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Las inversiones estarán focalizadas en la explotación de los recursos naturales: el petróleo offshore y la minería. ¿Quién hará el gran negocio?

Agáchate que vienen los chinos

Fuentes: El cielo por asalto

El gobierno de Néstor Kirchner está por presentar uno de los mayores anuncios de su gestión. Según los medios de prensa, los funcionarios de la administración Kirchner aseguran que lo que se comunicará tendrá tanto valor que la fotografía de K bien podría ser colgada en igualdad de importancia que la del general José de […]

El gobierno de Néstor Kirchner está por presentar uno de los mayores anuncios de su gestión. Según los medios de prensa, los funcionarios de la administración Kirchner aseguran que lo que se comunicará tendrá tanto valor que la fotografía de K bien podría ser colgada en igualdad de importancia que la del general José de San Martíni. A priori suena como un gran delirio o una comparación más que absurda.

Lo cierto que el mega anuncio de K estará vinculado a una fuerte inversión de China en la Argentina, que rondaría entre los 15 o 20 mil millones de dólares, además de un crédito de Corea del Sur. El préstamo coreano es el primero que recibiría el país luego de haber caído en la cesación de pagos y se dice que estaría destinado a la generación de nuevas líneas crediticias productivas, aunque también se especula que el préstamo coreano se destine al pago de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional.

Las inversiones chinas estarían direccionadas a la producción energética, al área de los ferrocarriles y a la generación de infraestructura básica, como por ejemplo la realización de tres corredores bioceánicos entre Argentina y Chile, que estarían distribuidos entre el NOA, Centro y Patagoniaii.

En verdad el objetivo esencial del desembarco oriental tiene que ver con la explotación de los recursos naturales argentinos, en particular los petroleros y también los mineros, sin que quede muy claro cuáles van a ser los beneficios para el país y sí se puede afirmar que nuevamente se nos escaparían de las manos valiosas reservas no renovables.

En primera instancia es necesario sostener que el intercambio comercial y la recepción de inversiones extranjeras no son elementos desechables sino que los aspectos más cuestionables sobre la irrupción oriental tienen que ver con una falta de modificaciones estructurales en los dos rubros centrales que se plantean las inversiones asiáticas.

Existen varios factores que han precipitado la concreción de esta avanzada asiática sobre el sur americano. Por un lado se deben resaltar las necesidades chinas en lo que respecta al aprovisionamiento de energía y minerales, asimismo ha sido de vital importancia la creación de Enarsa y los precios internacionales de los productos relacionados.

Donde se ha confirmado la intromisión oriental es el sector de la explotación petrolera offshore, uno de los rubros donde Enarsa aspira a hacerse fuerte y donde China tiene experiencia propia y compartida con otras empresas, entregándole a extranjeros la explotación de la plataforma marítima. El presidente de Enarsa, Exequiel Espinosa, confirmó hace más de un mes los acuerdos con los chinos mientras efectuaba por tierras orientales una avanzada del gobierno argentinoiii.

Esta situación lleva indudablemente a pensar qué es Enarsa: si se trata de un reposicionamiento estratégico de Estado nacional el rubro de los hidrocarburos o si por el contrario es una nueva forma de privatizar los recursos petroleros y gasíferos que aún no están en explotación, como lo son las cuencas costa afuera.

En realidad, por lo que se desprende del proceso de conformación y la estructura de Enarsa, todo indica que la segunda opción es la más adecuada a tener en cuenta.

Los fondos chinos disfrutarán además de los actuales esquemas impositivos existentes en la Argentina, posibilitándole obtener importantes abastecimientos de petróleo y minerales (por ejemplo del carbón del yacimiento santacruceño de Río Turbio y posiblemente también de oro) a bajos costos.

Esto significa que se sumarán a la explotación petrolera con el actual esquema de regalías petroleras, que son solamente del 12%, y de retenciones a las exportaciones. Lo que pone en un pie de igualdad a multinacionales del sector que ya operan en el país (Repsol-YPF, Panamerican Energy, Petrobras, etc.) con las compañías chinas.

En el rubro de la minería (carbonífera, aurífera o metalífera) gozarán de un macabro esquema arancelario montado por el menemismo: grandes exenciones impositivas (devolución del IVA y deducciones en el impuesto a las ganancias), regalías que apenas alcanzan el 2% de la producción y la inexistencia en las retenciones a las exportaciones. En algunas provincias pueden recibir el beneficio adicional de los reembolsos por puertos patagónicos.

En definitiva no queda muy claro cuál será el gran negocio argentino. Se entregará la explotación de recursos a cambio de no se sabe muy bien qué. Los avances de las inversiones chinas en infraestructura ferroviaria- vial o el relanzamiento de la explotación carbonífera en el Turbio, pueden ser considerados parte del saldo positivo, pero bien podría considerarse a estos elementos como escasos si se tiene en cuenta que lo que se está entregando son recursos naturales no renovables.

El dragón sediento

La administración K se ha encargado de darle una gran magnitud al anuncio de las inversiones que arribarán procedentes de China, pero al mismo tiempo es necesario dimensionar la importancia que posee el país asiático en el contexto mundial y cuáles son sus principales necesidades en materias primas. China tiene una población de 1.300 millones de habitantes y que dicho sea de paso ha dejado de ser una nación comunista o socialista para convertirse en un país más del concierto capitalista.

El gigante asiático fue en el 2003 la primera potencia importadora mundial de cemento (adquirió el 55% de la producción total) y en los demás rubros compro el 40% del carbón, 25% del acero, 25% del níquel y 14% del aluminio. En cuanto al petróleo es el tercer consumidor mundial, detrás de Estados Unidos y Japón, y el segundo importador global y contrariamente es el sexto productor del planeta.

Estas importaciones masivas dieron lugar a una explosión de los precios en los mercados mundiales, especialmente los del petróleo que en octubre rozaron los 60 dólares por barril. «El elevado crecimiento de la economía china, convertida ya en la fábrica del mundo, coincide en el tiempo con la entrada masiva de inversores en los mercados de materias primas, básicos para el funcionamiento de la economía. Este fenómeno ha generado el cuarto mayor ciclo alcista de estas materias desde 1970«, ejemplificó el periódico español La Vanguardiaiv.

Si China sigue con un ritmo de crecimiento económico anual, que ronda entre el 7 y el 9%, a partir del año 2041 va a superar a Estados Unidos para convertirse en la primera potencia económica del mundo lo que tendrá consecuencias geopolíticas fundamentales. Esto significa que desde el 2030 su consumo de energía equivaldrá a la suma del consumo actual en Estados Unidos y Japón, y que al no disponer de petróleo suficiente como para satisfacer una necesidad tan monstruosa, al año 2020 se verá obligada a duplicar su capacidad nuclearv.

La inestabilidad energética que vive China ha obligado al gobierno de Pekín a diseñar un esquema de reservas petroleras estratégicas. Al igual que Estados Unidos, las autoridades chinas pretenden contar con un sistema de reservas estables de barriles y esta previsto que para el 2005 sea de 10 millones de toneladas y de 22 millones en el 2010vi.

Los chinos no sólo planean hacer pié en Argentina sino que tienen el mismo objetivo para Bolivia y Brasil. En el país andino realizarán fuertes inversiones (alrededor de 2.000 millones de dólares) en sector de la producción gasífera y la producción diesel, pero también lo harán en las áreas de la minería, obras de infraestructura, producción de soja y explotación maderera de bosquesvii.

Lo de China en Bolivia no se quedó en promesas ya que a principios de septiembre de este año la petrolera estatal oriental Shengli Internacional (SLIO) firmó un convenio con YPF Bolivia para la explotación de hidrocarburosviii. Los orientales aportarán 1.500 millones de dólares y los bolivianos las áreas de exploración y extracción.

Los enviados de Pekín a Brasil portaban instrucciones similares. La idea era la de firmar convenios de exploración y producción de petróleo onshore y offshore. En agosto de este año Petrobras rubricó con la petrolera china Sinopec un convenio muy parecido al de Bolivia, aunque en esta oportunidad los negocios son más amplios ya que ambas partes aportarán a una empresa mixta tecnología, infraestructura, conocimientos y áreas de explotaciónix.

La misma metodología que la utilizada en América Latina ha sido desplegada en Medio Oriente donde recientemente Sinopec estableció un acuerdo con Irán por 70 mil millones de dólares. China adquirirá en los próximos 30 años 250 millones de toneladas de gas y hará inversiones en extracción de hidrocarburos. Por su parte Irán se comprometió a exportar 150 mil barriles de petróleo diarios por un lapso de 25 añosx.

Es importante tener en cuenta que las empresas petroleras chinas no están exentas de la penetración privatistaxi que ha vivido América Latina y las tres principales compañías orientales se abrieron en 1998 a las inversiones extranjeras y en la actualidad contienen en el seno de su conformación accionaria (en un 30%) a las multinacionales BP-Amoco, Shell y Exxon-Mobil.

En lo que respecta a la minería, China es el tercer productor mundial de oro pero a la vez es el cuarto consumidor mundial oro y entre las toneladas producidas (201) y las demandadas (204) existe una brecha que la nación oriental estaría necesitando saldar con inversiones en el extranjeroxii. El valor internacional de la onza de oro es muy elevado -pasó de 383 dólares en 1990 a 271 en 2001 y ascendió a 400 dólares en el 2004- e impulsa la explotación en distintos rincones del mundo.

Buena parte de la explotación aurífera china se lleva a cabo en minas de tajo a cielo abierto, lo que produce un fuerte proceso de contaminación ambiental. El oro extraído se utiliza en la industria esencialmente para la fabricación e joyas, pero también se destina a la electrónica y el acuñado de monedas.

Aún no existen confirmaciones oficiales sobre el desembarco chino en el ámbito de la minería aurífera Argentina, aunque circulan versiones que hablan de la posibilidad que aquí suceda lo mismo que en Bolivia donde se firmaron convenios vinculados a ese tipo de explotación.

En definitiva queda en claro que China viene a abastecerse de recursos energéticos, tanto hidrocarburíferos como minerales, y con los acuerdos en Argentina no resolverá definitivamente sus problemas, pero da un paso más en el entramado energético que imperiosamente necesita. Ahora sería bueno preguntarse cuáles son los grandes beneficios para Argentina si continúa dilapidando sus recursos naturales.

Notas

i Ver el diario Página 12 del 6 de noviembre de 2004.

ii Ver «Las grandes dudas que deja la iniciativa» publicado por Clarín el 7 de noviembre de 2004.

iii Ver Suplemento de Energía del diario El Patagónico (Comodoro Rivadavia-Chubut), número 17, del 27 de septiembre de 2004.

iv Ver La Vanguardia del 25 de octubre de 2004.

v Ver «China, megapotencia», publicado Rebelión el 30 de julio de 2004 y tomado de Le Monde Diplomatique.

vi Investigación efectuada por Pablo Bustelo del Real Instituo Elcano publicado en junio de 2004.

vii Ver «Empresas chinas proyectan grandes inversiones en hidrocarburos, minería e infraestructura», publicado por Argenpress el 2 de octubre de 2004.

viii Ver «Una alianza estratégica entre las petroleras estatales de Bolivia y China», publicado por Argenpress el 3 de septiembre de 2004.

ix Ver «Brasil y China fortalecerán cooperaciones en la explotación petrolífera», publicado por Argenpress el 17 de agosto de 2004.

x Ver Suplemento Cash del diario Página 12 del 7 de noviembre de 2004.

xi Ver «La crisis del petróleo» publicado en la revista En Defensa del Marxismo, número 29, de enero de 2001 y basado en el artículo publicado por el Financial Time del 26 de septiembre de 2000. Ver «Una nueva diplomacia petrolera» publicado el 7 de noviembre de 2004.

xii Ver «Situación y tendencias de la minería aurífera y del mercado internacional del oro» publicado por la CEPAL en julio de 2004.


* Integrante del programa radial autogestionario El cielo por asalto de Comodoro Rivadavia, miembro del grupo Economistas de Izquierda (EDI), participante del Consejo Editorial de la revista Marxismo Vivo e investigador del Centro Regional de Estudios Económicos de la Patagonia Central (CREEPaCe). Dirección electrónica: [email protected]