Las nacionalizaciones, y rescisiones de contratos de concesión, realizadas en Bolivia desde que Evo Morales asumió la Presidencia en 2006, han detenido la fuga de capitales, impulsaron el crecimiento económico estable y el aumento de los servicios públicos a favor de la mayoritaria población. Los éxitos alcanzados en los seis años de gobierno de Morales […]
Las nacionalizaciones, y rescisiones de contratos de concesión, realizadas en Bolivia desde que Evo Morales asumió la Presidencia en 2006, han detenido la fuga de capitales, impulsaron el crecimiento económico estable y el aumento de los servicios públicos a favor de la mayoritaria población.
Los éxitos alcanzados en los seis años de gobierno de Morales se aprecian en todas las esferas económicas y sociales de la nación andina, que comienza a dejar atrás más de dos siglos de explotación por parte de gobiernos extranjeros y compañías transnacionales con la anuencia de las oligarquías criollas.
Y es que en Bolivia han tenido lugar profundas transformaciones que están sacando de la miseria, la ignorancia y la discriminación a su mayoritaria población.
Una de las primeras tareas acometida por el estado plurinacional fue implementar un programa que eliminara la ignorancia extrema de millones de bolivianos, y con ayuda de especialistas cubanos y venezolano, en 2010 la UNESCO declaró al país Libre de Analfabetismo.
El Producto Interno Bruto (PIB) creció desde el 2006 a un ritmo promedio de 4 % mientras los programas sociales resultan amplios y variados para lo cual se destina alrededor de 2 000 millones de dólares, el mayor para un aparato estatal que hasta el año 2005 invertía solo 500 millones de dólares.
La pobreza extrema que padecía el 68,2 % de los habitantes en 2003, bajó a 26 % en 2011, según datos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), mientras el gobierno continúa aplicando medidas para eliminarla en su totalidad.
La generación de fuentes de trabajo resulta una constante en el desempeño del gobierno. En 2011 asignó 3 000 millones de dólares para construir carreteras, instalación de tuberías de agua potable y alcantarillado, escuelas, centros de salud, hospitales, pequeñas industrias, entre otros.
La inversión pública en transporte, vivienda y telecomunicaciones generó alrededor de 250 000 nuevos empleos en todo el país, uno de los motivos por lo que Bolivia cuenta con una de las tasa de desempleo más bajas de Latinoamérica, solo 5,5 %.
Se instalaron nuevas fábricas de papel, cartón, pintura, almendra y derivados; el Estado apoya financiera y comercialmente a pequeños productos industriales y trabaja en el desarrollo general de la agricultura.
Las buenas gestiones económicas permitieron que las Reservas Internacionales Netas (RIN) llegaran al cierre de junio a 12 600 millones de dólares, las que antes de 2006 no superaban los 3 000 millones de dólares.
El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, organismos nada amigos de reformas sociales a favor de los pueblos, han reconocido los avances logrados por Bolivia en los últimos años y el jefe de la misión del FMI en La Paz, Gabriel Lopetegui, enfatizó recientemente «el buen desempeño económico, los avances en la redistribución del ingreso y la inclusión social, la «bolivianización» de la economía y el manejo prudente y adecuado de la deuda».
En la reducción de la pobreza y de la desigualdad han influido los programas sociales instaurados como el pago de rentas vitalicias de entre 1 800 y 2 400 pesos a la población mayor de 60 años, que engloba a 800 000 adultos.
Además, el Estado otorga rentas de 1 820 pesos a mujeres en estado de gravidez y madres puerperal hasta que sus hijos cumplan dos años, lo cual ayuda a combatir los índices de morbilidad de féminas gestantes y de niños hasta 5 años por enfermedades prevenibles.
Otros programas sociales se suman a estos esfuerzos como el pago de 200 pesos al año per cápita a 1,6 millones de estudiantes entre el primero y octavo grado para revertir los índices de deserción escolar en el país, donde antes de 2006 el analfabetismo afectaban a 27 de cada 100 habitantes.
Pero todos esos logros no se hubieran podido realizar sin haberse recuperado las riquezas nacionales (productivas, mineras y de servicios) que antes eran explotadas por compañías privadas y cuyas ganancias se extraían del país.
Gobiernos neoliberales como los de Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997 y 2002-2004) abrieron las puertas del país al capital foráneo con enorme perjuicio para la población.
Por eso, los resultados económicos y sociales obtenidos en los últimos años se debe en gran medida a la recuperación por el gobierno de Evo Morales de importantes sectores y recursos naturales como son el petróleo, gas, madera, oro, aviación, telecomunicaciones, electricidad, telefonía, transporte público.
En pequeña síntesis se pueden englobar las principales acciones. En mayo 2006 se decreta la nacionalización de los hidrocarburos, especialmente el gas, principal fuente de divisas del país, y empieza la negociación de nuevos contratos de explotación con las empresas extranjeras y en octubre de ese año se restataliza la mina de estaño de Huanuni.
Para febrero de 2007 se nacionaliza la empresa de fundición Vinto, en manos suizas y en marzo de 2008 las cuatro filiales de la hispano-argentina Repsol YPF, las británicas Ashmore y British Petroleum y del consorcio peruano-alemán CLBH.
Al siguiente mes, se transforma la estatal YPFB en una corporación para dirigir la nacionalización petrolera y se crea la Empresa Boliviana de Industrialización de los Hidrocarburos (EBIH), y en mayo se adquiere el ciento por ciento de la Compañía Logística de Hidrocarburos (en manos peruanas y alemanas) y de la telefónica Entel, filial de la italiana Telecom.
Seguidamente se recupera la mayoría accionaria de las petroleras Chaco, de Panamerican Energy (del grupo British Petroleum); Andina, filial de Repsol YPF; y de Transredes, transportadora de hidrocarburos con participación de la británica Ahsmore y anglo-holandesa Shell.
En febrero de 2009 se expropian 36 000 hectáreas de tierras a hacendados (15 000 a la familia estadounidense Larsen Metenbrink), que sometían a la servidumbre a indios guaraníes.
Le siguen otras recuperaciones como las empresas eléctricas Corani, la Guaracachi y la Luis y Fuerza Eléctrica de Cochabamba. En mayo pasado se expropiaron las acciones de Red Eléctrica Española (REEE) en la empresa Transportadora de Electricidad (TDE).
Pese a las constantes acciones de desestabilización llevadas a cabo por la oligarquía, con apoyo de países extranjeros, el gobierno de Morales ha logrado innumerables éxitos económicos y sociales nunca vistos en ese país desde su fundación.