1. Mil novecientos sesenta y cuatro
“No lo mates, deja paralítico a Lechín”, dijo Víctor Paz Estenssoro a Claudio San Roman, jefe del Control Político del MNR en 1964, poco antes de que un grupo parapolicial de radicales movimientistas seguidores de Paz Estenssoro vaya a atacar al entonces vicepresidente del país, Juan Lechín para que no asista a la ceremonia de posesión del reelecto presidente, Paz Estenssoro. Lechín después de ello quedó muy golpeado y tuvo que “orinar sangre por una semana” como él mismo lo expresó, y obviamente, no acudió a la ceremonia.
2. Mil novecientos sesenta
Esa anécdota no fue aislada, venía desde un problema originado años antes. En 1960, cuando la presidencia del país era disputada por Guevara Arze, Lechín y Álvarez Plata, todos del MNR, hasta que llegó Paz Estenssoro a Bolivia después de su trabajo diplomático en Londres. Paz Estenssoro, volvió para volver a ser presidente.
Fue así que hubo una conversación entre Paz Estenssoro y Lechín, el primero le ofreció ser su vicepresidente al segundo, le dijo: “tendrás poder, te ofrezco cuatro ministerios y la presidencia desde 1964”, Lechín, ante tal ofrecimiento aceptó y se dejó convencer. La dupla Paz y Lechín parecía idílica y ganó abrumadoramente las elecciones en 1960.
No obstante, el gobierno de Paz Estenssoro comenzó con serios apuros, su eterno centro entre los Estados Unidos y la URSS, con el agravante de las relaciones con Cuba que el mismo Paz se rehusaba a romper, se añadió que Lechín, su flamante vicepresidente, al no ver que Paz Estenssoro avanzaba con las reformas propuestas por la revolución, terminó alejándose de Paz temprano en su gestión y creando su propio partido, además impulsando la “izquierda” en el interior del MNR. Lechín terminó alejándose de su propio presidente y construyendo la oposición desde la misma revolución, o lo que quedaba de ella.
3. De vuelta a mil novecientos sesenta y cuatro
Volviendo a 1964, Paz Estenssoro fue reelecto, pero esta vez cambió a su vicepresidente, en lugar de buscar un cuadro político de su propia tienda política, buscó un cuadro militar, su leal piloto que lo trajo de Argentina en 1952, el general René Barrientos Ortuño. El problema era diferente, pero al mismo tiempo fue el mismo que en 1960, pocos días después de la posesión de Paz Estenssoro, la COB, debido al ataque a Lechín y cansada del centrismo de Paz Estenssoro convocó a un paro general y movilización junto a estudiantes de las universidades del país.
En ese momento, Paz Estenssoro declaró su 5to estado de sitio, y ordenó a Claudio San Roman, jefe del Control Político del MNR que use todos los medios necesarios para la desmovilización, sin escatimar excesos. Ante este panorama, René Barrientos, flamante vicepresidente dijo estar en contra de las acciones y represiones, no porque sea un patriota militar progresista y popular, sino porque era un pragmático que sabía las dificultades de Paz Estenssoro para contener el descontento social y que las acciones del equipo de inteligencia del MNR no hacían otra cosa que provocar más resistencia en la sociedad civil.
Ramiro Paz, hijo de Víctor Paz Estenssoro, dijo en relación al trabajo de Claudio San Roman: “mi papá tenía un equipo de inteligencia a cargo de exjefes nazis (…) era gente muy bien entrenada y trabajaba con San Roman”. Y era quienes perseguían y torturaban a opositores y disidentes.
La situación entre Barrientos y Paz Estenssoro empeoró desde aquel día, al nivel que Barrientos en medios de prensa, pedía al presidente levantar el estado de sitio y reevaluar las decisiones tomadas, Paz Estenssoro no daba marcha atrás y no lo hizo hasta que fue derrocado meses después, en noviembre de aquel año. En las últimas semanas de su gobierno, las fuerzas armadas, ya afines al general Barrientos se rehusaron a seguir reprimiendo a los movilizados junto a los comandos del Control Político del MNR.
Paz Estenssoro trató de evitar que Barrientos llegue al poder por todos los medios, no obstante, Barrientos ya había negociado con todos sus opositores, incluso con los Estados Unidos para hacerlo. Paradójico, Paz Estenssoro había hecho todo lo que los Estados Unidos le pidieron, incluyendo romper relaciones con Cuba y dar armamento estadounidense a sus milicias, pero no sirvió, los Estados Unidos veían en Barrientos alguien más útil para sus fines. “Es indudable que al final los Estados Unidos alentaron el golpe”, dijo el mismo, Paz Estenssoro años después.
El exministro de Minería de Paz Estenssoro, René Zavaleta Mercado, muy afín a Estenssoro y contrario a Barrientos dijo al respecto: “(Existió) una sobrevaloración de la figura de Barrientos, el otorgamiento a título gratuito de un carisma exasperado, obedecía, empero, a una necesidad estadounidense no tan cándida”, en otras palabras, ante la ruina de Paz Estenssoro, los Estados Unidos se encargaron de convertir a Barrientos, en un grandilocuente “general del pueblo”, quien después se ensimismo.
4. Hay más historia
Las relaciones Lechin, Paz Estenssoro y Barrientos no son las únicas donde las pugnas entre vicepresidentes y presidentes llegan al extremo. En el siglo XIX, Narciso Campero, presidente del país, tuvo que alejar a Aniceto Arce de su vicepresidencia. Años después se supo que Arce tenía intereses contrapuestos a Bolivia y afines a Chile, empero, eso no impidió que Aniceto Arce después sea presidente con las fuerzas conservadoras.
Pero no fue un problema único de los conservadores, los liberales tuvieron sus propias rupturas. El mismo Pando, quien primero traicionó a Zarate Willka, después lo hizo con Pérez Velasco, quien se convirtió en opositor a Pando, pero nunca pudo ser presidente.
En el MNR no fue el único problema entre «vices» y «presis», Ñuflo Chávez tuvo roces con Hernán Siles Suazo en 1957, hasta que renunció y fue contrario a su gobierno.
Y después, paradójicamente como se mueve la historia, en 1982, cuando Hernán Siles volvía a la presidencia, su vicepresidente, Jaime Paz, padre del actual presidente, se deslindó del gobierno, provocando más inestabilidad, llegando, incluso, a promover el secuestro por fuerzas policiales al presidente Hernán Siles Suazo.
Y así, las historias de los primeros y segundos mandatarios tienen una veta conflictiva…
5. Paz y Lara, un vistazo desde Maquiavelo
«El 80% de la gente que votó por el binomio lo hizo por el capitán Lara», expresaba el mismo vicepresidente, Edmand Lara ante la prensa, en respuesta al desplazamiento de su figura en el gobierno de Rodrigo Paz y el arrimo de la gente de Samuel Doria Medina.
La molestia de Lara es comprensible y legítima, al final, tiene algo de cierto, casi todos los estudios sobre las elecciones presidenciales confirmaron lo dicho por el actual vicepresidente.
Maquiavelo decía: «Los que sólo por la suerte se convierten en príncipes poco esfuerzo necesitan para llegar a serlo, pero no mantienen sino con muchísimo. Las dificultades no surgen en su camino, porque tales hombres vuelan, pero se presenta una vez instalados», una frase que puede sintetizar la victoria de Paz en las elecciones presidenciales, sin embargo, aún hay más con Maquiavelo «(…) Porque, como ya he dicho, el que no coloca los cimientos con anticipación podría colocarlos luego si tiene talento (pero también puede perderlos fácilmente)».
Paz, aunque a primera vista puede no parecer, necesita de Lara, quien sintetiza su legitimidad, pero Lara, no necesita del todo de Paz, porque como Barrientos lo hizo con Paz Estenssoro, puede optar simplemente por atacar y esperar. Barrientos, no tenía Tik Tok, tenía la radio. Lara es como un Barrientos con Tik Tok, si desean verlo así.
Continuemos, el mismo Maquiavelo dice sobre alejarse de tu legitimidad (o quienes votaron por Paz y Lara): «(…) porque los pueblos que le habían abierto las puertas, al verse defraudados en las esperanzas sobre el bien futuro, no podían soportar con resignación las imposiciones del nuevo príncipe», en referencia a que el votante de Paz, de estirpe popular, puede reaccionar negativamente a que Paz se aleje de Lara. Alejarse de su votante no quiere decir acercarse el otro votante, quiere decir quedarte sin el uno ni el otro.
Finalmente, para que Paz no siga el camino de César Borgia, como decía Maquiavelo: «(debe) como todo hombre prudente entrar en el camino seguido por los grandes e imitar a los que han sido excelsos, para que, si no los iguala en virtud, por lo menos se les acerque». En otras palabras, no caer en el error de alejar a Lara y en su votante.
6. Palabras finales, todo puede empeorar
De todos estos ejemplos históricos, existe una diferencia con la actualidad. Es la primera vez que el vicepresidente tiene más legitimidad que el presidente. Eso provoca mayores problemas políticos y sociales, y también un mayor desgaste.
La acelerada entrega del gobierno a Doria Medina y el alejamiento de Lara, no se terminará acerándose más a Doria Medina y alejando más a Lara al contrario, solo acelera más el desgaste.
La salida no va por apartar a quien realmente ganó las elecciones en términos de legitimidad, sino en llegar a acuerdos con él. La posibilidad de que esto empeore es latente, y es más posible que todo empeore a que todo mejore, la historia de Paz Estenssoro y Barrientos, Paz Estenssoro y Lechin, Paz Zamora y Siles Suazo y ahora Paz y Lara…así lo demuestra.
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