Actualmente en la Ciudad de México, el Gobierno del Distrito Federal (GDF), junto con los distintos gobiernos delegacionales, han llevado a cabo una serie de ofensivas contra la población, con el pretexto de «modernizar» la metrópoli, privatizando la Ciudad y despojando y destruyendo los bienes comunes del pueblo, para hacer jugosos y millonarios negocios conocidos […]
Actualmente en la Ciudad de México, el Gobierno del Distrito Federal (GDF), junto con los distintos gobiernos delegacionales, han llevado a cabo una serie de ofensivas contra la población, con el pretexto de «modernizar» la metrópoli, privatizando la Ciudad y despojando y destruyendo los bienes comunes del pueblo, para hacer jugosos y millonarios negocios conocidos como «Mega-proyectos». Este modelo de urbanización salvaje, excluyente y autoritaria, además de afectar decisivamente a los pobladores que habitan alrededor de las mega-construcciones, representa un grave peligro al medio ambiente del Valle de México (ya de por sí bastante afectado), y por lo tanto, se ha tenido que sostener por las fuerzas represivas del estado, la ilegalidad, la manipulación y el engaño.
Estos Mega-proyectos, dentro de los que se encuentran nefastas obras como la Supervía Poniente de Cuota, en la Magdalena Contreras, el Arco Sur, una carretera federal que pasará por las delegaciones del sur (Milpa Alta, Tláhuac, Magdalena Contreras, Etcétera.) y la Supervía de alta velocidad al norte de la ciudad, en Santa Isabel Tola, entre otras, han despertado el descontento y la resistencia de las y los pobladores que se verán afectados, así como la solidaridad de distintos sectores de la sociedad, entre ellos, investigadores académicos y organizaciones populares. En este contexto, una de las luchas más sobresalientes ha sido la que ha librado el valiente pueblo de Atzcapotzalco, primero contra el «Foro-Estadio Azcapotzalco» y ahora contra la «Arena México», ambos mega-proyectos millonarios de entretenimiento que favorecerán únicamente a los poderosos, aunque esto signifique pasar por encima de la dignidad del pueblo.
En este caso, La lucha popular en Atzcapo comenzó hace poco más de un año (diciembre 2010), cuando el GDF hace publicas sus intenciones de privatizar el Deportivo Reynosa y la Alameda del Norte para la construcción de un «Foro-Estadio». En defensa de sus bienes comunes, de la naturaleza, de la salud y del deporte, vecinas y vecinos se organizaron en el movimiento de «Pueblos, Barrios y Colonias de Atzcapotzalco» y así hacerle frente al estado y al capital. En su caminar, el movimiento se ha servido de las lecciones de las luchas contra otros mega-proyectos, así como de los históricos métodos de lucha de los pueblos: la unidad combativa de las distintas luchas urbanas y ambientales, las asambleas populares y democráticas para la toma colectiva de decisiones, las movilizaciones, marchas y cierres de calles, como medios para presionar al poder y la denuncia político-legal, que ha desenmascarando a un gobierno que no sigue ni siquiera sus propias leyes. En este combate, los pueblos, barrios y colonias han aprendido que no es posible guardar ninguna ilusión en el estado y en sus instituciones, pues tanto el GDF, como el gobierno delegacional del PRD, a pesar de tener un discurso «de izquierda» y hasta «ecológico», han utilizado todo su arsenal de calumnias, mentiras y maniobras para deslegitimar al movimiento popular, además de utilizar la criminalización y la represión de forma sistemática, como cuando en Abril del 2011, cientos de granaderos rompieron una protesta pacífica en el edificio delegacional, golpeando brutalmente a vecinas y a vecinos y deteniendo a tres compañeros y una compañera por un día y medio, mismos que serían liberados después de una amplia movilización popular, un plantón frente a la Procuraduría y una campaña de denuncia político-legal. Acciones como estas no deben dejar duda acerca del verdadero carácter represor del PRD, que gobierna, como el PRI y el PAN, a favor de los intereses de los poderosos
Sin embargo, ni la calumnia, ni la represión, ni la criminalización, ni las maniobras «legales» pudieron detener la voluntad decidida del pueblo que logró dar marcha atrás al «Foro-estadio», dando, con esta victoria parcial, un paso importante en la lucha contra el mal gobierno, al hacer valer los intereses de las y los de abajo. Pero la lucha aún está lejos de acabarse. En el Deportivo Reynosa, los funcionarios corruptos no han respetados los acuerdos y se han empeñado en privatizar toda clase de servicios, como lo son las canchas y la alberca del deportivo, y lo que es más importante, la «Arena México», otro nefasto mega-proyecto que se encuentra prácticamente terminado, a unos cuantos metros de la Alameda del Norte, se cierne como una amenaza devastadora, ante la cual, los pueblos, barrios y colonias de Atzcapotzalco lucharán para, al menos, impedir su funcionamiento, si es que no se puede cancelar el proyecto dado el avance de la construcción.
La «Arena México», un mega-proyecto de entretenimiento, similar al «Foro-Estadio», significará, además de ganancias millonarias para las industrias del espectáculo:
A) La construcción y ampliación de vialidades y estacionamientos, que requerirán los «shows» destinados a atraer importantes flujos de consumidores provenientes de las capas medias y altas de la sociedad. Para abrir el espacio a los automóviles, el gobierno piensa despojar y expropiar las casas de las vecinas y vecinos, destruyendo así, el patrimonio popular, producto del trabajo de familias enteras que lograron construir no solo una vivienda, sino un lugar dentro de su comunidad. Junto con esto, el aire de Atzcapotzalco (una delegación industrial al norte de la Ciudad de México) se verá seriamente dañado por las emisiones de los automóviles, siendo que hasta ahora, el grado de contaminación ya afecta de forma alarmante a la población de esta región. Además, el tiempo de transporte aumentará con el aumento del tráfico vehicular, haciendo todavía más insoportable la experiencia cotidiana de la Ciudad.
B) La escasez de agua generada por la injusta y desigual distribución de este vital líquido, que contempla, primero a los grandes negocios industriales y de servicios (como, en este caso, la «Arena México») y deja para después a los pueblos, barrios y colonias populares. Atzcapotzalco es también una delegación que enfrenta serios problemas de agua, y con el avance de las políticas privatizadores, así como con la construcción de este y otros mega-proyectos que alimentan un proceso de urbanización salvaje, la escasez de agua se volverá cada vez más una realidad cotidiana para las y los de abajo.
El movimiento popular de los «Pueblos, Barrios y Colonias de Atzcapotzalco», consciente de esta problemática, no se limita únicamente a exigir la cancelación inmediata de los mega-proyectos de muerte, (y la utilización de la construcción de la «Arena» para la enseñanza y la cultura) sino que ha avanzado en la comprensión de que solo con la autonomía y la autogestión en la toma de decisiones por parte del pueblo se pueden solucionar los grandes y pequeños problemas que aquejan a la comunidad. En un proceso de recuperación del territorio con actividades informativas, recreativas, y de esparcimiento (como la pinta de murales en las paredes de la delegación), así como con la construcción de la identidad de «pueblos originarios», reivindicando a los pueblos indígenas y guerreros de Atzapotzalco, el movimiento señala el camino para hacerle frente al despojo capitalista, enarbolando las banderas de la democracia popular, la cultura, la salud, el deporte y, en una palabra, la vida digna.
Es importante difundir y solidarizarnos con este movimiento, por lo que desde aquí, comparto la convocatoria para una movilización en contra de la «Arena México» el día 11 de enero a las 11 Hrs. En las instalaciones del Deportivo Reynosa. Anexo el cartel: http://www.
Lucio Rivera – Militante de la Liga de Unidad Socialista
Blog del autor: www.contrailusiones.blogspot.
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