Los seguidores de Hugo Chávez y Evo Morales no han planteado gobernar con partidos estalinistas, como los de la ex URSS o Europa Oriental. Sin embargo, preocupa el artículo «Movilización Nacional para la construcción de un nuevo Partido», de la Revista «América XXI», Nº 26, de corte oficialista, en el que se informa que el […]
Los seguidores de Hugo Chávez y Evo Morales no han planteado gobernar con partidos estalinistas, como los de la ex URSS o Europa Oriental. Sin embargo, preocupa el artículo «Movilización Nacional para la construcción de un nuevo Partido», de la Revista «América XXI», Nº 26, de corte oficialista, en el que se informa que el 16-XII-06, el presidente venezolano convocó a la construcción del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). El 24 de marzo, añade, «Chávez juramentó a 2.398 propulsores y propulsoras. Este ejército de entusiastas militantes salió a las calles a difundir la idea del nuevo partido y reunir, cada uno, a otros seis propulsores. Así, el 19 de abril, se reunieron 16.786 propulsores y propulsoras para protagonizar un emotivo acto de juramentación, REPITIENDO ORACION POR ORACION UNA PIEZA POLITICA QUE EL PRESIDENTE EXPUSO SIN LEER, EN ESTADO DE EVIDENTE CONMOCION EMOTIVA, con el inequívoco contenido de luchar para acabar con el imperialismo y el capitalismo … Con un BREVE CICLO de talleres de formación …, el 29 de abril comenzó el proceso de registro …, en un proceso que será individual y METICULOSAMENTE CONTROLADO PARA EVITAR INFILTRACIONES y maniobras de aparatos que pretendan inscribir listas en lugar de individuos. Para entonces, cada propulsor deberá reclutar otros cuatro, de manera tal que el 26 de mayo, se pueda llevar a cabo un nuevo acto de juramentación de 67 mil activistas. Esta fuerza militante, orientada por el Comité Técnico, designado por Chávez –aclara la publicación– está ya lanzada a organizar 22 mil «Batallones Socialistas», que quedarán constituidos entre el 2 de junio y el 7 de julio. Lo anterior culminará en el Congreso Fundacional del Partido previsto hasta el 17 de noviembre».
Chávez es el primer presidente que abre la posibilidad concreta de unir a la América Latina. Al proponer la empresa latinoamericana del gas y del petróleo asimila la experiencia de la Comunidad Europea del Acero y del Carbón, que, en 1950, no comenzó con el euro, el pasaporte, el parlamento o la libre circulación de europeos, obviamente. Con el Banco del Sur debilita los pilares del FMI y del Banco Mundial, artífices de la estafa de la deuda externa. Con la cooperación castrense, los militares dejarán de ser soporte de genocidas entrenados por EEUU. Agrieta el «consenso de Washington» abanderado por un imperio que nunca temió al voluntarismo guerrillero, pero al que angustia el avance político de países que recuperan recursos naturales y reivindican a los pueblos excluidos, a través de gobiernos, como los de Chávez, Morales, Rafael Correa o Daniel Ortega que respetan el pluralismo, la libertad de expresión y los derechos humanos. Ha quedado claro que el cierre de Radio Caracas Televisión (RCTV) se debe a una conclusión de licencia, que el régimen de Caracas no está obligado a renovar.
Es obvio que el socialismo latinoamericano sólo se abrirá paso si cada país controla sus empresas estratégicas, las maneja con eficiencia y control social, y con procesos democráticos que hagan posible la autodeterminación nacional, los que pueden ser profundizados con referéndum revocatorios, consultas a los pueblos en temas cruciales, límite de gastos electorales y derecho de todos los candidatos a ocupar el mismo tiempo (o espacio) en los medios de comunicación social. A lo anterior se suman formas de participación popular en la gestión pública, lo que implica un control a la corrupción, así como a excesiva burocratización en la administración pública, Semejantes potencialidades no pueden desembocar en el estalinismo, en «revoluciones culturales», tipo Mao, o en comunitarismos agrarios como el de Camboya, que también generaban «conmociones emotivas» que culminaron en campos de concentración, balazos en la nuca y fusilamientos de disidentes. El daño del estalinismo al socialismo no tiene perdón en la historia, como tampoco lo tendría el que propulsores, capacitados en pocos días, desvirtúen la gesta bolivariana.
No es cierto, como afirma la revista «Crítica», No. 35, de similar tendencia a «América XXI, que el capitalismo «agoniza en sus metrópolis». Este error ya lo cometieron Marx, Engels, Lenin y Trotsky. Su remozamiento en China y la India demuestra lo contrario. Las transnacionales tienen bases fuertes en Chile, Perú, México, Paraguay y Colombia. El acuerdo Lula-Bush sobre el etanol muestra que el sistema es aún muy fuerte en la región. El socialismo latinoamericano debe ser, por convicción propia, paciente, democrático y humanista, a fin de triunfar, no por la dictadura, sino por el convencimiento y la persuasión. Las décadas de bloqueo económico, atentados y sabotajes y las respuestas del gobierno no permiten analizar de modo global al régimen cubano. Chávez y Morales, en cambio, deben tener como meta, tal vez no inmediata, transferir su liderazgo a una dirección colegiada, a fin de eliminar los riesgos del poder omnímodo del caudillo. El Movimiento al Socialismo (MAS) ha tenido la virtud de definirse como una confederación de movimientos sociales. Transformarse en partido le privaría del pluralismo que, pese a su escasa democracia interna, es, en teoría, la principal de sus virtudes. ¿Podemos imaginar el riesgo de un partido único en la Bolivia pluricultural y multiétnica, como sostiene la vigente Constitución Política del Estado (CPE)?