Sordo a las críticas y ciego a las protestas, el gobierno boliviano dio por válido un muy objetado Congreso Nacional de la Educación que aprobó un proyecto de reforma y puso en marcha la gran batalla por la educación. En su favor, la administración del presidente Evo Morales cuenta con un masivo apoyo en el […]
Sordo a las críticas y ciego a las protestas, el gobierno boliviano dio por válido un muy objetado Congreso Nacional de la Educación que aprobó un proyecto de reforma y puso en marcha la gran batalla por la educación. En su favor, la administración del presidente Evo Morales cuenta con un masivo apoyo en el campo, especialmente de las federaciones de campesinos e indígenas y de los sindicatos de maestros rurales que controla. En su contra, atrincherados en las ciudades, están los maestros urbanos, universitarios y otros sindicatos y gremios nucleados en torno a la Central Obrera Boliviana (COB).
Desde el gobierno, el ministro de Educación y Culturas, Félix Patzi, ha rechazado la demanda de varios sectores sociales, incluida la Iglesia Católica y otros actores de la educación privada, para realizar un nuevo Congreso educativo, que tenga más legitimidad y consenso.
Patzi ha señalado, sin embargo, que el anteproyecto de ley educativa, que emerge del cuestionado II Congreso, será enriquecido en los encuentros pedagógicos, que próximamente serían convocados, tratando de incluir las demandas de los maestros urbanos, universidades, la COB y la Iglesia, que abandonaron en protesta las deliberaciones del Congreso, realizado del 10 al 15 de julio en la ciudad de Sucre.
«Los encuentros pedagógicos, si bien no reunirán a la dirigencia que abandonó el Congreso, convocará a las asociaciones de profesores de especialidades para mejorar la normativa», dijo el ministro al asegurar que el proyecto de ley de reforma educativa será enviadao al Parlamento en septiembre próximo.
Ante esta decisión gubernamental, el magisterio nacional urbano y las universidades, a través de sus instancias deliberativas, anunciaron que hasta mediados de agosto próximo definirán las medidas que asumirán contra el proyecto de ley de la educación » Avelino Siñani y Elizardo Pérez», aprobado en el Congreso Nacional de Educación realizado en Sucre.
«En la oportunidad asumiremos una firme determinación de rechazo al documento aprobado por el seudo congreso de la educación que no toma en cuenta las causas principales de la crisis de la educación y atenta contra las históricas conquistas sociales del magisterio nacional», dijo el ejecutivo de la Confederación de Maestros de la Educación Urbana de Bolivia, Jaime Rocha.
Algo similar señalan desde las Universidades, que junto a los maestros urbanos, tienen una gran capacidad de movilización y protesta en casi todas las ciudades de Bolivia. «Estamos alarmados porque en el documento aprobado por ese supuesto congreso se haya aprobado un consejo nacional de las universidades que atenta flagrantemente contra la autonomía universitaria», dijo Gonzalo Taboada, a nombre del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana.
El ejecutivo del magisterio paceño, José Luis Álvarez anunció que en esta semana que empieza, los maestros de La Paz evaluarán el documento aprobado en el congreso de Sucre y definirán las medidas que se asumirán para defender sus intereses.
«Con un ropaje indígena, Evo quieren engañarnos diciendo que es antienoliberal pero está dispuesto a ejecutar todas las medidas neoliberales de la fracasada reforma educativa que impulsaron los presidentes Gonzalo Sánchez de Lozada y Hugo Bánzer Suárez», dijo.
Los maestros, universidades, la COB y los sectores campesinos que no siguen al Presidente Morales cuestionan el proyecto oficial de reforma educativa al que califican de «neoliberal», «indigenista», «privatista» y que consideran que no es una salida real a la actual crisis educativa.
En cambio, desde la esfera gubernamental, se considera que el proyecto aprobado en el II Congreso impulsará una educación descolonizadora, pluralista y participativa.
El proyecto de «ley educativa plurinacional es hecho en Bolivia (…) Quiero decirles que ahora el pueblo se apropiará de la nueva ley para exigir su cumplimiento», dijo el ministro Patzi al asegurar «que ahora empieza la fase más dura que es convertirla efectivamente en una ley y aplicarla con varias reglamentaciones».
La nueva ley de la educación reemplazará a la actual reforma educativa, promovida e impuesta por los gobiernos neoliberales a mediados de la década de los 90, bajo la presión del Banco Mundial y a espaldas de los maestros.