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Bolivia en la mira de las trasnacionales de la industria automotriz

Fuentes: La Epoca

Las ingentes reservas de litio que Bolivia posee en Uyuni podrían ser a mediano plazo en la principal fuente del desarrollo nacional. Consorcios japoneses, estadounidenses y europeos creen que el litio boliviano será fundamental para el crecimiento tecnológico de sus empresas y la preservación del medio ambiente en el planeta

Después de casi 20 años de que Bolivia decidió en forma soberana no llevar adelante el contrato con la empresa británica Lithco que pretendía explotar y comercializar el litio del salar de Uyuni, los ojos del mundo se han volcado nuevamente sobre este recurso mineral de indudable valor mundial.

Conocedores de que por lo menos el 50 por ciento de las reservas mundiales del litio se encuentran en el departamento boliviano de Potosí, las grandes transnacionales de la industria automotriz elaboran planes para lograr acuerdos con el gobierno con el fin de sustentar con ese recurso mineral un crecimiento tecnológico que les permita acumular millonarias ganancias.

La diferencia en la actual coyuntura es que deben buscar acuerdos con el gobierno del presidente Evo Morales Ayma, quien se ha constituido en un referente latinoamericano para la defensa de los recursos naturales, en este caso del litio, con el objetivo de que los poderes económicos mundiales no repitan experiencias que datan de más de 500 años en los que explotaban a discreción el patrimonio nacional en su propio beneficio.

Millonarias ganancias

Y no es para menos, las trasnacionales calculan que la industrialización del litio podría generar ganancias de aproximadamente 550.000 a 900.000 millones de dólares.

¿Por qué las trasnacionales automotrices miran a Bolivia y al salar de Uyuni?. Simplemente porque no encuentran en otro lugar reservas de litio de la magnitud de las que se cobijan en la región. Las mismas les servirían para pasar exitosamente la transición tecnológica de la industria del automóvil con la utilización de baterías de ion-litio en los vehículos eléctricos.

Empresas estadounidenses, japonesas y europeas se han lanzado los últimos años en busca de la vanguardia tecnológica automotriz, no sólo por sus ventajas económicas, sino para cumplir con los mandatos de cuidado del medio ambiente.

El interés mundial por el litio deviene de su preocupación por instalar en el planeta sistemas de transporte que no contaminen el medio ambiente, una vez que los nuevos vehículos eléctricos tienen cero emisiones de dióxido de carbono. De esa manera surge como solución la fabricación de baterías de litio, que son más leves y no contaminantes como las que funcionan actualmente en los motorizados.

Las industrias también prevén un quiebre de los actuales combustibles elaborados en base a los hidrocarburos, que se agotan y sufren variaciones en su cotización, lo que provoca remezones en los mercados financieros. Uno de los especialistas en el sector, Juan Carlos Zuleta, no dudó en manifestar que el litio es la energía del presente y ya no una ciencia ficción como lo fue hace dos décadas.

Reservas

Para Zuleta, los datos internacionales del mineral muestran que las 5,5 millones de toneladas métricas de litio que albergaría el salar de Uyuni equivaldrían nada menos a 515.000 millones de dólares en la actualidad, lo que podría subir mucho más en el mercado internacional. Desde 2003 al presente la tonelada de litio se ha incrementado de 350 a 3.000 dólares. Otros especialistas consideran que el litio rebasará en importancia al consumo del petróleo y sus derivados debido a que su costo será inferior cuando se traduzca en su industrialización y utilización en diversos rubros de la energía.

Sin embargo han surgido algunas trabas que podrían quitar el sueño a los que consideran que Bolivia pueda utilizar este recurso natural como una de sus principales fuentes de desarrollo: El monopolio mundial de la explotación del litio con patentes de explotación que están en poder de las trasnacionales Fute y Lithium Corporation.

El litio fundamental

El litio será fundamental para el futuro de los vehículos eléctricos y la reducción de gases de efecto invernadero en el planeta. Los especialistas prevén que hasta el año 2018 su demanda mundial se incrementará en un 500 por ciento o tal vez más si es que no se encuentran otras alternativas viables de provisión de energía.

Es así que Bolivia ha vuelto al escenario del mundo por las cuantiosas reservas que existen en el salar de Uyuni bajo capas de sal en un perímetro de 12.000 kilómetros cuadrados.

El interés mundial por este mineral que subyace en las estepas alcalinas del salar de Uyuni ha colocado a Bolivia en la mira de las trasnacionales mundiales y grandes inversionistas que quieren lograr acuerdos con el Gobierno.

El litio es utilizado actualmente en la fabricación de pilas secundarias recargables, empleadas en la industria del automóvil y la aeroespacial. Bajo la forma de carbonato sirve para los cables eléctricos para bajar las temperaturas en las operaciones de fusión y de resistencia, además son utilizados en los reactores electrógenos de fusión nuclear con el fin de producir tritio, un combustible nuclear. Este mineral sirve también para elaborar grasas, lubricantes, gomas sintéticas y productos farmacéuticos.

Defensa del interés nacional

Si es que quieren lograr sus objetivos, las empresas trasnacionales deben pasar primero por la decisión oficial de evitar que Bolivia caiga nuevamente en las prácticas de los gobiernos neoliberales que tenían como concepto económico entregar el patrimonio nacional al poder económico internacional, cueste lo que cueste, sin medir el interés nacional.

El Ejecutivo ya ha dado señales al mundo para que Bolivia deje de lado acuerdos en los que tenga patrones y no socios para impulsar programas de desarrollo, como podría ser la explotación del salar de Uyuni. Por ello, a los potenciales inversionistas les será más difícil lograr acuerdos con Bolivia que no respeten el interés nacional.

El ministro de Minería, Alberto Echazú, ha manifestado que las trasnacionales mundiales deben estar conscientes que la «secular irrestricta explotación de los recursos naturales en Bolivia sin respetar el interés nacional se acabó».

Tras la experiencia con la Lithco, los propios pobladores de la zona son reacios y aún ven con duda la reactivación del proyecto que beneficie porque temen que dicho beneficio se dirija más a las empresas transnacionales y solamente queden migajas para el desarrollo de Bolivia y fundamentalmente del departamento de Potosí, que figura en las estadísticas mundiales de desarrollo humano con altos porcentajes de pobreza.

Plan piloto de industrialización

Para adelantarse a los hechos, el gobierno ha iniciado en mayo pasado un proyecto de explotación del litio con miras a su industrialización con el fin de que sea el Estado el que venda el litio procesado a las transnacionales.

El presidente Evo Morales ha lanzado el plan en el Salar de Uyuni con un capital inicial de operación de 255.478 dólares, que es parte de un desembolso previsto de 5.730.540 dólares.

El plan piloto permitirá en el mediano plazo la producción de por lo menos 1.200 toneladas de litio anuales que podrían aumentar hasta 30.000 en un período de cuatro a cinco años cuando ingrese a plenitud la planta industrial que requerirá una inversión de 250 a 300 millones de dólares.

Y esa inversión rendirá cuantiosos frutos para Bolivia en el mediano plazo. Por ejemplo, solamente la empresa automotriz japonesa Mitsubishi, requerirá nada menos que 500.000 toneladas de litio en unos pocos años para la fabricación de las baterías de los vehículos eléctricos que ya lanzaron al mercado en forma experimental.

A partir del funcionamiento de la planta industrial se espera que la producción se incremente en forma gradual a 20.000 toneladas de carbonato de litio y posteriormente se logre la elaboración de litio metálico e hidróxido que sirvan para la fabricación de baterías metálicas para vehículos. Otros subproductos que serán obtenidos son ácido bórico, cloruro de potasio, sulfato de potasio y cloruro de magnesio.

Se estima que el programa madurará hasta fines del año 2009 y comenzará a generar ingresos netos de aproximadamente 300.000 dólares en el inicio de la era del litio en Bolivia.

Las autoridades consideran importante no desestimar las inversiones privadas, pero es mucho más relevante establecer que el control de la futura planta industrial de carbonato de litio estará bajo tuición del Estado, específicamente de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL).

El director del Ministerio de Minería de la nación, Freddy Beltrán, resaltó que la extracción del litio tendrá un impacto ambiental mínimo debido a que la veta está debajo de la capa de sal y no alterará la visión turística del salar, al salir al frente de las susceptibilidades existentes en las organizaciones cívicas y políticas del departamento de Potosí.

«El mercado del litio se va a convertir en estratégico y a Bolivia no le interesa que se convierta en monopólica. Estamos amplios a lograr acuerdos con algunos inversionistas, pero sin que el control deje de ser estatal», dijo.

Crisis

La permanente crisis mundial de hidrocarburos fue el factor que precipitó que las transnacionales automotrices vean en el litio como su salvavidas y su salto hacia su crecimiento, además del valor agregado de que contribuirá a la preservación mundial del medio ambiente.

Los principales ejecutivos de las empresas automotrices ya han visitado Bolivia las últimas semanas. Por ejemplo, los representantes del consorcio francés Bolloré, se entrevistaron con el presidente Evo Morales junto a los representantes diplomáticos galos en un primer acercamiento con miras a futuros acuerdos.

La Bolloré ha lanzado recientemente el vehículo eléctrico más avanzado en el mundo, el «BlueCar», cuyo costo llegará al mercado entre los 50.000 y 60.000 dólares, el cual podría ser menor si es que la industria contará con el litio suficiente para una producción en masa de esos motorizados.

La GMC anunció el lanzamiento de 60.000 unidades eléctricas con baterías de ion-litio al mercado los próximos meses, aún con una autonomía de funcionamiento de 64 kilómetros, que podrían aumentar de 500 y después a 3.000 kilómetros en el curso de los años.

Otras empresas, como Toyota y Nissan de Japón, Mercedes Benz de Alemania y la BMW también lanzaron sus bólidos híbridos eléctricos Prius, Pivo2, Smart y Evolution, respectivamente. A esas empresas se han sumado las europeas Porche y Volvo.

Institutos especializados como Yano Research Institute estiman que los autos híbridos eléctricos movilizarán hasta el año 2015 por lo menos 900.000 millones de dólares.

Casi todas esas proyecciones de mercado pasan principalmente por Bolivia. También tienen alguna repercusión las reservas del salar de Hombre Muerto en Argentina. Chile también posee reservas de litio, aunque no de la magnitud de Bolivia.