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Argentina: crece lobby de Estados Unidos contra «piratería».

Fuentes: Revista Derechos Culturales

En una nueva maniobra de presión mediática e institucional, la IIPA, Alianza Internacional de la Propiedad Intelectual, señaló que Argentina «hace tiempo que debería haber reformado su ley de copyright». En su último informe anual publicado esta semana, critica especialmente el crecimiento de descargas ilegales en Internet y la venta de CDs y DVDs grabados. […]

En una nueva maniobra de presión mediática e institucional, la IIPA, Alianza Internacional de la Propiedad Intelectual, señaló que Argentina «hace tiempo que debería haber reformado su ley de copyright».

En su último informe anual publicado esta semana, critica especialmente el crecimiento de descargas ilegales en Internet y la venta de CDs y DVDs grabados. Igualmente, «las fotocopias no autorizadas que se expanden en los centros universitarios o cerca de ellos».

Señala en su informe colonial que tanto el gobierno federal como el provincial deben poner fin «a centros de distribución populares o ferias como La Salada» ( Greater Buenos Aires area known as «La Salada»)

Aunque la industria del copyright aprecia «la continua cooperación de la policía», la organización norteamericana cree que el gobierno argentino debería asegurar que «sus propias agencias utilicen software legal». En el ámbito legislativo, considera que «es necesaria una estrategia nacional destinada a proteger y reforzar las leyes argentinas de copyright».

La IIPA es una coalición de corporaciones del sector privado norteamericano que representa alrededor de 1.900 empresas productoras y distribuidoras de materiales protegidos por leyes de copyright en los EE. UU. Está formada por la Association of American Publishers (AAP), Business Software Alliance (BSA), The Entertainment Software Association (ESA), The Independent Film & Television Alliance (IFTA), The Motion Picture Association of America (MPAA), National Music Publishers’ Association (NMPA) y Recording Industry Association of America (RIAA).

La Salada comenzó en 1991 con un pequeño grupo de desocupados que se instalaron a vender ropas importadas y comida en terrenos abandonados en la localidad lomense de Ingeniero Budge, que en tiempos de Perón estaban acondicionados como balnearios. Como vieron que el negocio era redituable reunieron a sus familias, y cuando llegaron a las 430 personas armaron Urkupiña SA, que, al sumar nuevos socios, se dividió en Cooperativa Ocean y Punta Mogotes SA.

Las ferias abren dos veces por semana (domingos y miércoles) entre el mediodía y la madrugada. Durante el día, en general se despacha mercadería a compradores minoristas. Desde la tardecita y hasta muy entrada la noche arriban al lugar contingentes de compradores del interior del país e, incluso, de países vecinos -se estima que, cada jornada, llegan al lugar unos 500 ómnibus de compras- y en diciembre llegan hasta 4000 tours de compras.

En su política de criminalización de actividades comerciales populares, el director ejecutivo de la Asociación para la Protección de los Derechos Intelectuales sobre Fonogramas (Apdif), Javier Delupí, consideró que «La Salada es un centro de inteligencia que irradia el mercado pirata a todo el país».

Para los grupos integrantes de la feria son la mismas empresas representantes de las grandes marcas quienes fomentan los mercados de distribución a precios accesibles, pues «los productos denominados «originales» son vendidos en el mercado a precios dolarizados y el pueblo no los puede comprar. Agregaron además que las grandes firmas actúan como verdaderas mafias que intentan amedrentar y desestimular el funcionamiento de La Salada».

«El neoliberalismo no es una opción para nosotros» afirmaron.