El enfrentamiento entre la Argentina y los fondos buitres se ha visto marcado en estos días por dos hechos importantes. El apoyo de Francia con el procedimiento Amicus Curiae ante la Corte Suprema de los Estados Unidos, en el marco del Club de París. Y el cambio de posición -bajo presión- del FMI, del que […]
El enfrentamiento entre la Argentina y los fondos buitres se ha visto marcado en estos días por dos hechos importantes. El apoyo de Francia con el procedimiento Amicus Curiae ante la Corte Suprema de los Estados Unidos, en el marco del Club de París. Y el cambio de posición -bajo presión- del FMI, del que se esperaba posición similar a la de Francia.
El ataque a la Argentina de los Fondos buitres podría repetirse hacia cualquier otro país cuya deuda hubiera sido ya renegociada en gran escala… en efecto, es el temor a un caos financiero lo que motiva estos apoyos más allá de los acreedores directamente involucrados, el temor a generar un precedente que permita poner en tela de juicio los acuerdos de reestructuración de la deuda soberana…
«La actitud francesa tiende a alertar a la Corte suprema de los EE.UU. sobre las potenciales consecuencias de su decisión sobre el buen funcionamiento del sistema financiero internacional» subraya claramente el comunicado del Ministerio de Economía francés «El principio mismo de las reestructuraciones ordenadas y negociadas de las deudas soberanas, especialmente las encuadradas en el Club de París podría verse afectado. La decisión de la Corte podría en efecto, disuadir a los acreedores de buena fe de participar en la solución de las crisis de endeudamiento produciendo así significativas complicaciones a muchos países en desarrollo de bajos ingresos«.
Recordando que este paso «no se halla relacionado con el caso específico de la Argentina. Se halla motivado por la preocupación de Francia por preservar de la estabilidad financiera internacional y su papel en el seno del Club de París del que ejerce la Presidencia y la Secretaría desde su creación en 1956. Desde entonces -el Club de París– ha llevado a cabo 429 acuerdos con 90 países y un monto adeudado de 573 mil millones de dólares.
De acuerdo con este procedimiento de Amicus Curiae, se ha agregado el apoyo reiterado de las Caja de Valores de la Argentina, 93% de los tenedores de obligaciones que han aceptado el acuerdo de cambio del 2005 y del 2010, el Exchange Bondholder Group, Fintech y los Euro Bondholders. Miles de tenedores que se hubieran visto afectados por la decisión de la Corte de Apelaciones de Nueva York del 26 de octubre del 2012 (Véase al respecto: Los golpes bajos del FMI a la Argentina no engañan a nadie).
Se antepone además el conflicto existente entre la sentencia de la Corte de Apelaciones y la jurisprudencia precedente pero también los límites impuestos por el FSIA (Foreign Souvereing Immunities Act – Ley de Inmunidad de Soberanía Extranjera), dado que «una Corte de los EE.UU. pretende imponer a otra nación a utilizar sus recursos soberanos con fines prohibidos por las mismas leyes locales y por sus propios principios de orden público, privándola así de controlar sus propios recursos» como lo explica un representante de los acreedores que aceptó el cambio. La aplicación de la decisión del juez Griesa haría vacilar todas las futuras reestructuraciones de las deudas, es por eso que Wall Street ha protestado desde hace varios meses. Como también el gobierno de Obama.
Pero curiosamente y es el segundo hecho de importancia de estos últimos días, este último se muestra menos ansioso por hacer escuchar su voz en el procedimiento Amicus Curiae. Y de golpe el FMI de quién se pensaba iba a participar, se mantiene momentáneamente impasible en nombre del famoso «principio de neutralidad«. Cuando se esperaba una toma de posición del FMI que demostrara «las implicancias negativas de dicho juicio para las finanzas internacionales» como ha sido reconocido en diferentes oportunidades.
¿Ha habido presión de los EE.UU. que son uno de los principales miembros del FMI? El cambio de posición de los EE.UU. ¿ha obligado al FMI a cambiar sus planes frente al Amicus Curiae, cuando el organismo quería alertar a la Corte suprema sobre las dramáticas consecuencias de tal decisión? Muchas preguntas han quedado sin respuesta por parte del FMI, William Murray ha declarado que no hubiera sido apropiado «en esta etapa» testimoniar sin el apoyo de los EE.UU. porque el organismo internacional «debe ser neutral en relación a los asuntos que implican a los gobiernos miembros y que el apoyo de los EE.UU. podría generarle potencialmente al FMI un conflicto entre dos de sus miembros».
Es indudable que este cambio de actitud de los EE.UU. y del FMI ha sorprendido a más de un miembro del G20, comenzando por Brasil. ¿Ha sido esto producto del intenso lobby que desarrolló el ATFA (Ver en El Correo Puja entre la Argentina y los Fondos Buitres: El peligroso lobby de la AFTA), ante numerosos representantes, especialmente Republicanos del Congreso de los EE.UU.? Probablemente.
Este giro repentino -que ha sorprendido a todo el mundo – no borra en absoluto la posición pública adoptada, hace ya muchos meses, por el gobierno de los EE.UU. sobre el juicio en primera y en segunda instancia: «ese juicio penalizaría las relaciones económicas internacionales de los EE.UU. y alteraría la confianza en el mercado neoyorkino como sitio mundial para las operaciones de reestructuración de las deudas» Ni la posición de Christine Lagarde sobre la actitud de los fondos buitre y ni dicho juicio «cuyas implicancias serían negativas sobre las finanzas internacionales y de forma sistémica» como fue publicado en un documento del mes de abril.
Un miembro del departamento del Tesoro ha declarado, según el Wall Street Journal «Imf explains itself on argentine debt case but questions on us role remain«, que la decisión de aportar su apoyo al FMI es una simple cuestión de procedimiento y de tiempo, en su momento, no antes de que la Corte Suprema abra el expediente.
Para otros, como Ana Gelpern, profesora de derecho en la American University el desafío para la administración Obama es otro : es el de la participación de los EE.UU. en el financiamiento del FMI y el de la transferencia de poder a otros países como China, Brasil que son tema de discusión en el Congreso usamericano. Los Republicanos -entre los que algunos son declarado sostén de los fondos buitres- piden cuentas sobre este tema y presionan a la administración para que se mantenga al margen de este conflicto, condenando las políticas económicas llevadas a cabo por la Argentina.
Siempre según el Wall Street Journal, una docena de house law makers, en una carta dirigida al Attorney General Eric Holder, el pasado 10 de julio, han tratado de presionar al Ministerio de Justicia para que impida que la Argentina obtenga algún apoyo suplementario en este expediente.
Es evidente que los fondos buitres se están frotando las manos ante este cambio del FMI, que deja vía libre a todas las operaciones de desestabilización especialmente entre los mercados que se sitúan contra la Argentina, teniendo en cuenta que tanto el FMI como el Tesoro han admitido que no se debe descartar otra eventual toma de posición ulterior ante la corte Suprema.
Estelle Leroy Debiasi. Periodista profesional, graduado en Economía, ex directora de la redacción del diario La Tribune.
Traducción del francés para El Correo de Susana Merino
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