La democracia ha logrado una óptima victoria según el punto de vista de quienes están seguros de que, en efecto, las elecciones mexicanas fueron un ejemplo de limpieza, democracia y claridad. Así piensan numerosos europeos desinformados, además de algunos grandes diarios liberales y demócratas que luchan con sincero afán por la democracia, la libertad y […]
La democracia ha logrado una óptima victoria según el punto de vista de quienes están seguros de que, en efecto, las elecciones mexicanas fueron un ejemplo de limpieza, democracia y claridad. Así piensan numerosos europeos desinformados, además de algunos grandes diarios liberales y demócratas que luchan con sincero afán por la democracia, la libertad y la justicia social en la América hispana, con un entusiasmo apenas un pelín, sólo un pelín, menos intenso que la voluntad de defender las inversiones españolas en América. (Evo Morales será admirable mientras no rompa con REPSOL.)
Así, pués, la sabiduría infusa del europeo (siempre mejor informado, más maduro y más capaz de comprender las honduras de la política que los iberoamericanos) justifica y explica las bondadosas palmadas en la espalda con que nos apoyan, estimulan y ayudan en casos como las elecciones mexicanas del 2 de julio pasado, ésas en las que el Tribunal Electoral dijo que hubo muchas irregularidades, que la mayoría de ellas las cometió el presidente de la República, que también hubo otras a cargo de las organizaciones empresariales, pero que las elecciones son válidas.
Veamos, pués, para confirmarlo, las primeras y más entusiastas adhesiones, divulgadas y publicadas, al candidato triunfante del PAN, Felipe Calderón. Tomaremos como ejemplo únicamente las cuatro primeras, publicadas a plana entera en El Universal y otros diarios, para que se vea que quienes se felicitan por el triunfo del hoy presidente electo son del género de personas e instituciones de las que sería absurdo suponer capacidad para trampas y fraudes electorales, ni menos para maniobras tendientes a influir en la votación. Nada de eso, se trata de ejemplos de pureza y todos ellos, ¡graciosa coincidencia!, aparecen preocupados por la angustiante pobreza de México, ésa con cuya bandera levantó López Obrador a unos quince millones de mexicanos que votaron por él, pero de la cual pocos hablaban.
PRIMERA: La del episcopado mexicano. La ley en México prohíbe a la Iglesia como institución intervenir en política en cualquier forma, pero no vamos a detenernos en peccata minuta.
«Los Obispos de México (expresa el anuncio pagado, después de numerosas declaraciones y actividades del clero durante toda la campaña electoral) nos sumamos a los ciudadanos e instituciones que respaldan la actuación y el fallo que ha dado el Tribunal Electoral y por lo tanto reconocemos la legalidad del nuevo Presidente Electo, al que le deseamos éxito en su administración en beneficio de todos los mexicanos.»
Después se extiende en instrucciones al nuevo gobierno sobre lo que debe de hacer y termina pidiendo «Que Cristo Rey extienda su reino de amor y justicia sobre nuestra patria (esperemos que no sea a través de los legionarios del padre Maciel) y que María Santísima de Guadalupe conserve la paz y la unidad de nuestro país». Todo ello muy normal en España, pero no en México, donde la Iglesia no salió impune de la guerra civil que desató y por ello tiene, mejor digamos «tenía» (hasta antes de Vicente Fox) prohibido intervenir en política según la Constitución.
SEGUNDA: Un grupo llamado «Consejo de la Comunicación, A.C.» que se autodesigna como «Voz de las Empresas» se lamenta en el primer párrafo y comunica un descubrimiento: «Las semanas que hemos vivido nos han enfrentado a un nuevo México.Un México que nos ha dolido, nos ha preocupado; pero sobre todo, que nos ha hecho pensar en nuestros retos y en la mejor forma de enfrentarlos y resolverlos».
Explica el gran descubrimiento: «También ha sido un tiempo de grandes claridades. Los mexicanos buscamos vivir en un México más justo, con menos pobreza…» y ellos mismos, que son los que el Tribunal Electoral señala como autores de irregularidades en el proceso, añaden: «Lo más significativo de la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación es que nos permite tener la certeza de la legitimidad del proceso electoral». Como quien dice, ¡pelillos a la mar! ¿Quién va a tomar en cuenta una trampita más o una menos?
TERCERA: Algo que firma «Sociedad en Movimiento», pero que sería más ajustada a la realidad si se designase como «Membretes en movimiento». Éstos piden «Prosperidad, Justicia, Seguridad, Oportunidades y Honestidad». También quieren Libertad pero de todas las cosas que piden, antes enunciadas, la libertad es la única a la que ponen condiciones y límites: «Libertad con responsabilidad». Y no les vamos a poner aquí todos los membretes (vacíos) que se han inventado, sino sólo algunos: «Agencia de noticias empresariales»; «Asociación Mexicana de Diabetes de Guanajuato»; «Grupo Cultural Huizache»; «Federación de Organizaciones Juveniles»; «Red de jóvenes por México»; «Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa»; «Rehabilitación Total, A.C». y «Acortar Distancia Jalisco (¿?)». Suficientes para que el lector vea que, aparte de la Iglesia, de su Partido de Acción Nacional (y del Presidente Fox) la cantidad de organismos e instituciones que apoyaron a Felipe Calderón fue enorme. Por eso después de muchos membretes como los indicados arriba, la lista termina con «¡Y muchas más!». Pero lo más significativo está en la
CUARTA; de esas publicaciones reveladoras, también de plana entera. Su planteamiento básico es: «Conciliación, Concordia y Confianza» y enseguida establecen algo que, por lo menos en su redacción categórica, no deja de ser una novedad: «Amar a México es amar a los mexicanos, especialmente a los niños». El punto lo ponen ellos, no se trata de ninguna frase que hayamos sacado de contexto. Así ya sabemos qué es amar a México. Esta plana entera la firman cuatro Asociaciones Políticas Nacionales y varias asociaciones civiles, pocas, pero lo que vale su peso en oro en estas adhesiones a don Felipe Calderón Hinojosa, Presidente Electo de México declarado por el Tribunal Federal Electoral, está allí, claro y destacando por su propio peso: «Unión Nacional Sinarquista».
La Unión Nacional Sinarquista es una organización nazi-fascista de la que durante un tiempo fue jefe máximo Salvador Abascal, padre del actual Secretario de Gobernación (Ministro, aquí los ministros se llaman «Secretarios») Carlos Abascal. La Unión Nacional Sinarquista, fundada en 1937 en León, Guanajuato, tierra de Vicente Fox, se ajustó a la organización militar del partido nazi; tiene el mismo saludo de brazo en alto, un uniforme cuya idea (aunque no sus colores) está calcada también de la Alemania nazi: Camisa verde, con hombreras y con correaje (como los camisas pardas de Hitler, la Falange Española y otros), pantalón de montar (con polainas o botas altas, no recuerdo ese detalle) y al lado izquierdo del pecho (o también en forma de brazalete, como la suástica) un círculo blanco que en lugar de la cruz gamada lleva la silueta en rojo del mapa de México. Así el uniforme lleva los colores de la bandera mexicana. Su fundación estuvo asesorada por un nazi, Helmut Oscar Schreiter y en ella destacaron Trueba Olivares, su primer jefe nacional, Angel Urquiza, Manuel Zermeño y otros. Hay quien asegura que su nombre fue elegido porque las siglas, UNS, en alemán, como palabra, significa «nosotros». Tuvieron una relación constante y fraternal con Falange Española.
Los miembros de la Unión Nacional Sinarquista, cuya mayor fuerza estaba en Guanajuato (en todo el país llegaron a ser unos cien mil), se extendieron en su principio por todo México. Estaban organizados en centurias, iban armados y provocaron numerosos incidentes característicos del tipo de lo que eran, grupos de choque fascistas, causando y sufriendo muertos, lo que me consta porque me tocó estar presente, siendo estudiante y miembro de la Confederación de Jóvenes Mexicanos, en algunas agresiones de los sinarquistas. Y por lo que vemos ahí están agazapados, esperando su momento.
Y esta última página de adhesión a Felipe Calderón, que demuestra quiénes son algunos de sus partidarios, termina con dos palabras misteriosas, sin la A.C. de «asociación civil» ni sigla alguna que las identifique y que son: «FRATERNIDAD CARCELARIA».
¿Será premonición o amenaza?