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Argentina y las fuerzas populares en la disyuntiva

Fuentes: Rebelión

El panorama mundial como condicionante No podemos enfocar en este mundo globalizado ningún aspecto puntual directamente relacionado en lo inmediato con nuestros enfoque político-ideológico y agregarlo a la praxis, sin hacer antes la clásica división en lo universal, luego en lo regional para llegar finalmente un enfoque específico de nuestra sociedad argentina. De fracaso en […]

El panorama mundial como condicionante

No podemos enfocar en este mundo globalizado ningún aspecto puntual directamente relacionado en lo inmediato con nuestros enfoque político-ideológico y agregarlo a la praxis, sin hacer antes la clásica división en lo universal, luego en lo regional para llegar finalmente un enfoque específico de nuestra sociedad argentina.

De fracaso en fracaso

En el orden mundial el sistema capitalista, el imperialismo y su vertiente actual el neoliberalismo globalizado están en franco retroceso. Sus recetas fracasada la vía diplomática, también sucumben por la vía armamentista. Los afanes imperiales de dominación mundial encabezados por EEUU cuya expresión más cruel se manifestó en las recientes invasiones a Afganistán e Iraq van por el mismo camino de Vietnam Los socios sionistas mediante los cuales Bush y sus secuaces buscaron ensayar una futura invasión en Irán, fueron frenados por Hezbolá . El arabismo, los guerrilleros, El Líbano, Siria e Irán salieron fortalecidos y altamente prestigiados no solo en los pueblos de Medio Oriente sino en los del mundo entero de manera directamente proporcional al desprestigio de los invasores y sus socios de aventuras. Crecieron exponencialmente las simpatías hacia Hezbolá, Hamas, Nasralá, Amadinejad, los sufridos palestinos y libaneses y todos quienes luchan en Medio Oriente por la autodeterminación, en defensa de sus recursos y contra los asesinos invasores. En otra parte del planeta, las voces de los pueblos latinoamericanos son cada vez más numerosas en un rechazo que se expresa luego de quinientos años de explotación y esclavitud que sirvieron para llenar las arcas de Europa y América del Norte, y sus gobernantes, de buena o mala gana las están escuchando.

La importancia de los medios informativos

Imposibilitados de manejar la opinión pública como antaño, maniobras y mentiras imperialistas saltan a la vista de inmediato a pesar de su propaganda, de sus canales radiales y televisivos afines a las prácticas goebbelistas. Es poderoso el aporte de los medios alternativos sostenidos mediante internet, amén de las filtraciones no queridas desde los propios medios oficiales.

Ese desprestigio que reflejan los medios cunde con la certeza del fracasado recetario neoliberal del FMI, BM, y sus usureros organismos crediticios y acuerdos bilaterales. Por donde pasa Chávez se agitan multitudes y banderas, en Argentina, Londres, el Bronx, Somalía, el Medio Oriente. Fidel es un referente mundial inconmovible. En tanto Bush saluda de lejos y en medio de impresionantes aparatos de seguridad. En este sentido la globalización informativa jugó un papel positivo a diferencia de otros tiempos. La información y la experiencia contribuyen a formar la conciencia histórica de los pueblos y es así como se afianza el sentido de independencia y autonomía y es directa su relación con el ascenso de los candidatos de izquierda en todo el mundo, más allá de eventuales apariciones dirigenciales derechistas como Alan García en Perú Uribe en Colombia o Calderón en México. Los pueblos europeos cuyos gobiernos en su mayoría aún siguen atados a ese esperpento llamado OTAN, se movilizan reclamando contra un creciente deterioro de sus condiciones laborales y su nivel de vida y manifiestan masivamente contra toda aventura guerrera.

El desgajamiento del imperio y sus razones

En Medio Oriente China y Rusia no quieren perder sus negocios petroleros y conocedores del ambicioso expansionismo imperial, son los principales opositores a los requerimientos yanquis contra Irán. No siempre priva el altruismo y la misantropía, ello se sabe, sino un estricto y pragmático criterio de conveniencia de acuerdos económicos, hoy difíciles de alcanzar con EEUU.. Una amplia mayoría en la ONU toma prudente distancia de las propuestas imperiales, todas ligadas a aventuras bélicas (con John Bolton, un halcón superlativo, como portavoz), carentes de perspectivas y sin soluciones efectivas para un desarrollo económico sustentable a mediano y largo plazo que no produzca desmedro en la soberanía de los pueblos. En los primeros años de este siglo en Afganistán luego de la invasión yanqui creció desmesuradamente la pobreza, el desempleo, la falta de servicios y floreció el comercio exportador del opio con su secuela de corrupción. Irak con su economía colapsada, su inseguridad interna y sus cientos de miles de muertos. Palestina con sus territorios diezmados por el apetito invasor de Israel, y el Líbano destruido. Así, ¿Cuánto tiempo pasará hasta quedar Bush & Cía. absolutamente solo, con su cachorro Tony Blair? Pocos gobernantes acompañan ya en el tren de su paranoia a los ineficientes genocidas del equipo Bush, confesos mentirosos con las armas de destrucción masiva, promotores principales del terrorismo internacional, del ascenso del odio mundial de los pueblos hacia un país, cuyo gobierno se muestra desinteresado en asociarse a otros países con fines de cooperación, mientras que en su propia nación son los culpables del mayor déficit histórico y del record en el precio del petróleo prometido abaratar luego de la invasión contra Saddam y hoy más caro para beneficio extra de las petroleras, a costa de los bolsillos de sus habitantes.

¿Quién le cree a los mentirosos?

Si pocos creyeron el cuento de los terroristas talibanes manejados por Bin Laden en eso de las Torres y miraron para otro lado cuando se invadió Afganistán, menos fueron los creyentes de las mentiras de las armas de destrucción masiva de Saddam y negaron en la ONU una invasión llevada a cabo a pesar de todo, demostrándose de paso, la inutilidad de ese organismo. Hoy nadie acepta el cuento de la bomba nuclear de Iran.

En todos estos sucederes, los inquilinos de la Casa Blanca EEUU dejaron bien en claro:

1- Su ambición de dominar los recursos petroleros a favor de sus ganancias empresarias en Medio Oriente.

2- La utilización de Israel como base de operaciones avanzada para esos fines de dominio.

3- El propósito de concretar un anillo bélico alrededor de Rusia y sus aliados con la mirada puesta también en China utilizando además aliados nuevos en los países desmembrados de la URSS incorporándolos a la OTAN.

4- El propósito de impedir la autonomía de Irán en materia de recursos energéticos de fuente nuclear, en desmedro de las trasnacionales. Dominando esta fuente energética EEUU se asegura incidencia económica y política en los países subsidiarios y de paso «se llenan los bolsillos» como dijo Amadinejad.

De diversos modos quedó demostrado que el terrorismo es un pretexto El gobierno de Bush y sus allegados usan el terrorismo, la lucha contra la droga, Bin Laden, Saddam, la «supuesta bomba nuclear iraní» para sus fines hegemónicos en Medio Oriente (también en América Latina) y hacer sus negocios por sobre toda otra justificación aún la religiosa de sus creencias Bautistas o sus teorías sobre el choque de las civilizaciones . No existe interés ninguno en democratizar Afganistán e Irak sino en mantener gobiernos serviles y represores de sus pueblos, ningún esfuerzo tampoco en pacificar a sunitas, kurdos y chiítas muy al contrario, promueven enfrentamientos para dividir la resistencia y dominar mejor. ¿Quién puede creer tantas mentiras? La creciente oposición de la opinión pública mundial y la nacional, se plasmó en el contundente revés que el pueblo norteamericano le propinó a Bush y su equipo de halcones en las recientes elecciones pretende aquietar aguas asegurando el retiro de tropas una vez superadas las acciones de la resistencia y lograr la «pacificación» en los países invadidos. El colmo de lo absurdo: ¿se van a ir cuando ya nadie los ataque?

Mientras tanto, las acciones de la resistencia -mal llamadas «terroristas»- se desarrollan precisamente impulsadas por las feroces acciones genocidas de los verdaderos terroristas invasores.

Pero hay una realidad y es muy porfiada

Europa se está autoabasteciendo con prescindencia de los productos gringos. Los bloqueos a Irán y Cuba a pesar del daño provocado dieron mezquinos resultados, generando en contrasentido una creciente simpatía en los pueblos de otros países hacia gobiernos que supieron crecer y desarrollarse al margen de los embargos, que a la vez perjudican a las propias empresas yanquis impidiéndoles un intercambio comercial con potenciales clientes. A los «halcones – gallina» les preocupa el crecimiento de China gracias a cuyos bonos de empréstito sobreviven, cómo la India a pesar de recibirlos con sonrisas les da la espalda, cómo a pesar del embargo no declarado contra Venezuela en cuanto material bélico, ésta pacta con Rusia y China para adquirir aviones, barcos y armamento y así pierden la posibilidad de seguir vendiendo ese tipo de material, el principal producto de su industria armamentista. El flujo turístico en descenso debido a sus campañas atemorizantes, a sus controles odiosos en fronteras y aeropuertos, sin dejar de mencionar el «muro de la libertad» para detener la inmigración desde el sur. Sus campañas del miedo para ganar votantes no están dando los resultados esperados y si el miedo a los atentados crece entre la población norteamericana y europea de países signatarios de la OTAN, las causas son adjudicadas precisamente a las descabelladas aventuras bélicas emprendidas por sus gobiernos. Cada vez se extiende más la creencia de que el colapso de la Torres Gemelas ha sido organizado desde el mismo gobierno norteamericano mediante explosivos controlados, con la secreta intención de ganar apoyos para su planificada estrategia hegemónica.

Pero no previeron los invasores la resistencia creciente en los países invadidos. No supieron evaluar las lecciones de Vietnam, y así se empantanan cada vez más entre el desprestigio y la soledad internacional, Incapaces de disimular el fracaso de un sistema en crisis del cual son sus adalides, con su vilipendiado Consenso de Washington, su decadente FMI , sus cuestionadas teorías del libre mercado, sus servicios sociales cada vez más restringido, su «democracia» fraudulenta y mezquina, y lejos ya de los tiempos del New Deal, insisten en sus fracasadas recetas políticas, desdeñan acuerdos internacionales, ignoran las resoluciones de la ONU y abandonan los caminos de toda diplomacia. Es por ello que todavía siguen siendo un real peligro para la paz y la concordia internacional.

Hoy con la paliza electoral y la mayoría demócrata en ambas cámaras y el alejamiento del inepto Rumsfeld, Bush y sus seguidores se enfrentan a la dura realidad del rechazo a su gestión de parte de la gran mayoría de su propio pueblo. ¿Serán los demócratas capaces de revertir la política nefasta de los neoconservadores, concretar acciones de paz y mejorar sus relaciones con los pueblos del mundo especialmente los más agredidos? Muchos dudan de un cambio radical pero alientan por lo menos la esperanza de un alivio a tanto disgusto.

La región sur

En el contexto de este panorama mundial y como no podría ser de otra manera, cabe considerar la actual realidad regional que se configura al sur de las fronteras norteamericanas, en particular la región suramericana en la que se inserta nuestra Argentina.

En primer lugar, se configura en las actuales circunstancias lo que podríamos llamar el Eje del Bien signado por una definida orientación político-ideológica en función de profundizar los cambios iniciados por Cuba hace 47 años: Cuba, Venezuela y Bolivia acuerdan intercambios solidarios en campos como la educación, la salud y apoyos productivos. Cuba con un Fidel en franca recuperación y el pueblo cubano demostrándole al mundo la solidez de una revolución vigente más allá de la vida de cualesquiera de sus líderes. Venezuela, fortaleciéndose en sus relaciones económicas internacionales, con un gobierno emprendedor y decidido a invertir los recursos generados por su petróleo en beneficio de consolidar su país en el concierto mundial, y beneficiar a su pueblo en materia de salud, educación vivienda y obra pública, propiciando a la vez el crecimiento y la organización de las bases sociales como la mejor forma de proteger una revolución bolivariana en franco ascenso (caso los consejos vecinales, las autonomías sindicales y campesinas y las diferentes misiones), para enfrentar a una oposición que se niega a renunciar a sus injustos privilegios y riquezas, y a un gobierno norteamericano, que paga e infiltra golpistas y mercenarios. Por último Bolivia con Evo y su gabinete enfrentados a sectores oligárquicos y trasnacionales petroleras, pero sostenido y empujado por organizaciones populares en particular la comunidades indígenas, atentos vigiladores y eficaces protagonistas en el proceso de cambio impulsado por ellos mismos.

En segundo lugar, es indudable el intento contrahegemónico e independentista del MERCOSUR sostenido por sus principales socios, Argentina Brasil y Venezuela más Uruguay, Paraguay y la posible incorporación de Bolivia. Quedan en este difícil camino hacia la izquierda por superar algunos escollos: la persistencia de algunos tratados bilaterales, la obsecuencia de Uribe, los titubeos de Tabaré, las indefiniciones de Bachelet, y la base militar en Paraguay con el impredecible Duarte. «Que Alan García haya ganado las elecciones en Perú y que Felipe Calderón se haya impuesto en México no significa, evidentemente, que América latina avance hacia la derecha» opina Alain Touraine en Página 12 del 8 de octubre pasado. EL MERCOSUR tiende a consolidar acuerdos económicos e intercambios comerciales a partir de los recursos regionales, todo lo cual expresa también una intención política que en mediano plazo dará lugar a la conformación de un parlamento regional y por qué no, a una moneda común.

Las voces de los pobres

En las recientes reuniones del Movimiento de Países No Alineados realizado en Córdoba, Argentina, fue contundente la voz del Hugo denunciando la ingerencia yanqui en los asuntos internos de los países. Pero no todos los países No Alineados estuvieron de acuerdo con la contundencia del venezolano, pues se sienten obligados por intereses económicos a la potencia del norte, de modo que el documento aunque muy importante no es todo lo condenatorio que se esperaba con el gobierno de Bush y su política nazi.

No les va a ser fácil a los latinoamericanos sacarse de encima la pata del gigante. Fue conmovedora la lucha de López Obrador para revertir los resultados de una elección fraudulenta aunque es esperanzador comprobar el movimiento multitudinario de un pueblo descontento con el servilismo de Fox por cuya causa un mejicano por minuto arriesga su vida en la frontera. El PRD se está organizando con un criterio realmente llamativo por su proyección revolucionaria. La lucha del pueblo de Oaxaca da cuenta de la creciente conciencia protagónica de los mexicanos.

En consonancia con las mayorías del mundo, las amplias mayorías postergadas de Latinoamérica ante esta realidad política internacional, han tomado conciencia de las potencialidades de sus respectivos países para combatir su secular pobreza e indigencia, marchar hacia una progresiva autonomía mediante la creciente capacitación de sus habitantes, con vistas a una mayor industrialización y desarrollo tecnológico, sin desdeñar el adecuado intercambio comercial pero sin inequidades ni renuncia a su autonomía. Es por lo tanto cada vez mayor el reclamo para que sus respectivos gobiernos produzcan los cambios necesarios para conseguir esos objetivos más allá de identificaciones ideológicas y embanderamientos partidarios. «La canalización puramente individual de las demandas sociales por parte de las instituciones está siendo reemplazada por un proceso de movilización y politización creciente de la sociedad civil». Analiza Ernesto Laclau en el artículo antes citado de página 12.

Lula, reciente ganador en su reelección, sigue sin saldar deudas con su pueblo. Atilio Borón se muestra escéptico y con buenos argumento se pregunta Lula confía en que ahora sí podrá llevar adelante una política redistributiva. ¿Podrá? – «¿Redistribuir ahora?» (En Rebelión 1 de noviembre pasado). Aún sin dominar las mafias de la droga, a medio camino con el «hambre Cero», con sectores económicos más concentrados del capital principalmente el financiero, ampliamente favorecidos en su anterior gobierno, con promesas incumplidas con los MST, y con un frente reaccionario hoy más fuerte que ayer a Lula este segundo periodo se le hará particularmente difícil. Aún estamos esperando los resultados de sus conflictos con Bolivia por el caso de la depredadora Petrobras. Es lamentable el desastre ecológico permitido en el Amazonas a expensas de una mayor producción agrícolo-ganadera en manos de terratenientes depredadores de bosques y ríos. En tanto los garimpeiros mantienen sus feudos y asesinan a campesinos en el norte y el nordeste. No debemos ignorar el hecho de una mayoría adversa en el senado lo cual le impide posiblemente una mayor efectividad y rapidez en su acción de gobierno. Tampoco olvidemos el hecho de que su partido y varios de sus funcionarios fueron acusados de corrupción aunque al parecer Lula nunca sospechó de ese enemigo interno. Frei Betto y Leonardo Boff reconocidos referentes de la intelectualidad brasileña quedaron desilusionados de su gobierno. En estas elecciones quedó demostrado el retroceso del presidente y su fuerza política -en crisis permanente- debido no solo a sus deficientes funcionarios circunstancias muy bien aprovechada por la derecha para forzar el ballotage, sino además por una política pendulante. Por eso a veces nos asalta una duda, y Alberto Cruz en «La izquierda incorrecta» dice: Se puede discutir si los partidos que ya están en el gobierno en algunos países están poniendo en marcha un nuevo socialismo o, simplemente, buscan fórmulas más prácticas y eficaces de hacer funcionar el capitalismo.

Estamos ante una circunstancia dramática: Lula es necesario por gobernar un país poderoso de peso indudable en sus acciones internacionales. Y es de indudable valor su defensa de Cuba y Venezuela y su alianza con Argentina y Bolivia, por la salud del MERCOSUR, por su acción decidida contra el ALCA, por su integración al cuadrilátero BIRC (Brasil, India, Rusia y China) otra manera efectiva y contundente contra la hegemonía yanqui. Indudablemente la política exterior brasileña tiene rasgos positivos.

Es necesario si se pretende abandonar las recetas neoliberales del capitalismo orientar el gobierno hacia una revolución verdadera apoyándose en las organizaciones populares y abandonar el coqueteo con los sectores del poder económico, siempre dispuestos a conspirar en nombre de la «libertad del mercado» contra toda regulación estatal. Es de hipocresía teorizar peyorativamente contra «el Estado de bienestar» como si la función del Estado fuera otra que la de gobernar para todos, protegiendo a los más débiles en contra de las desmesuras de los poderosos. En esas tesituras al gobernante que así procede se lo calificará de «populista» a diferencia de los «Estadistas» es decir, los discretos y funcionales obedientes de las reglas impuestas por los detentadores del poder económico.. .

Y por casa como andamos

En cuanto al presidente Kirchner, todavía no lo vemos con la contundencia de un hombre decidido al gran cambio esperado, aunque cuenta con el apoyo de la mayoría. Las mezquinas dádivas salariales son simples paliativos que luego de la larga sequía menemista, conforman a una mayoría apegada al día a día.

Son evidentes los claroscuros de la acción de nuestro gobierno con Kirchner a la cabeza. Se hace necesario un análisis desde la perspectiva convocante de la militancia popular, es decir una perspectiva del cambio verdadero, para satisfacción de las profundas necesidades de las mayorías postergadas. Si no nos ubicamos en esa posición y aceptamos sin crítica y como suficientes las medidas adoptadas por el actual gobierno es porque presumimos de estar en el buen camino, nos enfilaríamos con el kirchnerismo con riesgo seguro de caer en el conformismo, en el posibilismo, en el mero reformismo, el desarrollismo y todas esas variantes a la postre subsidiarias del mismo patrón capitalista.

Rasgos del gobierno de Kirchner:

A- En el orden interno:

Positivos: Sería largo y cansador hacer una puntualizada descripción de ciertos logros que sin objetar al sistema capitalista, contribuyó al desprestigio mundial de las recetas del más crudo neoliberalismo y sus consecuentes prácticas corruptas aquí, durante la década menemista. No hay dudas que las acciones económicas del gobierno de Kirchner contribuyeron al descrédito del consenso de Washington y de sus sostenedores que pocos años antes saludaban las prácticas liberales de Cavallo y su nefasto «Megacanje» como el ejemplo de una salida exitosa de una crisis, que lejos de resolverse agudizó hasta extremos insostenibles la situación del país. Las masivas manifestaciones del 20 de diciembre de 2001 en Buenos Aires y diversos puntos del país reventaron esta burbuja y dieron por tierra con Cavallo, De la Rúa y las teorías libremercadistas con amplia difusión en los sorprendidos medios informativos del mundo.

En lo jurídico, la conformación de una Corte Suprema con miembros de inobjetable trayectoria jurídica y probada imparcialidad, que producen positivas definiciones en varios temas sensibles a la sociedad, entre ellos la anulación de las leyes de Obediencia debida, punto final e indultos.

En lo económico quita de un porcentaje de la deuda, salida de la mentida convertibilidad, crecimiento de la recaudación impositiva y fortalecimiento de las reservas del Banco Central, política de control, acuerdos y seguimiento de precios, aplicación de retenciones a las exportaciones con fines de proteger la provisión de alimentos en el mercado interno, etc. Es necesario destacar la insuficiencia de muchas medidas económicas que no logran el objetivo de proteger y acrecentar el bienestar de la gran masa de sectores postergados de la población ni frenar los reclamos de empresas multinacionales acostumbradas a enormes ganancias en este continente que en sus países de origen no pueden realizar.

En lo social, política de derechos humanos y reactivación de juicios contra los impunes protagonistas de la dictadura militar con el consiguiente apoyo de Madres y Abuelas de Plaza de mayo y de la población en general. Descongelamiento luego de catorce años -aún insuficiente pese a los consejos de la Corte- de salarios de pensionados y jubilados y elevación, aunque insuficiente, del piso salarial mínimo.

En los recursos: Tibia reactivación industrial, tibio crecimiento de las Pymes, crecimiento insuficiente de la obra pública. Política ambiental encarada a partir de la acción de los vecinos de Gualeguaychú y su rechazo a la instalación de las pasteras en los márgenes del Río Uruguay, que derivó a que se prestara atención a diversas fuentes de contaminación en especial a la que sufren los vecinos del Riachuelo y su cuenca, para buscar soluciones a su saneamiento.

Disciplinamiento de las FFAA, excluyendo de sus cuadros a sectores simpatizantes o comprometidos con las prácticas aberrantes de la pasada dictadura, a la vez que procurar la formación de nuevos cuadros profesionales, integrados a la sociedad, sometidos a la Constitución y al Poder Civil y ajenos a toda práctica intervencionista en asuntos ajenos a sus funciones específicas.

Conformación de un equipo gubernamental con funcionarios de prestigio y buenos antecedentes a la vez que no siempre adheridos a la política tradicional del peronismo gobernante: José Nun, Eduardo Luis Duahalde, Nilda Garré, Romina Picolotti (en el tema ambiental), Graciela Ocaña, y algunos otros.

No puede negarse que Kirchner ha hecho esfuerzos por bajar el nivel represivo de gobiernos anteriores, aunque aún no ha revertido las costumbres de una policía brava, donde perviven numerosos cuadros de corrupción, gatillo fácil y participación directa en diversos delitos según dan cuenta casi a diario los medios informativos del país y que agregan una preocupante cuota de inseguridad a sus habitantes. Se reiteran en algunos casos represiones violentas a quienes manifiestan o protestan. Es menester comparar esta política de contención de los desmanes policíacos con los periodos anteriores desde Alfonsín, Menem, De la Rúa y Duhalde, gobernantes de periodos democráticos que no interpretaron a las manifestaciones populares como fruto de conflictos generados por patronales o actores políticos insensibles a las necesidades básicas de los trabajadores y ciudadanos. Ha sido práctica corriente de los gobernantes de una democracia burguesa intervenir, no para exigir el cumplimiento de leyes fundamentales de protección de los intereses de los asalariados, impartir justicia y pacificar a sectores en pugna sino al revés, interpretando a priori los reclamos como rebeliones y aplicando la fuerza pública para reprimir de mala manera las protestas legítimas de los desprotegidos.

Si bien es un hecho positivo la derogación de las leyes de impunidad y el correspondiente juzgamiento de policías y militares comprometidos con la pasada dictadura que provocó la muerte y desaparición de 30 mil ciudadanos, y las flagrantes violaciones a los derechos humanos ya de todo el mundo conocidas, aún subsisten sectores golpistas tolerados por sectores de la derecha más reaccionaria de la política, procurando un retorno a estas alturas imposible, dado el grado de conciencia que asumió el pueblo argentino Sería inútil discutir por el momento si se fue a fondo con la limpieza de estos sectores nefastos, porque ello sería pretender un gobierno revolucionario y este no lo es. Luchadores sociales continúan en prisión, sin proceso y sin sentencia; van por caso las palabras de Maristella Svampa: En la Argentina, alrededor de cuatro mil personas se encuentran procesadas por luchar, por participar en cortes de ruta. Procesadas por coacción, sedición, privación ilegítima de la libertad o usurpación.

Reconocer ciertos logros de este gobierno nos lleva a ubicarlo en un plano de mayor progresismo que los gobiernos anteriores, sin por ello significar adhesión a sus estrategias ni a un modo de encarar soluciones, para nada coherentes con el un ritmo que las urgencias de un pueblo postergado por décadas requiere.

Negativos: Son también largas las enumeraciones pero solamente quiero señalar los trazos gruesos: El Estado no asume aún decididamente su rol protagónico para recuperar recursos y servicios, imprescindibles en una estrategia de verdadero cambio y desarrollo sostenido para lograr una equitativa y justa distribución de los beneficios. No se entiende cómo se permitió a empresas petroleras en manos extranjeras dejar de hacer prospecciones por cuya causa reservas estimadas para 15 años cayeron a sólo 8 años.

Trabajaron sobre pozos ya encontrados en épocas del petróleo nacional, llevándose ingentes

ganancias sin invertir en exploraciones ni perforaciones. No obstante en el proyecto de presupuesto del año venidero se incrementa en un 30 por ciento la partida para subsidiar a las mismas empresas para hacer lo no hecho según compromisos asumidos en los contratos iniciales. Pasa otro tanto con las concesionarias de las rutas y trenes.

No hay una política decidida de impulso a los desarrollos regionales ni de contención a desmadres por fenómenos naturales ya sea inundaciones o sequías: la sequía en el Chaco es tremenda y pone en riesgo la producción agrícola de la zona, con muertes de ganado y sin agua potable para los campesinos sin que se advierta ninguna reacción para llevar a cabo una obra proyectada desde hace tiempo (canalización del Bermejo), no hay una política decidida de protección de los recursos naturales, los desmontes en el norte prosiguen, las comunidades indígenas sufren atropellos y desalojos a manos de compradores -muchos de ellos extranjeros- en contubernio con funcionarios provinciales como pasa con Mister Tomkins y sus hectáreas en los esteros del Iberá. En la Patagonia se venden tierras a rolete y los mapuches y otras etnias deben reclamar por sus derechos ancestrales ante tribunales dubitativos cuando no sordos.

La política de salud es un desastre con hospitales en decadencias, edilicia, falta de instrumental, aparatos e insumos, carencia de personal, sueldos bajos e impagos, comunidades alejadas con escasa o ninguna atención mientras las prepagas hacen su negocio sin prestar servicios esenciales o de complejidad. Don Ginés González García, Ministro de Salud cree que con los condones, las campañas de educación sexual y la ley del aborto está todo hecho.

Se avanza en la recuperación de los derechos de los jubilados eliminando artículos restrictivos a los juicios originados por el Cavallismo, pero no se deroga la absurda ley 24.241 que establece un desequilibrio evidente entre jubilados anteriores y o posteriores al año 1994. La política de recuperación de aportes jubilatorios para fortalecer y mejorar los recursos de ANSeS, no avanzó sobre los especuladores de las AFJP.

Los reclamos puntuales de trabajadores y ciudadanos sólo se atiende siempre y cuando la gente se queje, pare los servicios o haga piquetes. Todo muy impropio en un gobierno pretencioso de cambios.

La política en lo laboral está en falta: los establecimientos fabriles y de producción abandonados por sus dueños por quiebras fraudulentas o traslados o vaciamientos con su consecuente ola de despidos, que fueron retomados y puestos a producir por sus obreros, aún carecen del marco legal necesario para subsistir y afianzarse. Sobisch en Neuquén tiene en jaque a los obreros de Zanón. A la CTA, que agrupa a cientos de miles de trabajadores, se le niega la personería jurídica y Kirchner se recuesta en los gordos de una CGT corrupta, antidemocrática y servil a todo gobierno que tolere un statu quo favorable a los intereses de una elite sindical enquistada por años en cargos sindicales. Los empleos en negro se mantienen y el Estado mismo a veces terciariza sus servicios ignorando el negreo (que tanto dice combatir) entre sus propios empleados o concesionarios.

Un gobierno manifestado antineoliberal, en reuniones internacionales, pretende seducir a las trasnacionales ofreciéndoles máximas garantías de ganancias. La disponibilidad monetaria de los bancos se han incrementado como nunca antes a pesar y luego de la devaluación, sin embargo no le encuentra el gobierno la vuelta a las partidas crediticias para facilitar vivienda a millones de argentinos.

Las vías ferroviarias abandonadas por miles de kilómetros en gobiernos anteriores y rematadas por Menem aún esperan su reactivación y con ella tantos pueblos del interior en decadencia o muerte luego de su clausura.

Las partidas para educación se han incrementado algo pero falta aún una decidida política educativa en favor de la escuela pública y una ampliación y mejoramiento de los contenidos curriculares en función de recuperar terrenos perdidos en tiempos en que el concepto de escuela humanista hacía brillar nuestros establecimientos en el mapa de nuestro continente. No se pueden implementar ambiciosos planes de educación mientras no se construyan nuevos establecimientos ni se reparen escuelas en condiciones edilicias lamentables.

Falta mucho para la generación de nuevos empleos, legítimos, duraderos, estables y en continua evolución y perfeccionamiento, y es urgente la necesidad de reapertura de nuevas fábricas y sectores productivos a lo largo y a lo ancho del país para brindar a egresados de escuelas y universidades el empleo para el cual se prepararon sin que por ello se vean obligados a migraciones internas o externas en desmedro el crecimientos de sus regiones de origen. Es menester reemplazar los planes trabajar que otorgan una miserable limosna mensual, por trabajo genuino, como una fórmula indiscutible para reducir a niveles ínfimos el alto porcentual de indigentes, de desnutrición infantil, de niños abandonados pidiendo en las calles, los barrios olvidados, y la contención de jóvenes sin trabajo inclinados al delito y la droga como paliativo de un mundo hostil donde no encuentran lugar. Hay un mayor nivel de producción, que trae como consecuencia mas empleo, pero que se asienta sobre un mayor grado de explotación laboral y mayor riqueza en pocas manos.

Las provincias del norte siguen agobiadas de pobreza, gobernada por los Feudales de siempre, dadivosos en tierras y prebendas a amigos y empresarios a costa del desalojo de campesinos, prohijando a funcionarios y jefes policiales corruptos comprometidos con delitos diversos entre ellos la trata de mujeres desparecidas y entregadas a la prostitución. Nada se ha hecho para solucionar estos problemas endémicos. El rechazo del pueblo de Misiones a las ambiciones reeleccionistas de su gobernador, fue una dura lección que obligó al gobierno nacional a comprender que la voluntad del pueblo castiga a los malos gobernantes por amigos que éstos sean del presidente y por más prestigio que a éste le reconozcan.

Ubicándonos en el esquema de la democracia burguesa, podríamos señalar con cierta dosis de razón, los logros de un gobierno con mayor decisión que los anteriores, pero desde una lógica revolucionaria, los esquemas capitalistas donde se ubica este gobierno lejos están de abandonar las prácticas monetaristas y el afán por acumular reservas y puntos en el superávit , en vez de pensar más en las urgencias de la gente, pues ella no será la beneficiaria directa y principal de ese superávit, encaminado como siempre al bolsillo de unos pocos, y en buena medida, extranjeros por añadidura. Un cambio si no es revolucionario no es verdadero y solo servirá para prolongar los sufrimientos de los más débiles en medio de una frágil e injusta democracia.

B- En el orden externo

Se señalan algunos aciertos indudables. La renovación de acuerdos con Cuba, los acuerdos de intercambio con Venezuela, las tratativas del gas con Bolivia, el intento aunque dificultoso de equilibrar la producción y el intercambio con Brasil. Todo ello adornado con la inédita permisividad a la venida de Fidel, Chávez, el Evo y el otorgamiento de espacios para que estos líderes expresen sus ideas, sus recomendaciones, sus consejos y fijen sus posiciones antiimperialistas sin ninguna restricción ante multitudes expectantes y fervorosas y ante el indudable desagrado de los amos del norte. Eso es de considerable importancia habida cuenta de los ninguneos de los gobiernos anteriores a todo tipo de expresión multitudinaria con consignas tan definidas contra el enemigo común. En la Cumbre de Mar del Plata se sepultó el ALCA y el discurso de K delante de Bush fue un claro rechazo a las ambiciones del imperio. En Córdoba, meses después, se afirmó la vigencia del MERCOSUR y la Cumbre de los Pueblos, al margen de la reunión de mandatarios, fue importante y produjo un documento con demandas objetivas y específicas, aunque a mi entender merecen una revisión sobre la forma de realizar sus planteos y reclamos.

Los acuerdos económicos con Venezuela, Brasil, Bolivia (el todavía utópico mega gasoducto, por ejemplo) y otros países ajenos al campo de dominio imperialista son sin duda importantes. Lástima que los mayores beneficiarios de estas movidas reactivantes sean los de la llamada burguesía «nacional», los Roca, Techint, Perez Companc etc., lo que implica, al no ser propiedad del Estado, una reactivación bastante mezquina y tan solo un pequeño descenso en el índice de desempleo y los niveles de pobreza.

La posición contraria al Neoliberalismo, los discursos de K ante la ONU y otros escenarios marcando los fracasos de la política del FMI el BM y el Consenso de Washington, sus arremetidas contra el Libremercadismo marcan un estilo que contribuyó a ilustrar las penurias económicas por culpa de tales políticas, sufridas por la Argentina en la década pasada, penurias que abarcaron a todos los países subdesarrollados. Es indudable el efecto producido por estos conceptos validados desde esta región por los socios del MERCOSUR además del ejemplo cubano, en el ideario y el posicionamiento de los países del tercer mundo como quedó manifestado en la reciente Cumbre de los países No Alineados realizada en La Habana y a la que nuestro país -vergonzosamente aún- asistió como invitado con una representación secundaria.

Comparando los rasgos positivos y lo negativos, surge evidente una política zigzagueante.

Pero vamos a las conclusiones

Los conceptos vertidos precedentemente sostienen argumentos irrefutables, y a mi entender, necesarios a desarrollar en el inicio de cualquier reunión política, multisectorial, etc. donde se consideren y acuerden conductas a seguir. Tales argumentos llevan a las siguientes conclusiones:

1- La decadencia del neoliberalismo es evidente e indiscutible. Nadie puede sostener a estas alturas y a la luz de los resultados la idea de la validez de sus recetas, en nuestro país ni en ninguna otra parte.

2- El indudable ascenso económico y social de los países que han abandonado las prácticas neoliberales o están en proceso de hacerlo.

3- El sistema económico socialista como alternativa, o como meta a alcanzar a mediano o largo plazo. Cuba en la escala más avanzada para el ejemplo, tolerando con éxito las pérdidas 80.000 millones de dólares a lo largo de 40 años producidas por el inhumano bloqueo norteamericano, con la lozanía de su sistema de salud, de sus planes educativos, de su bajo nivel de desempleo, con escaso endeudamiento externo, con intercambio igualitario y solidario con otros países a los que asiste con ayuda de médicos y alfabetizadores, creciendo este año a un increíble 10%. Venezuela decididamente encaminada con la nacionalización de sus recursos hidrocarburíferos. Bolivia, encaminándose a la nacionalización de sus recursos en una etapa inicial y tratando de superar dificultades a través de la Convocatoria a una Constituyente y en medio de las amenazas separatistas lideradas por oligarquías regionales apoyadas por las multinacionales. Esos tres países aún con sus distintas idiosincrasias y grados de dificultades en la marcha hacia el socialismo son el rumbo a seguir.

4- La necesidad de fortalecer el predominio estatal para comenzar a encaminarse a una independencia iniciática, controlando los resortes económicos deteriorados y enajenados en décadas pasadas en especial la del noventa, para recuperar recursos básicos, servicios públicos y empresas de soberanía indispensable para así poder planificar y realizar inmediatas políticas sociales atentas a disminuir con la mayor urgencia la brecha entre ricos y pobres. Esto configura un aspecto principal a partir del cual se comienza a transitar el camino del socialismo.

5- La necesidad de impulsar la participación popular en los tres poderes legislativos, judicial y ejecutivo, apoyando la formación de organizaciones de base, barriales, vecinales, sindicales, etc., y apoyándose en ellas al margen de abanderamientos partidarios, donde se consideren y acuerden horizontalmente propuestas para formularlas de abajo hacia arriba y así condicionar los actos de los funcionarios..

6- Se puede sostener o apoyar una política socialista desde distintas orientaciones ideológicas considerando como idea base al socialismo no como un conjunto de dogmas confesionales, sino como un sistema económico atento a un verdadero crecimiento con equidad y justicia en la distribución de la renta nacional. Ningún hombre de bien puede sostener otro modo. Así lo entienden los religiosos de la teoría de la liberación, los curas del Tercer mundo, diversos grupos partidarios, confesionales, sectores militares, todos comprometidos en la necesidad de un verdadero cambio que signifique mejores condiciones de vida para todos y no para unos pocos. El vocablo «socialista», así como toda otra expresión que sostenga valores de justicia, deben desaparecer del diccionario del miedo y el terror con el que secularmente nos pretendieron instruir los dueños del privilegio.

7- El acuerdo de trabajar por alcanzar metas comunes hacia el socialismo implica orientarse hacia un sistema político basado en el consenso y no en el antagonismo ni en falsos abanderamientos. El sistema pluripartidista es fruto de una democracia burguesa conservadora e insolidaria, que en la historia moderna solo sirvió para sectorizar la opinión ciudadana en torno a opciones y banderías de escaso peso ideológico, alejándola de un legítimo protagonismo y propiciando gobiernos cuyas conductas con mayor o menor honestidad quedaban sujetos a circunstancias voluntaristas o aleatorias, pero en última instancia subordinadas a factores de poder ajenos a la voluntad de las mayorías populares. Al ciudadano, sólo se le permite un mezquino voto periódico para elegir «representantes» negándoles así la posibilidad de organizarse para ejercer una efectiva participación en la tarea de gobernar, legislar e impartir justicia.

8- Al abandonar las prácticas de la democracia burguesa, es válida la idea de que en el proceso revolucionario hacia el socialismo no importa el periodo de duración de un gobernante, lo cual se complementa con el sistema unipartidario comentado en el punto anterior. La duración en el cargo de los funcionarios no debe ajustarse a periodos estrictos sino a la decisión de los gobernados. Para ello debe implementarse la revocación de los mandatos en cualquier momento y con la decisión de una considerable mayoría popular. Cuba y luego Venezuela son el ejemplo.

Consideraciones sobre la teoría y la praxis en las reuniones de organismos de base

1- Los ocho puntos anteriores merecen un tratamiento ampliado a fin de lograr consensos entre integrantes de diversa orientación ideológica, prevalentes a toda actitud, conducta y acción, con miras a una amplia difusión, formación de cuadros, posiciones ante otros grupos, definiciones y planteos ante los organismos de gobierno.

2- A partir de los consensos logrados entre las organizaciones en el tratamiento de lo antedicho, fincar en la idea de ser partícipe decisivo en la sociedad, no ya en función solamente de organismo reclamante sino de organismo formador de opinión, con miras a alcanzar el gobierno. Por lo tanto se deben definir posiciones ante y desde la sociedad y exigir de los gobiernos conductas claras atinentes a:

a- Política exterior: en principio exigir definiciones ideológicas con respecto a política económica, social, cultural para ubicarse en el sector que políticamente corresponde al país, dada su calidad de subdesarrollo, no alineado y tercermundista. El MERCOSUR es una parte de la estrategia inicial de despegue de las hegemonías yanquis y europeas (y más adelante, asiáticas), como lo será el parlamento unificado de los países integrantes, como lo será una moneda única. Pero estas estrategias de por sí no garantizan una marcha al socialismo mientras subsistan en el seno de los países signatarios capitales extranjeros, y nacionales ligados a los mismos; mientras haya una asimetría en las políticas externas e internas de los integrantes regionales; mientras la prevalencia del estado no se defina categóricamente en el diseño de políticas para sí y para la región, ni en el manejo de los recursos naturales y de los servicios básicos a la población. Se debe sostener el MERCOSUR y exigir las profundizaciones necesarias. Practicar conductas neoliberales después de haber renegado de ellas ante el mundo implica doble discurso. Impedir que el MERCOSUR siga el ejemplo de la UE. surgida para oponerse a la hegemonía yanqui pero siguiendo su mismo camino. La UE es la duplicación del capitalismo en tierras del Viejo Mundo, es más de lo mismo en lo atinente al bienestar de los pueblos, a sus derechos laborales, de educación, vivienda y salud todo ello en franca decadencia. Las elites siguen en los gobiernos igual que antes de la unificación, y la fracasada Constitución, felizmente rechazada por franceses, belgas y holandeses significaba un avance sobre toda posible conquista social presente y futura y en definitiva mantener y profundizar la política neoliberal.

«El dominio del proletariado hará desaparecer de prisa el aislamiento nacional y los antagonismos entre los pueblos…. La acción común, al menos de los países civilizados, es una de las primeras condiciones de su emancipación» nos dice Carlos Marx en su «Manifiesto»

b- Política interna: El gobierno argentino no puede transitar el camino hacia un verdadero cambio económico, político y social, cargando en la mochila objetos en desuso y prácticas envejecidas:

No ayuda para nada apoyarse en antiguos dirigentes desprestigiados, practicantes de amiguismos y clientelismos, punteros y funcionarios de diversa laya cuyo único interés ha sido mantener poder a cualquier costo a fin de continuar en sus negocios tanto en los sindicatos, en la CGT o en la función pública. Esos personajes, prebendarios del poder de turno, reniegan de la moral que se asienta en los pilares de la justicia, la solidaridad y la lealtad. Solo las organizaciones populares sin banderas ni acomodos están dispuestas a trabajar desinteresadamente por el bien del conjunto y apoyarán sin concesiones, al gobierno que en ellas se apoye e interprete sus reclamos, sin pedir adhesiones, ni solicitar embanderamientos. Solo de las organizaciones populares surgirán los verdaderos dirigentes controlados por sus bases, aptos para funciones de gobierno. Ninguna organización de base debe ser marginada tal como se la margina ahora, por ejemplo, a la CTA y a otras organizaciones que no son del agrado o la orientación política de gobiernos nacionales, provinciales o municipales..

Se debe abandonar la creencia de que un partido o las alianzas cupulares con otros personajes o sectores partidarios garantizan una adecuada gobernabilidad. Ningún gobierno es seguro mientras el pueblo continúe como lejano espectador. No es cooptando voluntades individuales o grupales para dividir o deshacer la oposición y llevar agua para el molino propio como se adquiere prestigio y adhesiones militantes (y no pasivas y aquiescentes) sino ayudando a organizar grupos sociales de base garantizando a la vez su independencia. Si se pretende un cambio verdadero los punteros políticos, las dádivas preelectorales, las prácticas patoteriles de grupos sostenidos por determinados funcionario para amedrentar a otros deben desaparecer. El ejemplo de la represión de los huelguistas del Hospital Francés a manos de patotas al servicio del funcionario cuestionado y el bochornoso episodio de San Vicente entre barras sindicales no debe repetirse jamás, pero para ello es menester deshacerse de quienes los dirigen y alimentan.

No se puede pensar en un partido único cuando se mantienen viejos modos de competencia preelectoral buscando eliminar un adversario a cualquier costo y usando los recursos propagandísticos más innobles (muchas veces con dineros de la gente) para ganar mayorías de levantamanos en ambas cámaras y tener el poder ejecutivo, las manos libres para utilizar los recursos públicos a su capricho y ante la ignorancia de los gobernados. Por lo demás la característica de «opositores» en esta democracia es relativa por lo ya expuesto al hablar de pluripartidismo, con la compra de votos, acuerdos de conveniencia y todo tipo de contubernios (es decir cohabitación ilícita). El partido único sólo es posible cuando hay consensos alejados de toda apetencia sectorial o individual, que convoquen detrás de un programa de acción revolucionaria a todos sin excepción. En ese caso, y no en otro, es necesaria una constituyente para modificar los viejos esquemas de una democracia burguesa. Quedarán afuera por supuesto los conservadores y quienes se resistan a abandonar las viejas prácticas de explotar el esfuerzo ajeno en beneficio propio y la acumulación injusta de riquezas.

«Cuando se habla de ideas que revolucionan toda una sociedad, se expresa solamente el hecho de que en el seno de la vieja sociedad se han formado los elementos de una nueva, y la disolución de las viejas ideas marcha a la par con la disolución de las antiguas condiciones de vida» prosigue don Carlos el sabio padre de Laura y Jenny (y de cuántos de nosotros).

Como deben en estos momentos posicionarse las organizaciones de base ante el actual gobierno:

Según mi modesto saber y entender y aún a riesgo de parecer «reformista» o de la izquierda «tibia», cuando nos posicionemos ante cualquier gobernante para realizar un reclamo o una petición lo debemos hacer recurriendo a nuestra conciencia histórica, para practicar la correspondiente evaluación y «especulación» (de «speculum» = espejo, es decir poner en espejo). Si el gobierno tiene algún mérito que supere a los desastres de gobiernos anteriores, decirlo, no para felicitarlo porque no hizo otra cosa que cumplir con los reclamos de sus elegidos, sino para exigir mayor profundidad y extensión en esa acción de gobierno y reclamar por otras por hacer, señalando a la vez las prácticas inapropiadas y corruptas para que se corrijan. Esta conducta de análisis y reclamos de cambio, -no somos ingenuos- no conmoverá a los corruptos, y mientras se sostengan antiguas prácticas políticas, escasos serán los resultados y posiblemente se la ignore, pero nos servirá para fortalecer las organizaciones de base mediante acciones concretas frente a los gobernantes con el consecuente mayor prestigio ante la sociedad, ilustrándola y aumentando la capacidad de convocatoria. Pero cualquiera sea la circunstancia y los resultados obtenidos, jamás entrar en acuerdos que pongan en riesgo la correspondiente autonomía. No olvidemos que estamos ante gobiernos burgueses y el objetivo es el de una revolución socialista.

Estamos de acuerdo, por ejemplo, con el documento de exigencias amplias, fundamentadas y objetivas elaborada por la reciente Cumbre de los Pueblos en Córdoba para presentar al gobierno, pero resulta contradictorio exigirle soluciones cercanas en algunos aspectos a un ideario socialista a un gobierno burgués, dubitativo, poco decidido a profundizar medidas hacia un cambio verdadero que termine con la indigencia, el desempleo, el trabajo en negro, el asistencialismo de los subsidios reemplazándolos por trabajo genuino, la desindustrialización, el saqueo de las empresas nacionales y extranjeras, la injusticia social en salud, vivienda y alimentación. Pedir a un gobierno conservador medidas revolucionarias es vano ejercicio, simple expresión de deseos.

Resumiendo: Trabajar duro con el ideario socialista para fortalecer, ampliar y profundizar las organizaciones de base, de trabajadores, de vecinos, en barrios y lugares de trabajo. Procurar la unión de todos los sectores para coordinar esfuerzos y trabajos, para pedir, exigir y exponer con fundamentos ideológicos y así acorralar entre sus contradicciones a los «reformistas» «progresistas» y todos quienes creen que es posible «humanizar el capitalismo» sin cambiarlo ni derrotarlo. Los gobernantes deben entender que no son las organizaciones populares y de base quienes deben apoyarlos sino que es precisamente al revés. Son los gobernantes quienes se deben apoyar en las organizaciones populares y efectivamente democráticas, donde no priven intereses sectarios sino el interés por el bien común. No se trata solamente de despertar conciencia en los gobernantes sino, y con mayor razón y énfasis, en la sociedad.