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A pecho abierto

Fuentes: Rebelión

Por una profesional independiente

Fue nuevamente el pueblo organizado de las ciudades, las minas y el campo que con la única arma de su convicción, salió con el pecho abierto a enfrentar al poder de los que ahora detentan el gobierno y se sustentan con la represión, con la persecución que ha cobrado decenas de muertos, presos, heridos porque se atrevieron a enfrentarlo. Fueron estos valientes hombres, mujeres y jóvenes que utilizando sus únicos medios de lucha como las marchas, los bloqueos y las huelgas de hambre han logrado que los órganos institucionales y en particular el órgano electoral, asuma que al pueblo no se le puede volver a engañar, que exige imperiosamente elecciones nacionales para salvar al país y a los bolivianos.

Bajo distintos argumentos, el Tribunal Supremo Electoral, funcional al Órgano Ejecutivo fue postergando las elecciones desde mayo hasta octubre del presente año. Asumiendo ilegalmente una potestad omnímoda de decidir la postergación de las elecciones nacionales previstas para el 6 de septiembre, desconociendo las facultades y competencias del órgano legislativo al que en anteriores postergaciones acudió para obtener su respaldo con una Ley Nacional, ahora, con el mayor menosprecio a la Ley aún vigente que establece el 6 de septiembre como fecha para los comicios electorales, emite con argumentos sin respaldo, una resolución de sala (con disensos), declarando su postergación para el 18 de octubre. Esto no es casual, obedece a una directriz del Órgano Ejecutivo de desconocer y descalificar al legislativo como el primer poder del Estado boliviano, único órgano nacional que tiene la representación popular surgida de las urnas. Es además, una intencionalidad velada del Tribunal Supremo Electoral para decidir unilateralmente y con cualquier argumento una nueva postergación o nueva convocatoria que permita el continuismo del gobierno transitorio que pretende cambiar la matriz económica del país. Ahora, el TSE por presión del pueblo organizado y movilizado, no tiene otra alternativa que optar por la vía que debió asumir desde principio, y mucho más, sabiendo que detrás y vigilante estarán las organizaciones populares.

El gobierno impregnado de casos de corrupción en todos los niveles y que día a día se “destapan” por acción de bolivianos patriotas que los denuncian a pesar de la persecución y represión, ha utilizado la pandemia del coronavirus como un arma para perpetuarse en el poder; desde un principio no ha implementado medidas para enfrentar esa enfermedad, habiendo tenido tiempo para hacerlo antes de llegue al continente americano y en concreto a Bolivia. El gobierno transitorio ha utilizado a los organismos internacionales como la OPS, ONU para obtener recursos, equipos e insumos que no se sabe dónde están, ha utilizado la pandemia para obtener préstamos internacionales, del Banco Central, de las AFPs (bajo la figura de bonos), recursos extraordinarios de empresas públicas como YPFB, empresas energéticas, así como los fondos presupuestados el 2019 para dar continuidad a las obras de carreteras, hospitales, equipamiento de hospitales, infraestructura pública, etc. que también se sabe que no han ido a la lucha contra la pandemia, no fueron al equipamiento y compra de insumos para los centros hospitalarios, fueron recursos aprovechados por sus ministros y administrativos de alto rango, como en el caso de los respiradores que no eran tales y hasta la fecha son chatarra que está almacenada. Con la complicidad del Órgano Judicial y Ministerio Público, hicieron y siguen haciendo un uso discrecional de los recursos estatales que nadie fiscaliza; esperemos que no terminen con las reservas y el oro depositado en el Banco Central.

El pueblo organizado ante esta situación de desgobierno, corrupción desmedida en todas las instancias públicas, la falta de empleo y de apoyo a la producción, la enajenación a empresas transnacionales de recursos naturales como el litio, el gas; la desactivación del aparato productivo, la destrucción de las reservas forestales por los incendios provocados, lo prohibitivo de la educación para los pobres, etc., ha tomado la iniciativa de levantarse para parar este sistema de descalabro económico, social, productivo, exigiendo que este gobierno transitorio no siga destruyendo el país, dividiéndolo y dividiendo a los bolivianos por el color de piel; por eso está en las calles, en las carreteras exigiendo elecciones inmediatas, pues día que pasa se hunde más el país y los bolivianos se sumen en la mayor pobreza, que los matará con la covid o sin ella. El pueblo en las calles y las carreteras luchan por su futuro y el de sus hijos y los nuestros, están convencidos que es posible una Bolivia próspera, con salud, educación, trabajo, con libertad y soberanía que se les está arrebatando con cada día que pasa.

¿Cómo no identificarnos con estos movimientos que sin haber pisado la universidad, sin ser doctores ni grandes teóricos, tienen una mejor visión y capacidad para identificar claramente a los enemigos de Bolivia, a los que nos están llevando al descalabro económico y a la pérdida de nuestra soberanía y libertad? ¿Cómo vilipendiarlos como asaltantes, terroristas, raza maldita, etc. cuando están luchando por todos nosotros?