M.H.: Los trabajadores del Borda denunciaron la iniciativa de establecer dentro del neuropsiquiátrico una cárcel de presos transitorios. Me gustaría que ampliaras esta información. A.B.: Efectivamente el martes 11 de abril se acercó al hospital Moyano una comitiva conformada por funcionarios del Poder Ejecutivo nacional, de la Ciudad, del Servicio Penitenciario Federal y el juez […]
M.H.: Los trabajadores del Borda denunciaron la iniciativa de establecer dentro del neuropsiquiátrico una cárcel de presos transitorios. Me gustaría que ampliaras esta información.
A.B.: Efectivamente el martes 11 de abril se acercó al hospital Moyano una comitiva conformada por funcionarios del Poder Ejecutivo nacional, de la Ciudad, del Servicio Penitenciario Federal y el juez Delgado que es el juez contravencional de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se reunieron con la directora del hospital Moyano, la Dra. Derito. Una semana antes habían hecho lo mismo en el hospital Borda. Según informó la directora venían con la intención de instalar una dependencia de la alcaldía del poder judicial de la Nación para alojar, como había existido en otro momento, personas en conflicto con la ley que complementariamente pudieran padecer algún trastorno mental.
En el Borda estaba la unidad 20 y en el Moyano la unidad Nº27 que después de mucho esfuerzo se lograron sacar del ámbito de los hospitales. Dadas las circunstancias del desborde que hay, de las necesidades carcelarias, por obvias razones, y con algo que creo tiene que ver con previsión del aumento de la pobreza, de la expulsión y segregación de los mecanismos sociales de intercambio, la intención de volver a abrir estas instituciones en hospitales neuropsiquiátricos que son hospitales de salud mental, requieren más resguardo en cuanto a la vulnerabilidad que presentan los internados.
M.H.: Pasando al ámbito nacional, días pasados se realizó una audiencia por el Proyecto de ley para la regulación de la actividad de acompañantes terapéuticos. ¿Qué importancia tiene este proyecto para la salud mental?
A.B.: Es importante porque a partir de la sanción de las leyes de salud mental, tanto en Ciudad en el 2000 con la Nº 448 y posteriormente la Ley nacional en 2010 con la Nº 627 se reconoce como elemento fundamental para la atención y los procesos terapéuticos un carácter interdisciplinario. Se requiere cada vez más para la atención de las problemáticas de salud mental la intervención de múltiples saberes y prácticas. Entre ellas, además de los conocidos ya, psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, también surge la necesidad de una figura que en Argentina es reciente, que es la del acompañante terapéutico, un actor del proceso terapéutico en aquellos casos donde la patología o padecimiento lo requiere.
Para que la persona que, por ejemplo, presenta algún tipo de psicosis, quede estabilizada y pueda empezar a recuperar su funcionamiento y autonomía a partir de tener un soporte de ayuda que necesita para su reinserción social en la comunidad. Es una figura indudablemente importante, que está teniendo mucha demanda en el sector privado, pero hay un abuso al no tener una figura legal para su reconocimiento, tanto a nivel de darle un lugar sino también desde la perspectiva salarial. Por esto se está llevando adelante una iniciativa que fue presentada por una diputada del FIT, Soledad Sosa.
El proyecto de ley que presentó se esta discutiendo, hoy justamente hubo un locro y allí me encontré con compañeros que están colaborando con ella y me comentaron que hay posibilidades de sacar un dictamen conjunto con otro proyecto. Es un punto de avance necesario, esperemos que se lo reconozca, si bien hay intentos de subordinar a la figura del acompañante terapéutico al ejercicio de la medicina, a la cual nos oponemos terminantemente, esto tiene que ver con la salud mental y si queda subordinado a la medicina va a quedar como intentan los factores corporativos de la hegemonía médica subordinar como meros auxiliares a todos los que intervienen en el proceso terapéutico.
Este es uno de los factores de disputa que se generó a partir de la sanción de las leyes donde se reconoce desde una perspectiva democrática la capacidad que tienen todas las disciplinas en ser parte de la conducción de jefaturas de servicios, de hospitales, etc. Esto es algo ríspido para el poder médico tradicional, hegemónico y psiquiátrico que quiere tener el patrimonio de la atención porque detrás de esto hay intereses diversos, el tema de los laboratorios, tomar posición en cuanto al psicofármaco y la cama como elementos determinantes de un proceso terapéutico.
Nosotros estamos en desacuerdo porque creemos que las intervenciones hay que hacerlas fuera de las grandes internaciones y los procesos que terminan siendo crónicos y que deterioran a la persona, que deben hacerse en hospitales generales de manera breve y, sobre todo, retomando o devolviendo a la persona que padece al seno de su comunidad, su familia y sus afectos. Es una figura necesaria y vamos a seguir insistiendo para que se le de el reconocimiento que debe tener.
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