Se ha dado a conocer que desde hace al menos 5 años las trabajadoras manuales de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Uady sufren acoso, hostigamiento sexual y violencia laboral ejercida por Humberto Z., quien hoy ocupa un puesto de poder sobre ellas, llegando a esa posición sin importar que ya existían denuncias por su conducta.
El testimonio de las trabajadoras es crudo y muy claro, hace 5 años realizaron las denuncias correspondientes ante las figuras directivas de la Facultad y su voz no encontró ni justicia ni empatía, muy al contrario, se les pidió silenciar su dolor para que la agresión quedara impune, algo que hoy ha incrementado la violencia y el acoso que sufren, pues su violentador, precisamente por esa condolencia que se le otorgó desde la dirección de la institución, acrecienta sus formas de hostigamiento injuriando contra las empleadas manuales y pretendiendo hacerlas desistir de continuar con el reclamo de su derecho a vivir sin violencia y ser respetadas plenamente en su centro laboral.
También ha trascendido que desde hace unos días la dirección del Facultad ha citado a las trabajadoras de forma individual sin garantizarles el pleno derecho de audiencia con las formas legales correspondientes, ya que en esas reuniones ha quedado demostrada la intensión de persuasión sobre las mujeres que hoy luchan para que sus derechos sean respetados, algo que esperamos sea corregido a la brevedad, pues la Universidad debe garantizar a todas y cada una de las mujeres trabajadoras el acceso a la justicia y la reparación del daño, el hecho que el sujeto violentador ocupe una posición de poder consentida por la institución es algo muy preocupante, ya que envía el mensaje inverso a la justicia, siendo que las denuncias en su contra datan de tiempo antes de que se le designara en el puesto que hoy goza.
Apenas en febrero pasado la Uady cumplió 100 años, en su discurso se describe como una institución apegada a los valores que la fundaron, por ello confiamos en que esta situación sea tomada con la seriedad que requiere por parte de las autoridades universitarias y se establezca la justicia y reparación del daño a favor de las trabajadoras, porque no debemos olvidar que éste no es el primer caso de acoso, hostigamientos sexual y violencia laboral que se denuncia, sino que viene a sumarse a una larga lista aún pendiente.
Particularmente hay que señalar que en la Facultad de Ciencias Antropológicas ya se han realizaron diferentes denuncias, muchas de las cuales no encontraron la respuesta adecuada, figuras de poder que hoy están en lo más alto de la Universidad prefirieron acallar la justicia y seguir privilegiando al agresor en turno, debido a que al igual que hace 5 años cuando las mujeres que hoy reclaman sus derechos no fueron escuchadas, así otros casos fueron invisibilizados y resguardados para “no dañar la imagen institucional”, convirtiéndose los directivos en cómplices.
Desde esta tribuna de opinión nos congratulamos por la unidad y fortaleza de las trabajadoras que exigen justicia, exhortamos a las autoridades correspondientes a tomar cartas en el asunto de forma expedita y llamamos a la comunidad universitaria a sumarse en apoyo de los derechos inalienables de las mujeres trabajadoras.
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