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AMLO y la CNTE, «lo que diga mi dedito»

Fuentes: Rebelión

Después de una serie de diferendos públicos en los que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) cuestionó a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y particularmente a sus dirigentes, el día de antier de manera intempestiva, como acostumbra, dio un vuelco a sus acostumbradas ambigüedades sobre la abrogación de la Reforma Educativa y […]

Después de una serie de diferendos públicos en los que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) cuestionó a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y particularmente a sus dirigentes, el día de antier de manera intempestiva, como acostumbra, dio un vuelco a sus acostumbradas ambigüedades sobre la abrogación de la Reforma Educativa y el tema de la evaluación, concepto que ahora propone desterrar del léxico y la práctica educativa a cargo del Estado. Por fin parece asumir que se trata de abrogación; aunque no aclara que no es lo mismo que derogación, concepto que hasta hace unos días asumía como una especie de sinónimo. No obstante, los términos «cancelar», «abrogar» y «abolir» que empleo el 16 de octubre pasado corrigen la aparente confusión y ambigüedad que más de una vez le señalaron las y los militantes de la CNTE y no pocos investigadores.i

No queda claro el porqué de tal giro, tal vez se dio cuenta por propio pie que estaba repitiendo la ruta seguida por todos los gobiernos que le precedieron a lo largo de casi 39 años y que iba directo al pantano; probablemente le hizo caso a alguno de sus consejeros, en fin, independientemente de cómo haya ocurrido, es importante reflexionar más allá de este giro intempestivo para explicar los motivos de fondo que norman la conducta política de AMLO en torno a la CNTE y a movimientos similares.

Es común escuchar o leer llamados a «no adelantar vísperas», a esperar hasta que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) asuma la presidencia para poder emitir juicio alguno sobre las acciones que ha venido desarrollando en los últimos meses. Es más, sobran las descalificaciones contra quienes discrepan con MORENA y su dirigente; se les acusa de derechistas y de hacerle el juego a la «Mafia del Poder», al PRI y al PAN. Muchos grupos autocalificados de izquierda no atinan a caracterizar la condición de clase y la filiación política del gobierno electo y de su principal representante.

Sin embargo, creo que sigue siendo cierto que las partes se conocen por el todo; que en este caso al igual que ante cualquier situación política, es prácticamente imposible desarrollar acciones coherentes desde el movimiento social sin caracterizar a AMLO, a su partido y a su equipo de gobierno. Si nos atenemos a aspectos aislados y episódicos no vamos a rebasar la postración de quienes aplauden lo «bueno» y señalan lo «malo»; es decir, nos mantendremos en el marco de una postura moral más que política, ajena a una verdadera ética de liberación, de una real política de lo colectivo que se guía por los intereses de las mayorías explotadas, oprimidas y excluidas.ii Contribuyendo a la suplantación de la política y de la ética por visiones parciales y estados de ánimo fácilmente manipulables contrarios a la configuración de actores y sujetos conscientes de las necesidades y los retos planteados por la catástrofe nacional a la que nos empujó el capitalismo neoliberal y la ocupación neocolonial de México por parte de los Estados Unidos y otras potencias. Lo cual refuerza la promoción política del apoliticismo que se disfraza de moralismo y discursos posmodernos manejados por la «industria cultural» de matriz neoliberal; cuyo objetivo es impedir, fragmentar y desmantelar todo proceso de emergencia y constitución de sujetos y actores que cuestionen al neoliberalismo, el neocolonialismo y el patriarcado como aspectos de la dominación capitalista y de la contrainsurgencia que se ensaya desde todas las esferas de la sociedad burguesa, ong´s, iglesias, sindicatos reformistas, movimientos particularistas, universidades, medios de comunicación y más.

Las posturas públicas adoptadas por AMLO en los últimos días ante la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), no son hechos aislados ni meros arranques discursivos. Sintetizan un conjunto de medidas y propuestas que AMLO y sus principales colaboradores proyectan desde una situación y posición de clase burguesa, y, son congruentes con lo que han sido a lo largo de su vida política.

Es evidente que la relación de empatía que en ciertas situaciones manifestó AMLO hacia la CNTE como en la expresada el 26 de junio de 2016, en uno de los momentos de máxima legitimidad política de la lucha contra la Reforma Educativa, estuvo motivada por intereses mayormente electorales antes que por coincidencias profundas. Sus cuestionamientos a la dirección de la CNTE una vez que se descartó la propuesta de aprobar una resolución a favor de su candidatura en el Cuarto Congreso Extraordinario celebrado en marzo de este año, confirma que los intereses electorales eran el verdadero motivo de su aparente simpatía.

Ante pregunta de los reporteros de La Jornada sobre la decisión de la CNTE de llamar a votar en contra de los partidos que firmaron el «Pacto por México» y de no ir con ningún partido en particular AMLO respondió.

Obrador– a verdad es que los maestros, la mayoría, están con nosotros. Y si hablamos de organizaciones, podría decir que están rebasados los dirigentes de la CNTE y del SNTE, y de todas las organizaciones magisteriales, porque las bases están decididas a apoyarnos.

La Jornada_ ¿Ese juicio incluye a las Redes Progresistas? ¿Significa que ya es una relación directa de los maestros de base con su movimiento?

Obrador– Totalmente. En todos lados. Claro, nos identificamos mucho con la CNTE, en particular con la CNTE de Oaxaca, que es con la que hemos tenido más acercamientos, más identidad.» (La jornada, 2 abril, 2018)

En esa línea de argumentación, su postura ante la CNTE cobra sentido pleno si la enlazamos con propuestas y decisiones asumidas por él y su equipo de colaboradores que proyectan aumentar el límite de la jubilación a los 68 años; modificar la seguridad social a través de iniciativas de reforma como la presentada por Ricardo Monreal que mantiene y renueva los procesos de privatización de los fondos pensionarios y la precarización de las condiciones laborales de trabajadores públicos; igual sucede con la entrega por parte de AMLO de la dirección del IMSS y del ISSSTE a panistas y priístas; o la cesión de 110 mil millones de pesos a la iniciativa privada, particularmente a la «Mafia del Poder» representada por el Consejo Coordinador Empresarial, con la finalidad de que se transformen en tutores y contraten jóvenes en calidad de aprendices, sin derechos laborales. Mientras tanto la Reforma neoliberal a Ley Federal del Trabajo se mantiene y AMLO procede a desarraigar a decenas de miles de trabajadores públicos sin tomar en cuenta sus derechos laborales y derechos humanos.iii La ratificación del Tratado de Libre Comercio otorgando mayores concesiones a Estados Unidos constituye un severo golpe a la clase trabajadora y a cualquier proceso de desarrollo productivo nacional. Si examinamos con atención las posiciones políticas del presidente electo frente a la clase trabajadora veremos que no son muy diferentes a las manifestadas ante las decenas de miles de trabajadores precarios al servicio del Gobierno del Distrito Federal, a quienes durante su gestión se les negó el derecho a la sindicalización y la estabilidad laboral.

Sus promesas de aumento salarial a modo de graciosa concesión presidencial y sus amenazas, en particular a la CNTE, contra quienes suspendan labores y se atrevan al uso de formas de lucha que el presidente electo considera inadecuadas, pintan bien el talante despótico, propiamente burgués, anti-obrero, anti-clase trabajadora y antisindical de AMLO. Nada de intermediarios, suele repetir el presidente electo, solo él y la burocracia estatal serán quienes resuelvan desde arriba lo que mejor conviene a la nueva clientela política que ha de surgir del uso personal y faccioso del presupuesto público, de sus programas asistenciales y de las dadivas paternales.

Muy a tono con la «gubernamentalidad» neoliberal que concibe la ciudadanía como la particularización radical de los sujetos sociales que encuentran su realización a través del acceso al consumo. A contracorriente de la ciudadanía y la dignidad que se alcanzaban a través del trabajo. En el neoliberalismo la ciudadanía se otorga y se alcanza por medio del asistencialismo que convierte en consumidores a millones de excluidos que viven a expensas de la voluntad de quien los aprovisiona con becas o programas.iv La calidad de vida se convierte en religión, todo se cosifica: la calidad de las personas, de la «democracia», del voto, etcétera. La dignidad nacida del trabajo, del reconocimiento de que las personas no son mercancías establecida en la Constitución Mexicana se abandona sin más.

Así el presidente electo pretende convertirse en amo y señor de las y los pobres, de las clases trabajadoras, todos dependerán de su buena voluntad, una especie de neopriísmo recargado está de vuelta. AMLO y su gobierno se aprestan a reproducir y desarrollar la voluntad del Estado Burgués y de la clase empresarial de impedir a toda costa la acción política independiente de las y los trabajadores, condenándolos a la reproducción de una situación de dependencia casi servil frente a los patrones y el patrón presidencial. No olvidemos que los esclavistas no dejaban de serlo por el hecho de «darles» comida y vivienda a sus esclavos, en este caso, en el nuestro, ni siquiera se asegura la reproducción de las clases trabajadoras. «Lo que diga mi dedito» es ya el nuevo estilo personal de gobernar, ante ello la vigencia del Estado de Derecho, base de su «Cuarta Transformación» se convierte en «un mito genial».

Insisto, los arrebatos de AMLO frente a la CNTE no sólo son desplantes pasajeros, son propios de su carácter de clase burgués y de los intereses mayormente oligárquicos representados por él y su equipo de gobierno. Por eso deliberadamente equipara a las organizaciones sociales, comunitarias y sindicales independientes con «Antorcha Campesina» un viejo grupo paramilitar al servicio del PRI. Ocultando de paso los múltiples pactos contraídos por él con los viejos grupos clientelares del PRD, con René Bejarano, la UPREZ, Asamblea de Barrios, Patria Nueva, la CNPA, la Central Campesina Cardenista y más recientemente con Elba Esther Gordillo, Napoleón Gómez Urrutía y grupos escindidos de la CNTE entre otros. En realidad lo que AMLO exige es incondicionalidad y anulación de cualquier rasgo de independencia de las clases populares frente al Estado y la burguesía. Nada nuevo en México por parte del Estado y sus caudillos desde la Revolución Mexicana.

Sin duda existen algunos motivos muy particulares que explican su enfrentamiento con la CNTE. Uno de ellos es su alianza con un sector de la oligarquía y la clase política trasnacionalizadas, en este caso con Ricardo Salinas Pliego dueño de Televisión y Banco Azteca. Esteban Moctezuma Barragán futuro Secretario de Educación presidía la fundación cultural de Salinas Pliego; además está ligado estrechamente al grupo de «Mexicanos Primero» que agrupa a la crema y nata de la oligarquía «mexicana», de la «mafia del poder»; todos ellos instalados en las lógicas del capitalismo informático o cognitivo y de las corporaciones industriales y de servicios que han hecho del discurso de la calidad su razón de existencia.v Esteban Moctezuma fue el Secretario de Gobernación durante el gobierno de Ernesto Zedillo, el principal operador del pretendido aniquilamiento de la jefatura del EZLN. Y fue Zedillo quien al frente de la Secretaria de Educación bajo la presidencia de Carlos Salinas de Gortari introdujo la «Calidad» como la referencia básica del proceso educativo en 1992.

Toda su «Consulta» y los Foros que le dan sustento no va más allá de todas las consultas amañadas que ha organizado la clase política y cultural dominante. De antemano tienen el resultado: «la Educación de Calidad» El diseño de los foros se presta para ello, por eso dejaron de lado las propuestas de organizar un Dialogo Nacional y Congresos Estatales como preámbulo de un Congreso Nacional Educativo o Constituyente Educativa.

En realidad, Obrador se identifica con el núcleo político y cultural que le da sentido a la Reforma Educativa: la «Calidad»; frente a ello el asunto de los derechos laborales planteados por la CNTE es secundario y por tanto atendible, no así su reivindicación de un nuevo proyecto educativo que tiende a cuestionar a la «Calidad» como el eje articulador de la educación pública.vi Concepto empresarial que avanza a contracorriente de la dimensión popular y del concepto de dignidad humana como finalidades y ejes articuladores del proyecto nacional y cultural contenido en la Constitución de 1917, a pesar de su carácter burgués. La «Calidad» es la privatización, es la subordinación de «lo público» a lo empresarial, a lo trasnacional; es lo antinacional y lo anti-universal, constituye la sujeción del Estado nacional y del pueblo a las determinaciones de las corporaciones trasnacionales, de los Estados Unidos y organismos que en lo fundamental están a su servicio como lo son la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). El desmantelamiento de las bases culturales de la nación, su agringamiento, se viabiliza a través de la llamada «Calidad Educativa», que no significa más que la destrucción del carácter popular y público de la educación. Lo público no puede existir como interés nacional y espacio de las mayorías nacionales, más que como interés popular; no existe otra manera de hacer viable el bien común. Entonces es la dignidad humana como fin educativo el que hace realidad la educación pública y popular; no la «calidad» que perfila a la educación como un servicio y no como derecho, que perfila a las personas en la lógica de convertirse en cosas o productos para el mercado. Un auto o un producto pueden ser juzgados, en la lógica capitalista, de acuerdo a su calidad, a una persona se le asume por su dignidad. No por nada José Martí insistía en «ser libres para ser mejores».

AMLO sabe que su anhelada transición pactada propuesta a Enrique Peña Nieto el 26 de junio de 2016;vii la cual constituye una etapa del proyecto de refuncionalizar al viejo régimen oligárquico; al neoliberalismo desde una postura liberal-social, necesita de los acuerdos con la oligarquía y el capital trasnacional, con la mafia del poder y con el gobierno de los Estados Unidos, pero también del control y la desarticulación de los movimientos sociales y de los territorios potencialmente rebeldes que pueden disputar desde la izquierda y el pueblo la conducción del país. Sabe que el resultado del 1 de julio tiene que ver con un proceso de irrupción de amplios sectores de la población, sumamente heterogéneos, que existe una gran volatilidad del propio electorado y una radicalización de las expectativas de justicia de numerosos grupos y comunidades que calculan que ya llegó su hora. AMLO sabe que está montado en un polvorín, que la crisis económica que ya viene y que estallará a más tardar en 2020 le va a reducir su margen de maniobra. Está al tanto de que sus ambivalencias pueden contribuir decididamente a la implantación abierta del neofascismo como ha ocurrido con gobiernos liberal-sociales en Indoamérica. «El Bronco» con su llamado a cercenar las manos de los ladrones, de los de baja ralea, no las de él y las de sus cómplices, es el primer ensayo de las castas oligárquicas y militares más reaccionarias y fascistas. El 5 por ciento alcanzado en las urnas por «el Bronco», puede ser el anticipo de un fenómeno como el de Jair Bolsonaro en Brasil, fascista que no representaba algo más del 4 por ciento de la cartera electoral brasileña y hoy ronda el 50 por ciento.

Por todo esto le urge descarrilar o cooptar a los movimientos que tendencialmente pueden disputar la legitimidad, la representación y una nueva hegemonía nacida desde las y los «plebeyos». La CNTE es un enemigo a vencer o neutralizar, el principal movimiento organizado que ha resistido todo; otro son las luchas por la tierra y por la vida, más de 400 conflictos según datos oficiales o más de mil de acuerdo a otras contabilidades que potencialmente es más peligroso que la CNTE misma. Otros dos que se adivinan en el horizonte son las mujeres movilizadas por sus derechos y los derivados de las batallas por la Paz con Justicia y Dignidad y últimamente las y los jóvenes. Por todos los medios el sistema busca fragmentarlos, impedir las convergencias y la conciencia de que únicamente tienen futuro liberador si abandonan las inercias particularistas que son fortalecidas por las campañas de contrainsurgencia que se desarrollan usando todo tipo de disfraces y consignas separatistas.

Además, en la lógica de AMLO y del Estado hay que desmontar los corredores de la rebelión y de los alzamientos, el más visible es el que se extiende de Chiapas a Michoacán pasando por Oaxaca y Guerrero. Todos sus proyectos de «desarrollo» que no son más que la actualización del Plan Puebla Panamá, Colombia o Mérida, tienen esa finalidad. Están destinados a desmontar las reservas más fuertes de comunitarismos y comunalismos, la veta donde se encuentra la salvación de México, de sus naciones originarias y del pueblo todo. Sus «megaproyectos» como el Tren Maya, el corredor Transítsmico y sus millones de árboles, disfrazados de progreso, están inspirados en parte en el plan contrainsurgente ensayado por el gobierno de Kennedy llamado «Alianza para el Progreso» que entre 1961 y 1970 fueron el caballo de batalla del imperialismo para cercar a la Revolución Cubana y los movimientos nacionales y socialistas que emergieron en Indoamérica. AMLO suele insistir abiertamente en que se instrumente de nueva cuenta un símil de esa alianza para que junto con Estados Unidos se construyan las bases del desarrollo en Mesoamérica, lo que constituye una verdadera declaración de guerra en contra de naciones y pueblos originarios y de buena parte de la población.viii

Así, el control del SNTE es estratégico, más en esta fase de capitalismo cognitivo, de ampliación de las potencialidades del trabajo intelectual y de la aplicación renovada del conocimiento en los procesos de reproducción capitalistas. Si alguien supone que el SNTE se va a recuperar para las y los trabajadores sin lucha, como graciosa concesión del poder se equivoca. AMLO se enfrenta a la CNTE porque él, la burguesía oligárquica y el Estado no pueden renunciar al control de ese espacio estratégico. Su alianza con Elba Esther y con los escindidos y traidores a la CNTE es más que electoral. Con Elba en particular coincide en todo el trasfondo contenido en la divisa de la «Calidad Educativa». La señora supone que en este mes va a sentar sus reales en el SNTE de nueva cuenta, ya tiene un delfín en Moisés Jiménez, que es bien visto por AMLO y un buen de número de charros y neocharros.

Por estos motivos AMLO no cuida las formas en la presente etapa, inventa situaciones que rayan en lo ridículo, la CNTE y las y los trabajadores de la educación quieren que les paguen, después de años o meses de servicio en que sus salarios no han sido cubiertos. No quieren el control de la nómina, esa es responsabilidad del patrón. A lo más exigen que no se use la nómina y el presupuesto de la SEP para encubrir a aviadores y los altos salarios de la casta burocrática. La CNTE surgió en parte de una crisis de pagos, el gobierno ensayó la descentralización administrativa y luego regreso a una neo-centralización que ha dejado a decenas sino es que a centenas de miles sin pago de salarios o bonificaciones. AMLO se escandaliza por el hecho de que las y los maestros paren, en lugar de escandalizarse por las condiciones laborales y materiales que enfrentan docentes y comunidades escolares. En lugar de cuestionar un régimen laboral y político que impide el libre ejercicio del derecho de organización y huelga.

Miente AMLO cuando afirma que la CNTE le pide dinero al modo de algunas dirigencias clientelares; en todo caso lo que se exige es que las cuotas sindicales, patrimonio de las y los trabajadores, dejen de ser robadas por las y los charros como doña Elba. Miente cuando dice que la CNTE llamó a no votar o a votar en su contra. Miente cuando no reconoce que algunas fuerzas políticas y sociales no pactaron con él porque no había nada que pactar, ni un solo punto de su programa se prestaba a ello. Madero aceptó a regañadientes la propuesta de Zapata, pero Obrador nada. Acierta cuando afirma que los extremos se juntan, su caso es la evidencia más palmaria; su ensamblamiento con la «mafia del poder» es ejemplar. Otro tanto ocurre con algunos de sus seguidores en el magisterio que eran proclives al ultraizquierdismo verbal y provocador, partidarios extremos de la «otra campaña», enemigos de cualquier trato con AMLO en 2006 y ahora son sus más fervientes admiradores y hacen causa común, de un modo u otro, con un sector de charros.

AMLO y una parte de sus seguidores están generando un ambiente de linchamiento y persecución de los movimientos sociales y civiles independientes. Que alimenta el ambiente que resulta propicio para que la ultraderecha fascista. La irracionalidad y el fundamentalismo evaden los razonamientos basados en los hechos y en reflexiones ideológicas serias. El debate, verdadera fuente de transformación se sacrifica en aras del control político a costa de la objetividad y el dialogo, a costa de la libertad de expresión y organización, a costa de las tradiciones democráticas y libertarias de nuestro pueblo.

AMLO no es socialdemócrata, la socialdemocracia planteaba arribar al socialismo a través de reformas, hoy prácticamente los socialdemócratas se convirtieron en políticos de la gran burguesía, del neoliberalismo, en todo caso es un liberal-social, que como una vez él mismo dijo, sólo pretende «limar las aristas más filosas del neoliberalismo». No es un demócrata, ni tampoco un nacionalista. Por eso se identifica mucho con Madero, con quien en palabras de Zapata: fue el falso apóstol de la democracia; también lo hace con una parte del juarismo y en menor medida con Cárdenas y nada con Magón, Villa y Zapata, salvo en las conmemoraciones fúnebres. Ni siquiera es un socialista burgués al modo de Lombardo Toledano. Su cuarta Transformación puede quedarse en una cuarta transformación del régimen de quienes apoyados por los imperialistas estadounidenses derrotaron a Magón, Villa y Zapata. A cualquier persona medianamente informada le asalta la imagen que va del PNR de Calles al PRI de Alemán, pasando por PRM de Cárdenas. Hasta ahora la alianza estratégica de AMLO es con los responsables del desastre nacional, no con las mayorías nacionales y con la liberación nacional y la revolución democrático-popular.

La única salida de conjunto a la crisis nacional, una similar a las que dieron fundamento a las tres grandes revoluciones que pusieron en pie al Estado-Nación finalmente oligárquico, criollo, patriarcal, racista y neocolonial, es la refundación de México sobre bases comunitarias y democráticas. Para eso se necesita la convergencia de las mayorías nacionales, de sus organizaciones, pueblos y naciones, de las mujeres, de las y los jóvenes, de las y los indígenas e indomestizos, de las y los trabajadores y las clases medias en ese proceso de refundación nacional que atraviesa por una Nueva Constituyente Originaria y una reforma del Estado desde la raíz.

Creo que la estatura ética de la CNTE, con todas las limitaciones que se quiera, está muy por encima de la de AMLO y sus colaboradores, de Cesar Yáñez, del buen Nico que es un próspero empresario según algunas crónicas, de Pio o Cárdenas Batel y Leonel Godoy, los dos últimos enredados en mil negocios fraudulentos fraguados a expensas del erario público; por no mencionar a los monreales, a los señores de la Ley MONSANTO hoy BAYER, a su colaborador estrella Alfonso Romo.

No cabe duda que el estilo personal de «lo que diga mi dedito» es el estilo de las elites más rancias que suponen que los dineros públicos y las decisiones nacionales son su patrimonio.

Notas:

i http://tareasjuridicas.com/2016/07/24/la-diferencia-abrogar-derogar/

http://insurgenciamagisterial.com/reforma-educativa-y-sutilezas-juridicas/

https://www.jornada.com.mx/2018/sociedad/035n1soc.

http://www.diariodechiapas.com/landing/opinión/cnte-radical/

http://insurgenciamagisterial.com/los-bandazos-de-amlo/

http://www.sdpnoticias.com/nacional/2018/10/16/asegura-amlo-que-capacitacion-de-maestros-sera-voluntaria-y-advierte-desaparición-del-inee

http://profelandia.com/amlo-anuncia-el-fin-del-inee-y-la-evaluación-docente/

ii La ética del buen vivir o ética del morir bien. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=102978

Ética y filosofía política de Francisco Fernández Buey. http://www.insumisos.com/diplo/NODE/4006.HTM

iii Retos de los trabajadores en la transición. El Universal. Vital Galicia, José Antonio. 14/10/2018.

https://www.eleconomista.com.mx/empresas/IP-y-AMLO-acuerdan-impulsar-plan-de-becas-para-jovenes–20180705-0022.html

http://www.jornada.com.mx/ultimas/2018/09/14/planteara-amlo-elevar-a-68-anos-laedad-de-jubilación-9645.html

iv Populismo, subalternidad y más allá. Verónica Gago. Facultad Libre. https://yuotu.be/mhgtUCYK9P8

v Formación y evaluación docente como mercancía del complejo cultural industrial. Lev Moujahid Velázquez. https://facebook.com/story.php?story_fbid=1631912366915027&id=100002888389832

vi http:/www.el universal.com.mx/elecciones-2018/en-video-esteban-moctezuma-defiende-propuesta-educativa-de-amlo

AMLO: Habrá una verdadera reforma educativa. https//youtu.be/Mtsm5mlGePg

vii La jornada 27 de junio de 2016.

viii Carlos Fazio ha sido prolijo en tratar estos asuntos del significado social, militar y político de los planes del nuevo gobierno en ciernes para con el sur mexicano. Entre otros artículos están: Romo y el saqueo de la lacandona, en tres entregas; AMLO y el poder real; Tillerson la militarización y el petróleo; todos aparecidos en La Jornada.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.