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La última palabra del Presidente: “No nacionalizaremos la corrupción”

Acusan a Evo de no querer recuperar el patrimonio público esquilmado por la empresa privada

Fuentes: Bolpress

Nunca antes los movimientos populares se animaron a tomar los principales aeropuertos internacionales del país, ni siquiera durante las históricas guerras del agua y del gas. Este jueves, los trabajadores del LAB paralizaron por algunas horas las terminales aéreas y cerraron las pistas de aterrizaje, acción que fue reprimida con dureza por las fuerzas policiales, […]

Nunca antes los movimientos populares se animaron a tomar los principales aeropuertos internacionales del país, ni siquiera durante las históricas guerras del agua y del gas. Este jueves, los trabajadores del LAB paralizaron por algunas horas las terminales aéreas y cerraron las pistas de aterrizaje, acción que fue reprimida con dureza por las fuerzas policiales, especialmente en Cochabamba. A pesar de que el conflicto social tiende a desbordarse, el gobierno de Evo Morales se mantiene firme y asegura que «no nacionalizará la corrupción».

El Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) fue una de las empresas capitalizadas/privatizadas durante el gobierno neoliberal de Gonzalo Sánchez de Lozada. Las compañías privadas que se hicieron cargo del LAB, primero la brasileña Vasp y luego un grupo boliviano liderado por Ernesto Asbún, prácticamente asaltaron a la línea aérea bandera nacional. El valor patrimonial del LAB ascendía a 67 millones de dólares en 1997, año de su capitalización, y se calcula que ahora vale no más de 200 mil dólares. Los privados se robaron hasta los repuestos de la flota de aviones. [1]

La crisis en el LAB se agravó en los últimos años hasta que en febrero de 2006 saltó la pus. Los trabajadores y pilotos iniciaron un movimiento contra la administración de Asbún reclamando el pago de cuatro meses de salarios atrasados y sus aportes a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) malversados por los ejecutivos de la empresa. Asbún descontó los aportes laborales religiosamente, pero nunca los depositó en las cuentas individuales de sus trabajadores, al punto de acumular una deuda de más de 9 millones de dólares. Además se supo que tampoco pagó alquileres de dos naves y mantiene deudas con proveedores.

Los trabajadores consideran que los privados esquilmaron al LAB, razón que obliga al gobierno a rescatar la empresa y revertirla al Estado, tal y como se propuso en la campaña electoral. Pero el Presidente Morales descartó esa posibilidad.

Morales aseguró que su administración hizo todos los esfuerzos para ayudar a la línea aérea hasta el momento en el que el Tribunal Constitucional admitió un recurso legal de los empresarios del LAB que obligó a suspender la intervención gubernamental que tenía el objetivo de sacar a la empresa del hoyo.

La decisión del Tribunal Constitucional limitó las prerrogativas del gobierno. «Hemos sido limitados y no podemos tomar acciones directas (…) económicamente es imposible resolver o ayudar a esta empresa que tiene tanta deuda», explicó el Jefe de Estado. Morales y el Vicepresidente Alvaro García se oponen a la nacionalización con el argumento de que el Estado no puede asumir deudas de entre 160 y 170 millones de dólares de empresarios corruptos. No se nacionalizará la empresa porque eso sería «nacionalizar la corrupción», explicó Morales, en tanto que García opinó que la nacionalización no es una medida «revolucionaria sino conservadora» porque implica salvar la cabeza de los corruptos.

La posición inflexible del gobierno tensionó aún más la relación con los trabajadores del LAB, que anunciaron la radicalización de medidas desde las cero horas de este viernes con crucifixiones, marchas y bloqueos. El gobierno débil no puede gobernar y nos deja solos sabiendo que el LAB es patrimonio de todos los bolivianos, reclamó el líder de los pilotos Richard Vaca, mientras que otros trabajadores acusan al «cobarde» Morales de traicionar al movimiento social que lucha por la recuperación real de las empresas privatizadas.

«El peor enemigo de los bolivianos ni siquiera es el modelo neoliberal sino es la corrupción»; la causa de la crisis del LAB es el sistema de corrupción generado por la capitalización y privatización de las empresas estratégicas del Estado, respondió Morales y dijo sentirse sorprendido por la magnitud de la corrupción, la cual «había sido tan fuerte, tan bien organizada» que llegaron al extremo de plantear la nacionalización del LAB y «pagar con la plata del pueblo boliviano la corrupción de los corruptos».

Un intento más

Morales y su gabinete se reunieron de emergencia esta tarde para evaluar el problema generado, que preocupa «demasiado». Saben que el conflicto podría degenerar de ahora en adelante y por eso enviaron una comisión de alto nivel a Cochabamba para negociar con los sectores movilizados.

El Presidente Evo Morales envió a Cochabamba a los ministros de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, y de Planificación, Carlos Villegas, y el director de Aeronáutica Javier García para mediar entre los trabajadores, pilotos y los empresarios del LAB, y escuchar propuestas para solucionar la crisis terminal de la línea aérea. En estos momentos, la comisión se encuentra reunida a puertas cerradas con el arzobispo Monseñor Tito Solari. La decisión del Tribunal Constitucional impide que el interventor o la Superintendencia de Transportes ejerzan sus competencias; «no obstante esta grave limitación, estamos en contacto permanente con el Comité Cívico de Cochabamba, con el arzobispado y la brigada parlamentaria para tratar de encontrar una solución conjunta o colectiva a la problemática del LAB», declaró el vocero Alex Contreras. Mientras tanto, los trabajadores del LAB continúan el bloqueo en el aeropuerto de Tarija, sin que los efectivos de la FAB y la Policía hayan procedido a su desalojo. Según el dirigente Ronald Buchón, la medida de presión continuará mientras no se tenga una respuesta favorable del gobierno. En Sucre, los empleados mantienen su piquete de huelga, y en La Paz decidieron levantar el ayuno para pelear en las calles desde este viernes. La Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba anunció movilizaciones para este viernes exigiendo la nacionalización del LAB. El rector Roberto Iriarte pidió a todas las instituciones apoyar en las medidas de presión. La dirigencia de los trabajadores en salud, magisterio, Fejuve El Alto y otras organizaciones exigen la nacionalización del LAB sin indemnización y piden cárcel para el presidente del LAB Ernesto Asbún. La Confederación de Trabajadores en Salud emitió un comunicado en apoyo a los trabajadores de la línea área bandera pidiendo que no solo nacionalice el Lloyd si no todas las empresas capitalizadas, informó el dirigente de este sector José Gonzáles.

«Quiero pedirles a los trabajadores, a los pilotos, no perjudicar y no destrozar al LAB, que tal vez tiene alguna solución, pero sobre todo no por este hecho los aeropuertos de La Paz, especialmente Cochabamba y Santa Cruz, pueden perder su categoría de aeropuerto internacional», advirtió Morales. Los pilotos están dando fin al LAB con sus medidas de presión. Esta ya no es responsabilidad del gobierno, dijo el ministro Quintana.

Falta decisión política

El gobierno explica que no nacionalizará una empresa quebrada, endeudada y maloliente. El presidente del Senado Santos Ramírez declaró que solo queda hacer la autopsia al difunto LAB, aunque el muerto sigue despertando apetencias. Aerosur se ofreció para salvar la línea aérea bandera de la ruina a condición de que se le otorgue cinco años de monopolio de los vuelos nacionales y extranjeros; luego la empresa Amazonas propuso un contrato de riesgo compartido: ella cubre el seguro, compra el combustible y aporta capital de operaciones y el LAB pone los aviones y los trabajadores. Cuando estalló el conflicto a principios de febrero, una empresa extranjera ofreció al gobierno varios millones de dólares al gobierno para capitalizar a la línea aérea bandera nacional.

Esto indica que si bien el LAB se encuentra al borde de la ruina, sí es una empresa con futuro. Varias fuentes entendidas en el tema aseguran que la línea aérea factura hasta 180 millones de dólares al año que bien pueden ayudar a reflotarla si es que se la somete a una reestructuración total y, obviamente, si se la rescata de las manos de los angurrientos empresarios privados que sólo buscan el lucro inmediato.

La crisis del LAB no se resuelve con medidas parche, como piensa el gobierno al proponer la creación de una nueva empresa. La solución pasa por convocar a todos los actores directamente involucrados con la línea aérea: Sabsa, que administra los aeropuertos, las empresas que monopolizan en suministro de combustible y otros, y reestructurar completamente el sistema aeronáutico del país.

Se calcula que el LAB gasta 62 millones de dólares anuales en combustibles, incluidos todos los impuestos. La norteamericana Airport Group Internacional (AGl) tiene la concesión «maestra» para la administración, operación, mantenimiento, explotación económica y expansión de los tres principales aeropuertos del país: El Alto, Jorge Wilstermann y Viru Viru, de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, respectivamente. Esta empresa californiana que a su vez es parte de una transnacional llamada TBI, administra las terminales aéreas con el nombre de Servicios de Aeropuertos Bolivianos S.A. (SABSA). Fuentes del sector calcula que SABSA se lleva al año hasta cinco millones de dólares.

Con estos datos, los pilotos, trabajadores y otras organizaciones que reclaman la expropiación sin indemnización se preguntan: ¿Evo no nacionaliza el LAB sólo porque la empresa tiene deudas o porque ha tomado la decisión política de no enfrentarse y mantener tal y como está el sistema aeronáutico diseñado expresamente para hacer funcionar la capitalización?


Notas

[1] Al inicio de la actual administración bajo la dirección de Asbún a fines de 2001, el LAB contaba con una flota de 11 aviones, de los cuales nueve eran patrimonio de la Empresa y solamente dos eran alquilados. Posteriormente el patrimonio se vio afectado por la venta del Airbus A-310 y del B-737-300 Paitití (único aporte de la capitalización). A la fecha, la flota del LAB está conformada por seis aviones propios, tres B-727-200, dos B-727-100 y un F-27, de los cuales los dos B-727-100 y el F-27 pretendían ser vendidos al Estado para honrar deudas con los trabajadores. Y el resto de la flota lo conforman aviones alquilados. Se presume que algunos aviones son subalquilados por el propio Asbún.