Interesa en este artículo auscultar el momento político a objeto de tener una idea de partida sobre el potencial y la debilidad que puede arrastrar la alianza Partido Político y Gobierno municipal, departamental o nacional al momento de encarar acciones de rechazo o apoyo a la gestión Pública y en función a ello proyectar una ruta hacia un proyecto electoral. Para el caso se toma el ejemplo del «Paro Cívico» en La Paz
Breve descripción de hechos
El 11 de septiembre en la ciudad de La Paz se desarrolló acciones que bloquearon calles y avenidas de acceso al centro del casco viejo. A partir de las primeras horas, se vio que volquetas que prestan servicios en el traslado de material de construcción depositaban escombros en lugares estratégicos para la circulación de vehículos particulares y de servicio público, y un poco más tarde activistas y funcionarios del Gobierno Municipal de La Paz se apostaron en plazuelas y otros espacios prendiendo fogatas con llantas y madera que en definitiva no permitieron el acceso de vehículos al centro; en consecuencia la gente se trasladó a pie, de su casa a sus fuentes laborales y centros de actividad cotidiana.
Los mercados públicos al igual que otras dependencias cuya administración son competencias del Gobiernos Municipal no prestaron servicios de manera regular. En horas de la tarde pasada las 16:00 la normalidad fue tomando cuerpo aunque los escombros abandonados en las calles no dejaron de interferir el libre tránsito hasta el día siguiente; esto por un lado. Por otro lado las Policía Nacional reprimió a los bloqueadores en un solo lugar, la autopista que une El Alto con la hoyada y ni transportistas afectados por los bloqueos ejecutaron acciones en contra a mas de unas cuanta voces de protesta mediática.
Protagonistas reales e inventados
En el interés de acercarse a sacar conclusiones se debe entender que un Paró Cívico tendría que contar con la participación protagónica de al menos una parte significativa de ciudadanos organizados en instancias diversas y eso es lo que en un principio quienes evalúan y opinan sobre el Paro Cívico no toman en cuenta. Por ejemplo en las jornadas de movilización no se vieron barrios en acción de protesta de manera compacta, sino que en cada punto de bloqueo los activistas, presumiblemente del MSM (Movimiento Sin Miedo) y funcionarios de la Alcaldía se pararon y prendieron fuego a maderas y objetos inflamables para no dejar pasar vehículos.
Desde esos hechos es lícito afirmar que la movilización de vecinos como voluntad colectiva es una invención, sin embargo la movilización de activistas esa si es real.
Los protagonistas reales de los bloqueos fueron dirigentes vecinales afines al MSM y actuaron bajo la mirada y el control del Gobierno Municipal. Por su lado los militantes del MAS (Movimiento AL Socialismo) y afines al Gobierno central se limitaron a descalificar el paro cívico, de manera que durante la realización del bloqueo permanecieron observando los acontecimientos y fuera de todo protagonismo.
En estas dualidades también se notó que; mientras autoridades del Gobierno Municipal asumieron abiertamente su responsabilidad con la propagandización y difusión del paro, autoridades del Gobierno central se limitaron a buscar las mejores explicaciones para persuadir a la población a que no participe del Paro Cívico, pero de ninguna manera expusieron argumentos y acciones para que el paro no se lleve adelante, así los propulsores del paro cívico seguros de tener los recursos y capacidad para obstaculizar el transporte vial organizaron sus brigadas y dispusieron los recursos necesarios, libres de toda oposición activa y militante. Se debe recordar que el Gobierno Municipal cuenta con una estructura parapolicial en sus guardias viales y es de suponer que en esta instancia se estructuró la base de las brigadas de bloqueadores que actuaron el 11 de septiembre el La Paz.
Aspectos razonables y razones para movilizarse.
Los dirigentes vecinales que organizaron el paro junto a autoridades del Gobierno Municipal y líderes del MSM centraron su batería argumental en la mala realización y manipulación de datos del Censo de Población y Vivienda realizado en octubre del 2012, sobre todo por los resultados que en relación al censo de 2011 muestran una disminución de población en una cantidad un poco mayor a los 28 mil pobladores lo que en los hechos llevaría al municipio de La Paz a ver disminuidos sus ingresos por concepto de asignación de recursos económicos de parte del nivel central de Gobierno. Esto tiene sentido y es real, pero estos datos no pueden ser manipulados o modificados para cálculos presupuestarios, y además el Gobierno Central los considera válidos en razón a que no está fuera de los márgenes de error, es decir que si bien reconocen que esta disminución puede ser un error este está dentro los estándares universales de error. El paro en ese entendido no tendría efectos vinculantes en tanto y por cuanto nunca se consideró ni se la intuyó en convertirlo en una Consulta; y es que un bloqueo de calles, en la forma en que se dio en La Paz jamás desembocaría hacia mecanismos de lucha política superior. Entonces si con el paro ni siquiera se podía lograr la modificación de los números censales. ¿Para qué el paro? ¿Sólo acaso para poner en prueba la capacidad movilizadora del aparato político – institucional del MSM?
Los dirigentes y autoridades impulsores del paro indudablemente suponen que poner a prueba su aparato político institucional puede arrojar datos para ser manejados políticamente y evaluar certeramente la posibilidad de generar un estado de descontento y movilización departamental. ¡Error! Error porque para probar el descontento de sus seguidores no es necesario someterlo a una prueba, eso se los construye desde su militancias y actividad política, no es necesario reforzarla con bloqueos de calles.
Ahora si se quería tomar el pulso en la población fue también otro error ya que la misma población se responsabilizó de manera implícita con el resultado del Censo en razón a que muchos pobladores voluntariamente en unos casos y en otros presionados por autoridades del lugar de su origen fueron censados en otros municipios o departamentos. Como dato se conoce de alcaldes de las provincias que dispusieron movilidades para el transporte masivo de la ciudad de El Alto y de La Paz para llevarlos a sus municipios.
Los organizadores omitieron pasos obligados para garantizar la participación de la ciudadanía y generar réditos políticos, esto también fue un error en razón a que el paro cívico no fue debidamente construido desde la consulta y la participación de las bases y dirigencias vecinales, sindicales, laborales, empresariales, deportivas, culturales y estudiantiles, al grado de que un día antes de la realización de cada 10 pobladores consultados sobre el paro 9 decían desconocer o afirmaban que no participarían. Solo uno decía conocer y apoyar. Sin duda que estadísticamente hablando un paro cívico movilizado y participativo era imposible y así fue, nunca existió tal, en otras palabras nunca existió el Paro Cívico.
Paro cívico convertido en bloqueo de calles
A unos días de la proyección del Paro Cívico ya se entendía que este sería imposible realizarlo y a lo más que se aspiraría sería a bloquear calles y avenidas para venderlo a la opinión pública y a otros gobiernos departamentos como un «Paro Cívico».
Es claro que así lo entendieron sus impulsores y en esa medida planificaron e impulsaron las acciones de bloqueo. Se dijo mas arriba el fin se redujo a obstaculizar el tránsito vehicular y en parte la actividad comercial en los mercados públicos.
Movilizaciones o marchas masivas no hubo y no lo habrá en circunstancias semejantes. La prensa interesada y los aliados opositores al Gobierno Central quieren hace ver un Paro Cívico exitoso cuando los exitoso fue un bloqueo de calles y avenidas que el nivel central lo permitió también en razón al grado de culpabilidad en las deficiencias del Censo Nacional.
Aparato político institucional en remplazo a la acción de masa .
Un Paro Cívico tendría que llevar de por medio una acción de masas, colectividades vecinales actuando con un fin determinado, pero nada de esto existió y a cambio solo se vio brigadas de 10 a 20 funcionarios bloqueando centros estratégicos de distribución vial, de paso obligatorio para trasladarse de un lugar a otro. La obstrucción de l tránsito vial en La Paz es siempre posible hacerlo, a menudo lo hacen los maestros, los trabajadores y estudiantes; la diferencias de este bloqueo es que fue mas prolongado en tiempo pero de ninguna mas fuerte o mas intenso en sus manifestaciones.
El bloqueo fue un bloqueo realizado por un aparato político – municipal, por un mando centralizado y con disposición amplia de recursos materiales y económicos. Si el MAS y afines al Gobierno central se hubiesen propuesto evitar el paro tendrían que haberlo hecho desde un aparato político y en cierta manera también estatal, esto equipararía los conceptos del enfrentamiento político de dos entidades o instrumentos políticos.
Sin embargo al parecer el MAS de alguna manera prefirió evitar enfrentamientos seguramente porque los enfrentamientos entre sectores de la población tiene mas efectos negativos que los positivos para el Gobierno.
En todo caso esta visión asumida por la militancia del MAS y de los impulsores del proceso de cambio es la visión que las fuerzas de la reacción están aprovechando para reorganizarse y avanzar con sus posiciones. Es decir que a diferencias de los años de la Asamblea Constituyente y posteriores a ello, las fuerzas del cambio no tienen la más mínima intensión de avanzar en el proceso de cambio desde el enfrentamiento violento a la fuerza de la reacción.
El MSM tal ves no se la expresión mas clara de la reacción pero sin duda que las fuerzas reaccionarias son las que mas festejan el bloqueo de calles y avenidas en La Paz.
Bloqueo de calles y avenidas para establecer dominio territorial y liderazgo político
Este fue un bloqueo al comercio paceño, y de ninguna manera un bloqueo a favor del desarrollo económico y social de La Paz.
El bloqueo ocasionó pérdidas económicas y ninguna ganancia; así lo reportan los informes y balances.
Fueron más los ciudadanos que se perjudicaron comparados con los pocos que se beneficiaron con la cobertura mediática y el posicionamiento político- institucional en miras a ganar espacios electorales. Entonces a quienes se quiere convencer desde el Gobierno Municipal sobre un bloqueo con participación generalizada y voluntaria de los paceños a favor del desarrollo y posicionamiento departamental cuando las evidencias concretas de lo contrario están visibles a los ojos de todo ciudadano.
Lo evidente es que desde el ejecutivo del Gobierno Municipal Autónomo se destinó recursos para movilizar a militantes del MSM y funcionarios del Gobierno Autónomo Municipal, utilizó y alquiló volquetas particulares para bloquear calles y avenidas echando escombros, concedió permiso o determinó tolerancia para que los trabajadores municipales no asistan a sus fuentes de trabajo y «bloqueen a La Paz», movilizó y organizó a sus brigadas partidistas, monitoreo y comandó las acciones de su aparato parapolicial y militantes del MSM; y finalmente dejó la ciudad con escombros, con cenizas y otros daños materiales que apenas en horas de la mañana del día siguiente fueron limpiados y arreglados.
Algo que los promotores y portavoces del «bloqueo» por honestidad deben reconocer es que el «bloqueo» careció del apoyo de los vecinos, colectividades barriales y la población, sencillamente porque sus consignas movilizadoras fueron y aún son creaciones artificiales interesadas y particulares, que sus consignas no responden a un descontento generalizado con capacidad movilizadora que claramente demande el interés colectivo de la mayoría de los viviente en el municipio de La Paz.
Los impulsores del Bloqueo tendrán que reconocer que su intento por desgastar al Gobierno central y a Evo Morales, objetivo evidentemente reflejado a lo largo de la campaña y el bloqueo mismo, no tuvo los resultados esperados por estos, primero porque es imposible pensar que producto del bloqueo haya disminuido la popularidad de Evo Morales y segundo porque en sus resultados la única repercusiones a su favor, si hubo alguna; esta no va mas allá agenda de nuevos paros cívicos los departamentos de Santa Cruz, Tarija y Cochabamba que tampoco desgastaran la imagen y popularidad de Evo Morales.
El supuesto Paro Cívico fracaso por razones concretas y objetivas y una razón es que en su organización, planificación y ejecución no participaron las juntas vecinales mas activas, colectivos juveniles, organizaciones productivas, empresariales, administrativas y laborales. Muchas organizaciones principalmente gremialistas. Transportistas y estudiantiles respetaron las decisiones del Gobierno Municipal pero de ninguna manera la apoyaron de manera activa y militante, algunos pobladores de barrios y gremialistas fueron amenazados para salir a las calles con multas determinadas por dirigentes que no se dieron la molestia de socializar y poner en consulta la aceptación o no del paro cívico. En el caso de los transportistas estos pidieron garantía a la Policía para prestar de manera normal el servicio de transporte y la policía solo mantuvo expedita la autopista, ingreso principal a la ciudad de La Paz.
Por otro lado muchos profesionales y administrativos del Gobierno Municipal mostraron su desacuerdo con las actitudes coercitivas que asumió el GAM para lograr sus objetivos políticos con el bloqueo a La Paz.
Ante lo anterior afirmar que una máxima que obligatoriamente tiene que tomar en cuenta toda instancia organizadora de movilizaciones cívico – políticas es que toda acción cívica – política será viable y generadora de movilización antigubernamental desde la demanda social, si y solo si la responsabilidad es posible atribuírsela exclusivamente al Gobierno central; pero si en el caso está directa o indirectamente involucrado la gestión y decisión de gobiernos de los niveles autónomos y la propia población es claro que estas instancias de alguna manera deberán considerarse corresponsables y evitar caer en el error de querer atacar a una parte siendo parte de la totalidad.
En es ámbito es lógico concluir que la movilización no fue generalizada ni enriquecida con participación activa de la población porque evidentemente fue la misma población la que dio su veredicto desde sus propias visiones y se explico a si mismo sobre las razones y circunstancias por los que se dieron los resultados del Censo y que de alguna manera no son las que el Gobierno Municipal las usó como consignas de movilización.
Definitivamente el Gobierno Municipal no percibe las razones e imaginarios de la movilización social. Esto debe ser una enseñanza para que otros gobiernos autónomos no se enfrasquen en la aventura de ir en contra su propia lógica de desarrollo.
El Paro Cívico y la acción Política partidista
El Paro Cívico fue enunciado desde intereses políticos opositores plenamente definidos y centralizado en el MSM, el bloqueo de calles y avenidas fue una acción casi exclusiva de militantes del partido político liderado por Juan del Granado y Luis Revilla. Al ser el MSM un partido opositor al MAS y a Evo Morales, el enunciado del paro no fue cuestionado por la bancada de la Asamblea Legislativa Plurinacional opositora al gobierno ni por la corrientes políticas sin representación en la ALP.
Pero hay mas, estos partidos y colectivos políticos no participaron en el bloqueo de calles y avenidas porque entendieron que todo rédito ya no iría solo a desgastar la imagen del gobierno central sino a fortalecer al MSM y eso en tiempo de preelectorales sería un auto suicidio. Nadie quiere trabajar políticamente para hacer ganar a los contrincantes u opositores. Esa podría ser la razón por la que el MAS prefirió mirar y asumir una postura «angelical» y no actuar en el contrabloqueo.
Ante estos hechos, los movimiento políticos que se preparan para disputar el voto ciudadano, es decir para competir electoralmente ven complicada toda movilización Cívica. En ese entendido es absurdo pensar que el MSM en Santa Cruz participe en actos que podría darse en un eventual Paro Cívico, o que lo haga en Tarija, ya que los réditos no se plasmarán a favor de ellos sino a los partidos y agrupaciones ciudadanas opositoras que tengan el control y el mando de los Gobiernos Departamentales y/o Municipales. Sin duda que siempre habrá un apoyo incondicional al anunciado del Paro Cívico, pero todo apoyo partidista hacia un partido en competencia plebiscitaria no puede pasar esos límites; es en este límite donde se manifiestan las contradicciones y prevalecen los intereses políticos particulares.
El Paro Cívico «no ejecutado· en La Paz coincide con la definición o el tiempo de las decisiones de las agrupaciones y partidos que participaran en las elecciones de 2014 y por ellos se puede considerar este paro cívico y los otros que podrían darse en territorio nacional en indicadores para poner en la balanza las posibles alianzas y tendencias de construcciones de frentes plebiscitarios, servirá al mismo tiempo para autoevaluar la capacidad operativa de una militancia oficialista en cuanto a gobiernos autónomos y la capacidad cualitativa de sus seguidores duros.
Sin embargo toda aventura hacia los paros cívicos tendrá el alto riesgo del fracaso y terminar como terminó en La Paz, en una simple jornada de bloqueos pero con menos contundencia debido a que la topografía y el diseño en cuanto a la estructura vial urbana en Santa Cruz y Cochabamba está hecha para superar algunos inconvenientes del embotellamiento vehicular por lo que aun con los bloqueos se encontrará vías alternas, y el bloqueo ni siquiera tendrá la fantasía de contundencia que se quiso dar al bloques de calles en La Paz.
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