«El secreto del proletariado dijo un día Marx, es que lleva en sí la destrucción de la sociedad burguesa, […] el colonizado también tiene su secreto y asistimos a la atroz agonía del colonialismo» (J.P. Sartre: 1969) El mundo contemporáneo está dirigido por un orden criminal, donde millones de niños mueren de enfermedades curables, millones […]
«El secreto del proletariado dijo un día Marx, es que lleva en sí la destrucción de la sociedad burguesa, […] el colonizado también tiene su secreto y asistimos a la atroz agonía del colonialismo» (J.P. Sartre: 1969)
El mundo contemporáneo está dirigido por un orden criminal, donde millones de niños mueren de enfermedades curables, millones de mujeres e indígenas son víctimas fatales de políticas estatales de minorización poblacional permanente, muertes innecesarias que nutren al capitalismo salvaje (killer Capitalismus) que hoy se llama globalización. Un orden criminal que se ensaña con los países que se encuentran al lado sur del planeta, el lado que ha sido víctima del colonialismo precisamente…
Estados hipócritas, leyes hipócritas, funcionarios doblemente hipócritas, es el resumen de una filosofía liberal, que ofrece derechos, mas no ofrece su efectivización. Ese es el Estado colonial, republicano y neoliberal. Y Bolivia no estaba fuera de ese circuito criminal…
En el trayecto, la decisión de los movimientos sociales, de echar a patadas al genocida Gonzalo Sánchez de Lozada el 2003, abrió la compuerta para una revolución proveniente de cerebros indios, manos indias, con la descolonización como eje de referencia proveniente del ciclo anticolonial de 1780-1781, la marcha por la vida como cierre de la toma del poder por la vía obrera y la apertura de la vía campesina indígena y originaria de la toma del poder.
«Nada pasa en Bolivia sin los indios» dice un viejo grafitti en la ciudad de Oruro, y efectivamente así es…
¿Descolonizar la gestión pública? Esta pregunta, hace no más de cinco años, hubiera despertado una leve sonrisa y nada más.
Hoy es, en cambio, la fórmula clave para transitar del Estado colonial y neoliberal al Estado Plurinacional, es decir pasar del Estado aparente al Estado Integral, tal como lo formula Álvaro García Linera.
Y este proceso de transición entre un momento y otro, requiere una visión descriptiva y que es el motivo central de este artículo.
¿Qué se ha hecho para descolonizar la gestión pública en el Estado Plurinacional? Es la pregunta que responderemos a lo largo de las líneas siguientes:
El estado colonial es señorial, patrimonialista, racista, burocrático y corrupto. El estado colonial es hipócrita, con normativa hipócrita, funcionarios igualmente hipócritas y políticas públicas que no benefician a quienes dicen beneficiar, sino todo lo contrario.
Por tanto la descolonización del Estado desde el Estado, es el enfrentamiento directo contra todo ese paquete perverso de estatalidad, y es hacerlo desde adentro… es su suicidio como Estado colonial…
Así pues, la descolonización desde los horizontes que brinda el Estado, no es un tema de reflexión teórica -solamente-, sino -y fundamentalmente- un asunto de importancia práctica de primer orden, pues estamos hablando de construir dignidad.
¿Qué significan sino todo aquello de lo cual nos hablan los artículos 9º, 15-20 y 33 de la CPE?
Esta es la pregunta que de contestarse desde el mismo Estado por un lado y por la sociedad civil por el otro, resolvería una enorme cantidad de entuertos, tanto para el Órgano Ejecutivo, como para el Órgano Legislativo. Es decir, sería el instrumento general de la descolonización que iría del Estado hacia la descolonización de la sociedad y a la inversa, es decir una Política General de Descolonización…
Hablemos desde la realidad, desde la institucionalidad estatal…
Veamos, desde el 2006, los ministerios de justicia, salud, educación, presidencia y gobierno, han incorporado diseños institucionales encaminados a la descolonización de sus respectivos campos de acción, Viceministerio de Justicia Comunitaria (hoy Justicia Indígena Originaria Campesina), Viceministerio de Salud Tradicional y ahí mismo el Programa de Salud Familiar Comunitaria Intercultural (SAFCI), Viceministerio de Educación Intercultural, Viceministerio de Coordinación con Movimientos Sociales, y el Viceministerio de Defensa Social respectivamente constituyen un primer esfuerzo estatal, para la generación de proyectos, programas y políticas estratégicas de proyección descolonizadora, y lo han hecho, aunque no lo crean las almas agoreras…
El 2006 también, la Prefectura de Oruro (hoy Gobernación) desarrolló un proceso de planificación departamental, en base a la tecnología de la Chakana y la lógica territorial de los Suyus Indígena Originarios, como un primer ejercicio nacional de su uso en planificación del desarrollo desde una perspectiva local.
El 2009 se crea el Viceministerio de Descolonización con atribuciones especificas en la descolonización y he aquí la novedad, se incluye la despatriarcalización como parte de la institucionalidad estatal (Jefatura de Unidad desde el 4 de agosto del 2010), esto no existe en ninguna parte de América Latina y no lo habrá si es que este Estado en su proceso de Descolonización no lo impulsa hacia todo el continente.
El 2010 nace el Viceministerio de Planificación Estratégica, donde la descolonización de la planificación y la construcción estratégica de la economía plural encuentra su punto económico en las cuestiones prácticas que hacen al horizonte estatal en la descolonización y el Vivir Bien (cfr. Art. 49 inc. b, del Decreto de Organización del Órgano Ejecutivo)
El 2010 ya se tiene resultados específicos de la descolonización del saber y las practicas institucionales en el Banco Central de Bolivia, el CENCAP de la Contraloría General del Estado Plurinacional, y en la Escuela de Gestión Pública Plurinacional (EGPP).
Entre el 2010 y el 2011, las Gobernaciones de Sucre y Tarija incorporan institucionalidad descolonizadora, una Jefatura de Área y una Dirección Provisional respectivamente, en camino se encuentran Oruro, Cochabamba y La Paz.
En el sistema judicial, ya se ha iniciado el debate sobre la Descolonización del Derecho, los saberes y prácticas institucionales, en su máximo nivel, el Tribunal Supremo de Justicia. A su vez la Facultad de Derecho de la Universidad Técnica de Oruro, inicia un programa piloto de transformación curricular no solo para reemplazar el viejo tronco liberal de la formación del abogado, anclado en civil y penal (propio del siglo XIX), sino sustituirlo por Constitucional y Derechos Humanos, además de un serio cuestionamiento al contenido colonial y androcéntrico de la doctrina y la teoría del Derecho.
Desde el 2006, la Vicepresidencia ha encarado una serie de reflexiones sobre la Descolonización y la Despatriarcalización, «Pensando el mundo desde Bolivia» se llama el programa y constituye el mejor ejemplo de la descolonización y la despatriarcalización del conocimiento universal, con búsquedas para cuestiones prácticas en la esfera de la gestión pública.
En la Universidad Militar, se ha incorporado desde el 2009 la materia de Tiwanacología, como eje transversal de la doctrina y formación castrense, y aquí conviene detenerse, en la experiencia castrense, gran parte de su formación proviene del modelo euro-anglocéntrico, es decir de un modelo cuya base se llama despojo, muerte y saqueo, tal cual se desarrolló en Europa. Al contrario en estas tierras, el modelo de formación militar, si así se puede llamar convencionalmente a la cuestión, se sustentaba en la producción y la vida es decir, en base a las reglas de la Madre tierra, la Pachamama.
Si vemos las cuestiones desde las relaciones internacionales, conviene destacar que la «Descolonización del Estado desde el Estado», ha tocado las puertas de América Latina, y lo ha hecho de manera impresionante, la Comunidad Andina de Naciones (CAN), tiene en su seno al Consejo de Ministros de Cultura y Culturas, (Perú y Colombia en singular, mientras que Bolivia y Ecuador en plural), el ALBA y el UNASUR constituyen un campo de consensos, donde la descolonización adquiere políticas públicas ya no como actividades y proyectos de buena voluntad, sino como un programa regional para enfrentar a la institucionalidad y las políticas públicas coloniales en su forma neoliberal…
Toda esta estructura institucional tiene sus costos, y esos costos constituyen el proceso de descolonización y no es poco lo invertido hasta hoy…
Toda la estructura institucional ha desarrollado políticas, programas y proyectos, la mayoría de ellos desconectados, parcelados y fragmentarios, pero que ya saben el camino por delante, la situación ni es trágica, ni experimental, es solo la situación que se tiene, y desde lo cual se hace camino al andar…
Como se ve, no ha bastado con la descolonización del derecho constitucional, cuyo producto principal es la misma Constitución Política del Estado Plurinacional, tampoco ha bastado construir una estructura institucional que, de a poco está encaminando la descolonización del Estado desde el Estado, Descolonizar el Derecho y Nacionalizar la Justicia, Descolonizar la educación y la salud, Descolonizar a las Naciones Unidas, Nacionalizar la dignidad y la soberanía.
No ha bastado ni bastará a lo largo de los próximos años. La descolonización y la despatriarcalización tienen que ver en el tiempo el factor concurrente más duro de romper, lo que se diseñó a lo largo de cinco siglos no puede derrumbarse con la buena voluntad solamente, ni desde lo libros nomás…
Las políticas públicas descolonizadoras y despatriarcalizadoras no se hacen en el vacío, constituyen un campo de experimentación que nunca se dio en la historia de los países de América Latina, salvo raras excepciones, Cuba y Venezuela, pero sin desarrollarse con el potencial epistemológico que proponemos desde Bolivia.
En este trayecto ¿qué dificultades atraviesa la Descolonización de la Gestión Pública?
Inicialmente, y es inevitable decirlo, la Ley SAFCO es la principal tranca que obstaculiza la «gestión pública estratégica» el diseño de control gubernamental, los regímenes de bienes y servicios y el Sisplan, constituyen por separado y en conjunto, un orden normativo y un sistema administrativo que no ayudan a la descolonización de la gestión pública, a ello se añade la norma anticorrupción que está generando desconcierto en varios niveles de la Administración Pública.
Este modelo normativo, tiene la misión de hacer que el Estado fracase en tanto gestor público, y con ello se justifique la «iniciativa privada» y la «libre empresa», al menos ese es el horizonte ideológico de la SAFCO, y convivir con esa norma neoliberal, es ya uno de los problemas que vemos a diario en ministerios y viceministerios, en municipios y gobernaciones, en toda la institucionalidad estatal.
Otra dificultad es la mentalidad administrativista diminuta, que se tiene en diversos estratos de dirección, se piensa que lo administrativista mejora la gestión pública, cuando en realidad sucede todo lo contrario.
Un desafío pendiente en la descolonización de la gestión pública, es sin duda alguna, la formulación de las políticas públicas, pues es en este preciso lugar donde el orden colonial y neoliberal se reproduce como si nada hubiera pasado en estos últimos seis años, aquí conviene recordar el papel de la GTZ como cooperación técnica que desde el año 82 «apoya» a la formulación de las políticas públicas, los procesos de gestión y la construcción de las mismas, en aquí se tiene una especie de «colonización» de los procedimientos de gestión pública que pasa inadvertido para la gran mayoría de los servidores públicos, y que además nos genera un déficit de descolonización y despatriarcalización en la gestión pública.
Una nueva mentalidad descolonizada, despatriarcalizada, antiimperialista y anticapitalista, está todavía en proceso de creación, nuevos proyectos de vida para los servidores públicos están en camino, dejar la función pública y pasar a servidores del pueblo no es una tarea fácil, es un acto de formación política y que hoy está en manos de una institucionalidad todavía pequeña, aunque con grandes retos: el Viceministerio de Descolonización.
Sin duda, un breve repaso de los acontecimientos, tal como se muestra líneas arriba, requiere de algunas precisiones conceptuales, es decir qué debemos entender por descolonización y por despatriarcalización, de no hacerlo, estaríamos guardando un silencio bastante parecido al de la estupidez…
Descolonización: es la construcción de políticas públicas contra todas las formas del racismo, pero no desde cualquier lugar, sino desde nuestra identidad, las identidades indígenas…
Despatriarcalización: es la construcción de políticas públicas, contra las relaciones sociales de dominio patriarcal, pero no desde cualquier lugar, sino desde nuestra identidad, las identidades indígenas: partimos del Chacha Warmi, en tanto par político, no como un reduccionismo biológico, sino como Jaq’e (persona social en tanto sujeto político).
Como se puede ver, estas dos definiciones, concentran gran parte de un debate, poco visible, aunque con mucho ruido de por medio, ruido generado en realidad por sectores conservadores, que prefieren ver la descolonización como indianización folclórica, y la despatriarcalización como feminismo descolonizador.
Ni uno ni otro, tanto la descolonización como la despatriarcalización constituyen el horizonte de acción que se viene por toda la institucionalidad estatal, de un país, que está resolviendo las tensiones creativas para la construcción del Estado Plurinacional y la construcción del Vivir Bien.
1 Director General de Administración Pública Plurinacional del Viceministerio de Descolonización, Ministerio de Culturas
Fuente: http://www.la-epoca.com.bo/index.php?opt=front&mod=detalle&id=917