Traductor Francisco Báez Baquet. Se incluye una nota final, del traductor
Introducción
La Dra. Alice Hamilton (1869-1970) fue una figura legendaria en medicina ocupacional en los Estados Unidos (EE. UU.).
Autora de muchos artículos y textos, y la primera mujer en la facultad de Harvard (1919).
Su amigo, de los días con la reformadora social Jane Addams, en Hull House, en Chicago, en 1897, Gerard Swope, se convirtió en presidente de «General Electric» (GE), en 1922, con lo cual contrató a la Dra. Hamilton, para investigar e informarle durante los próximos 12 años, sobre numerosos riesgos para la salud y la seguridad, en las plantas de «General Electric» (GE).
Uno de los peligros discutidos en esta correspondencia, fue el asbesto (1).
Las cartas y los informes se encontraron en los archivos de Alice Hamilton en Harvard y en los archivos de «General Electric«.
«General Electric» (GE), ha sido demandada en los últimos 25 años, por no advertir y proteger mejor a los trabajadores, de los riesgos del amianto, en las plantas de energía y en los barcos, donde se instalaron y se mantuvieron turbinas de vapor, de «General Electric» (GE), en las décadas anteriores.
«General Electric» (GE), reveló el archivo de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), sobre la Dra. Hamilton, en un descubrimiento legal, que solicitaba todos los materiales revisados por testigos expertos, de «General Electric» (GE).
Quizás, el abogado defensor sospechó que algo, en el archivo del FBI, podría ser útil para desacreditar a la Dra. Hamilton.
El archivo de la Dra. Hamilton, del FBI, contiene material no publicado previamente.
Su autobiografía, de 1943, Exploring the Dangerous Trades, y el libro de la historiadora Barbara Sicherman, Alice Hamilton / A Life in Letters (1984), no dicen nada sobre los encontronazos personales de la Dra, Hamilton, con el FBI.
Las Cartas de Sicherman dan algunas ilustraciones, del apoyo activo de la Dra. Hamilton a la libertad de expresión, los derechos humanos y los grupos de paz, en sus últimas décadas:
«Ella dio poca credibilidad al peligro de la subversión interna, y una vez afirmó, que los comunistas no podían hacer más para socavar la vida estadounidense, que lo que sus oponentes ya lo habían hecho» (p. 382).
El archivo del FBI, sobre Alice Hamilton
La Dra. Hamilton llamó la atención del FBI, al escribirle ella al gobernador de Nueva York, para pedir clemencia para Morris Schappes, en 1942.
Schappes había sido profesor en el City College, y fue despedido, condenado y encarcelado durante uno o dos años, por perjurio, luego de declarar bajo juramento, ante un comité legislativo estatal, que no era comunista. (2), (3).
En 1944, el «Comité de Actividades Anti-Americanas», de la «Cámara de Representantes» enumeró a la Dra. Hamilton, como involucrada en «organizaciones del frente comunista», incluido el «Comité Estadounidense para la Literatura Antinazi», el «Comité Estadounidense para la Democracia y la Libertad Intelectual», el «Comité Estadounidense para Salvar a los Refugiados», «Russian Reconstruction Farms» (» Reconstrucción Granjas Rusas»), «Federación Nacional de Consumidores», «Amigos de la Unión Soviética» y «Consejo Nacional de Amistad Soviético-Americana». (4)
En 1942, el FBI había observado con preocupación su asociación con «Amigos Americanos de la Democracia Española», «Comité Nacional de Derechos de los Pueblos», «Comité Americano para la Democracia y la Libertad Intelectual», «Comité de Libertades Civiles, de Chicago», «Congreso Internacional de Mujeres», y también la » Conferencia Nacional de Emergencia, para los Derechos Democráticos».
«La investigación, en ese momento, no produjo ninguna información de naturaleza derogatoria», se observó en un memorando, de 1950, dirigido al Director del FBI. (3)
Para 1950, el FBI, a través de informantes y leyendo el Daily Worker, también la había establecido como parte del «Comité Conjunto de Refugiados Antifascistas», el «Comité de Ayuda Española, de EE.UU.», el «Comité de Mujeres, del Consejo Nacional de Amistad Soviético-Estadounidense», el «Instituto Ruso-Estadounidense», y la «Sociedad Soviético-Estadounidense de Ciencia». (5)
Su archivo del FBI, incluye una carta de 1950, en la que protestaba porque el FBI había entrevistado a sus vecinos, sobre sus «posibles opiniones subversivas» y un hombre del FBI le había hecho preguntas «impactantes»: «artículos triviales, chismes, difamaciones sin apoyo, sospechas, todo tipo de cosas que uno pensaría que una importante oficina gubernamental se sonrojaría al recogerlas«. (6)
«No veo cómo se puede defender un sistema que obliga a un empleado del Gobierno, que desea mantener su trabajo y evitar la solicitud de una acusación de deslealtad, a retirarse de los grupos con los que se encuentra de agrado, renunciar a viejas amistades, rechazar tener algo que ver con un primo que es radical, vaya a la iglesia, por el aura de respetabilidad que eso le confiere, e incluso evite cierta librería, porque se dice que eso etiqueta a un cliente, como compañero de viaje.
Este es sin duda el control del pensamiento, que hemos abolido en Japón, pero que hemos introducido aquí».
Ella escribió esto al abogado Morris Ernst, autor de escritos populares en defensa de Hoover y el FBI, quien ofreció transmitir materiales de ella al Director del FBI. (6), (7)
Ella respondió, que el director del FBI, J. Edgar Hoover, era el único responsable de las directivas bajo las cuales operaban sus agentes.
Las cartas se convirtieron en parte de su archivo del FBI.
El archivo del FBI también señaló la participación de la Dra. Hamilton en la «Petición de Paz, de Estocolmo» y la «Cruzada de Paz, Estadounidense», que pidió la prohibición de las armas atómicas y la paz en Corea. (9)
La Dra. Hamilton apoyó públicamente a «numerosas organizaciones del frente del Partido Comunista» (memorando al Director, de 4 de mayo del año 1951), y a personas perseguidas por estar en el Partido Comunista, y que se negaron a implicar a otros.
Instó a la derogación de la Ley McCarran, que autorizó el encarcelamiento y la deportación de extranjeros, sin el debido proceso. (10)
En 1952, protestó ante el congresista Horace Seeley-Brown, Jr. acerca de una historia publicada en el periódico «The Times», de que «el FBI está planeando abrir cuatro campos de concentración, para encarcelar a los 50,000 comunistas que el FBI afirma haber descubierto en este país, tan pronto como La Tercera Guerra Mundial sea una amenaza.
«Es increíble que haya tantos estadounidenses que deberían ser tratados como delincuentes peligrosos, antes de que hayan cometido delito alguno» (11).
El congresista transmitió su carta, al director del FBI, Hoover.
El personal de Hoover, recomendó que no se reconociera a la carta, pero que se informase al congresista, de las disposiciones pertinentes, de la Ley McCarran, de 1950, de Seguridad Interna. El FBI no cuestionó la precisión de la historia. (12)
El FBI supervisó a la Dra. Hamilton, por su asociación con «frentes comunistas», incluido el «Congreso de los Derechos Civiles», el «Consejo Nacional de las Artes, la Ciencia y las Profesiones», el «Comité para las Alternativas Pacíficas», y el «Comité Americano para la Protección de los Nacidos en el Extranjero». (13)
En relación con este último grupo, un memorándum dirigido al Director Hoover, señaló, en la misma oración, que ella «era quizás la principal autoridad en enfermedades ocupacionales en este país y fue mencionada por primera vez como miembro del Partido Comunista (en una reunión a finales de la década de 1930)».
Este memorando señaló, que la Dra. Alice Hamilton, tenía 96 años. (14)
El FBI nunca encontró evidencias que la establecieran como miembro del Partido Comunista. Su desprecio intrépido por el FBI de Hoover y sus compañeros de viaje, sugiere lo contrario.
Declaración, para divulgación
El autor ocasionalmente testifica como testigo experto, a solicitud de los demandantes, sobre la salud pública y el historial corporativo sobre el asbesto, en demandas por lesiones personales, en las que «General Electric» ha sido uno de los acusados.
Nota del traductor:
Francisco Báez Baquet
Suministramos seguidamente, algunas aportaciones, de contextualización del texto traducido:
Algunos datos biográficos esenciales, sobre la Dra. Alice Hamilton
Alice Hamilton (27 de febrero de 1869 – 22 de septiembre de 1970), fue una médico e investigadora estadounidense, conocida por su trabajo en el campo de salud ocupacional y por ser una pionera en toxicología industrial. Fue también la primera mujer en formar parte de la facultad de Medicina, de la prestigiosa Universidad de Harvard.
Su carrera científica se centró principalmente en el estudio de las enfermedades ocupacionales, y muy especialmente, en los efectos de metales industriales y de los compuestos químicos, incluyendo a minerales como el talco o el amianto, a los que estaban expuesto los trabajadores industriales.
En el contexto de estas investigaciones, se desarrollaron los doce años de su colaboración con la empresa multinacional «General Electric«, antes de que dicha compañía asumiese una actitud hostil hacia ella, por no plegarse a sus directrices de exoneración o de fuerte atenuación de la estimación del carácter nocivo -mortal-, del amianto, desencadenando todo ello la acción de cabildeo ante el FBI, en un claro intento de desacreditación social, y de hundimiento de su trayectoria vital y profesional.
Además de su trabajo científico, la Dra. Hamilton fue una feminista, reformista social y defensora del bienestar social y humanitario, activista por la paz y voluntaria en la «Hull House», en Chicago, asentamiento de acogida a los inmigrantes europeos recién llegados, ofreciéndoles actividades de integración, consistentes en innovadores programas sociales, educativos y artísticos.
La Dra. Hamilton empezó su carrera en salud pública y seguridad laboral en el año 1910, cuando el gobernador de Illinois, Charles S. Deneen, la nombró parte de la recientemente formada «Comisión de Enfermedades Ocupacionales», de Illinois, como revisora médica.
La Dra. Hamliton lideró las investigaciones de la comisión, centrada en venenos industriales como el plomo y otras sustancias tóxicas.
Durante sus años en la «Hull House», la Dra. Alice Hamilton desarrolló actividades en movimientos pacifistas y feministas.
Viajó, con Jane Addams y Emily Greene Balch, al Congreso Internacional de Mujeres, de 1915, en La Haya, donde conocieron a Aletta Jacobs, una pacifista feminista y sufragista neerlandesa.
Jane Addams, la Dra. Alice Hamilton y Aletta Jacobs, fueron fotografiadas ante la puerta de Brandenburgo, en Berlín, el 24 de mayo del año 1915, durante una visita a dirigentes alemanes.
También visitaron Bélgica, ocupada por los alemanes.
La Dra. Alice Hamilton regresó a Europa, con Jane Addams, en mayo del año 1919, para asistir al segundo Congreso Internacional de Mujeres, en Zúrich, Suiza.
Además, la Dra. Alice Hamilton, Jane Addams, Aletta Jacobs y la quáquera Carolina M. Wood, participaron en una misión humanitaria en Alemania, para distribuir ayuda alimentaria, y para investigar los detalles y veracidad de los informes sobre hambruna.
La Dra. Alice Hamilton recibió títulos honoríficos, de las Universidades de Míchigan, Mount Holyoke College y Smith College.
Fue incluida en el «American Men in Science: A Biographical Dictionary», del año 1906.
En el año 1935, la esposa del Presidente norteamericano, Eleanor Roosevelt, le otorgó a la Dra. Alice Hamilton, el «Premio Nacional Chi Omega», al logro de la fraternidad entre las mujeres.
Fue galardonada con numerosos premios y honores. En el año 1947, la Dra. Alice Hamilton se convirtió en la primera mujer en ganar el más famoso de sus premios, el «Premio Lasker», por sus contribuciones al servicio público.
En el año 1956, la revista TIME le nombró «mujer del año» en medicina.
En el año 1973, la Dra. Alice Hamilton fue elegida póstumamente miembro del «National Women’s Hall of Fame».
El 27 de febrero de 1987, el «National Institute for Occupational Safety and Health» (N.I.O.S.H), le dedicó sus instalaciones, bajo el nombre de «Alice Hamilton Laboratory for Occupational Safety and Health».
El instituto, también empezó a otorgar un premio anual en su honor, en reconocimiento de la excelencia en el trabajo de campo.
En el año 1995, el Servicio Postal de los Estados Unidos le dedicó un sello conmemorativo, en su serie de Grandes Estadounidenses.
En el año 2000, la ciudad de Fort Wayne, en Indiana, dedicó estatuas a la Dra. Alice Hamilton, a su hermana Edith, y asu prima Agnes, en el parque de Headwaters.
El 21 de septiembre del año 2002, la «American Chemical Society» nombró a la Dra. Alice Hamilton, y a su trabajo en toxicología, como «National Historic Chemical Landmark», en reconocimiento de su papel pionero en medicina laboral.
La Dra. Alice Hamilton, también ha sido reconocida como pionera del medioambientalismo.
La división de medicina ocupacional y ambiental, de la Universidad de California, en San Francisco, celebra una conferencia anual, en su honor.
Desde 1997, la «American Society for Environmental History» ha otorgado el premio «Alice Hamilton«, al mejor artículo publicado, fuera del «Environmental History».
La multinacional «General Electric» (G.E.), y el amianto
Gracias a su gran tamaño y a la diversidad de sus inversiones, la empresa multinacional «General Electric» (GE) no llegó a solicitar, en ningún momento, la protección por bancarrota, ni tampoco estableció ningún fideicomiso para abordar las más de 400,000 reclamaciones por exposición al amianto, que se le han llegado a presentar.
Sin embargo, ese detalle no debe desorientarnos, acerca de la magnitud del desafío económico que tal sombrío panorama ha venido representando para la susodicha compañía transnacional.
Los demandantes, sucesivamente presentaron demandas contra «General Electric» (GE), por exposición al asbesto de las turbinas de vapor, de la susodicha compañía. El amianto se usó en la producción de las turbinas que se instalaron en 22,000 sitios, en todos los Estados Unidos. Muchos de los trabajadores, estuvieron expuestos entre los años 1966 y 1986.
Las reclamaciones contra «General Electric» (GE), fueron presentadas por empleados del gobierno, incluidos los trabajadores del acero, los trabajadores de los astilleros y los empleados navales, que estuvieron expuestos a equipos fabricados por «General Electric» (GE), y que fueron fabricados según las especificaciones gubernamentales, que requerían obligatoriamente el uso del asbesto.
Los trabajadores que instalaron, repararon, o que trabajaron alrededor de tales turbinas, pudieron haber sufrido exposición laboral al amianto.
«General Electric» (GE), no solamente fabricó turbinas de vapor con asbesto, sino que también hizo lo propio, respecto de una amplia variedad de dispositivos electrónicos, equipos de generación de energía, cables, y compuestos de moldeo de plástico, con incorporación de una carga de refuerzo, de amianto.
La compañía también fabricó otros productos, bajo las marcas «Deltabeston» y «Wil-Son Patent-Flex», asimismo con incorporación de amianto, en su composición.
Muchos componentes, en fábricas bajo «el paraguas» de «General Electric» (GE), también contenían asbesto, particularmente en lo que se refiere a hornos y aislamientos.
Otros trabajadores de la industria, que usaron productos de «General Electric» (GE), también corrieron el riesgo de exposición y enfermedad posterior.
Estos incluyeron a los trabajadores empleados en plantas de energía, astilleros, construcción y demolición.
Los electricistas, y también los trabajadores del mantenimiento, asimismo han podido haber estado expuestos al asbesto, si llegaron a trabajar con, o cerca de, los productos con amianto, que fueron fabricados por «General Electric» (GE).
El cabildeo de la compañía «General Electric» (GE), con el FBI del director Hoover, en pleno apogeo del macartismo (de cuyos sabuesos «husmea-braguetas», ni el mismísimo Einstein se libró), aparte de constituir una repugnante felonía, vino a resultar, a fin de cuentas, metafóricamente, como quien pretende afrontar un fuerte huracán… abriendo el paraguas.
Apunte biográfico sobre el autor, Barry Castleman, Doctor en Ciencias, y Consultor Medioambiental (fuente: ADAO, octubre 16, 2014)
«Barry Castleman, ScD, es un consultor ambiental, capacitado en ingeniería química y ambiental.
Tiene un título de Doctor en Ciencias, de la Escuela de Salud Pública «Johns Hopkins».
Ha sido consultor de numerosas agencias del gobierno de los EE. UU.
Y otros gobiernos, organismos internacionales y grupos ambientales, que se ocupan de una amplia gama de problemas de salud pública.
Ha testificado como experto, en litigios civiles, en los Estados Unidos, sobre la historia del asbesto, como un problema de salud pública, y las razones por las cuales no se controla adecuadamente los peligros del amianto.
El Dr. Castleman ha pasado los últimos 40 años trabajando en el tema del asbesto, como un problema de salud pública».
Facilitamos seguidamente un link de acceso a un listado de algunos de los numerosos trabajos, de los que el Dr. Castleman es autor, o co-autor:
Referencias del artículo original, en inglés
1 Castleman BI. General Electric. In: Asbestos: medical and legal aspects. (5th Ed.) New York, NY: Aspen Publ; 2005, p. 584-588. 2 Letter from J. Rowe to A. Hamilton (Sept. 7, 1942). Attached: various affiliations of A. Hamilton.
3 Memorandum from SAC New Haven to Director, FBI (Jan. 12, 1950). 4 Report on Doctor Alice Hamilton, by J. Schmit (Nov. 1, 1947). 5 Jones M. Dr. Alice Hamilton/summary memorandum (Jan. 18, 1950). 6 Hamilton A. Letter to Morris Ernst (Jan. 3, 1950). 7 Ernst M. Letter to Alice Hamilton (Jan. 9, 1950). 8 Hamilton A. Letter to Morris Ernst (Jan. 13, 1950). 9 Memorandum from SAC New Haven to Director, FBI (Nov. 7, 1951). 10 Memorandum from SAC New Haven to Director, FBI (May 4, 1951). 11 Hamilton A. Letter to H Seeley-Brown, Jr. (Feb. 6, 1952). 12 Jones MA. Memorandum «Alice Hamilton, MD» (Feb. 12, 1952). 13 Hamilton Dr. Alice. SAC New Haven. (June 17, 1954). 14 Letter from SAC New Haven to Director, FBI (Feb. 3, 196
Fuente Original en inglés: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4984968/