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Pensamiento crítico e IA

Fuentes: Rebelión

Desde hace unos años los medios nos muestran que la inteligencia artificial (IA) es la nueva tecnología con una capacidad de cambiar las relaciones sociales, la economía, la cultura y, por ende, la política. Una revolución tecnológica de envergadura telúrica que hará temblar los cimientos de la sociedad.

Sin embargo, existen, como en toda tecnología, diferentes visiones de cómo utilizar y masificar esta nueva etapa del desarrollo humano. El capitalismo ve en ésta una nueva herramienta para la acumulación de capital y de explotación del trabajo a niveles extremos, eliminando las remuneraciones de los trabajadores al utilizar las máquinas y el software que permite el reemplazo de gran cantidad de mano de obra.

Las tecnologías revolucionarias no son neutrales ideológicamente al cambiar las relaciones políticas y sociales. Piénsese, por ejemplo, en la imprenta que fue clave para la reforma luterana al usar el libro para diseminar las nuevas ideas de protesta religiosa. La máquina a vapor fue la base para la revolución industrial que impulsó al dominio británico mundial. La radio fue central para la propaganda de guerra en los EE. UU y Alemania. La televisión fue usada para la estimulación de la era del consumismo desatado post Segunda Guerra Mundial. La energía nuclear fue piedra angular para el imperialismo. O, internet para el control político/social de la manipulación informativa algorítmica.

No es de extrañar que cada vez existen más evidencias de la existencia de una burbuja especulativa de las empresas desarrolladoras de IA. El capitalismo especulativo financiero pone énfasis en los negocios que rápidamente acumulen ganancias, sacando pingüe provecho en el aquí y ahora. Mientras que el capitalismo industrial queda rezagado por sus inversiones a mediano o largo plazo para rendir utilidades.

En el auge de la penetración de internet se infló una burbuja en torno a las llamadas empresas puntocom que al reventar arruinó a una parte importante de las compañías tecnológicas, en paralelo, enriqueció a los especuladores que manejan las expectativas del mercado y la bolsa. Las compañías de mayor competencia y solvencia, con modelos de negocios sólidos, se mantuvieron.

El desarrollo de internet tuvo en los EE. UU un oferente casi exclusivo, ya que fue inventada allí en 1969 como una tecnología de uso militar. Las principales empresas de tecnología a nivel mundial provienen de Silicon Valley, esta simbiosis entre corporaciones, universidades y creadores ha sido replicada en otros países que lo ven como una forma eficiente de desarrollo. China presenta dos ciudades principales dedicadas a la innovación tecnológica como son Shenzhen y Zhongguancun. Mientras Rusia creó sus propios centros en Skolkovo (Moscú) y Akademgorodok (Siberia).

China, ha explicitado el desarrollo de la nueva tecnología como una herramienta evolutiva del género humano. Han planificado cómo usar la IA para un salto cultural de su población, elaborando planes quinquenales dirigidos a la educación como fuente de cambio, riqueza, defensa y desarrollo.

Todas las universidades o centros educacionales mencionan al pensamiento crítico como uno de sus puntos básicos de enseñanza, incluso los más reaccionarios. El pensamiento crítico no es potestad exclusiva de las ciencias sociales, sino que también es necesario en todo el quehacer científico, es esencial para superar los paradigmas en áreas como la física, química, biología o matemáticas de esta forma el hombre se supera así mismo alcanzando nuevas perspectivas evolutivas.

La construcción de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) alcanzó un nivel de desarrollo industrial capaz de mantenerse a la par del occidente capitalista. Sin embargo, la llegada de internet con la sociedad del conocimiento implicó un cuello de botella incapaz de resolverse en una sociedad policial de control.

La primera fase de la construcción de la internet necesitaba un espacio de libertad de mercado donde las ideas pudieran compartirse en un espacio común que creara las condiciones de masa crítica de usuarios y desarrolladores. La cerrada y vigilada sociedad soviética no podía competir con el soft control o poder blando de las relaciones públicas y la cultura occidental.  

La implosión de la URSS en la Guerra Fría no se debió solamente al factor de tener que mantener una maquinaria bélica que absorbía una cantidad importante de recursos, sino que, de forma crucial, por la incapacidad de desenvolverse en un desarrollo económico que estaría basado en la tecnología digital de internet.

Si los Estados Unidos se centra en el perfeccionamiento de la IA como una forma álgida del capitalismo o solamente centrado en sus posibilidades de uso militar, relegando sus aspectos éticos, pero, preferentemente de potenciación del pensamiento crítico, podría sufrir un estancamiento del tipo de lo ocurrido en la caída de la URSS: una incapacidad de competir con su rival chino, por la innovación en el nivel evolutivo humano.

Los avatares políticos de los Estados Unidos con formas tendientes hacían un autoritarismo creciente (desde un soft a un hard power) no estimulará el uso de la IA para el pensamiento crítico, este es extirpado para que no existan cuestionamientos al poder o el control de una minoría de supermillonarios.

Como en las otras áreas del conocimiento, China, con un modelo de planificación y centralización de las decisiones estratégicas, pero también con la estimulación de la competencia entre actores tecnológicos internos, se muestra superior en las capacidades de búsqueda de objetivos nacionales versus la disgregación del desarrollo capitalista que solamente pone en relieve la búsqueda de rentabilidad económica.

La tecnología con capacidades de cambio paradigmático no debiese ser dejadas en manos de quiénes solamente buscan el lucro o el poder, son demasiado trascendentes -incluidos los peligros que conllevan-, los alcances ideológicos de la IA podrán determinar si ésta es usada para mejorar las condiciones de vida humana o de lo contrario, impulsar la explotación, la injusticia, la sumisión de países y sus poblaciones.

La IA se nos presenta como una herramienta tecnológica decisiva para la historia humana, pero también como una parte sustancial de la batalla ideológica entre los bloques de poder que buscan prevalecer. Sin la guía del desarrollo del pensamiento crítico, la nueva tecnología estará supeditada a la especulación de los mismos capitalistas que nos han llevado al estado actual de precariedad social e inestabilidad geopolítica.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.