¿A qué edad se morían nuestros ancestros cazadores-recolectores? Aunque suelen realizarse afirmaciones con bastante alegría respecto a la edad a la que se morían los seres humanos hace decenas de miles de años, lo cierto es que no lo sabemos con seguridad, ya que no disponemos de información epidemiológica que nos permita sacar conclusiones precisas […]
¿A qué edad se morían nuestros ancestros cazadores-recolectores? Aunque suelen realizarse afirmaciones con bastante alegría respecto a la edad a la que se morían los seres humanos hace decenas de miles de años, lo cierto es que no lo sabemos con seguridad, ya que no disponemos de información epidemiológica que nos permita sacar conclusiones precisas en ese sentido. Según algunos expertos, hacer este tipo de cálculos basándose en la edad de fallecimiento de los escasos restos humanos disponibles tiene un gran riesgo de error, ya que pueden no ser representativos. Por eso a veces se propone utilizar como referencia los datos de pueblos actuales que hayan mantenido formas de vida aisladas, primitivas y posiblemente similares a las que se supone que se llevaban en aquellos tiempos. Lo cierto es que hoy en día prácticamente no quedan colectivos de este tipo, pero en el pasado reciente se han ido recopilando datos de diversos grupos, que pueden ser útiles en este sentido.
De cualquier forma, antes de nada conviene aclarar que el tema de la medida de la longevidad de una población tiene su miga. ¿Qué datos son los que realmente nos interesan? ¿A qué edad se moría la mayoría de la gente? ¿Cuál era la edad media de fallecimiento? ¿Qué porcentaje superaba cierta edad?
Tal y como se explica en el estudio » Three Measures of Longevity: Time Trends and Record Value s» (2010), en el estudio y cuantificación de estos temas se suelen utilizar tres tipos de valores. En el siguiente gráfico podemos ver los tres, respecto a la representación de la edad de muerte de la población sueca en el año 1900 (línea continua) y el año 2000 (linea discontinua):
Esta sería la definición formal de cada uno de ellos:
LE: Esperanza de vid (Life expectancy). Es la edad media al morir de toda la población. Es la de menor valor, debido al impacto de una elevada mortalidad infantil.
Md: Edad mediana de muerte. Es la edad a la que la mitad de la población ha muerto, es decir, cuando la función de supervivencia es igual a la mitad.
M: Edad modal en el momento de la muerte. Es la edad a la que ocurren la mayoría de las muertes. Se deben distinguir dos puntos de este tipo en la distribución, uno a los 0 años, cuando las personas mueren poco después de nacer, y otro a edades más avanzadas.
Como se puede observar analizando sus definiciones y la representación gráfica, los tres datos pueden diferir bastante y aportan información diferente y complementaria. Para buscar la respuesta a la pregunta que da título al post, los valores más interesantes será la edad mediana y la modal.
Pues bien, en el estudio » Longevity Among Hunter-Gatherers: A Cross-Cultural Examination » (2007) los investigadores recopilaron los trabajos en los que se había registrado la mortalidad de diferentes pueblos con estilos de vida primitivos a lo largo de los años, para posteriormente hacer el análisis global.
Estos fueron los pueblos estudiados, así como sus características: Nombre, tipo, años de seguimiento y número de individuos:
HG serían los cazadores recolectores, FH los segadores-horticultores y A-HG los cazadores-recolectores aculturados.
Pues bien, con los datos disponibles y utilizando un modelo desarrollado a tal efecto, los investigadores representaron la supervivencia una vez alcanzados los 15 años y la compararon con los datos de la población sueca de mediados del siglo XVIII y de la población norteamericana del año 2002, obteniendo la siguiente figura:
Este gráfico aporta una información muy interesante respecto a cómo podríamos visualizar la supervivencia y la longevidad que tenían nuestros ancestros una vez pasada la adolescencia, basándonos en pueblos con formas de vida posiblemente similares. Como se puede observar, en todos los casos la mayor parte de la población fallece a edades avanzadas, entre los 65 y 75 años (valor M, la edad modal en el momento de la muerte). Y también se aprecia cómo en la sociedad actual, además del aumento del valor de M hasta los 85 años, la proporción de personas que fallecen cerca de este valor es mucho mayor.
Las conclusiones de los autores del estudio, que incluye otros datos interesantes, también destilan las ideas clave:
«Nuestra conclusión es que existe una vida útil característica para nuestra especie, en la cual la mortalidad disminuye considerablemente desde la infancia hasta la niñez, seguida por un período en el que las tasas de mortalidad permanecen esencialmente constantes hasta aproximadamente los 40 años, después de lo cual la mortalidad aumenta de manera constante. La edad modal de la muerte adulta es de aproximadamente siete décadas, antes de lo cual los humanos siguen siendo productores vigorosos, y después de lo cual la senescencia ocurre rápidamente y las personas mueren.»
Así que si algún día lee o escucha a alguien afirmar que nuestros antepasados vivían muy pocos años, puede probar a indagar si se refiere a la esperanza de vida, la edad mediana o la edad modal. Porque dependiendo de lo que esté hablando, la respuesta quizás pueda ser muy diferente.
Por cierto, justo hace un par de días se publicó otro estudio muy interesante relacionado con todo esto, » Hunter‐gatherers as models in public health » (2018), cuyos autores llevan muchos años investigando y conviviendo con pueblos de cazadores-recolectores. Resumieron así su modelo de vida: