En una nueva correlación de fuerzas regional e internacional, la revolución boliviana iniciada el 18 de diciembre se perfila hacia el futuro con sus limitaciones, contradicciones y presiones internas y externas, enmarcada en la lucha de clases que se expresa en el ámbito local e internacional. La Asamblea Constituyente es el necesario paso a dar […]
En una nueva correlación de fuerzas regional e internacional, la revolución boliviana iniciada el 18 de diciembre se perfila hacia el futuro con sus limitaciones, contradicciones y presiones internas y externas, enmarcada en la lucha de clases que se expresa en el ámbito local e internacional. La Asamblea Constituyente es el necesario paso a dar para instalar en el país el organismo de Poder Popular que permita el gobierno de Evo Morales profundizar las conquistas sociales, rescatar el patrimonio nacional y sentar las bases para la construcción del socialismo en el país, única garantía de Soberanía, Independencia, Desarrollo, Dignidad y Justicia.
De afuera hacia adentro
La integración indolatinoamericana que hoy se perfila en el marco de una crisis mundial del imperialismo yanqui y del capitalismo en su conjunto -crisis que contiene a las contradicciones intercapitalistas entre EE.UU., Europa y Asia, la crisis energética y del sistema monetario internacional, entre otras- y que tiene a Venezuela Bolivariana como uno de los fundamentales actores, junto a la siempre Cuba Revolucionaria, es condición necesaria para la concreción de la revolución democrática, en transición al socialismo, de Bolivia. Pieza fundamental en cuanto a la erección de la Patria Grande Sudamericana, Bolivia, mediterránea y rebelde, forma junto a Venezuela el eje energético que permitirá a toda la región reindustrializarse, concentrar y centralizar a los trabajadores e integrar a los pueblos en el marco de una transición hacia una sociedad sin explotados ni explotadores.
El imperialismo norteamericano ha tomado nota de las consecuencias que puede aparejarle el gobierno del presidente Evo Morales, y está utilizando su doble juego de presión-cooptación a fín de convertirlo en un león herbívoro, una pequeña mancha en el sistema a lo sumo, y no más, o hacerle la vida imposible para volarlo del mapa. Para ello se propone:1) aislar a Bolivia de Venezuela y Cuba, como elementos principales de un eje antiimperialista; 2) obligarla a negociar en condiciones de desigualdad con EE.UU. acuerdos integrales de sometimiento;3) preparar las condiciones para desestabilizar al gobierno boliviano, si no logra obtener resultados en cuanto a los items 1 y 2. El imperialismo sabe que la revolución boliviana se halla sujeta a las reglas de juego de la institucionalidad burguesa, y entonces pivotea sobre dos ejes que considera esenciales para neutralizar el avance revolucionario:- romper la unidad indígena/obrero campesina- sectores medios y sectores burgueses, antes de consagrarse el organismo de Poder Popular, la Asamblea Constituyente, que permitirá al gobierno profundizar la revolución;- acicatear y financiar a la derecha reaccionaria vinculada a las transnacionales y el gran latifundio para que impida y /o limite la concreción de la Asamblea Constituyente a través de la neutralización de su contenido revolucionario que sobrevendrá a través de una mayoría de constituyentes indígenas/obreros y campesinos, pobres de la ciudad y el campo.
Así las cosas, se comprende entonces la actitud de Colombia en cuanto a la firma de un Tratado de Libre Comercio(TLC) con EE.UU, que no sólo traerá consecuencias a la Comunidad Andina de Naciones(CAN) en general sino a Bolivia en particular, en cuanto a limitar su exportación sojera a ese país(por cuanto sería reemplazada por la soja subsidiada de EE.UU.) a la vez que presionar al gobierno de Evo Morales para que también firme un TLC con EE.UU.( al que Evo una vez más se opuso) y se alinie definitivamente con su política para la región, que comprende también a Perú y Ecuador.
EE.UU. está utilizando ahora a Colombia para aislar a Bolivia de Venezuela en cuanto a la suscripción de la Alternativa Bolivariana para las Américas(ALBA), concretada por Venezuela y Cuba, contraria a los TLC y al ALCA, con la que Bolivia ya se ha comprometido a través de acuerdos de intercambio de soya por combustible y otros que contemplan rubros de educación, salud, energía, etc.
Al eje EE.UU.- Colombia se suma la burguesía reaccionaria cruceña y paceña, entre otras, organizada socialmente(gremios empresariales orientales) y políticamente(PODEMOS, esencialmente, Comités Cívicos, Prefecturas) que no sólo conminan al gobierno a firmar el TLC con EE.UU. sino que intentan desgastarlo a través de la interpelación a ministros, la cooptación de algunos de sus cuadros más vacilantes, las limitaciones al poder que tendrá la Asamblea Constituyente, el separatismo encubierto por la ‘autonomía’, etc.
Hasta ahora el imperialismo norteamericano no ha logrado que Argentina, Chile, Uruguay y Brasil presionen a Bolivia para que entre a su redil. El apoyo y la ayuda sanitaria argentina a los inundados de Bolivia en 1millón de dólares, el recibimiento a Evo en Chile cuando participó en la investidura presidencial de Bachelet, la visita de Tabaré Vasquez en la que se concretaron acuerdos energéticos, entre otros signos, dan cuenta que en ese terreno los yanquis no han logrado sus objetivos, aunque no cejarán en el intento.
Por otra parte, al descabezamiento de la cúpula militar corrupta y cipaya por parte de Evo una vez asumido- cabe destacar que Bolivia es uno de los países que más golpes de Estado militares ha sufrido- le ha seguido una política tendiente a revitalizar a las Fuerzas Armadas y de Seguridad en el marco de un proyecto nacional, popular y antiimperialista. El reemplazo del jefe y subjefe de la Unidad Antiterrorista local, ambos afines al Pentágono, y su reemplazo por un comandante leal al pueblo y la nación, ha provocado la ira de EE.UU. y planteamientos militares que han sido considerados por el gobierno como «chantaje» y «amenazas».
Estos enfrentamientos con EE.UU. de parte del gobierno boliviano- en ellos se incluye la entrega de 41 misiles tierra/aire chinos a ese país por parte del presidente saliente Rodríguez Veltzé, el impedimiento entrar al país del norte de la senadora del MAS Nilda Zurita, miembro de la Federación de Cocaleros del Chapare, la negación de inmunidad, por parte de Bolivia, a soldados norteamericanos que allí operen, el planteo yanqui de que se devuelvan armamentos y equipos debido al cambio de comandantes de la Unidad Antiterrorista- sumados a los vinculados por el tema de la coca y el pedido de extradición boliviano del ex presidente Sánchez de Lozada «asilado» en EE.UU., ha llevado a los norteamericanos a dar un «salto hacia adelante» en cuanto a la neutralización de Bolivia en el escenario regional, vía TLC, ayuda a inundados, campañas de «acción cívica» encubierta en el altiplano, visita al país de la vicepresidente del Banco Mundial, Pamela Cox, entrevistas con la canciller Condoleeza Rice, etc.
Así y todo, el gobierno de Evo, que contiene en su seno y en el partido de gobierno contradicciones de clase – explotados y marginados de la ciudad y el campo, obreros y campesinos, indígenas, enfrentados resueltamente al imperialismo y sus socios locales por un lado, y pequeño burgueses medios y altos, por otro, más proclives a la conciliación con los poderosos- sigue su senda hacia la concreción de la Asamblea Constituyente y la nacionalización de los Hidrocarburos, dos temas a cumplir exigidos por el pueblo de Bolivia.
Avances
La postergación por 90 días de la licitación del complejo ferroso de El Mutún, que dio por tierra con aspiraciones de quedarse con el paquete por parte de sectores oligárquicos; la promulgación de la ley del Fuero Sindical, de protección a los dirigentes sociales y derecho a la sindicalización de los trabajadores; la defensa de la línea aérea de bandera Lloyd Aéreo Boliviano(LAB) frente a las apetencias de Aerosur, empresa vinculada al banco Bidesa, a Otto Ritter y Marco Marino Diodato, entre otros connotados fascistas banzeristas ligados al narcotráfico; el inicio de la Campaña de Alfabetización que en dos años instruirá a centenas de miles de analfabetos(mas del 13% de la población); la presentación del Proyecto de Ley contra la Corrupción «Marcelo Quiroga Santa Cruz», que investigará fortunas malhabidas y sancionará a ex mandatarios y ex funcionarios corruptos; la reformulación del Presupuesto General de la Nación que anulará los Gastos Reservados e incrementará montos destinados a salud y educación; la reivindicación marítima frente a Chile; las actitudes de la Justicia de enviar a prisión a dos ejecutivos de Repsol quienes, aunque pagaron una fianza de 50 mil dólares para salir en libertad no pueden abandonar el país; la negación de una renegociación de un nuevo acuerdo stand- by con el FMI, que se opuso al cobro de mayores regalías a las multinacionales petroleras y el aceleramiento en pedir la extradición al país del asesino Sánchez de Losada, entre otras, son algunas de las medidas de avanzada que esta administración pone en marcha en Bolivia.
Pero la sanción de la Asamblea Constituyente será el mayor paso adelante en el camino de la revolución, puesto que allí se determinará el futuro país. Así, siendo mayoría en su formulación los pobres de la ciudad y el campo, los obreros y campesinos, los indígenas, el articulado de la nueva Constitución deberá contener las premisas de la transición al socialismo que el país requiere, entre ellas, el marco legal para la erección de empresas públicas sociales.
La Alfabetización puesta en marcha; la inclusión de 1 millón de ciudadanos en el padrón electoral a través de la cesión de documentación identificatoria, para elegir y ser elegidos como Constituyentes y votar para promulgar una nueva Constitución y el Referéndum de Aprobación; la inclusión de los bolivianos residentes en el exterior- en su mayoría exilados económicos de la oligarquía y el capitalismo- en la votación del Referéndum de Aprobación, permitirán que las masas populares bolivianas elijan su destino, que ha de ser libertario y socialista.
La revolución boliviana ya es camino a seguir por los pueblos. El alzamiento indígena ecuatoriano contra el TLC, por la expulsión de la multinacional petrolera Oxy y contra el involucramiento del país en el Plan Colombia, si bien no es nuevo, hoy indica un «contagio» del proceso iniciado en Bolivia el 18 de diciembre. El presidente Evo Morales Ayma, expresión de los explotados y marginados en el gobierno boliviano, está esperanzado de que los «pueblos indígenas del país alcancen una participación del 60 al 70% en la futura Asamblea Constituyente». El 15 de marzo dijo a la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia, que representa a 34 pueblos del Oriente, que deben inscribir a sus candidatos en la elección Constituyente a fín de refundar el país.
Aunque las reivindicaciones de los obreros y campesinos, los indígenas, deban ser satisfechas sin más y en el menor tiempo posible, se deberá preservar la unidad política y social encarnada por la actual administración hasta que la Constituyente defina el camino a seguir. Una vez sancionada la voluntad popular, el imperialismo y sus socios locales carecerán de argumentos para coartar la salida revolucionaria que las mayorías esperan.
No vacilarán en utilizar a quienes sean y hacer lo que sea- como lo intentaron en Venezuela en el 2002- con tal que esta salida no se concrete.