Un dirigente izquierdista que aspiraba a ser alcalde fue asesinado a tiros en el estado sureño de Oaxaca, región afectada por una oleada de violencia el año pasado, informó la policía el martes. Fructuoso Pedro García, del Partido de la Revolución Democrática que es la organización mayor de izquierda en México, fue muerto por hombres […]
Un dirigente izquierdista que aspiraba a ser alcalde fue asesinado a tiros en el estado sureño de Oaxaca, región afectada por una oleada de violencia el año pasado, informó la policía el martes.
Fructuoso Pedro García, del Partido de la Revolución Democrática que es la organización mayor de izquierda en México, fue muerto por hombres que le dispararon en nueva ocasiones en la plaza principal de Santo Domingo Morelos, un poblado con litoral en el Océano Pacífico y ubicado 250 kilómetros al sur de la capital de Oaxaca, dijo el comandante de la policía estatal Alberto Guzmán.
El asesinato fue cometido el 17 de enero, tres días después de que García anunció que contendería por la alcaldía de Santo Domingo Morelos. La policía confirmó su muerte hasta el martes.
Guzmán dijo que en principio el ataque tenía motivos personales y no políticos, pero que por el momento no ofrecería detalles.
Sin embargo, Raymundo Carmona, dirigente del PRD en Oaxaca, dijo que el atentado tenía todos los indicios de un asesinato político, aunque no mencionó a posibles responsables.
El estado de Oaxaca, con una población numerosa en la pobreza, es gobernado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que detentó el gobierno de México en la mayor parte del siglo XX.
El año pasado, miembros del PRD formaron parte de los miles de manifestantes izquierdistas que ocuparon la capital homónima de Oaxaca por cinco meses con la intención de deponer al gobernador priísta Ulises Ruiz tras acusarlo de fraude electoral y de recurrir a pistoleros para hostigar a sus enemigos. Ruiz ha negado los a señalamientos.
Grupos de hombres armados y policías se enfrentaron a los manifestantes durante las protestas y al menos nueve personas murieron, incluido el reportero y activista estadounidense Bradley Roland Will.
En octubre, el gobierno mexicano dispuso el envío de la policía federal que retiró a los manifestantes del centro de la ciudad de Oaxaca.