En el complicado escenario boliviano, hoy las golondrinas disparan a las escopetas, o al menos eso nos intentan hacer creer el Presidente Luis Arce, cuando hace un llamado a los organismos Internacionales de Derechos Humanos por las violaciones de derechos humanos que estarían sufriendo. El Órgano Electoral Plurinacional y todos sus vocales, El Órgano Judicial y los Magistrados Prorrogados, el Ministerio de Gobierno, Ministerio de Justicia, los Asesores de Inteligencia del Gobierno y hasta organizaciones de la Prensa, es decir, el Poder del Estado casi completo piden Garantías por su seguridad ante supuestas amenazas de los seguidores de Evo.
Sin duda alguna no se puede justificar violencia contra ambulancias y personal médico (más aún cuando los movilizados denuncian que operaron falsos verdaderos) y por tanto no se puede usar este hecho controvertido, para decir que el movimiento popular, campesino e indígena liderados por Evo Morales son los que violan los derechos humanos, ni se puede creer que una protesta social que exige derechos esté fuera de la ley
Es necesario recordar al gobierno y a sus autoridades que el Estado es el poder y quienes son parte del gobierno controlan y detentan a todas las instituciones militares, policiales, judiciales electorales y mediáticas (estas últimas controladas con pautas publicitarias). Todos ellos detentan el poder y piden garantías a un pueblo desarmado, a un pueblo que legítimamente reclama sus derechos y que la única forma que tienen para ser escuchados es su protesta
El gobierno no puede negar que ha subordinado a todos los poderes. Por medio del Lawfare, es el Ministro de Justicia quien redacta los fallos de magistrados autoprorrogados para proscribir personas o partidos con la venia del gobierno, a quienes le incomoden, judicializando vergonzosamente la política. O es el Órgano Electoral que perdió su cualidad de árbitro electoral para asumir una posición servil al gobierno, negándose incluso a recibir correspondencia en una oficina pública, custodiada por centenas de policías armados porque podría tratarse del candidato posiblemente ganador: Evo Morales.
La estrategia de victimización gubernamental se evidencia más con las declaraciones bochornosas de ministros y Asesores de Inteligencia del Gobierno que indican que han sido amenazados y han desplegado policías patrullando sus domicilios. Que las movilizaciones son para derrocar al gobierno olvidándose que fue precisamente un pueblo movilizado quien logró su asunción al gobierno
Y hasta los medios de comunicación condicionados por la pauta publicitaria, dicen lo que quiere el gobierno: que no entran las cisternas de gasolina y hay escasez de alimentos por culpa de los bloqueos, cuando todos sabemos que hay una crisis fatal originada mucho antes de los bloqueos.
Denominan a los grupos de jóvenes y a todo un pueblo con vigorosas movilizaciones de campesinos, indígenas, obreros, mineros, mujeres, «grupos evistas», como si por ser evistas no se tratara de ciudadanos bolivianos y por tanto deben estar carentes de derechos humanos, políticos y ciudadanos.
Es en ese escenario, de una grave crisis económica, que después de 14 años de haber conocido la estabilidad económica, el crecimiento del país, la recuperación de la dignidad para el movimiento campesino e indígena, la conquista de enormes derechos colectivos y comunitarios, es que sectores populares han reaccionado por que el poder los ha desarmado de sus derechos, porque ya no pueden tener un partido ni elegir a su líder que los represente, porque les cerraron todas las puertas del Estado de Derecho, de la Democracia, porque han torcido las leyes y la Constitución y no les queda otro camino que la indignación.
Durante mucho tiempo la derecha había intentado dividir al movimiento popular, había buscado acabar con los indios en el poder, había desplegado todas las estrategias para derrocar a Evo, pero Evo seguía contando con el apoyo popular a pesar de las peores campañas mediáticas desplegadas en su contra; lo triste es que la traición llegó desde sus entrañas, fue su propio gobierno quien originó la división del sujeto histórico y que no sólo le quitó su sigla sino que atentó contra la vida de Evo Morales, persiguió y encarcelo a los dirigentes campesinos y cambio la coyuntura política del país.
Ahora resulta que después de todo lo que hizo, el Poder se victimiza y el gobierno se queja de las protestas del pueblo y su discurso se parece cada vez más al discurso de los enemigos históricos y actúa como ellos. Usa el mismo lenguaje, la misma guerra sucia resucitando las estrategias que años antes habían atacado a Evo Morales hasta tal punto que parece que nos encontramos en el escenario del 2019, en la época de Añez, de Murillo, de los golpistas, pero con los mismos perseguidos, con el mismo sujeto histórico explotado y oprimido por el abuso del poder, sólo que hoy ese poder es el gobierno del MAS.
Se extravío el gobierno del histórico MAS, perdió sus bases sociales quedándose con la cáscara dirigencial prebendal, perdió su trayectoria política, perdió sus conquistas sociales, perdió el haber logrado el mejor modelo económico social y comunitario y, por perseguir a Evo, se olvidó de gobernar el país. ¡¡Pero lo peor que hizo fue hundir el proyecto político histórico que costó tantas luchas, tantas vidas, tanta acumulación histórica, tanto sacrificio de los sectores populares, quienes son hoy precisamente los que piden su renuncia!!
¿Queda algo en el actual gobierno de lo que fue el MAS? ¿Tiene el gobierno algo de base social fuera de los dirigentes prebendales? Y, fundamentalmente, ¿hay algo de ética en la sañuda represión a los que defienden la canasta familiar y el derecho a ser parte de las elecciones nacionales?
Sonia Brito Sandoval. Exdiputada.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.