Bolivia, el país ubicado en el corazón del continente latinoamericano se encuentra en una encrucijada: cuatro de los nueve departamentos avanzan hacia el referéndum sobre los estatutos autonómicos que, en el fondo, son un pretexto para construir estados dentro del propio Estado boliviano. El 4 de mayo, en Santa Cruz, se realizará el primer referéndum […]
Bolivia, el país ubicado en el corazón del continente latinoamericano se encuentra en una encrucijada: cuatro de los nueve departamentos avanzan hacia el referéndum sobre los estatutos autonómicos que, en el fondo, son un pretexto para construir estados dentro del propio Estado boliviano.
El 4 de mayo, en Santa Cruz, se realizará el primer referéndum autonómico y luego, en menos de un mes, se asoma un efecto dominó, en Tarija, Beni y Pando. Estos cuatro departamentos representan dos tercios del territorio boliviano, un tercio de la población y 60 por ciento de la producción nacional. Otros dos departamentos, Chuquisaca y Cochabamba, intentan también marchar en la dirección autonomista.
El estatuto autonómico cruceño, impulsado inicialmente por quienes estuvieron en el poder durante los gobiernos neoliberales, ha sido calificado por diversos sectores gubernamentales de «ilegal» y «anticonstitucional» ¿pero, se podrá negar su «legitimidad»?
Recordemos que en anteriores gobiernos, los sectores sociales con medidas contrarias a las leyes y a la actual constitución promovieron una serie de acciones que estaban respaldadas por el pueblo. No eran legales pero sí legítimas.
La «guerra del agua» del 2000 derivó en un referéndum «ilegal» pero legítimo para que la transnacional Aguas del Tunari se vaya de Cochabamba; en la «guerra de la coca» del 2002 considerada fuera de la ley no existió mayor legitimidad de la población por defender los cultivos de coca y en la «guerra del gas» del 2003 la expulsión del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada no fue legal ni constitucional pero sí la más legítima. La fuerza del soberano es sinónimo de legitimidad.
El Presidente de la República, Evo Morales Ayma, lo último que dijo sobre el referéndum autonómico está referido a que se trata de «una consulta o un sondeo de opinión con mucha plata» que pretende dividir a los bolivianos y que no es vinculante a la Constitución Política del Estado
En una concentración realizada en la zona de Los Yungas (La Paz), el Jefe de Estado señaló que la división y el racismo de los promotores de la autonomía cruceña se refleja en las declaraciones de sus principales representantes. «Yo estaba escuchando en las últimas declaraciones de algunas autoridades, de algunos dirigentes, de algunos, no todos en Santa Cruz y dicen ese macaco, qué es macaco, es un mono, un animal. La semana pasada me trataron de estúpido, si al presidente le tratan de mono, de estúpido, qué será a ustedes, a la gente de a pie, a los compañeros, es grave, eso es racismo», dijo.
En cambio, los representantes regionales de la denominada «media luna» que al inicio de su campaña acusaban al Jefe de Estado como centralista, dictador, autoritario y fundamentalista; ahora volcaron toda su estrategia a ignorar las acusaciones oficialistas y tratar de sumar la mayor cantidad de adherentes a su causa.
El prefecto del departamento de Santa Cruz, Rubén Costas, afirmó que el referéndum autonómico es una respuesta del pueblo cruceño contra el centralismo gubernamental.
Preocupados por el desenlace del referéndum autonómico, diversas delegaciones internacionales llegaron al país. El secretario político de la Organización de Estados Americanos (OEA), Dante Caputo, expresó su preocupación porque la tensión y la controversia entre los actores políticos pueden derivar en una confrontación violenta, que incluso afecte a la región latinoamericana.
Aclarando que su intención no era caer en el «tremendismo ni la exageración», expresó que «la situación boliviana es preocupante y si los distintos actores que están envueltos en esta controversia no hacen un gran esfuerzo, corremos el riesgo y soy muy consciente de las palabras que estoy mencionando que la tensión cambie de naturaleza, y que ya no sea controversia, sino que se vuelva enfrentamiento».
¿Autonomistas o divisionistas?
Aunque la mayoría de los medios de comunicación comerciales está controlada precisamente por los sectores del oriente del país que tienen un fuerte poder económico, político y social, gran parte de la población califica a los estatutos como divisionistas.
Hace días atrás, el enviado especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a Bolivia, Rodolfo Stavenhagen, dijo que el referéndum sobre el estatuto autonómico de Santa Cruz es inconstitucional y contiene disposiciones racistas.
Al manifestar su preocupación por la determinación unilateral de las autoridades cruceñas, denunció que ese estatuto incluye algunas disposiciones de tinte racista. Se refirió concretamente al artículo 161 del estatuto, que, al citar el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoce «con orgullo» su condición racial mayoritariamente mestiza y también su obligación de conservar la cultura de los pueblos indígenas del departamento. «Pero ocurre que los derechos humanos de los pueblos indígenas ya están tutelados por leyes del país que incluyen dicho Convenio 169, por lo que el estatuto autonómico solo agrega su ‘orgullo'», advirtió.
El estatuto autonómico cruceño -a título de competencias departamentales para la Prefectura o Gobernación de Santa Cruz- pretende imponer una «ciudadanía» cruceña, una educación sólo para quienes viven en ese departamento, la retención de impuestos nacionales a favor de esa región del país, un régimen electoral propio, la formación de una policía departamental paralela, la administración de los recursos naturales sólo para ellos, la otorgación de títulos sobre tierras quitando esa potestad al Presidente de la República y otros atentados a la unidad nacional.
La actual Constitución Política del Estado no reconoce el régimen de las autonomías departamentales.
Pero, ¿quiénes impulsaron la autonomía cruceña? De acuerdo a diversas investigaciones, se trató inicialmente de menos de un centenar de poderosos clanes familiares que en Bolivia poseen aproximadamente 25 millones de hectáreas de tierra y controlan la agroindustria, el comercio exterior, la banca y los grandes medios de comunicación. Estos grupos, junto a políticos que fueron socios de los ex presidentes Gonzalo Sánchez de Lozada, Jorge Quiroga o Jaime Paz Zamora se convirtieron en los principales opositores del gobierno de Evo Morales Ayma.
Según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), estos clanes detentan 25 millones de hectáreas, cinco veces más que dos millones de campesinos e indígenas bolivianos.
Según el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), sólo 15 familias disponen de medio millón de hectáreas de tierras fértiles y cercanas a los mercados, que equivalen, en superficie, a 25 veces el tamaño de toda la ciudad de Santa Cruz donde habitan un millón de personas.
Las investigaciones sindican en Santa Cruz a las familias Marinkovic, Saavedra Bruno, Monasterio Nieme, Kuljis Añez, Justiniano Ruiz, Roig Pacheco, Rapp Martínez, Antelo Urdininea, Keller Ramos, Candia Mejía, Castro Villazón, Ovando, Fracaro, Sánchez Peña, Nielsen, Bauer y Elsner; en Beni a los Guiteras, Llapiz, Sattori, Bruckner, Quaino, Dellien, Ávila, Nacif, Antelo, Salek o en Pando a los Sonnenschein, Fernández, Hecker, Becerra Roca, Vaca Roca, Peñaranda, Barbery Paz, Claure, Villavicencio Amuruz y otros.
Sin embargo, en el último período, el poder de estas familias generó un movimiento político-social sin precedentes en la historia democrática del país: las autonomías.
Datos de la empresa de encuestas Equipos Mori, señalan que en la capital y las provincias de Santa Cruz, un 84% de la población está segura que acudirá a las urnas para participar del referéndum autonómico.
De esa cantidad, el 76% contestó que aprueba el estatuto autonómico contra un 29% que aprueba la nueva Constitución Política del Estado.
Equipos Mori, hablando del país en general, preguntó a la población ¿cree usted que las cosas van en la dirección correcta o equivocada? Un 78% contestó que en la equivocada, un 13% en la correcta y un 9% que no sabe o no responde. Y respecto a los dos años de gestión de Evo Morales Ayma, ¿usted cree que su gobierno estuvo? Un 15% dijo que mejor de lo que esperaba y un 68% peor de lo que esperaba.
Contradicciones oficialistas
Mientras la oposición posesionó, desde hace meses y pese a todos, una sola idea y un solo discurso: «el referéndum es un proceso irreversible»; diversas voces del gobierno y los movimientos sociales -más aún de parlamentarios y constituyentes- plantearon una infinidad de respuestas que sólo consolidaron, multiplicaron e hicieron crecer la iniciativa de los sectores más reaccionarios porque fueron sinónimo de contradicción.
Desde el intento de frenar el proceso autonómico, incluso recurriendo a la fuerza, en meses anteriores, hasta amenazar con juicio de responsabilidades, no hacer nada y calificar al referéndum como una consulta millonaria, en los últimos días, el gobierno y otros sectores naufragaron sin brújula en la coyuntura actual.
Algunos ejemplos lo reflejan todo. El Presidente de la República, Evo Morales Ayma, al cuestionar el referéndum explicó que las autonomías departamentales están garantizadas, pero que deben ser para los pueblos y no para las logias que perdieron el poder y ahora quieren instalar un centralismo en los departamentos.
Calificó al referéndum como una encuesta, un sondeo de opinión y quienes lo impulsan no aceptan a un indígena como Presidente de Bolivia.
«Estamos convencidos que vamos ha garantizar autonomías para los pueblos y no para las logias y esa es la lucha del movimiento indígena, la lucha por la autodeterminación», expresó.
El vicepresidente Álvaro García Linera, entre sus últimas declaraciones sobre el tema autonómico pidió a los dirigentes del Comité Cívico de Santa Cruz a no jugar con el sentimiento del pueblo cruceño con un estatuto «nada serio», cuyos artículos son modificados en cualquier momento.
Según el vicepresidente boliviano, el referéndum se convirtió en una consulta sin validez jurídica ni legal que no será vinculante a la Constitución Política del Estado.
«Ese referéndum apenas es una encuesta sin carácter vinculante que cuesta 11 millones de bolivianos y que ninguna autoridad, institución o ciudadano está obligado a acatar», agregó García Linera.
El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, general Luis Trigo Antelo, a tiempo de denunciar que amedrentaban a su familia, fue categórico: «Sabemos que el referéndum es un tema que va ir adelante y tiene que ir, la población dirá si está de acuerdo o no con su voto».
«Esa consulta sobre el estatuto autonómico en el departamento de Santa Cruz, prevista para el 4 de mayo próximo, sólo será una encuesta pública, sin ningún valor legal, será un ejercicio ciudadano que está cuestionado desde distintos ámbitos y que no representa mayor preocupación para el gobierno», dijo el ministro Juan Ramón Quintana, quien días antes en declaraciones públicas había convocado a detener la conspiración oligárquica.
«El referéndum que se pretende llevar adelante en el departamento de Santa Cruz debe ser frenado, tiene que pararse por la voluntad unánime de todos los bolivianos que amamos a este país y los medios de comunicación tienen un mandato histórico para preservar este contexto de unidad nacional», aseveró.
Mientras tanto, dirigentes sociales y otros ministros reflejaron que, en este momento, no tienen un solo discurso ni menos una estructura sólida que les permita accionar colectivamente.
Sus declaraciones se caracterizaron por la amenaza de boicotear el proceso, marchar sobre Santa Cruz, quemar ánforas y libros e incitar al enfrentamiento pero terminaron en instruir para no hacer nada, convocar a la abstención, impulsar un juicio de responsabilidades, crear un ministerio de autonomías y denunciar incluso atentados contra la vida del Jefe de Estado.
Ninguna de esas acciones pudo frenar ni menos paralizar el referéndum sobre el estatuto autonómico que se realizará el 4 de mayo.
Por la unidad de la Patria
Ante los intentos divisionistas de los sectores conservadores y reaccionarios de este país, la mayoría de los bolivianos y bolivianas, del campo y la ciudad, apuestan por la unidad de la Patria.
Desde diferentes puntos del territorio nacional se escuchan diversas voces que demandan unidad.
A pesar que algunos sectores presagian el 4 de mayo violentos enfrentamientos e incluso derramamiento de sangre; los más, apuestan a que el referéndum autonomista se convertirá en un referente del proceso democrático y que debe encontrar soluciones concertadas.
Mientras el tiempo transcurre y se acerca el día «d», miembros de la Unión Juvenil Cruceñista se encuentran reclutando a miles de jóvenes que se convertirán en los guardianes del proceso autonómico y sectores afines al MAS se organizan para impedir el proceso.
Desde San Julián, Cuatro Cañadas, Plan 3000, Yapacaní y otras regiones controladas por el MAS se hizo conocer que no permitirán la realización del referéndum, aunque los sectores afines al Comité Cívico de Santa Cruz afirmaron que nadie ni nada detendrá el proceso autonómico.
Lo cierto es que en ambos sectores existen personajes que buscan el enfrentamiento.
El Presidente de la República, Evo Morales Ayma, pidió para el 4 de mayo unidad a los bolivianos y respeto a las movilizaciones nacionales para ese día.
«Autonomía con igualdad sí, estatutos con división no. Debemos luchar por la unidad del país, los estatutos dividen a Bolivia», sentenció.
También la comunidad internacional se ha pronunciado sobre los efectos del referéndum autonómico.
En las últimas horas, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, denunció que «Bolivia está a punto de estallar y es el imperio el que quiere que estalle y la derecha fascista que quiere la guerra» y el líder cubano, Fidel Castro, predijo que en este país se producirán enfrentamientos.
«En los próximos días, los pueblos de América Latina están a punto de afrontar dos tragedias: la de Paraguay y la de Bolivia. Una de ellas, por las elecciones que tienen lugar hoy domingo 20 de abril, donde un antiguo obispo católico cuenta con la mayoría abrumadora del pueblo, según encuestas serias, y es seguro el rechazo a un fraude electoral; otra, por la amenaza de desintegración real de su territorio, que conduciría a luchas fratricidas en el sufrido país», dijo.
Bolivia ¿rumbo al abismo?, no. Aunque varios sectores de la oposición e incluso del oficialismo coinciden que el 4 de mayo el Gobierno Nacional sufrirá la peor derrota política en estos más de dos años de gestión, también señalan que la única manera de salir de la crisis es a través de diálogo para tratar de compatibilizar los estatutos autonómicos con la nueva Constitución Política del Estado.
– Alex Contreras Baspineiro es periodista y escritor boliviano.