En semanas recientes, dentro del panorama electoral que México vive, el tema del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) se convirtió en un eje recurrente de polémica. Desde las esferas de la «alta» política nacional, la discusión ha girado en torno a la corrupción del proyecto ya echado a andar. Enrique Peña […]
En semanas recientes, dentro del panorama electoral que México vive, el tema del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) se convirtió en un eje recurrente de polémica. Desde las esferas de la «alta» política nacional, la discusión ha girado en torno a la corrupción del proyecto ya echado a andar. Enrique Peña Nieto (EPN) definió la construcción del aeropuerto como el «más ambicioso» de su sexenio. Con singular intensidad, desde el 2014 la maquinaria política, empresarial y mediática del golden boy de Atlacomulco no ha cesado en su afán por hacer realidad su ambición. Para ello, se ha valido de todos los recursos posibles: la calumnia, la represión constante, la compra ilegal de terrenos. Sin embargo, las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en cuanto a la cancelación del NAICM si arriba a la presidencia del país despertaron, con una rapidez sorprendente, un alud de críticas proveniente de los empresarios involucrados, de diversas maneras, en el proyecto aeroportuario. De las críticas a AMLO la que más sobresalió fue, por el peso del magnate, la de Carlos Slim. El empresario señaló que frenar el NAICM tendría un efecto negativo porque se suspendería «un detonador de desarrollo fantástico» pues, desde su perspectiva, esos beneficios no llegarían a cerca de 5 millones de personas. [1] Más allá del debate entre ambos personajes, hay algunos aspectos dignos de análisis desde otra perspectiva.
1) La efervescencia del tema se debe, es cierto, a los juicios sobre la corrupción y la opacidad realizadas por AMLO en torno al NAICM. Dado el alcance mediático del candidato presidencial la resonancia no ha sido menor. La visión del tabasqueño es, sin embargo, una reducción del problema. Más aún: para él, los actores involucrados son los empresarios, el actual gobierno y quien ocupe la silla presidencial luego del 1 de julio de este año. No obstante, el NAICM es inviable no sólo por las deficiencias ampliamente documentadas en cuanto a la asignación de contratos, sino sobre todo porque representa el arrebato de una forma de vida miles de personas; es inviable porque significa el despojo de recursos naturales para favorecer a unos cuantos; es inviable porque en sus terrenos existen vestigios arqueológicos de pueblos originarios que están siendo dañados; es inviable porque se comete un ecocidio. [2] Es inviable porque el avance del proyecto se ha impuesto sobre la sangre y el dolor de los campesinos organizados en el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT).
2) El FPDT es, pues, el actor principal al que debería consultarse. Su ya emblemática y larga lucha por la defensa de la vida ha enfrentado tres administraciones gubernamentales caracterizadas por una obsesión enfermiza en su contra. Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto buscaron derrotar la resistencia campesina por todos los medios posibles sin conseguirlo. Desde el 2001, cuando Fox decretó la expropiación de los terrenos de los municipios de Atenco y Texcoco, el FPDT inició una lucha ejemplar por la defensa de sus tierras. Logró echar abajo, en 2002, el mandato de Fox; los campesinos pagaron la osadía con cárcel, represión y la vida de José Enrique Espinoza Juárez. En 2006, en la administración de Felipe Calderón, vivieron uno de los ataques más salvajes del Estado en la historia contemporánea de México. El 3 y 4 de mayo más de 3500 policiacos invadieron Atenco, allanaron domicilios, detuvieron a cientos de personas y, en una afrenta histórica que algún día deberán pagar, cometieron violaciones sexuales a 27 mujeres. Ignacio Del Valle, Felipe Álvarez y Héctor Galindo estuvieron detenidos en Almoloya durante cuatro años y no pocos integrantes del FPDT sufrieron una feroz persecución política. El operativo significó la venganza del poder por la derrota de 2002. Enrique Peña Nieto, entonces gobernador mexiquense, se adjudicó la responsabilidad de éste. Desde esa fecha, el «intelectual» de Atlacomulco no ha cesado en su campaña por construir el aeropuerto que se vio magnificada luego de su arribo a la presidencia de México en 2012.
3) Los crímenes cometidos contra las mujeres fueron soslayados por las autoridades mexicanas en todos los terrenos. La terquedad, el clamor de justicia y el uso de las tribunas internacionales han permitido a las mujeres de Atenco encontrar una veta para la justicia. Los ataques cometidos tenían como objetivo no sólo la humillación sino su aniquilación moral, física y psicológica. Sin embargo, su entereza y su valentía representan un ejemplo de dignidad infinita con el que vencen día a día al responsable de la afrenta. Su vida es, pues, la mayor prueba de la derrota de los poderosos.
4) Los juicios emitidos por Carlos Slim marcan, quizá sin proponérselo, la lucha existente con respecto al NAICM: la prevalencia del dinero, la usura, la ganancia por encima de la vida. No fue el millonario quien puso las cosas claras sino, y es necesario insistir en ello, el FPDT. Y lo ha hecho con imaginación, con la justicia como bandera y la firmeza como estrategia en una batalla ininterrumpida a lo largo de diecisiete durísimos años. Aún en los momentos más complicados, cuando los medios de comunicación pusieron a los campesinos en la picota del linchamiento y los acusaban de ser apenas «unos cuantos» opositores al NAICM; cuando las autoridades jurídicas hicieron caso omiso a los amparos ganados por el FPDT para detener las obras aeroportuarias; cuando han sido atacados en los diferentes campamentos de resistencia instalados en los terrenos donde se construye el aeropuerto; cuando se han montado provocaciones buscando justificar una agresión policiaca contra ellos, las campesinas y campesinos han sabido responder con inteligencia, apelando a la solidaridad de los pobladores afectados, con un cúmulo de iniciativas culturales y una discusión constante que, en última instancia, ha puesto la cancelación del NAICM como un tema en el debate nacional.
5) La soberbia que otorga el dinero hizo que Slim entrara a la polémica con AMLO, pero, como éste, olvidó que la última palabra no estriba en la transparencia de los pesos y los centavos sino en el filo de los machetes atenquenses. La carta que el FPDT dirigió al magnate es un documento valioso que, sin duda, habrá de estudiarse en la historia del movimiento social mexicano por lo cuidado de su hechura, por la poética militante que en ella vibra y por la radicalidad intelectual mostrada sin ambages. En la carta, el FPDT señala lo siguiente: » No señor Slim. Hay de inversiones a inversiones. Y justamente por eso, de una cosa estamos absolutamente seguros: NUESTRA INVERSIÓN NO SERÁ EN VANO. Porque mientras usted, en su rueda de prensa, se muestra agitando y blandiendo su chequera; nosotros, desde nuestras tierras, nos encontramos blandiendo el machete de la dignidad. Usted se cree invencible y eso está a prueba. Usted es un millonario, uno de los más ricos del planeta. Nosotros solo campesinos, amas de casa, empleados, artesanos, pero por nuestras venas aun corre la sangre de ZAPATA, que al llegar a nuestro corazón en cada palpitar repite su grito de batalla: TIERRA Y LIBERTAD. Así es señor Slim. Se trata de otro capítulo en la lucha del dinero contra la dignidad. Y la historia nos enseña que al final de los tiempos, lo único invencible es la dignidad». [3]
La discusión sobre el aeropuerto existe porque el FPDT existe. Las distintas ofensivas del Estado tenían como objetivo principal la aniquilación de la organización campesina pues representaba -representa aún- la verdadera muralla a derribar. Hasta ahora, el poder del dinero y la soberbia han fracasado. Desde el 2002, el FPDT no dejó de advertir que los amos del país, pese al triunfo que representó echar abajo el decreto expropiatorio, jamás se detendrían en aras de alcanzar su objetivo. Las mujeres y los hombres atenquenses nunca bajaron la guardia; nunca confiaron en las instituciones gubernamentales, pero, sobre todo, nunca dejaron de movilizarse y organizarse. Además, hicieron de la solidaridad otra de sus fortalezas. Su ya épica resistencia es muestra de una claridad política, sin parangón alguno, que tanta falta hace al movimiento social mexicano.
La lucha del FPDT, cuyo grito de batalla es el de miles de mexicanos, es la representación de un movimiento de largo aliento, no sólo imprescindible para estudiarlo [4] sino, sobre todo, necesario en el panorama de la izquierda del país.
Para quienes desde ya lanzan vivas y hurras por un posible triunfo de AMLO, el ejemplo de Atenco resulta lección imprescindible: más que echar las campanas al vuelo, para enfrentar un escenario no descartado de fraude electoral, el camino es de la organización y la movilización.
Para la izquierda de abajo, cuyas experiencias recientes buscando un espacio independiente en las boletas electorales no arrojó los resultados deseados, el ejemplo de Atenco es no sólo insoslayable sino también una ruta de acción. Llegue quien llegue a la presidencia del país, se hace necesaria la emulación de la organización y la firme estrategia machetera.
Los atenqueses tienen razón: la lucha es por la vida. Cancelar el aeropuerto de muerte será, finalmente, una victoria de la vida alcanzada por la dulce dignidad de la entereza que palpita en cada mujer y hombre del FPDT.
Notas:
[1] http://www.jornada.unam.mx/
[2] Véase Nancy Flores «Nuevo aeropuerto, entre el ecocidio, la venganza y el conflicto de interés» en Contralínea.com.mx, 11 de abril de 2018, disponible en https://www.contralinea.com.
[3] Carta abierta a Carlos Slim, 18 de abril de 2018, disponible en http://atencofpdt.blogspot.mx/
[4] Al respecto, véase Edith Elvira Kuri Pineda, Tierra sí, aviones no. La construcción social del movimiento de Atenco, Tesis doctoral, México, UNAM, 2008.
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