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¿A quiénes defiende el Cardenal de Bolivia Julio Terrazas?

Fuentes: Rebelión

El Cardenal Julio Terrazas, con su homilía del pasado domingo, ha degradado, aún más, el «equilibrio» político que la cúpula católica ha intentado mantener en los últimos tiempos de cambio en Bolivia. ¿Cómo se atreve a decir que no hay esclavitud agraria en Bolivia? ¿Cómo decir que cuantos denuncian la esclavitud actual en Bolivia ensucian […]

El Cardenal Julio Terrazas, con su homilía del pasado domingo, ha degradado, aún más, el «equilibrio» político que la cúpula católica ha intentado mantener en los últimos tiempos de cambio en Bolivia. ¿Cómo se atreve a decir que no hay esclavitud agraria en Bolivia? ¿Cómo decir que cuantos denuncian la esclavitud actual en Bolivia ensucian nuestras mentes? O sea que ¿los documentos oficiales de la Conferencia Episcopal Boliviana mienten?

La Carta Pastoral de los Obispos de Bolivia «Tierra, Madre Fecunda para Todos», 2000, dice: «No podemos olvidar a los trabajadores de la Amazonia, en las barracas gomeras y castañeras del extremo norte del país. Tradicionalmente han estado sometidos a sistemas arcaicos y abusivos de «empatronamiento», a un régimen de «habilito» y endeudamiento permanente, real o ficticio, y a explotaciones adicionales, por ejemplo en el precio que los patrones y los «comerciantes» que recorren los ríos les fijan para los artículos de primera necesidad. Son formas disfrazadas de esclavitud. Desde 1985, en que sobrevino la crisis de la goma, el régimen patronal de barraca se ha debilitado pero la situación general de estos trabajadores también se ha agravado pues ahora sólo tienen ingresos una vez al año con la zafra de la castaña» (n° 36). ¿Será que el pastor no conoce las inmensas estancias ganaderas del Chaco boliviano en las que nuestros hermanos/as son convertidos en animales transferibles por los ahora terratenientes autonomistas? ¿Será que ni él lee los documentos oficiales de la Iglesia Católica? ¡Si los mismos párrocos del lugar están denunciando, ahora más que nunca, que los terratenientes son lobos vestidos de cordero que matan en el cautiverio a los guaraníes! Todos cuantos no somos terratenientes y tuvimos la oportunidad de conocer a la Bolivia profunda sabemos que la lacra de la esclavitud agropecuaria carcome, para vergüenza nuestra, el «modernismo» boliviano ¿Qué intereses predica y defiende el Cardenal? La revelación del Cardenal de Bolivia no es más que la manifestación de las opciones y posiciones encontradas que subyacen en la «unidad» de la jerarquía católica. Unos, que con sus actos u omisiones, viven la opción preferencial por los ricos. Otros, que dicen optar por los pobres, pero viven como y con los ricos. Finalmente, unos pocos que asumen la causa de los empobrecidos, incluso con su testimonio de vida. Lo malo es que son los del primer y segundo grupo quienes monopolizan la voz oficial de la jerarquía católica boliviana, no pocas veces, engatusados por los «intelectuales» y por los promotores del neoliberalismo.

Hasta antes de la elección de Evo Morales como Presidente, la jerarquía católica «cogobernaba» en Bolivia. En algunas circunstancias políticas «difíciles» se constituía de facto en un súper poder para rescatar a los gobiernos del asedio de los movimientos sociales. Pero, en enero del 2005, (la apoteósica ceremonia de la toma de mando del Presidente Indígena) simbólicamente los ritos espirituales indígena «cristianos» tomaron el lugar que ocupaba en el Palacio de Gobierno el rito católico oficial que hasta entonces había legitimado a dictadores y gobiernos neoliberales.

Este simbolismo fue capitalizado por los financiadores y promotores de la falsa cruzada seudo católica en contra del fantasma del comunismo ateo de Evo Morales. Iniciaron defendiendo la confesionalidad católica del Estado boliviano, luego la permanencia del monopolio católico en la educación religiosa, siguió la resistencia a los derechos sexuales y reproductivos, el redoble de las campanas católicas en Sucre que convocó a la resistencia violenta en contra de la Asamblea Constituyente y ahora la homilía del Cardenal. En varias de estas circunstancias se impuso la racionalidad. Pero el contraataque del Cardenal, en su última homilía, parece que no fue ninguna ingenuidad de un clero intelectualmente envejecido. La clase política corrupta, expulsada por el voto popular del gobierno central, se ha parapetado en las cabeceras departamentales del Oriente boliviano para derrocar a un gobierno democrático que por vez primera no se somete a sus intereses egoístas. Para ello se han valido de todos instrumentos habidos y por haber.

Recurrieron a la falacia del comunismo para movilizar la sensibilidad colectiva en las calles. Hace sólo unos meses atrás estudiantes, padre de familia, curas, monjas y pastores desfilaron por las calles para la guerra santa que nunca hubo. Ahora, los intereses inmorales de los terratenientes y ganaderos, quienes persiguen con perros y pistola en mano a los del INRA e indígenas guaraníes en el monte, resuenan en la homilía del Príncipe de la Iglesia Católica. ¿Qué pasa en Bolivia que hasta el Cardenal se hace al tonto útil de los terratenientes xenófobos? ¿Beneficia en algo a la Iglesia Católica esconder la cruda y dura realidad de nuestros hermanos/as originarios en situación de esclavitud en Bolivia?

Frente a esta situación, todos los ciudadanos de buena fe, incluido católicos, que conocemos medianamente la realidad de nuestro país, debemos sentir indignación no sólo por la mala fe manipuladora de los ricos en defensa de sus privilegios, sino también porque un sector de la jerarquía católica se deja manipular con placer por cuantos se siente amenazados por la Verdad del Evangelio. Estas circunstancias reiteradas hacen que algunos bolivianos nos avergoncemos de ser católicos y renovemos nuestro compromiso con quienes más nos necesitan.