Por unanimidad con 113 votos a favor, el Senado de la Republica reformó 13 leyes en materia de igualdad salarial para hombres y mujeres y no discriminación en camino al empoderamiento de estas últimas, a partir de la equidad en sus salarios, con obligaciones muy claras para el estado mexicano.
Las reformas y el dictamen se aprobaron el pasado miércoles 10 de marzo luego de las 17 horas, y tuvieron su origen en el análisis de 11 iniciativas presentadas por más de 50 senadores y senadoras, pertenecientes a seis grupos parlamentarios. Todas ellas relativas a igualdad salarial entre mujeres y hombres, no discriminación laboral y no discriminación hacia las mujeres.
Luego de una sesión con 30 intervenciones, todas en positivo y sin mover ni una coma al dictamen, el pleno acordó estas nuevas medidas legislativas que, en opinión de expertas, son determinantes para erradicar en el sistema jurídico mexicano la discriminación salarial contra las mujeres de forma tal, dice el texto, que se establezcan las condiciones normativas necesarias para que, al realizar un trabajo de igual valor, las mujeres dejen de ganar menos que los hombres; situación que permitirá superar la disparidad de remuneración por motivos de género, explicó Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Coordinación de la mayoría legislativa.
Se consideró una perspectiva de justicia social, previsiones normativas contenidas en múltiples instrumentos internacionales y en diversos documentos que emanan de organismos internacionales especializados en derechos de la mujer, derechos laborales y derechos sociales.
Es una consecuencia de las reformas previas sobre la paridad en todo y de la igualdad salarial, en dos vertientes:
– Constituye un cierre a la brecha salarial, como algo fundamental para el pleno desarrollo de las mujeres y el ejercicio de sus derechos; se impulsa el empoderamiento económico de las mujeres, propone la autonomía económica que a su vez, se traduce en una mayor libertad y mejor calidad de vida.
– Reconoce el crecimiento y desarrollo tanto económico como social del país, en tanto que es necesaria la contribución igualitaria de mujeres y hombres para la transformación efectiva no sólo de México, sino del mundo.
La senadora panista (Partido Acción Nacional) Kenya López señaló que México tiene un compromiso con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, que se propone alcanzar la igualdad de remuneración entre mujeres y hombres, por trabajo de igual valor.
Destacó que hoy las mujeres «estamos trabajando, pagando impuestos, aportando al erario, siendo proveedoras. Increíblemente, las mujeres, por igual trabajo, ganamos menos que los hombres. Cifras reportadas por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), estiman que las mujeres ganan 30 por ciento menos que los hombres en este país.
Hoy estamos dando un paso adelante para proteger los derechos humanos de las mujeres. La diferencia de salarios con la misma capacitación, los mismos horarios de trabajo y la misma profesionalización es inentendible. Esto debe cambiar, agregó.
De manera complementaria, la propuesta normativa tiene sustento a nivel nacional de diversos criterios judiciales que, por razón de la especialidad del tema, sin lugar a duda constituyen un bloque de constitucionalidad en la materia de igualdad salarial y no discriminación contra la mujer.
De dicho bloque de constitucionalidad se desprenden cuatro obligaciones que tiene el Estado mexicano:
1) Adoptar todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer, a fin de hacer posible la
igualdad de derechos con el hombre en la esfera de la educación
y en particular, para asegurar diferentes derechos en condiciones
de igualdad entre hombre y mujer o entre hombres y mujeres.
2) Establecer la protección jurídica de los
derechos de la mujer sobre una base de igualdad con los del hombre
y garantizar, por conducto de los tribunales nacionales o tribunales
competentes y de otras instituciones públicas, la protección
efectiva de aquellas y contra todo acto de discriminación.
3) Condenar todas las formas de violencia contra la mujer
y adoptar políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar
dicha violencia, implementando diversas acciones concretas, como
abstenerse de cualquier acción o práctica de violencia
en su contra y velar por que las autoridades, sus funcionarios,
personal y agentes e instituciones, se comporten de conformidad
con esta obligación, y
4) Actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar
y sancionar cualquier tipo de violencia.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha identificado las causas de la disparidad de remuneración entre mujeres y hombres, porque las primeras suelen ser contratadas -de acuerdo con este estudio-con un salario inferior al de los hombres, debido a los estereotipos existentes basados en el arquetipo del hombre como sostén de la familia.
Se consideró que el tiempo presencial es más limitado que le atribuyen a las mujeres, debido a las responsabilidades familiares y, por tanto, ellas obtienen menos remuneración, incluso a pesar de cumplir con los resultados previstos por su trabajo.
Y la penalización salarial de las mujeres por ser madres, ya que estas ganan menos que las mujeres sin hijos, y en muchos casos ausentarse del trabajo o adoptar fórmulas de trabajo flexible para poder ocuparse de algún familiar.
Por último, las mujeres suelen ser, dice este estudio, reticentes a negociar en su favor y pedir aumentos salariales, lo que agrava la disparidad de remuneración entre ellas y los hombres.
A fin de garantizar que a trabajo igual corresponda salario igual, la reforma pretende establecer que los salarios se fijen en factores objetivos.
Además, esta reforma busca contribuir a eliminar la discriminación salarial de la mujer en su entorno laboral; no sólo sancionar, el tema que durante muchos años ha sido muy polémico e injusto, el de las conductas y el del sometimiento a un Estado patriarcal.
El sancionar las conductas que privilegien por razón de género a un trabajador sobre otro, es inadecuado; y por eso esta ley aprobada, que pasará a la Cámara de Diputados, obliga al patrón a reparar el daño ocasionado y establece un mecanismo de monitoreo y vigilancia de prácticas salariales y normas de trabajo que permitan identificar a quienes discriminan para poder sancionarlos.
Se fundó en el principio de igualdad de remuneración para hombres y mujeres por un trabajo de igual valor, tal y como lo establece el convenio sobre igualdad de remuneración de 1951, número 100 de la OIT.
Los y las senadoras debatieron ampliamente el fondo del asunto. Si se quiere promover la igualdad y se quiere abordar de forma efectiva la discriminación salarial, especialmente teniendo en cuenta que a menudo mujeres y hombres desempeñan trabajos iguales con salarios diferentes, hoy estas reformas buscan corregirlo.
El convenio número 100 se refiere a la legislación nacional como un medio, un instrumento para aplicar este principio.
La recomendación número 90 indica que debería garantizarse que, por medio de disposiciones legislativas, la aplicación general del principio de igualdad de remuneración entre la mano de obra masculina y la mano de obra femenina por un trabajo de igual valor.
En consecuencia, las disposiciones legislativas más importantes son: establecer un derecho claro a la igualdad de remuneración, y también procedimientos y recursos para que este derecho se pueda aplicar en forma efectiva.
Como diría la senadora Patricia Mercado Castro, se trata de revertir el planteamiento histórico de la división del trabajo, identificada desde el siglo XVIII, para hacer el derecho de igualdad salarial al que México arriba.
Ahora toca que el Gobierno asegure, como a las instituciones y al Congreso, que hombres y mujeres tengan una base legal para ejercer el derecho a la igualdad de remuneración ante los empleadores y ante las autoridades competentes. Se espera que las y los diputados la ratifiquen.
Ahora el Senado Mexicano pone fin a través de la ley a la desigualdad salarial que implica, entre otras medidas, acabar con los estereotipos de género, eliminar los obstáculos institucionales y compartir las responsabilidades familiares de manera igualitaria.
La igualdad salarial es imprescindible no sólo para las mujeres, sino también para construir un mundo con dignidad y justicia para todos.
Se identifican cinco beneficios que surgirán al eliminar la brecha salarial en México.
Primero. La creación de una sociedad más justa e igualitaria. Una mayor igualdad entre hombres y mujeres producirá beneficios para la economía y para la sociedad en general.
La eliminación de la brecha salarial entre hombres y mujeres contribuirá a reducir los niveles de pobreza y aumentar los ingresos que reciban las mujeres a lo largo de su vida.
No sólo se evitará el riesgo de que las mujeres cayeran o siguieran siendo víctimas de la pobreza a lo largo de su vida laboral, sino que también se reduciría el riesgo de pobreza tras la jubilación.
Segundo. La creación de empleos de calidad. Las mujeres tienen cada vez mayores expectativas respecto a su carrera profesional, por lo que, si las empresas quieren atraer a los mejores talentos, la igualdad en el trabajo se hace indispensable para ello y por eso es muy importante crear empleos de calidad y formar una mano de obra altamente motivada.
Los empleos de calidad son cruciales para poder construir un entorno de trabajo positivo en que a todos los trabajadores se les valore por su trabajo, sean hombres o sean mujeres.
Tercero. La generación de beneficios para las empresas, los trabajadores y la economía. Los empresarios también ganarán con esta Reforma.
Pueden obtener beneficios si utilizan los talentos y las capacidades de las mujeres de manera más eficaz, por ejemplo, valorando las capacidades de la mujer y diseñando políticas de conciliación de la vida laboral y familiar, así como la formación y desarrollo profesional.
Las mujeres, no tengan ninguna duda, poseen capacidades y talentos a los que no se les suele sacar partido en el lugar de trabajo, por lo que su potenciación puede ayudar a las empresas a hacer frente a la falta de ideas, valorar a las mujeres por el trabajo que realizan y ofrecerles una remuneración justa.
Por su competencia y su potencial, mejorará el rendimiento y la eficacia de una empresa o del servicio público, por ejemplo, al atraer y retener al personal mejor cualificado y preparado, y al ofrecer una imagen positiva a los clientes.
Y cuarta. La disminución del número de procesos judiciales y reclamaciones. En una organización en la que se garantiza que los empleados recibirán igual retribución por un trabajo del mismo valor, los empresarios evitarán reclamaciones por discriminación y prácticas laborales injustas.
Se crea una base para la recuperación y el crecimiento económico, y durante esta crisis financiera y económica, la participación de la mujer en la economía y su contribución a las finanzas familiares, habrán de aumentar.
Por ello, es muy importante mantener vivas las cuestiones de la igualdad de género y de la eliminación de la brecha salarial entre hombres y mujeres, ya que contribuyen a la creación de empleos, la competitividad y la recuperación económica.
Son, en total, 13 artículos transitorios; son 13 leyes las que se modificaron. 59 artículos en total, con 13 transitorios.