En la Argentina del exceso sádico contra el pueblo, Milei volvió a sobreactuar su alineamiento con Israel.
El 1 de abril Israel bombardeó una sede diplomática iraní en la capital siria, Damasco. Desde entonces se esperaba un anunciado ejercicio de retaliación por parte del gobierno iraní. Se produjo el sábado 13 con cientos de drones y misiles, la mayor parte de los cuales fueron destruidos. Al momento no tenemos reporte de víctimas fatales.
El gobierno israelí pide a sus socios que declaren a la Guardia Revolucionaria Iraní como una organización terrorista y nuevas sanciones. Es casi textualmente lo que hicieron dos jueces macristas al servicio de Milei antes de que saliera el primer drone de suelo iraní.
En el momento en que Milei recibía un premio de la secta sionista, acusada de pedofilia, delitos venales y económicos, Jabad Luvabitch en Miami, los jueces Carlos Mahiques y Diego Barroetaveña le ofrendaban otro presente a la política exterior de este gobierno escribiendo un libelo de conjeturas sobre política internacional que acusa a Irán de los atentados de 1992 y 1994 en Capital Federal.
El fallo es una prueba constatable del lawfare a escala internacional, del uso de la justicia al servicio del poder sin miramiento de procedimiento ni resguardo legal y veraz alguno. Si no fuera una palabra gastada, un verdadero escándalo. No cualquier escándalo, la piedra del escándalo.
Sostenemos hace tiempo que el desvío de la investigación de los atentados a la embajada de Israel en 1992 y a la DAIA en 1994 exponen una mafia que somete sin miramientos la democracia y las instituciones argentinas. En el primer caso, la investigación a cargo de la Corte (por ser la embajada territorio extranjero) fue encapsulada bajo secreto de sumario y mandada a dormir el sueño de los justos. Cero queja por el Estado de Israel, ¿raro, no?
En cuanto al atentado a la AMIA – DAIA lo único que está probado judicialmente es que hubo desvío de la investigación. ¿Cómo se podría dar más énfasis y convencer a quien llegó hasta acá en la lectura de la magnitud de la paradoja que vamos a exponer? Mahiques y Barroetaveña confirman en su fallo condenas al juez Galeano, a los fiscales Mullen y Barbaccia, y a funcionarios menemistas por cometer delitos al desviar la investigación e inculpar a Irán, al tiempo que usan aquel procedimiento y la misma conclusión para acusar a Irán.
Los fiscales Mullen y Barbaccia tenían un tercero que trabajaba con ellos, seguro les suena, Natalio Alberto Nisman. Nisman zafó y luego del apartamiento de los dos primeros, continuó haciendo lo mismo que con ellos: desviar la investigación y bloquear su avance. También hacía cosas que no nos consta hubiera hecho con Mullen y Barbaccia, viajar por el mundo con prostitutas con dinero de contribuyentes argentinos y recibir pagos no declarados en cuentas ocultas por parte de dirigentes del sionismo estadounidense.
Para entender qué pasó en la embajada y en DAIA recomendamos las investigaciones de Juan José Salinas, a quien reputamos como el investigador más profundo de aquellos atentados. Se puede ver buena parte de ellas en su blog: www.pajarorojo.com.ar.
Lo cierto es que no hay una sola prueba del involucramiento de Irán en el atentado. Tampoco está probada la participación de Hezbollah y los indicios aportados por servicios de inteligencia no inculpan a Hezbollah sino a desprendimientos de la organización que trabajan casi indisimuladamente con la CIA estadounidense.
Se menciona como no investigada la “pista siria”, es lo que reclama Memoria Activa, una de las asociaciones de víctimas del atentado de 1994. Se puede ver en https://memoriaactiva.org/casacion-confirma-condenas-por-desviar-la-investigacion-del-atentado/
El cierre del documento de Memoria Activa no lo podría decir mejor:
“La impunidad en el caso AMIA no es una fatalidad del destino ni sucedió espontáneamente como algunos jueces, políticos, dirigentes comunitarios y medios pretenden instalar. Aunque a contracorriente y en soledad, hemos logrado demostrar que esa impunidad se construyó de forma deliberada desde las más altas esferas del Estado argentino. Por ello, lo hemos denunciado en el pasado y lo ratificamos hoy: recurriremos ante la Corte Suprema de Justicia todos los aspectos cuestionables de este fallo de Casación”.
Por nuestra parte y fundados en nuestro estudio del atentado a la DAIA, nos atrevemos a sugerir dos pistas adicionales: la pista Beraja y la pista Netanyahu.
Rubén Beraja, presidente de la DAIA en 1994, era a su vez propietario del Banco Mayo, con problemas de solvencia. Más de una versión sostiene que dineros narcos pasaron por ese banco en proceso de liquidación. Pablo Escobar Gaviria, el mítico líder del Cartel de Medellín, fue muerto en 1993, un financista pícaro encontraría que por 1994 pudiera ocurrir que nadie reclamara sus acreencias. En el concurso del Banco Mayo el representante de la asociación de acreedores fue el mismo abogado de Pablo Escobar y su familia (luego radicada en Argentina).
No hay antecedente alguno que pueda vincular a Irán con un atentado como el que ocurrió en julio de 1994 en calle Pasteur al 600 de Capital Federal. Hay decenas de ataques análogos por parte del Cartel de Medellín.
En los primeros años ’90, el primer ministro israelí Yitzak Rabin y el líder de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasser Arafat iniciaron tratativas de paz bajo los auspicios estadounidenses y de la ONU que debían finalizar con dos Estados conviviendo armónicamente. Esto fue y es inaceptable para la ultraderecha sionista y más aún para la ultraderecha sionista teocrática. Así fue que comenzaron un proceso de agitación. Explosiones en embajadas o edificios representativos en cualquier parte del mundo le venían como anillo al dedo para detener las negociaciones acusando de terrorismo a la contraparte. Parece que no fue suficiente y en 1995 Yitzak Rabin fue asesinado por un “loco suelto” (¿les suena?) de la ultraderecha israelí. Por supuesto la investigación “para arriba” sólo llegó al hermano y un par de perejiles. Desde entonces nunca más se establecieron negociaciones para la paz definitiva. A partir de allí Israel está cada año un poquito más violento, más a la derecha, a la ultraderecha, más racista y más fuera del cumplimiento del derecho internacional.
Milei no se priva de ninguna oportunidad para mancillar al pueblo. Decidió dilapidar la plata de los argentinos para comprar aviones de guerra de descarte estadounidense y viajó de urgencia para armar un “comité de crisis” ante los misiles iraníes.
¿No la ven?
Tenemos más de 160 muertos por dengue y el gobierno no ha hecho nada, tenemos millones con hambre y el gobierno dejó de proveer a los comedores; hay una hipotética guerra, ajena, en Medio Oriente y el gobierno se declara en alarma. ¿Qué es lo que no se entiende?
Una curiosa institución, al parecer oficial, que publica en Twitter como “Oficina del Presidente” dio a conocer el siguiente comunicado:
Una sarta de mentiras y pavadas que demuestra el uso espurio del fallo de Mahiques y Barroetaveña al servicio del alineamiento a la ultraderecha sionista de Israel y Estados Unidos.
Mientras tanto, el gobierno de Netanyahu continúa con el genocidio a cielo abierto en Gaza. Alguien tan insospechada de animosidad con Israel como la administradora de USAID, funcionaria de Biden, admitió hace un par de días la existencia de hambruna en Gaza. Ver:
Milei, para humillación de los argentinos, nos saquea mientras nos hace cómplices como país de los peores crímenes internacionales. Ellos le llaman luz a la oscuridad y nos presentan como venturoso lo que es un infierno.
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