Buenos Aires, 30 de marzo. La Cámara de Diputados aprobó el miércoles dos leyes antiterroristas que reclamaba desde hacía tiempo Estados Unidos, algunas de cuyas normas favorecen cualquier acción dictatorial que se pueda poner en marcha en el país. Sólo la minoría de izquierda y algún sector de la opositora Unión Cívica Radical (UCR) votaron […]
Buenos Aires, 30 de marzo. La Cámara de Diputados aprobó el miércoles dos leyes antiterroristas que reclamaba desde hacía tiempo Estados Unidos, algunas de cuyas normas favorecen cualquier acción dictatorial que se pueda poner en marcha en el país.
Sólo la minoría de izquierda y algún sector de la opositora Unión Cívica Radical (UCR) votaron contra la iniciativa estadunidense, que trata de alinear a los países latinoamericanos en su política antiterrorista, cuya aplicación en diversos países conlleva graves violaciones a los derechos humanos y de los pueblos y a la legislación internacional.
Una de las iniciativas impulsadas por Washington convertida en ley es el Convenio Internacional para la Represión del Financiamiento al Terrorismo, adoptado por la Asamblea de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en diciembre de 1999 en Nueva York. La otra es la Convención Interamericana Contra el Terrorismo adoptada por la asamblea de la OEA en Bridgetown, Barbados, en junio de 2002. Ambos acuerdos tuvieron el respaldo de Estados Unidos y la necesidad de su aprobación en el Congreso fue ratificada la semana pasada por el secretario de Defensa estadunidense, Donald Rumsfeld, durante una visita a Buenos Aires en una gira por la región.
Los convenios fueron apoyados por el gubernamental Justicialismo, gran parte de la UCR y partidos provinciales. El tratado de la ONU se impuso por 159 votos en favor y 26 en contra, y el de la OEA por 156 a 23. «Como se ha demostrado en la serie de argumentos falsos para invadir y ocupar países, sabemos que Washington puede inventar cualquier tipo de trama o trampa, no para frenar el terrorismo -que ellos practican en forma permanente- sino para presionar a países o sacar de su camino dirigencias políticas adversas», sostuvo un analista local.
Durante mucho tiempo los legisladores demoraron el tema debido a los reclamos de diversos sectores, en un país donde bajo otros decretos antiterroristas se instaló el terrorismo de Estado entre 1976 y 1983. El Convenio Internacional para la represión de Financiamiento del Terrorismo (ONU) y la Convención Interamericana contra el Terrorismo (OEA), aprobados por mayoría, podrían ser neutrales «si una gran potencia como Estados Unidos no lo utilizara para sus propios intereses estratégicos y con la capacidad de conspirar activamente con falsificaciones diversas para obligar a su implantación», advirtieron medio centenar de organizaciones sociales en un comunicado.
La aprobación de la Cámara de Diputados se produjo un día después del llamado del presidente estadunidense George W. Bush al mandatario argentino, Néstor Kirchner, y que ha merecido una asombrosa diversidad de interpretaciones de todo el espectro político. Todo esto sucede horas después de un fallo favorable a Argentina dado por el juez juez Thomas Griesa en Nueva York que permite desbloquear 7 mil millones de dólares en bonos argentinos en default, aunque advirtió que hay que esperar la decisión en la Corte.
Por otra parte, en una carta abierta a Kirchner un grupo de organizaciones sociales, con la firma del premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel se rechazó duramente el apoyo del gobierno argentino a la elección de Paul Wolfowitz como presidente del Banco Mundial.