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Argentina, punta de lanza de la privatización energética en América Latina

Fuentes: La Jornada

Ayer [por el jueves], mientras Repsol YPF atraía la atención de la industria petrolera mundial por el inicio de trabajos de perforación en aguas cubanas, la compañía española enfrentaba protestas en Argentina, donde es vista por una buena parte de la población como uno de los claros ejemplos de las consecuencias negativas de la privatización […]

Ayer [por el jueves], mientras Repsol YPF atraía la atención de la industria petrolera mundial por el inicio de trabajos de perforación en aguas cubanas, la compañía española enfrentaba protestas en Argentina, donde es vista por una buena parte de la población como uno de los claros ejemplos de las consecuencias negativas de la privatización de empresas públicas en América Latina (AL).

La privatización de la industria eléctrica en Argentina, proceso que abrió la puerta para una mayor presencia de la trasnacional española en este continente, «puede verse como una gigantesca operación de concentración de poder cuasimonopólico, no sólo en Argentina sino en toda la región», destacó un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
 
Yacimientos Petrolíferos y Fiscales (YPF), la más importante empresa estatal argentina del sector de la energía, comenzó a ser vendida en 1993, en el gobierno del ex presidente Carlos Saúl Menem. En junio de ese año el Estado vendió 43.5 por ciento de las acciones de la compañía por 3 mil 40 millones de dólares en efectivo y mil 271 millones de dólares en títulos de la deuda pública. Pero el Estado a su vez asumió una deuda de la empresa por aproximadamente mil 800 millones de dólares.
 
A finales de 1999, la española Repsol concretó la compra de 98.23 por ciento de las acciones de YPF, en una operación con valor de 13 mil 300 millones de dólares. Así nació Repsol YPF, la empresa que realiza actualmente -entre muchas otras actividades en la región, incluido México- la perforación de un pozo petrolero en aguas profundas de la parte cubana del golfo de México. Según el estudio de la Cepal, el capital accionario de Repsol YPF se distribuye actualmente de la siguiente manera: 35 por ciento en poder de fondos institucionales estadunidenses; 24 por ciento de inversionistas españoles; otro 27 por ciento de accionistas minoritarios españoles -pequeños inversionistas- y 14 por ciento restante entre minoritarios de América y Europa.
 
Entre los principales accionistas tiene al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), con 9.8 por ciento de participación directa; Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona (La Caixa), con 5 por ciento; The Chase Manhattan Bank, con 5 por ciento; Petróleos Mexicanos (Pemex), con 5 por ciento, y la eléctrica española Endesa, con 3.6 por ciento, de acuerdo con el documento de la Cepal.

El documento plantea que el proceso seguido para la privatización y venta de YPF a Repsol «no logró crear las bases de un mercado competitivo, a pesar de que el índice de concentración de los activos obviamente disminuyó, en tanto se pasó de un esquema prácticamente monopólico a un sistema más fragmentado de tipo oligopólico con liderazgo de precios por parte del actor dominante». Desde el punto de vista, continúa el documento, del valor obtenido por el Estado por la enajenación de los activos «resulta evidente» que la venta se realizó a precios inferiores a los de mercado. «Uno de los aspectos más preocupantes de la modalidad de privatización ha sido el enorme grado de concentración de la propiedad que esta  operación implicó al nivel de toda la región y en el propio país», considera el documento de la Cepal. «La articulación financiera a través del grupo BBVA y otros, obviamente excede con mucha amplitud al mero sector petrolero y aun al sector energético».

El viernes pasado, el diario británico Financial Times publicó que Repsol YPF había iniciado los trabajos de perforación en búsqueda de petróleo en un campo marino a casi 30 kilómetros al noroeste de las costas de Cuba, en el golfo de México. La firma española mantiene un contrato con el gobierno del presidente Fidel Castro en el que el petróleo extraído será compartido por las dos partes. La información del diario británico destacaba que la industria petrolera mundial estaría a partir de ahora con los ojos puestos en Repsol, por las grandes probabilidades de extracción que expertos atribuyen al campo marino en cuestión, uno de los 54 en los que el gobierno cubano dividió su porción del golfo de México y que están siendo concesionados a empresas privadas internacionales, en un negocio del que están excluidas las firmas estadounidenses por el embargo comercial contra la isla.
 
Repsol YPF es una de las empresas españolas que han aumentado sus activos e inversiones en América Latina, aunque con resultados que dividen las opiniones. Ayer sábado, Repsol YPF mantenía cerradas, por segundo día consecutivo, sus oficinas en Argentina para evitar que fueran ocupadas por grupos de manifestantes que reclaman combustible barato para familias pobres, de acuerdo con un reporte de Reuters. Para muchos argentinos, empresas como McDonald’s y Repsol YPF representan los símbolos de las reformas de libre mercado impuestas durante el gobierno del presidente Carlos Menem que abrieron las puertas a los capitales privados en la década de los noventa, pero que han fracasado en mejorar los niveles de vida de la población, según la agencia de noticias.