Bolivia subvencionará la explotación transnacional del yacimiento de hierro del Mutún suministrando diariamente cerca de 10 millones de metros cúbicos de gas natural a la mitad de precio vigente en la actualidad, según el acuerdo preliminar al que llegaron el gobierno del presidente Evo Morales y la compañía india de Jindall Power Steel. Por esta […]
Bolivia subvencionará la explotación transnacional del yacimiento de hierro del Mutún suministrando diariamente cerca de 10 millones de metros cúbicos de gas natural a la mitad de precio vigente en la actualidad, según el acuerdo preliminar al que llegaron el gobierno del presidente Evo Morales y la compañía india de Jindall Power Steel.
Por esta vía, el Estado boliviano transferirá casi 100 millones de dólares al año a Jindal, que tiene previsto suscribir en un plazo de 30 días un contrato de riesgo compartido que le permitirá explotar por 40 años el yacimiento de hierro más grande del mundo, localizado en Santa Cruz, 27 kilómetros al sur de Puerto Suárez, fronteriza con el Brasil.
Según admitió el propio ministro de Planificación, Carlos Villegas, gestor del acuerdo, la futura industrialización del hierro de Mutún consumirá entre 7 y 10 millones de metros cúbicos por día de gas natural (mmcd), con un precio provisional de 2,50 dólares por millón de unidades térmicas británicas (BTU). Este precio es la mitad del vigente en la exportación de gas a la Argentina (5 dólares), a la que se suministra actualmente 7,7 millones de mmcd. El precio internacional del gas oscila actualmente por encima de los 7 dólares.
«Los ejecutivos de Jindal insistieron en este precio (2,5 dólares) para el energético», dijo Villegas al explicar que este precio fomentará el desarrollo del Mutún y la industrialización del gas natural. El acuerdo fue hecho público en medio de la presión y emergencia del influyente y opositor Comité Cívico de Santa Cruz, dirigido por los sectores empresariales y oligárquicos que pugnaban por privatizar a como dé lugar el Mutún.
En este negocio, el Estado boliviano entregará a Jindal el 50 por ciento del Mutún y gas subvencionado por 40 años, a cambio de una inversión privada total de 2.300 millones de dólares que serían ejecutados en los siguientes ocho años. El contrato se firmará por 40 años, tiempo en el que podrá explotar el 50% de las 40.205 millones de toneladas de hierro del yacimiento que contiene hematita, magnetita, siderita y 10.000 millones de toneladas de manganeso.
Anualmente, la empresa adjudicataria tiene previsto producir 1,4 millones de toneladas métricas de acero laminado y utilizará 1,5 millones de toneladas de hierro.
Disminuidos los costos de operación (100 millones de dólares al año por la subvención estatal al precio delgas), el acuerdo preliminar establece que las ganancias de la explotación del Mutún se repartirán «en partes iguales», según dijo el ministro Villegas.
«Hemos decidido recibir el 50 por ciento de la ganancia (…) queremos socios y no patrones y los socios implican la obtención de ganancias en la misma proporción, en este caso 200 millones de dólares por cada una de las partes (…) Los 200 millones de dólares se pagan a partir del tercer año, cuando empieza la producción y en los primeros años los ingresos serán menores y no quisiera aventurarme a dar esos datos porque no tengo los cálculos», agregó.
La distribución de los ingresos del negocio deberá, sin embargo, ser refrendada y precisada en la firma del contrato. A principios de junio, una vez que la transnacional india ganó la licitación internacional para explotar el Mutún, los directivos de Jindal anunciaron, a través de su portal www.jindalsteelpower.com/news.asp, que «la compañía acordó pagar al gobierno de Bolivia entre el 8 y el 10% de regalías por exportaciones de mineral de hierro y concentrados (pellets) y un 5% de regalías por exportaciones de hierro».
«Inicialmente, el gobierno de Bolivia había demandado una regalía del 54% por las exportaciones de hierro y concentrados. Los ejecutivos de Jindal, sin embargo, lograron reducir esa cifra a 10% en las negociaciones. Se dijo que esa fue la razón por la cual se demoró el anuncio de la concesión a Jindal, a pesar de que la compañía terminó siendo la única proponente para la inmensa reserva luego de que la propuesta de Mittal Steel fuera descalificada», señalaba la publicación referida.
Por ello, sólo con la publicación del contrato se podrá conocer la realidad de este negocio que inicia la era de la siderurgia en Bolivia. Según el ministro Villegas, «la cadena de la industria siderúrgica significa explotación de la mina, concentrados, telests, lo que nosotros consideramos materia prima, y la industrialización real es el hierro esponja o el dri y el acero en sus diferentes formas. El Estado participa como socio en toda la cadena productiva», añadió.
«Si empezamos el año 2007, como año uno, tenemos tres años para que la empresa haga las instalaciones de las plantas correspondientes para la producción de concentrado y de telets, el cuarto empieza la producción y a partir del quinto año vamos hacía la genuina industrialización de hierro esponja y de acero», señaló.
Las autoridades reiteraron que, en el caso del Mutún, las nuevas condiciones fijadas por el gobierno de Evo Morales impidieron que se adjudique el yacimiento por sólo 18 millones de dólares anuales y severos daños ambientales con la deforestación de los bosques.