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A Calderón le basta lograr una sólida alianza con el PRI y ya

Fuentes: Rebelión

  1. La estrecha alianza entre el PAN y el PRI se consolidó en 1988 cuando los directivos del PAN: Fernández de Cevallos, Luis H. Alvarez y Castillo Peraza disidieron reconocer y apoyar al gobierno de Carlos Salinas ante los reclamos de Cuauhtémoc Cárdenas que exigía un nuevo conteo de votos y su triunfo. Esos […]

 

1. La estrecha alianza entre el PAN y el PRI se consolidó en 1988 cuando los directivos del PAN: Fernández de Cevallos, Luis H. Alvarez y Castillo Peraza disidieron reconocer y apoyar al gobierno de Carlos Salinas ante los reclamos de Cuauhtémoc Cárdenas que exigía un nuevo conteo de votos y su triunfo. Esos directivos siempre fueron muy claros: «Salinas estaba poniendo en práctica el programa histórico del PAN». El sexenio de Salinas (1988/94) fue, junto al de Fox, de los más funestos de la historia de México. Durante 50 años el PAN fue sólo un partido de presión que recibió durante los ocho gobiernos anteriores subsidios suficientes para su escasa estructura. Pero a partir del gobierno de Salinas el PAN se transformó en un poderoso partido por el impulso económico y político que recibió. Aún más, Salinas apoyó más al PAN que a su propio partido, el PRI. En el sexenio con Zedillo (1994/2000) el PAN se consolidó.

 

2. Mientras el PRI creció al amparo del poder del Estado, siendo sus dirigente personajes ligados a sindicatos obreros, a organizaciones campesinas, a sectores populares y profesionista, es decir, bajo la sombra de la Revolución, la Constitución, el presidencialismo, el corporativismo y el laicismo, el PAN nació como hijo del sector privado, de los poderosos empresarios, de la iglesia católica, de los terratenientes, etcétera. Mientras los priístas vivieron muy bien de la política, los panistas vivieron extremadamente bien haciendo negocios comerciales, en compañías de seguros, en los bancos, ligados con el clero y en las haciendas. Recuerdo que en una entrevista periodística colectiva que le hicimos a Fernández de Cevallos en 1993 presumió que como él como nunca había sido funcionario de gobierno no había robado recursos públicos; pero guardó silencio de que se había enriquecido haciendo negocios privados. PRI y PAN siempre fueron lo mismo.

 

3. Las decenas miles de funcionarios de gobiernos del PAN y del PRI obtienen casi iguales ingresos económicos. Los funcionarios panistas han logrado aumentar los salarios de los llamados altos servidores públicos. En tanto un trabajador mexicano obtiene como ingreso promedio mensual 1,500 esos mexicanos (140 dólares) un alto funcionario de gobierno recibe como promedio de entre 150 mil pesos mexicanos (14 mil dólares) a 300 mil pesos mexicanos (28 mil dólares) al mes, es decir, de 100 a 200 veces el salario del trabajador. Por eso los políticos panistas y priístas gozan de residencias, automóviles, vacaciones, zonas privilegiadas, escuelas y hospitales privados para sus hijos y acuden a las mismas reuniones sociales. La realidad es que panista y priístas poseen los mismos intereses y, como dicen por ahí: aparentan pelearse de día pero en la noche duermen juntos. Lo grave es que la centro izquierda sigue ese camino.

 

4. ¿Por qué marchan el PAN y el PRI divididos si coinciden plenamente en intereses y proyecto de país? Lo que los ha dividido son intereses personales de poder. Siempre han estado dispuestos sus dirigentes y una buena cantidad de sus destacados militantes a cambiarse de un partido a otro. Hay más de una veintena de altos personajes que después de estar 10 o 20 años en el PRI se han pasado al PAN y viceversa. En este caso lo mismo se puede decir del PRD. No existe ningún ápice de principios o de ética política. Todo parece ser más de lo mismo. Ha bastado para un político que su «viejo partido» le niegue algún cargo para brincar a otro que se lo ofrezca. Al parecer los partidos siempre han sido un magnífico negocio para los políticos de profesión y el PRD ha comenzado a caminar por ese mismo rumbo. Por eso el PAN no va a tener ninguna dificultad para cogobernar con el PRI y sumar algunos del PRD.

 

5. Dos gubernaturas panistas (de los estados de la República geográficamente más lejanos) pasarán en pocas semanas a ser administradas por el PRI. Primero fue entregada la gubernatura de Yucatán a Ivón Ortega y en las próximas semanas Hank Rhon recibirá la suya. Dos gobiernos estatales, más lo que siga en el camino, parece que si alcanzan la cuota para que los legisladores priístas voten y aprueben junto a los legisladores del PAN, el bloque privatizador de las llamadas «reformas estructurales», es decir, la privatización de la electricidad, del petróleo, la reforma a la Ley del Trabajo y la reafirmación de la ya aprobada ley de pensiones. Hay otra serie de acuerdos que deben votar juntos el PAN y el PRI (incluidos Verde Ecologista y Nueva Alianza) tales como el sostenimiento en sus cargos de los gobernados de Oaxaca y Puebla. La realidad es que no encuentro razón alguna para que esa alianza no sea más profunda.

 

6. Al parecer a Calderón le ha ido muy mal en sus siete meses de gobierno. Con sus discursos no engaña a nadie; sacó al ejercito a las calles y le está saliendo el tiro por la culata; el desempleo se ha incrementado; los artículos de primera necesidad se han elevado; las inversiones extranjeras no llegan; el congreso yanqui no aprueba la inmigración; no ha podido remediar algunas divisiones en partido, el PAN, y el colmo, hasta la Suprema Corte de Justicia (SCJN, que durante más de siete décadas fue sumisa presidente) increíblemente se le ha comenzado a rebelar. Pero Calderón no es tonto y sus asesores extranjeros tampoco. Se están moviendo con los personajes más corruptos del PRI: Beltrones, Gamboa Patrón, varios gobernadores y decenas de viejos priístas que controlan ese partido. No puede descartarse que perredistas como los gobernadores de Zacatecas, Guerrero y Michoacán estén incluidos en la estrategia calderonistas.

 

7. El PRI no ha cambiado ni un ápice en cuanto a sus objetivos y estrategias políticas. Sigue siendo el mismo partido corrupto, represivo y tramposo que dominó al país durante 70 años; pero más derechista desde 1982, cuando el neoliberalismo se introdujo violentamente en la economía. No ha habido un cambio positivo para dar paso a los jóvenes ni éstos se han atrevido a cuestionar los viejos métodos corruptos del PRI. El 90 por ciento de sus directivos lleva más de treinta años pasando de un alto cargo a otro y el otro 10 por ciento asume una conducta de los viejos que lo introdujeron al PRI. Por ese motivo el panista Calderón está aplicando la estrategia de cogobernar con el PRI para sacar lo más importante de su proyecto político. Por eso me resulta realmente difícil creer en que la SCJN pueda lograr márgenes importantes de autonomía frente al presidente; por eso también lo de Oaxaca y Puebla tendrá que negociarse.

 

8. Precisamente en estos días, con motivo a la llamada «reforma fiscal», comenzarán a verse las alianzas y los compromisos entre el PAN y el PRI. La población mexicana no tiene posibilidad de intervenir o presionar para que la ley de ingresos y el presupuesto de egresos los beneficie. Todo será un juego entre partidos donde el PRD saldrá votando unitariamente y vergonzosamente con los demás partidos para luego festejar como lo hizo hace algunos meses, o saldrá enojado por haber salido derrotado. Pero en lo que nunca pensará es en una poderosa movilización de masas que obligue a los legisladores a aprobar un impuesto progresivo radical y haga que el gasto público se dirija a solucionar los problemas de la población explotada y miserable. Parece que Calderón (y ahora podrá verse) ha grado los suficientes acuerdos para que los legisladores del PRI se cuadren, tan como o hizo el ejército a través de sus generales.

 

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