Morales ya no tiene pisada en la capital de la República, controlada por la oligarquía y la derecha fascista. Los campesinos e indígenas son vejados y tratados como perros. Sucre, la capital de Bolivia, vivió este fin de semana horas de vergüenza, cuando grupos armados organizados desde los derechistas gobiernos local y comunal desataron una […]
Morales ya no tiene pisada en la capital de la República, controlada por la oligarquía y la derecha fascista. Los campesinos e indígenas son vejados y tratados como perros.
Sucre, la capital de Bolivia, vivió este fin de semana horas de vergüenza, cuando grupos armados organizados desde los derechistas gobiernos local y comunal desataron una cacería de campesinos e indígenas que habían acudido a la ciudad para recibir al presidente Evo Morales.
Perseguidos como perros, centenares de indígenas fueron apaleados, vejados y humillados este sábado, mientras una veintena de ellos, tomados como rehenes, fueron conducidos a palo y golpes por las bandas juveniles de fascistas a la plaza principal de la ciudad. Allí, los campesinos fueron desnudados, puestos de rodillas y obligados a pedir perdón a la ‘culta Charcas’, la ciudad ubicada al sur de Bolivia y que tiene un cuarto millón de habitantes, y que paradójicamente celebraba el 199 aniversario del primer grito libertario de la América morena, que luchaba por acudirse del yugo de la colonización española.
La cacería de campesinos fue organizada desde las organizaciones cívicas y populares que tienen el control absoluto de la ciudad de Sucre y que se organizaron para impedir la llegada del presidente Morales, que tiene vetado el ingreso desde fines de noviembre del 2007, cuando los asambleístas del gobernante Movimiento al Socialismo intentaron revivir a bala la agonizante Asamblea Constituyente para aprobar en una escuela militar una Constitución Política del Estado, que por ahora es un simple papel mojado.
Horas antes de perseguir a los campesinos, estos mismos grupos de fascistas obligaron a los efectivos del Ejército y la Policía a replegarse a sus cuarteles, dejando sin defensa e inermes a los campesinos que habían sido convocados por el mismo Evo para que le ayuden a sentar presencia en esa ciudad.
Poder dual
Hasta último momento, Evo había intentado ingresar a esa urbe, convertida ya, junto a Santa Cruz de la Sierra, en la capital de la intolerancia y el racismo, pero ante estos hechos de violencia, desistió de esta idea, ratificando, una vez más, que en Bolivia hay dos gobiernos y que Morales no tiene pisada en las ciudades del oriente y sur del país, donde gobierna una rancia oligarquía y 100 poderosos clanes que son dueños de la tierra, los negocios, las exportaciones, los medios de comunicación y la conciencia de muchos.
Desde mediados del 2007, en Bolivia está fracturada en dos y hay un doble poder, con Evo gobernando en el altiplano (La Paz, Oruro y Potosí) y la oligarquía y los 100 clanes en los valles y el oriente del país, donde levantaron demagógicamente la bandera de la autonomía y por ello cuentan con el apoyo militante de las clases medias y los movimientos cívicos y vecinales, además de la sumisión/adhesión de las organizaciones sociales y populares urbanas.
Esta situación tiende a consolidarse, tras la realización del referéndum autonomista en Santa Cruz el pasado 4 de mayo y que posibilitó que el prefecto derechista cruceño Rubén Costas asuma funciones de Presidente y forje su propio Parlamento en abierto desacato al gobierno de Evo, que sólo atina a protestar.
La oligarquía avanza en su proyecto de poder y organiza para los siguientes días tres referéndums en Beni, Pando y Tarija, con los mismos propósitos e igual de predecibles como los de Santa Cruz, mientras la izquierda indigenista trabaja con miras al referéndum revocatorio nacional del 10 de agosto, en la que muy probablemente Evo y sus opositores sean ratificados en sus cargos, consolidándose este ‘empate catastrófico’ y abriendo la posibilidad para que la oligarquía y el gobierno indigenista intenten lograr un ‘gran acuerdo nacional’, demandado por la Iglesia, la confederación de empresarios privados, los militares y la diplomacia regional e internacional.
En este escenario, el último ampliado de la Central Obrera Boliviana (COB) convocó a una huelga general para junio contra la oligarquía y para que el ‘indio presidente’ deje de conciliar con la derecha y cumpla con la agenda de octubre, expropiando las tierras de los latifundistas, estatizando las minas, el gas y el petróleo, y mejorando la vida del 70 por ciento de los bolivianos que viven en la pobreza y desnutrición, y cuya situación ha empeorado durante el gobierno de Evo por el alza de los precios de los alimentos, la falta de empleo y la pervivencia de las políticas neoliberales.
Martirio campesino
Mientras tanto, la lucha desatada en los valles y el oriente del país no tiene pausa y son elocuentes de ello los testimonios de las últimas horas. ‘Con los ojos asustados y con sudor por el intenso sol y el miedo de la turba que amenazaba con matarlo, por defender las ideas masistas (del gobierno de Evo, NdR), así estaba Angel Vallejos, alcalde de Mojocoya, quien fue tomado de rehén y acusado de lanzar piedras a los jóvenes sucrenses que se oponían a la llegada de Evo Morales a Sucre’.
‘¡Bájenlos, bájenlos!, gritaba la gente desde la carretera, mientras grupos de jóvenes inspeccionaban las casas y trepaban los cerros del barrio Azari, donde se escondían campesinos’.
‘Junto a Vallejos, otras cuatro personas fueron tomadas de rehén. Vallejos fue obligado a levantar la bandera de Chuquisaca y a rastras lo llevaron hasta la plaza 25 de Mayo para que ‘pida perdón al pueblo por agredir’ (…) Luego, otro grupo llegó con más rehenes a quienes les obligaron a quitarse la ropa y con el torso desnudo les hicieron arrodillar frente a la Casa de la Libertad. ‘Sucre de pie, Evo de rodillas’, gritaron’, según refleja el diario ‘La Razón’, opositor a Morales.
Reacciones de unos y otros
Frente a estos hechos, la Federación de Campesinos de Chuquisaca denunció que aproximadamente 20 personas de su sector se encuentran desaparecidos, entre ellos algunos niños, calculándose en más de 50 los heridos.
‘Frente a la situación de violencia contra los campesinos acontecida ayer (sábado) en Sucre, hemos organizado un comité de huelga desde las 15.00 y un bloqueo de caminos en la comunidad de Candúa’, afirmó el dirigente campesino del Chaco Chuquisaqueño, Justo Arancibia, en contacto con la red gubernamental Patria Nueva.
En ese contexto, indicó que este sector decidió asumir esas medidas en protesta por los hechos acontecidos en Sucre, ya que ellos lo único que hicieron fue querer participar en el acto de entrega de ambulancias, cheques y mil viviendas que iba a realizar el presidente Evo Morales en el estadio Patria de Sucre, en conmemoración a la efeméride del 25 de Mayo de 1809.
‘El Comité Interinstitucional ha demostrado una vez más la acción racista contra nuestros hermanos campesinos’, expresó.
La federación de Campesinos instruyó, además, la declaratoria de una huelga de hambre de sus dirigentes y el inicio de un bloqueo de caminos, cercando la ciudad.
Esta medida fue, sin embargo, desautorizada por el gobierno de Morales, que instruyó el repliegue de los efectivos de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas que fueron rebasados por los movilizados.
Acusaciones y lamentos
El ministro de Gobierno, Alfredo Rada, acusó a los dirigentes cívicos y opositores de ser los directos responsables de los hechos de violencia en Sucre, que dejó decenas de heridos, entre ellos una periodista de la red radial Aclo, martirizada por los jóvenes fascistas.
La agitada tensión en la que se encontraba la ciudad de Sucre fue dirigida por los dirigentes del Comité Insterinstitucional, Jaime Barrón, Aidée Nava y Fidel Herrera; además de los parlamentarios de Podemos, Fernando Rodríguez, Tomasa Yarhui, entre otros, denunció la agencia gubernamental ABI.
Horas después, el vicepresidente del Comité Interinstitucional de Sucre, Jhon Cava, reconoció los excesos cometidos durante la víspera en contra de los campesinos, aunque dijo no conocer a los responsables, pero indicó que públicamente se pidió disculpas por ello.
‘No sabemos qué grupos son estos que hacen quedar mal a un movimiento cívico y pacífico y por eso esta mañana hemos pedido disculpas públicas a la Federación de Campesinos, ya que esa no es la característica de los sucrenses’, dijo en entrevista con radio Panamericana.
Por su parte, y mostrando su impotencia, el Gobierno de Morales se limitó a expresar sus condolencias con los campesinos y se sumó a los lamentos. ‘El Gobierno lamenta saldos de esta jornada que consideramos que es día de vergüenza nacional, ya que todo lo que los medios (de comunicación), en fiel cumplimiento de su labor reflejaron las humillaciones a gente de extracción humilde, a vecinos y sectores populares por parte de grupos de choque conformado por universitarios y organizaciones dirigidas por el Comité Interinstitucional. Es una vergüenza nacional’, dijo.
A las protestas también se sumaron algunos medios de comunicación. ‘La Red de Educación Radiofónica de Bolivia (Erbol) responsabiliza a la alcaldesa de Sucre, Aydeé Nava; al presidente del Comité Interinstitucional, Jaime Barrón; al presidente del Concejo Municipal, Fidel Herrera; y al funcionario del municipio sucrense, Tommy Durán, por la agresión a la periodista de Radio Aclo Chuquisaca, Marianela Paco’.
Esta periodista fue golpeada, insultada, vejada y rociada con gasolina por una turba fascista, cuando informaba sobre la cacería de campesinos e indígenas desatada el sábado en la ciudad de Sucre.
Erbol, a través de un comunicado, aseguró que Nava, Durán, Barrón y Herrera convocaron a grupos violentos con el fin de agredir y destilar odio contra personas que no comparten su línea ideológica y política, desconociendo los principios democráticos de respeto, tolerancia y convivencia.
Respuesta popular
En La Paz y otras ciudades, trabajadores y vecinos de clases medias condenaron las agresiones en Sucre y cuestionaron la extrema tolerancia del Gobierno de Morales con las bandas fascistas y la rebelión oligárquica.
Este reclamo será más patente este miércoles 28, en la movilización social convocada por la unitaria Central Obrera Boliviana (COB), que presiona para que Morales deje de conciliar con la oligarquía y para que combata a los sediciosos, expropiando la tierra a los latifundistas y revirtiendo efectivamente las concesiones petroleras y mineras al dominio del Estado, además de incrementar el salario para los trabajadores y poner un efectivo control sobre los precios de los alimentos.
‘Convocamos el 28 de mayo a una gran marcha que partirá desde la Ceja de El Alto para concentrarse en el centro de La Paz, para rechazar a los empresarios y politiqueros de la media luna para decirles que no los soportamos más con sus actitudes’, dijo el dirigente de la COB, el oficialista Pedro Montes.
En Potosí, el secretario ejecutivo de la Central Obrera Departamental, Gerardo Coro, demandó que Morales aplique ‘mano dura’ sobre la oligarquía y sobre los grupos fascistas que han comenzado a expandirse por todos los valles y el oriente del país, a la vista y paciencia de un gobierno indígena y campesino que apuesta todo a la papeleta electoral, claramente insuficiente para derrotar a una burguesía agrofinanciera y comercial que cuenta con el apoyo de la embajada de Estados Unidos y que no tolera ser gobernada por un indio, a pesar que éste promueva la vigencia del capitalismo andino, respete la propiedad privada, defienda la inversión extranjera y ponga freno a los sindicatos y organizaciones sociales que pugnan por acabar con el neoliberalismo y la explotación capitalista.