1. Construcción de «etapizaciones»
La construcción de etapas para entender el “Proceso de Cambio” como proceso político es común. Etapizar un proceso histórico significa encontrar ciertas continuidades y rupturas que van constituyendo el devenir del mismo proceso histórico, es decir, se va construyendo una línea de espacio-tiempo que explica lo acaecido y los vaivenes que presenta. La etapización tiene objetivos explicativos y generalmente se realiza de manera ad hoc, además que busca dar explicaciones macro a los fenómenos políticos que permitan crear un margen de explicaciones coherentes y que no se alejen de la etapización creada por la epistemología del autor.
2. Álvaro García Linera y las tensiones creativas
La etapización realizada por el exvicepresidente es la más conocida, y de alguna manera la más estudiada por intelectuales y políticos. La etapización de García Linera es la siguiente:
Primera fase: develamiento de la crisis del Estado que iniciaría el año 2000 hasta el año 2003.
Segunda fase: el empate catastrófico que iniciaría el año 2003 hasta el año 2008.
Tercera fase: capacidad de movilización convertida en presencia estatal gubernamental que inició el 2006 y que no tiene una conclusión temporal efectiva, sino que sería una fase constante.
Cuarta fase: punto de bifurcación o momento jacobino de la Revolución. Esta fue la fase más corta pero la más cualitativamente valiosa cuando entre agosto y octubre del 2008, las fuerzas revolucionarias chocaron contra la reacción derrotándola.
Quinta fase: emergencia de las contradicciones creativas inició después de la victoria en contra del bloque restaurador 2009 y continuó indefinidamente, porque sería la etapa de la gestión en el Estado. García Linera no teoriza un fin de esta última fase debido a que las contradicciones en el seno del pueblo (Mao Tse Tung) como en algún momento el mismo García Linera lo estableció son constante y se crean y destruyen constantemente.
Para García Linera no existe una “Sexta etapa” o algo parecido, solo una interrupción del proceso político por parte de la crisis política del 2019 y la ruptura constitucional.
3. Hugo Moldiz y el momento heroico
Hugo Moldiz, periodista y exautoridad del Estado Plurinacional de Bolivia, también se refirió a una posible etapización del Proceso de Cambio en su libro “Golpe de Estado en Bolivia, la soledad de Evo Morales”.
El autor realiza una periodización y subperiodizacion distinta a la efectuada por Linera, aunque en términos generales es posible encontrar comparaciones históricas.
Primero habla de “Momento heroico”, el cual se sitúa entre el año 2000 y el año 2009, dividido en dos subperiodos: 2000-2005 y 2006-2009, el periodo de la “ralentización” (2010-2016) y finalmente, el periodo de ocaso (2016-2019).
La diferencia con Linera es mínima, porque, al igual que el exvicepresidente, considera que el momento heroico, o definido por Linera como “Develamiento de la crisis del Estado”, se dio el año 2000 con la denominada Guerra del Agua, cuando sectores reaccionarios y neoliberales pretendían privatizar el agua en la ciudad de Cochabamba, lo que provocó olas de movilizaciones hasta lograr evitar que la empresa que buscaba hacerse con el agua de la ciudad lo consiguiera.
La diferencia sustancial entre ambos autores, radica en la fecha de publicación de su etapización, si para Linera, todo había terminado con las “tensiones creativas” y que después de eso vino el golpe de Estado, para Moldiz ya desde el año 2016 empezó a suscitarse en el MAS-IPSP un ocaso producto de los intentos reeleccionistas de Evo Morales.
Continuemos, Moldiz califica el segundo periodo de la revolución como la fase “ralentizadora”, debido a que se inicia con un periodo de relativa estabilidad socio-económica debido a los logros en materia económica, los cuales, provocaron una especie de “economicismo”, en el MAS-IPSP donde los datos y los resultados económicos eran más importantes que los logros políticos. Esta fase, para Linera no existe, porque para él, lo que para Moldiz era ralentización, para él era: “contradicciones o tensiones creativas”. Esta diferencia radica en temas estratégicos, para Linera la revolución debía ir camino a la construcción del Capitalismo Andino – Amazónico, que es más o menos lo que se consagró en estos últimos años, en cambio para Moldiz el objetivo en última instancia siempre fue el socialismo.
Finalmente, en el ocaso de la Revolución, Moldiz vio una “clasemediación” de las políticas gubernamentales, así como, un alejamiento del progresismo por una tendencia más socialdemócrata en el mismo MAS-IPSP, además de una creciente influencia del Estado como actor social y no de los movimientos sociales, por lo que consideró que se estaba gestando las condiciones propicias para que la revolución pueda ser reemplazada por sectores conservadores que ya, en el fondo, eran parte del mismo MAS-IPSP …”cuando el poder se vacía de clases, es lógico que lo llena la derecha que, en cambio, solo necesita sus intereses, sus dirigentes y la inactividad de las masas”. (Zavaleta)
Sobre el Gobierno de Arce, Moldiz lo considera como un gobierno bajo mucho ataque de ambos flancos, tanto del izquierdo con Morales como de la derecha tradicional, pero no lo categoriza aun como parte de una nueva o vieja etapa.
4. César Navarro y los tres momentos constitutivos de la historia boliviana
César Navarro realiza una etapización del Proceso de Cambio diferente a la efectuada por sus antecesores, para este autor -quien también fue ministro de Minería del gobierno de Evo Morales- la Revolución Democrática y Cultural sería el tercer momento constitutivo de la historia boliviana, el primero fue la fundación de la república, el segundo la Revolución Nacional.
Este tercer momento tenía la siguiente Etapizacion con sus respectivos momentos y “submomentos” (Navarro, 2021):
4.1. Momento Constituyente: Derrota del viejo Estado, nacimiento del Estado Plurinacional.
4.1.1. Momento de la desestabilización, intentona golpista para trabar la Asamblea Constituyente.
4.1.2. Momento del derrocamiento. Constitución de la media luna.
4.1.3 Momento del golpe de Estado Cívico prefectural y la división de Bolivia.
4.1.4 Cierre del ciclo constituyente y victoria del campo popular-plebeyo.
4.2. Estado Plurinacional: Tensiones y conflictos. En esta parte el autor habla de todos los factores constitutivos de la Revolución Democrática y Cultural, no tanto en forma de etapismo o de manera cronológica, sino de manera estructurante, desde los sectores sociales, sus demandas, el racismo, las oposiciones, etc.
4.3. Golpe de Estado 2019
Como pudimos ver, César Navarro no realiza un trabajo cronológico similar al efectuado por Linera o Moldiz, al contrario, hace hincapié más en el momento constitutivo que fue precisamente la victoria de Evo Morales hasta la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado, la cual, el mismo autor lo especifica en su libro, sería el resultado de décadas de resistencia anticolonial.
Para este autor el golpe de Estado estuvo después conjurado por la derecha en tono geopolítico para acabar con los avances sociales, asimismo, también expresa que, en la última fase de la Revolución fue el Estado y el electoralismo el que suplantó a la construcción del Estado Plurinacional y a la aplicación de la recientemente aprobada constitución.
Navarro no se pronuncia sobre el gobierno de Arce.
5. Rafael Bautista: teoría del termidor
Rafael Bautista es un filósofo y pensador conocido por su posición anticolonial y teórico del Vivir Bien. El autor a diferencia de García Linera, que tiene una visión marxista heterodoxa de la realidad o de Moldiz que tiene una visión ortodoxa del marxismo, o del mismo Navarro que tiene una visión equidistante desde la crítica de izquierda nacionalista y zavaletiana, parte desde la crítica anticolonial y transmoderna para efectuar sus análisis, lo que le permite tener una óptica diferente a las que leímos hasta el momento sobre un posible etapismo en el Proceso de Cambio.
Para Bautista el Proceso de Cambio: “tenía sentido dentro de los márgenes de lo que constituía una “revolución democrático-cultural”. Esta caracterización era lo que distinguía y singularizaba al proceso de cambio que había originado el contenido nacional-popular de, sobre todo, octubre de 2003 (o lo ambiguamente denominado como “guerra del gas”). Por eso aquello significó una auténtica “crisis de Estado”. Las expectativas populares no apuntaban a la mera transferencia de poder o cambio gubernamental sino a la transformación del Estado en cuanto recuperación de la soberanía popular. Esto significaba la reconstitución del poder popular; por ello la “crisis de Estado”, no sólo del modelo neoliberal, exigía una transformación del concepto mismo de Estado.
Esta definición de Bautista, identifica al Proceso de Cambio como parte de una Revolución Democrática y Cultural, y da como inicio de este proceso político el año 2003, justo producto de la “Guerra del Gas” en Bolivia, aunque considera limitada la definición de “Guerra del Gas”.
Para Bautista el 2003 fue el zenit de la Revolución en tanto acto subversivo que cambió el lenguaje político en Bolivia y configuró históricamente toda una nueva manera de ver la realidad y la historia en el país, obviamente, ese caso no fue un hecho aislado e icónico, sino un regreso a las memorias más profundas de las clases subalternas levantadas en movilizaciones sociales en contra del status quo y por la búsqueda e inclinación por la comunidad como forma alternativa de vida y de reproducción de vida.
Hasta aquí tenemos una pista para encontrar “el etapismo de Bautista”, para este autor, el 2009, la negociación de la nueva Constitución entre la aprobada inicialmente en Sucre y la llevada y transformada en Oruro y después, fue el inicio de desplazar al sujeto del Estado Plurinacional o constitutivo del Estado Plurinacional (indígena/originario/
Una de las tareas del denominado “termidor”, es precisamente vaciar de contenido a la Revolución y socavar su legitimidad, transformando una revolución a simplemente la reproducción del poder por el poder.
Para el autor, el vaciamiento de la Revolución, entendido esto como perdida de horizonte transformador inició con el Termidor, quien: “(…) promovió la misma intelectualidad que ahora se rasga las vestiduras con lo que llaman “régimen totalitario”. El “termidor” los representa muy bien, incluso en la beligerancia, porque siendo aquellos poder, harían lo mismo o peor. No se trata de la crítica a las personas sino a lo que éstas representan; porque en política, las personas encarnan categorías políticas, es decir, formas de ver y relacionarse con la realidad.”
Aunque Bautista no da un nombre al “termidor”, se puede sospechar que se refiere al exvicepresidente, Álvaro García Linera; quizás el autor no lo menciona porque considera que tanto el “termidor” como una persona, son una y la misma cosa, y a momentos son diferentes, como sucede en la icónica novela Mary Shelley: “Frankenstein o El moderno Prometeo”, entre el Dr. Frankenstein y el monstruo, al final uno no sabe quién es quién, ambos podían ser el otro. De todas maneras, en otros escritos si es más directo al mencionar expresamente el rol del exvicepresidente.
Bautista a diferencia de Moldiz, Linera y Navarro, en su periodización trata de efectuar un camino de infortunios que desembocaron en la caída el 2019, el autor de manera extraordinaria en un artículo publicado en enero del año 2018 vaticina la posibilidad de un golpe de Estado en Bolivia o “Revolución de Colores” y casi predice lo que pasó el año 2019, lo que ningún anterior autor pudo advertir.
Las periodizaciones de Linera, Moldiz y Navarro tienen en común realizar cortes que permiten visualizar un avance en el proceso, un estancamiento o un posible declive, al menos en Moldiz y Navarro (quizás porque sus libros fueron escritos a posteriori) lograron identificar el punto de quiebre que tuvo su desenlace el año 2019, Linera, al contrario, se quedó en las “tensiones creativas” y no avizoró la caída. Bautista, al contrario de estos autores, usando una epistemología diferente donde contabiliza poco a poco la pérdida de horizonte mediante acciones que opacan o menoscaban el horizonte plurinacional y constituyente primario con el constructo teórico del “termidor”, concluyó prediciendo lo que podría pasar el año 2019, más de un año antes debido el desgaste continuo del Proceso de Cambio y la teorización del “Culto a la Personalidad”.
En relación al gobierno de Arce, Bautista sintetiza lo que piensa con una frase: «Aquí hay responsables históricos que el pueblo debe saber identificar, llevándonos a esta debacle del proyecto popular. Porque el proyecto no ha fracasado sino que nunca fue impulsado por un sujeto sustitutivo clasemediero con aspiraciones burguesas que, en su lucha por la concentración de más poder, sólo está coadyuvando a la descomposición del propio bloque popular.»
6. Fernando Molina: la visión de la clase media
Fernando Molina es un periodista boliviano con estudios en economía, sociología y pensamiento político, en su libro “La crisis del MAS”, que es un compendio de sus últimos ensayos de coyuntura (y no tan de coyuntura), realiza un breve esbozo de cómo se llegó al momento actual que vive el MAS, y en uno de sus capítulos denominado: 8 tesis sobre la reconfiguración del MAS (2019-2020) realiza una periodización que va más allá del Golpe de Estado del año 2019, y llega a denominar al gobierno del presidente Arce como la “etapa economicista y semioportunista”, lo cual será desarrollado en los siguientes párrafos.
La periodización que efectúa este autor no es precisamente del “Proceso de Cambio”, sino más bien del MAS-IPSP, entendido éste como el partido político o la dirigencia política que conduce este proceso histórico.
Molina encuentra 6 etapas en el devenir del MAS-IPSP como partido político y como parte constituyente del sistema político boliviano:
1. Etapa formativa: 1997-2002.
2. Etapa pre-revolucionaria de masas: 2002-2006.
3. Etapa revolucionaria no hegemónica: 2006-2009.
4. Etapa revolucionaria hegemónica: 2009-2014.
5. Etapa posrevolucionaria: 2014-2020
6. Etapa economicista y semioportunista: 2020-…
7. Jorge Viaña, el ala derecha del MAS tomó el poder
Jorge Viaña es un pensador marxista boliviano con diversos estudios en economía, sociología, interculturalidad y otros.
Para este autor solo existen dos etapas del Proceso de Cambio, el primera que inicia el año 2000 con la denominada “Guerra del Agua” y concluye con la promulgación de la Constitución Política del Estado el año 2009. Veamos qué dice el autor:
“En el periodo de luchas que va desde fines del siglo pasado hasta la promulgación de la nueva constitución el 7 de febrero del 2009, con su punto más alto en la guerra del agua en abril del 2001, en Bolivia sólo conquistamos el terreno para buscar una emancipación revolucionaria.”
Para Viaña, esta primera etapa era considerada como la más prolífica de la Revolución y que demostró toda su vitalidad plasmada en la nueva constitución la cual el mismo autor la denomina como “una de las más avanzadas de todo el mundo en temas de derechos”.
Asimismo, Viaña -citando a Zavaleta- también denomina este periodo como un “momento constitutivo”, al igual que César Navarro.
El declive del Proceso de Cambio no vendría como otros autores denominaron el año 2014, o 2016 o incluso directamente el 2019 con la caída de Morales, sino que para este autor comenzó ya el año 2010, cuando: “el ala derecha del MAS, por lo general abogados y funcionarios burocratizados, varios de ellos ministros que empezaron a dominar el escenario alentados por lo general por los máximos dirigentes de la peor forma posible, pues primó una gestión instrumental del poder.”
Viaña no califica aun el gobierno de Arce como parte de un antiguo ciclo o de un posible nuevo ciclo.
8. La embrionaria periodización de David Choquehuanca
A estos autores se incluye, el vicepresidente David Choquehuanca, quien en julio de la gestión 2024, dijo que es “momento de la Segunda Etapa del Proceso de Cambio” haciendo referencia a que la primera etapa se agotó.
“Para nosotros, los herederos de la cultura del retorno al camino del equilibrio, del Vivir Bien, ha llegado el tiempo de la segunda etapa del Proceso de Cambio y nos sentimos capaces de crear un nuevo Estado, acorde a las estructuras de organización de los pueblos que habitamos los territorios de Bolivia”. Expresó el vicepresidente.
Choquehuanca considera que la primera etapa concluyó debido a que muchas de las condiciones que permitieron la primera etapa ya habían quedado agotadas, incluyendo sus propios protagonistas y actores políticos, incluso, incluyéndose en algún momento. Para el vicepresidente, los 20 años de masismo (con la interrupción de Jeanine Añez) han configurado la primera etapa del Proceso de Cambio a la cabeza tanto de Morales como de Arce y sus entornos respectivos y que la segunda etapa vendría a ser construida por nuevos actores, aunque no dice quiénes.
Para el vicepresidente, la nueva etapa, o segunda etapa, parte de la necesidad de reevaluar avances y retrocesos en la constitución del Estado Plurinacional y adaptar el proceso político a las nuevas demandas sociales, incluso de reconstruir un nuevo Estado, pero con nuevos actores.
La posición del vicepresidente parece más relacionada a que existe un cambio generacional antes que un cambio de paradigma ideológico en la política boliviana.
9. ¿Hacia dónde va Bolivia?
Existen al menos cinco prerrogativas que se pueden considerar para justificar la posición de David Choquehuanca:
1. Las demandas emergidas en la Agenda de Octubre y que configuraron la primera etapa del Proceso de Cambio ya fueron cumplidas.
2. El Modelo Económico, al menos visto a los ojos de las grandes mayorías del país requiere de ajustes.
3. La renovación en política en temas etarios es parte de la agenda política.
4. El culto a la personalidad ha mostrado sus limitaciones y ha sido superado en muchos aspectos por el mismo campo popular.
5. Los ciclos políticos en Bolivia tienen una tendencia relativa a modificarse cada 20 años, y el masismo tiene cumplidos sus primeros 20 años de vida política en el gobierno.
Si se toma en cuenta estas prerrogativas, entre muchas otras, se puede concluir que la idea de Choquehuanca de iniciar una “segunda etapa del Proceso de Cambio” es una posibilidad abierta en el campo popular para reorganizarse, en tanto, actores, concepciones ideológicas, horizontes y metas.
Aunque no se tiene, aún, autores que haya diagramado ni tímidamente esta posibilidad, las condiciones materiales o los márgenes de posibilidad permiten entrever una nueva etapa del “Proceso de Cambio”.
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