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Bajo la chistera

Fuentes: Argenpress

En esta sorprendente visión contradictoria entre el presidente Felipe Calderón Hinojosa y su colaborador encargado del despacho de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens Carstens, sobre la situación del país, no nos vayan a salir en los prolegómenos de las elecciones presidenciales que de manera mágica todo está arreglado y que el país va por […]

En esta sorprendente visión contradictoria entre el presidente Felipe Calderón Hinojosa y su colaborador encargado del despacho de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens Carstens, sobre la situación del país, no nos vayan a salir en los prolegómenos de las elecciones presidenciales que de manera mágica todo está arreglado y que el país va por el camino correcto del desarrollo.

Tal parece que por ahí va el meollo de la por ahora supuesta estrategia, ya que no es posible aceptar y mucho comprender tales posiciones encontradas de los personajes más altos en cuanto a la definición de la política económica del país.

Precisemos: por una parte el titular de Hacienda asegura que estamos sumidos en el peor shock económico de los últimos 30 y su jefe huésped de Los Pinos afirma que las adversidades han hecho a México más fuerte y por lo tanto seremos testigos, palabras más, palabras menos, de un nuevo milagro mexicano.

El diccionario nos explica que chistera es la cesta que usan los pescadores y también es un sombrero de copa de color negro que han hecho célebre los magos o lo ilusionistas para aparecer o desaparecer cosas o animalitos, de ahí el término de «se la sacó de debajo de la chistera».

Todo hace pensar que por ahí va el asunto. Si México está sumido en el peor shock de los últimos 30 años, de dónde se saca el dinero, más de 13 mil y medio millones de dólares para invertirlos en una nueva refinería y para modernizar otra, y es pregunta.

Ahora también sabemos por que se lanzó a la arena de la lucha pública a los estados de Hidalgo y de Guanajuato con gobiernos de diferente signo político, el primero priísta y el segundo panista, para obtener la sede de la nueva refinería, cuando de antemano el gobierno calderonista había decidido que fuera el municipio hidalguense de Tula.

Fácil, para justificar la esplendida compensación al perdedor guanajuatense panista con una inversión de más de 3 mil millones y medio de dólares que destinarán para la modernización de la refinería de Salamanca.

En plena euforia por el triunfo de la Selección Mexicana sobre la de Estados Unidos, el director general de Petróleos Mexicanos salió a la palestra para dar a conocer la decisión gubernamental de que será en Tula, Hidalgo, donde se construya la nueva refinería de la paraestatal, tras la puja que esta entidad protagonizó con Guanajuato y también de la compensación del gobierno federal panista al gobierno estatal blanquiazul.

Al mismo tiempo el presidente Felipe Calderón Hinojosa se curaba en salud al asegurar que «México no puede ser mejor debido a la corrupción», al sentenciar que las trampas han frenado el desarrollo de nuestro país por décadas. Nuevamente las acusaciones sin nombres y sin pruebas.

Debemos de estar muy atentos de lo que nos depara la chistera, perdón, el destino, porque todo hace pensar que por ahí hay guardaditos para que en los prolegómenos de los comicios presidenciales del 2012, insistimos, de una chistera salgan los recursos para impulsar el desarrollo del país; no hay otra explicación porque de la nada, de la catástrofe económica en la que dice estamos sumidos el secretario Cartens, sólo por magia pueden salir inversiones millonarias y en dólares.