya gobierno y quedado atrás el proceso electoral, las campañas y arengas proselitistas. Un mes de gobierno presidencial no es suficiente para emitir un diagnóstico general de pro y contras, sino más bien un tiempo razonable para ir viendo cómo se acomoda el tablero político que habrá de concretar las reformas constitucionales en puerta, el Plan Nacional de Desarrollo y los programas sectoriales y específicos.
Evidentemente, los programas sociales del pasado inmediato no han parado de otorgarse y se empieza a vislumbrar una forma de hacer política presidencia más cercana a la gente, por lo pronto a escasos días de tomar protesta la Presidenta Claudia Sheinbaum acudió a Acapulco a constatar personalmente los avances de la reconstrucción, perfilándose un acercamiento más directo con la comunidad, que permite al gobernante, tener información y vivencia de primera mano, y no la surgida muchas veces de información proveniente de asesores cuya información puede ser tan fría como la tarjeta misma donde se imprime. Otro anuncio, la creación de la Serearía de la Mujer y en puerta, la no reelección en cargos de elección popular, en los estados y la federación, lo que equivale ADIOS a la herencia policía paternalista, que existe en todos los partidos incluido el gobernante.
Sin duda alguna la Presidenta de México está experimentando desarrollar su estilo personal de gobernar –como lo define Cossio Villegas- mismo que impregnará a sus más cercanos colaboradores y en los cuales confía, que no siempre son todos los de su gabinete, ni todos los legisladores y ella lo sabe. Por lo que seguramente su estrategia política estará muy llena de informes de sus colaboradores de ella para con su gente de confianza y, sobre todo, constatar que se está cumpliendo con sus compromisos de gobierno, la ley y sin actuaciones políticas o subrepticias a espaldas de ella, que pareciera se empiezan a ver, surgidas precisamente de protagonismos viscerales de segundos o terceros, que muy lejos están de apoyar a la titular del poder ejecutivo. En el argot mexicano es llevar agua para sus molinos. Al tiempo.
Tema central es también, el hecho de que debe todo el gobierno federal y los estados hacerle llegar a la titular Federal, la información más fidedigna posible a efecto de que ella con la experiencia adquirida por su paso como Jefa de Gobierno, científica y académica, además de política de sepa pura de izquierda y no proveniente de un hibrido escenario político pasado, tome las mejores decisiones posibles en bien del pueblo de México, que le permita generar imagen en corto tiempo no solo de presidenta que cumple sino de estadista, que es lo que requiere también el país y el comienzo es en ese sentido aceptable y perfectible.
Hoy los mexicanos no solamente tenemos por primera vez una mujer presidenta, sino la gran oportunidad de demostrar como las mujeres lo han hecho a lo largo de la historia, que siguen siendo ser capaces de resolver problemas de raíz con valentía, honor y sabiduría, Son ellas nuestras mujeres mexicanas, quienes nos dieron la vida, nos cuidaron de niños, son nuestras esposas, madres, hermanas, hijas, en el argot mexicano quienes estiran la liga para que alcance el dinero, lo que es reconocido y plausible.
Tengo la firme convicción que México vive una etapa importante en su ascenso a otros escenarios de unidad, libertad, democracia y políticas públicas más sensatas, no porque los hombres no hayamos sido capaces de hacerlo, pero cada quien evalué los resultados en los últimos 18 años. México es un país de mujeres y hombres sabios, pero también de anquilosados en los pasados ideológicos y políticos que dejaron de estar de moda, sin que ello implique que el respeto al Estado de Derecho, la jurídica, la legalidad y la justicia social, dejen de tener moda, no lo son, no lo serán y si serán garantías nacionales que deben seguir siendo más tangibles para todos. Un tema más que se queda en el tintero para otra ocasión es el relativo a las relaciones bilaterales México-Estados Unidos, donde seguramente la Presidenta Sheinbaum, afina detalles de este escenario que sabía desde su toma de protesta llegaría en breve. Los mexicanos y los hermanos migrantes en Estados Unidos deben estar seguros que la Presidenta de México no los dejará desamparados y defenderá sus derechos humanos, estén donde estén.
Rafael Marín Marín es Secretario General del Frente Nacional Jurídico en Defensa de la Constitución y el Estado de Derecho.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.