En un país donde existe tanto desinterés por el bienestar de los jóvenes, el que 40 mil no logren continuar su formación media superior puede parecer «normal, aunque en realidad se trata de una gran injusticia que perpetúa sus condiciones de marginación y pobreza», aseguró José González Figueroa, líder histórico de la Coordinadora Nacional de […]
En un país donde existe tanto desinterés por el bienestar de los jóvenes, el que 40 mil no logren continuar su formación media superior puede parecer «normal, aunque en realidad se trata de una gran injusticia que perpetúa sus condiciones de marginación y pobreza», aseguró José González Figueroa, líder histórico de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Afirmó que como integrante de la sección 10 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Eduación, que agrupa a cerca de 70 mil profesores de secundaria del Distrito Federal, resulta «inaceptable» que se exija una formación de calidad, «cuando el Estado no cumple con sus obligaciones para garantizar que alumnos y maestros tengan las condiciones necesarias para desarrollar sus actividades educativas».
Tan sólo en las telesecundarias, insistió, «vivimos condiciones muy precarias, pues existen planteles donde desde hace más de tres años no funciona el televisor ni se cuenta con material didáctico para realizar los ejercicios; si a eso sumamos que en muchos casos existen planteles multigrado donde un solo profesor debe impartir 22 asignaturas, no es posible exigir que salgan mejor preparados».
La responsabilidad en la formación de miles de jóvenes que no pueden ingresar a la educación media superior porque no tienen conocimientos ni habilidades mínimas, indicó, «compete también a la Secretaría de Educación Pública, que a pesar de no tener una formación de calidad otorga el certificado con todos los derechos que esto implica, para luego dejarlos sin un espacio educativo».
Al respecto, Carlos Muñoz Izquierdo, director del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad Iberoamericana, afirmó que los miles de jóvenes que no logran ingresar al bachillerato por falta de conocimientos es «apenas una consecuencia de un problema que no se ha atendido a fondo, y que está estrechamente relacionado con la falta de un ordenamiento de la educación básica que le dé coherencia y solidez».
Es previsible, indicó, que alcanzar reformas de fondo en el sistema educativo requiere un esfuerzo más allá del periodo de una administración, por lo que resulta «muy riesgoso pretender aplicar nuevas iniciativas cuando no se cuenta con los diagnósticos para tomar decisiones acertadas».
Por su parte, González Figueroa afirmó que en una reunión con corrientes democráticas del magisterio del norte del país, se acordó impulsar un nuevo plan de acción para reanudar el rechazo a la aplicación de la reforma a la educación secundaria, además de impulsar movilizaciones en defensa de la seguridad social para este 8 de marzo, así como participar en el paro nacional para el 1º y 2 de mayo