A los 6 años del crimen de estado en San Salvador Atenco, orgullosamente ordenado por el candidato que lleva la delantera en la carrera presidencial en México, la situación en el país es grave y el pueblo muy golpeado. Sin embargo, más de mil personas marcharon del Ángel de la Independencia al Zócalo el 4 […]
A los 6 años del crimen de estado en San Salvador Atenco, orgullosamente ordenado por el candidato que lleva la delantera en la carrera presidencial en México, la situación en el país es grave y el pueblo muy golpeado. Sin embargo, más de mil personas marcharon del Ángel de la Independencia al Zócalo el 4 de mayo para dejar en claro que el operativo policial-militar del 2006 no va a quedar impune, que la justicia la va a hacer el pueblo. Marcharon para recordarles a los señores del poder que ya van dos veces que el pueblo organizado de Atenco, con mucho apoyo solidario, les ganó.
A pesar del tremendo sufrimiento ocasionado por los asesinatos de Javier Cortés y Alexis Benhumea, las 217 personas detenidas, las 47 mujeres sexualmente torturadas, un pueblo cateado y ensangrentado –todo ampliamente denunciado en una jornada de dos días de actividades– la defensa de las tierras de San Salvador Atenco y la lucha por justicia no se detienen.
La marcha del 4 de mayo fue animada con batucada, baile en zancos, muchas pintas en las paredes y varios «ochos», más que nada por parte de la banda de Atenco que corrió no sólo una corta distancia al cada rato, sino un buen trecho y ¡con ganas! Aunque parece que uno o dos de los contingentes de la marcha sólo se opusieron al PRIAN, el sentido de la mayoría fue en contra de todos los partidos políticos.
Las actividades habían empezado el 2 de mayo con una presentación del libro Atenco: 6 años de impunidad, de resistencia, publicado por el Centro Prodh, que destaca la tortura sexual como una estrategia de Estado para desmovilizar a la gente organizada, generar medio e imponer el control social.
Dice Edith Rosales en el libro: «Ya estando encarceladas, nos enteramos que la mayoría habíamos sido objeto de manoseos, violación y tortura; pero también nos dimos cuenta que esto les pasaba a las presas comunes….Al pasar los días, nos percatamos que el gobierno nos seguía cobrando la cuenta….Peña Nieto declaró ante la prensa que los manualitos contra insurgentes nos indicaban decir que habíamos sido violadas y los hombres torturados….Es cierto que logró que fluyera el miedo hasta el último rincón de nuestro cuerpo, pero a la vez, todo ese miedo, impotencia e indignación, se vuelven en coraje y se convierten en el motor para seguir adelante».
Dice Italia Méndez que por desgracia en nuestra sociedad, «el miedo es el común denominador en el presente, la implantación del terror para transformar a la sociedad y hundirla en el acostumbramiento y la normalización de la violencia…Sin embargo, es necesario continuar evidenciando la violencia y a sus perpetradores…El que estemos aquí hablando de tortura sexual me hace sentir que vamos ganando la batalla: poder hablar de lo prohibido, de aquello que tenía que quedar en el ámbito de lo privado. Evidenciamos a los que planearon el operativo, a los perpetradores, a un hecho que fue concertado a los tres niveles de gobierno…»
En la tarde, un acto en apoyo a las mujeres torturadas sexualmente se realizó en la plaza de Bellas Artes. Ahí Edith Rosales contó a la gente reunida lo que pasó en Texcoco y Atenco hace seis años. Una cosa que destacó, que no se menciona con frecuencia, es que no hubo 207 personas detenidas originalmente, sino 217. Diez eran menores de edad quienes fueron llevados a un centro de detención aparte, donde fueron torturados y violados.
América del Valle, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) también hizo uso del micrófono: «Hace 6 años se cometió un crimen, una vileza contra nuestro pueblo. El origen tiene que ver con algo que no está resuelto, con algo que tiene todavía en la mira el gobierno mexicano, la mafia mexicana. Tiene que ver con nuestras tierras. Tiene que ver con nuestro suelo. Tiene que ver con las ganancias a los dueños del dinero, a la mafia de este país».
«Hace 6 años el mismo que se candidatea por presidente, el mismo títere de los dueños de este país, dijo orgullosamente ante empresarios estadounidenses, ante empresarios que administran este país, que él había ordenado la represión contra Atenco…El mismísimo bufón de Televisa hoy sigue como si nada y lo vemos hasta las nauseas, lo escuchamos hasta vomitar en los medios de comunicación, en el internet, en las redes sociales.»
«Hoy estamos libres gracias a ustedes. Los perseguidos volvimos a nuestras casas. Los encarcelados volvieron a sus nidos. Familias que tuvieron que huir nuevamente estamos en Atenco. Compañeras que fueron vilmente violadas, torturadas sexualmente, están aquí dando la cara, valientes y dignas. Y esta es la muestra, compañeros, de que no nos vencieron».
«El punto, compañeros, el punto, pueblo de México, es cómo viene Enrique Peña Nieto. Quizás sea impostergable su imposición. Pero la última palabra la tiene el pueblo. No será así que la resistencia se detenga en cuanto llegue ahí…. Al contrario, tenemos que estar más unidos. Tenemos que estar más organizados».
Entre las varias estrategias ahora realizadas para apoderarse de las tierras de Atenco, es la de sembrar rumores que dicen que los «ex luchadores» ya vendieron sus terrenos.
El compañero Adán Espinoza tomó la palabra para aclarar este rumor: «Un candidato de las transnacionales, anda argumentando que Adán Espinoza ya vendió sus terrenos y que por eso, otras personas deben de hacerlo. No es cierto. Yo soy Adán. Yo jamás voy a vender mi terreno porque hemos luchado, hemos sufrido en la defensa de nuestras tierras… Quieren poner una autopista ahí atravesando las tierras de Atenco y no lo vamos a permitir. Y desde aquí les decimos al gobierno y a las empresas que llegue quien llegue, jamás vamos a aceptar vender nuestras tierras. Y no les tenemos miedo. Porque en el último caso, si nos quieren golpearnos, lo van a hacer porque tienen la prepotencia a su favor, pero jamás vamos a desistir. Pase lo que pase ahí estaremos. Y nosotros les agradecemos ese apoyo, esa solidaridad, todo lo que han hecho por nosotros es muy grande. Y la prueba hoy es las compañeras que se solidarizaron con nosotros. Nosotros tenemos un profundo agradecimiento con esa voluntad que tuvieron ante la represión que sufrieron. No tenemos palabras para agradecerles, pero hoy en un foro, me dieron la clave. Dicen que no se sienten violadas porque está dando la lucha, porque tienen dignidad, porque tienen convicción y que la lucha sigue».
Dijo Ignacio del Valle: «Éste no es un aniversario más. Ahora estamos viviendo una agresión más contra nuestro pueblo. Tenemos rabia. Tenemos ese sentimiento de tantos hermanos que han sido ultrajados, hombres y mujeres. Pero hoy reivindicamos esa lucha, la lucha de nuestras hermanas, de nuestras madres, de la mujer que con dignidad enfrentó a esa bestia… Desgraciadamente parte del pueblo se hunde en la desesperanza que los gobiernos promueven en este tiempo de engaño, de mentira. Sólo ofrecen dádivas a nuestro pueblo, pero no van a engañar a los que mantenemos el puño en alto. Nuestra consciencia no es de venganza, sino de justicia. El agravio que hicieron a nuestras mujeres no se olvida, y esto se lava con organización, con consciencia. No va a quedar impune. No esperamos justicia de estos males gobiernos. Necesariamente esa justicia se tiene que hacer el pueblo. La tenemos que tomar porque legítimamente es nuestra. Es un derecho que no le tenemos que mendigar a nadie. Son seis años de resistir, pero no de resignarnos. Seis años de aguantar, pero no de conformarnos. Estamos con nuestros hermanos y hermanas de Oaxaca, de Michoacán, con los estudiantes. ¡Viva méxico! ¡Zapata vive!
En la marcha del 4 de mayo, a todo el mundo le gustaba un cartelito que se difundía con una imagen de Peña Nieto y la leyenda: «SE BUSCA POR VIOLADOR. Votar por Peña Nieto es votar por la tortura sexual». Los gritos por justicia, en contra de la represión y en defensa de las tierras se escucharon durante toda la marcha.