En un paso inédito en Brasil, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva firmará el viernes la llamada «licencia compulsoria» de un medicamento utilizado en el tratamiento del sida y que es fabricada por el laboratorio estadounidense Merck. Un despacho del servicio oficial de noticias dijo que Lula firmará la licencia del medicamento antiretroviral en […]
En un paso inédito en Brasil, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva firmará el viernes la llamada «licencia compulsoria» de un medicamento utilizado en el tratamiento del sida y que es fabricada por el laboratorio estadounidense Merck.
Un despacho del servicio oficial de noticias dijo que Lula firmará la licencia del medicamento antiretroviral en una ceremonia al mediodía en el palacio de gobierno.
La «licencia compulsoria» es el mecanismo legal que permite fabricar o comprar versiones genéricas de un medicamento patentado, pagando sólo un pequeño derecho al laboratorio.
La ley de patentes de Brasil, como otras en el mundo, no habla de quebrar patente sino de «licencia compulsoria», para evitar que se asocie al país a un irrespeto a normas legales, explicó Ciro Mortella, presidente ejecutivo de la Federación Brasileña de la Industria Farmacéutica (Febrafarma).
«Quebrar patente se asocia a un rebelión a la legislación, mientras ‘licencia’ es el término legal, pero claro que es una quiebra», agregó Mortella en conversación telefónica.
La decisión brasileña «es una medida que atiende necesidades de cortísimo plazo, pero con consecuencias de largo plazo que ni siquiera sabemos cuáles serán… Brasil está pagando para ver» esas consecuencias, agregó el ejecutivo, cuyo gremio a grupa a 267 laboratorios nacionales e internacionales, incluyendo el estadounidense Merck.
Dijo que en caso que no surja un acuerdo de último minuto entre las partes será la primera vez que Brasil proceda a esa quiebra o licenciamiento.
Ya en el pasado Brasil había amenezado con medidas similares, pero siempre consiguió un acuerdo de precios con los laboratorios que suministran algunas de las drogas para el tratamiento del sida.
El gobierno ha evitado hablar de «quebrar la patente» e insiste que sigue las normales legales al incluir en su decisión el pago de un derecho de 1,5% al laboratorio estadounidense Merck, fabricante del antiretroviral efavirenz, utilizado aquí en el tratamiento de pacientes con sida.
El Ministerio de Salud ha explicado que el gobierno decidió emitir la licencia debido a que se trata de un medicamento de «interés público» porque atiende a miles de pacientes.
La decisión brasileña se produce luego de infructuosas negociaciones entre el ministerio de Salud y Merck desde noviembre pasado para lograr que el laboratorio bajara el precio en que vende el efavirenz a Brasil.
Brasil quiere que el laboratorio le venda el medicamento al mismo precio en que lo suministra a países como Tailandia: 0,65 dólares. Brasil afirma que paga actualmente 1,59 dólares el comprimido de Merck.
Como el número de personas que reciben en Brasil esa medicina ha crecido de unas 2.500 en 1999 a unas 75.000 actualmente, el ministerio afirma que el alto precio del medicamento pone en riesgo el programa nacional de atención gratuita a los pacientes.
En total 180.000 personas con sida en Brasil reciben de forma gratuita un coctel de 17 drogas, ocho de las cuales son producidas en Brasil y el resto importadas.
Según el ministro de Salud, José Gomes Temporao, al adquirir una versión genérica del efavirez Brasil se ahorraría unos 240 millones de dólares hasta el 2012 cuando según el ministro vence la patente de Merck.