“La vieja derecha ha muerto, se lo tenía merecido”. Alain de Benoist
1. Introducción
A pesar que existen en el país al menos cuatro frentes opositores de derecha que plantean llegar a la presidencia en las elecciones de agosto de la gestión en curso, tímidamente se puede notar alguna diferencia con las propuestas políticas de la denominada derecha en Bolivia en los años 90. Tanto Samuel Doria Medina, Jorge Quiroga, Manfred Reyes Villa o incluso Jaime Dunn, son muy escuetos en diferenciarse del pasado, al contrario, parece que no consideran que ese pasado derrotado fue derrotado, sino que es necesario traerlo de vuelta para concluir lo que sus gestores no pudieron hacerlo.
2. Jorge Quiroga y Francis Fukuyama, el fin de la historia
Para Jorge Quiroga, la doctrina (neo)liberal, la cual triunfó tras la caída de la URSS, sigue siendo la doctrina dominante en el mundo (SIC). La triada de Fukuyama: globalización, democracia liberal y capitalismo universal, tan extendida en su tiempo porque significaba el fin de la historia de la humanidad, hoy no representa ni la mitad de lo que quiso representar en su tiempo, no obstante, para el expresidente, parece que el tiempo no pasó y sigue pensando que vive en los años 90 y Fukuyama es el autor de cabecera de toda su generación.
El hegelianismo de Kojeve, de moda en esos años, y la teoría que fue dominante en casi toda la academia en Bolivia y en el mundo occidental, hoy apenas es un recuerdo tan lejano, como quien trata de entender la Bolivia actual con los cánones previos al año 2005. Pero para Jorge Quiroga, parece que Fukuyama y el “hegelianismo de derecha” es el corpus teórico más completo para explicar la actualidad de la política mundial.
2.1. Fukuyama perdió contra Huntington
Dentro de los círculos que debaten filosofía de la historia y geopolítica, se usa mucho la metáfora de la victoria de Samuel Huntington sobre Francis Fukuyama para responder al apotegma de Fukuyama sobre “el fin de la historia”. En otras palabras, se habla de la victoria de la teoría del “Choque de Civilizaciones” a la teoría del “Fin de la historia”. En este sentido, a la frase de Francis Fukuyama: “«Si el final del siglo XX tiene sentido, (estamos hablando) de una historia direccional, orientada y coherente, que posiblemente conducirá a la mayor parte de la humanidad hacia la democracia liberal”, se responde con la frase de Huntington: “(…) la cultura y las identidades culturales, que en su nivel más amplio son identidades civilizacionales, están configurando las pautas de cohesión, desintegración y conflicto en el mundo de la posguerra fría”.
Sin embargo, a pesar de ello parece que Jorge Quiroga no está enterado de este debate.
2.2. Estados Unidos y el mundo unipolar para Jorge Quiroga
En concomitancia con esto y el trasnochado hegelianismo de derecha, se tiene la caída del liderazgo hegemón de los Estados Unidos y con ello todo el andamiaje teórico con el que construyó su poderío teórico y político. La representación evidente de esto es la presidencia de Donald Trump, muy alejado de las corrientes oficialistas del “deep state” estadounidense por una relación mucho más cercano a gobiernos en otrora enemigos como Rusia y la influencia que pueden tener autores e intelectuales como Alain de Benoist, Maurice Sebastien, Alexander Duguin, Martin Heidegger y otros en el pensamiento de las élites rusas y quizás estadounidenses. Alexander Duguin expresó hace poco que “Donald Trump seria uno de los primeros presidentes del mundo en seguir la Cuarta Teoría Política impulsada por Rusia”.
El mundo multipolar, lo que no quiere decir antimperialista o de izquierda, pero si quiere decir anti-atlantista, es el campo teórico más fértil para que este tipo de doctrinas tomen espacio, la “nueva derecha” (Nouvelle Droite), es una derecha post-unipolaridad e influenciada más por el culturalismo civilizatorio de Huntington que la democracia liberal estadounidense. La defensa de las élites capitalistas es más un tema de defensa de la cultura política conservadora de un pueblo que ve en el capitalismo la forma más eficiente de desarrollarse, incluyendo un capitalismo de Estado que una defensa de los principios liberales, los cuales los consideran fracasados junto al progresismo.
Jorge Quiroga, anclado en los años 90s, no ve esta realidad.
3. Samuel Doria Medina y la socialdemocracia restauradora
Samuel Doria Medina es parte de la Internacional Socialista, no la Internacional Comunista clásica de Marx o Lenin o incluso Trotsky, sino la Internacional que es una facción de los intentos socialchauvinistas y reformistas de la II Internacional. Esta Internacional recién fue fundada en 1951 compuesta por partidos socialdemócratas, laboristas y otros, quienes planteaban reformar el capitalismo, pero no destruirlo.
Los impulsores e ideólogos de esta corriente política, han tenido un paso desde el centro izquierda hasta la derecha neoliberal más rapaz, incluyendo a partidos como el PRI de México u otros como el antiperonista UCR de Argentina, no existe líneas teóricas homogéneas internamente, por lo que alguien como Samuel Doria Medina, un exministro de la época neoliberal criticado por haber privatizado empresas del Estado puede pertenecer a sus filas sin ninguna dificultad aparente.
Aunque Doria Medina, es muy lacónico cuando habla de su identidad política e ideológica, y a pesar de ser parte de una entidad supuestamente de centro-izquierda, su posición política sigue siendo la misma que en los años 90, al igual que Jorge Quiroga. Quizás la única diferencia entre ambos, es que Doria Medina trata de inmiscuirse más dentro de lo nacional popular y extraer el voto de sectores populares, en el pasado cooptados casi en su totalidad por el MAS-IPSP y sectores de izquierda.
Samuel Doria Medina no emite criterios polarizantes como tomar posición a favor o en contra de los Estados Unidos, ni tampoco con Rusia o China, no porque no tenga una posición, sino porque entiende que electoralmente no son temas que le puedan sumar votos, pero si pueden restarle, y prefiere el silencio pragmático antes que la discursiva polémica.
4. Manfred Reyes Villa, el cholo en la arena política
Si existe algún expresidente en Bolivia con cierta similitud con Reyes Villa es René Barrientos, un militar nacionalista de derecha con cierta afinidad con sectores populares que usó una narrativa del nacionalismo revolucionario para quitarle todo lo revolucionario del nacionalismo, Manfred Reyes Villa -con sus diferencias- tiene mucho de Barrientos. Manfred no es un indígena, pero no tiene un problema frontal con ellos, como quienes plantean reconstruir la vieja republica colonial, Manfred es un exmilitar, por lo que goza de lo popular que puede brindarle el haber sido formado en el interior de los cuarteles, asimismo, Manfred, aunque toma posiciones conservadoras y afines con los Estados Unidos en su mayoría, no se niega a ver el mundo multipolar con India o China o a hacer negocios con estos países.
Manfred puede denominarse cholo, no porque él quiere reivindicar la identificación de cholo o de “ser cholo”, sino porque actúa como tal. Ser cholo no es ser precisamente mestizo, un mestizo tiende a atacar o menospreciar lo indígena, un cholo, aunque mestizo en su condición no tiene un problema directo con lo indígena, porque tiene prácticas que fácilmente lo relacionan con su origen indígena. Manfred trata de acercarse al medio político, trata de ser un socialdemócrata con relación con lo nacional popular, sin embargo, aunque él se “enchola” para hacerlo, su circulo social y sus propios intereses de clase lo obligan a tomar posición en defensa del privilegio del blancoide, lo que, obviamente, limita su accionar.
Si se lo puede denominar a Manfred de alguna manera, es un hombre pragmático, que apunta a ser parte de la centro derecha y arrastrar los valores más conservadores de lo nacional popular. Se diferencia de Doria Medina porque Manfred es una derecha que puede fácilmente buscar relacionarse con el mundo multipolar y los BRICS, lo que Doria Medina no se plantea como opción.
5. Jaime Dunn, un liberal-libertario en un país que no lo necesita
5.1. ¿Qué son los libertarios?
Ahora que está de moda los “libertarios” y el odio con el que se expresan contra cualquier corriente igualitarista o estatalista (a todo le llaman socialista), es importante entender qué son estos personajes tan llamativos denominados “libertarios”, como Jaime Dunn, por ejemplo.
Ser libertario inicialmente en Europa en el siglo XIX, además de ser anti-estatalistas y defensor de las libertades individuales, era también considerado como sinónimo de anarquista. La influencia -por ejemplo- de Proudhon y su crítica a la propiedad privada, era la base de casi todo socialismo libertario.
El socialismo utópico, Babeuf, Saint Simon, etc., también influyeron positivamente en Proudhon, al igual que en Marx. Empero, las relaciones entre Proudhon y Marx, de cordiales terminaron siendo hostiles por las múltiples discrepancias ideológicas, Marx lo acusó al final de idealista, al igual que Bakunin, el otro gran anarquista de aquella época.
La influencia del pensamiento anarquista socialista o comunismo libertario, llegó a ser muy amplia, en especial en España (Guerra Civil), en Inglaterra y también en Francia…con su combate al estatalismo soviético, la doctrina libertaria gozó de amplio apoyo, incluso en la Escuela de Frankfurt.
5.2. ¿Entonces en qué momento la doctrina libertaria se convirtió en una corriente reaccionaria y defensora acérrima del monopolio capitalista?
Ya en Europa con autores como Max Stirner y su “ultra egoísmo” influenciaron en las doctrinas libertarias “de derecha” en el siglo XIX, las que no solo buscaban la liberación del individuo del Estado, sino que defendían la propiedad privada y atacaban el igualitarismo.
Sin embargo, no fueron tan populares como los libertarios “de izquierda” por la época. En un lugar donde si fueron populares fue en EEUU a la cabeza de personajes como Benjamin Tucker, traductor de Bakunin y Proudhon en su país, sin embargo, tenía ideas diferentes donde además de atacar al capitalismo, defendía el libre mercado (SIC), e incluso decía que la policía debía ser privada.
En sentido estricto, las contradicciones en estas doctrinas eran múltiples y los choques tanto con el capitalismo y el socialismo eran latentes…por eso los libertarios más estudiosos dicen que no existe un corpus teórico riguroso en el “libertarismo”, sino, un “programa de investigación”.
De todas maneras, así como la palabra socialismo significaba otra cosa diferente antes de Marx y comenzó a usarse casi 100 años antes, la palabra libertario significa algo diferente antes de Murray Rothbard y después de él.
La palabra libertario o la doctrina libertaria desde Rothbard con influencia de Von Mises, Ayn Rand y otros de la Escuela Económica Austriaca, es la que actualmente usamos para denominar lo que es un “libertario” ya no hablamos de los libertarios de Proudhon, sino de los de Rothbard, y su fiel seguidor, Milei. En otras palabras, la filosofía libertaria logró casarse con la Escuela Austriaca de la Economía y esa es la doctrina libertaria actualmente.
Si para los socialistas el pensamiento de Marx, según Lenin, es una mezcla de la Economía Inglesa, la Filosofía Alemana y el Socialismo Francés, para los actuales libertarios, el pensamiento libertario sería una mezcla de conservadurismo cristiano/evangélico (¿sionista?), Escuela Austriaca de la Economía y el Anarcocapitalismo de Rothbard.
Con esto no se quiere decir que todos los libertarios piensan igual, como no todos los socialistas piensan igual…existen doctrinas, paleolibertarios, voluntaristas, anarcocapitalistas, ¿neoliberales?, etc., sin embargo, todos tienen en común:
Son anti estatalista y anti igualitaristas, buscan defender el libre mercado en todas las esferas de la vida, incluyendo en temas de seguridad y justicia en extremos, al mismo tiempo, defienden las libertades individuales en abstracto y la propiedad privada sobre todas las cosas, incluyendo los monopolios privados.
5.3. ¿Puede Dunn sorprender con su libertarismo?
Dunn se diferencia de Quiroga, Samuel y Manfred porque no es precisamente de la derecha neoliberal de los años 90s, y tampoco trata de edulcorar sus posiciones ultraderechistas e individualistas, sin embargo, fuera de la caja de resonancia de algunos grupos ultraradicales, su llegada política es mínima, por lo que sus ideas, siendo supuestamente nuevas, no gozan del apoyo social que esperaría.
5.4. ¿Es Dunn una nueva derecha?
Si tomamos en cuenta que la “Nueva Derecha” es más bien afín a gobiernos como Putin en Rusia o Narendra Mosi en India (o incluso Trump en Estados Unnidos) y que busca reproducir un capitalismo estatalista y proteccionista en desmedro de un libre mercado dogmático, Dunn está más cerca de ser parte de la viejas ideas neoliberales de los años 90s, antes que de la nueva derecha, y si a esto añadimos que sus principales afines son personajes como Milei, que en realidad buscan volver a su país un satélite devoto del cada vez más débil mundo unipolar, Dunn es todo lo contrario a los nuevos objetivos de la derecha en el mundo.
6. Fin
¿Qué propone la derecha a Bolivia? Al parecer muy poco.
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